EEUU a la reconquista del Primer Ministro de India Nueva Delhi. Por M. K. Bhadrakumar, Indian Punchline

EEUU a la reconquista del Primer Ministro de India Nueva Delhi. Por M. K. Bhadrakumar, Indian Punchline

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha enviado a su problemático asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, a Nueva Delhi tan pronto el primer ministro Narendra Modi forme su nuevo gobierno.

La Casa Blanca dijo en un comunicado que Sullivan planea “comprometer al nuevo gobierno [indio] en las prioridades compartidas entre EEUU y la India, incluida la asociación tecnológica estratégica y de confianza”.

Por supuesto, “asociación tecnológica estratégica” es una palabra clave. En pocas palabras, con las elecciones terminadas y otro mandato bajo el liderazgo de Modi asegurado, se acelerará la integración de India en la estrategia de la administración Biden para Asia-Pacífico, donde se ha producido un gran cambio a favor de EEUU en términos de alineación de fuerzas durante el último semestre, con la administración Biden haciendo importantes incursiones en la ASEAN y un nuevo ecosistema de redes y alianzas que se solapan y complementan entre sí para prepararse para la inevitable confrontación con China que se avecina, en la que Nueva Delhi, bajo el liderazgo de Modi, es un socio indispensable -y en muchos sentidos insustituible-.

Dicho esto, es previsible que Sullivan explore con interés el posicionamiento de Nueva Delhi en los tumultuosos acontecimientos que se han producido últimamente en el enfrentamiento entre EEUU y Rusia. Tomará el pulso a la élite gobernante india y estimará hasta qué punto su ardiente retórica nacionalista es real, delirante o inventada.

Esta misma semana, Biden hizo un comentario explosivo descartando un ataque estadounidense con misiles contra Moscú y el Kremlin, y el Presidente ruso Vladimir Putin replicó que Rusia también tiene la opción de armar a los actores de otros lugares que están enzarzados en un combate mortal con EEUU y sus aliados.

Sin cabida a la política del «hombre fuerte»

Concretamente, India se ha convertido en un pilar de la economía rusa debido a su compra masiva de petróleo ruso. Esto no beneficia a EEUU, aunque contribuye a mantener “bajos” los precios del petróleo. El Banco de Baroda de la India informó de que las importaciones del país de petróleo ruso se multiplicaron por diez en 2023. Rusia ha resistido con éxito el embargo de la Unión Europea sobre el petróleo ruso transportado por mar y la limitación de precios de Occidente desviando la mayor parte de sus exportaciones energéticas a Asia, en particular a India y China. Según el Ministerio de Finanzas ruso, los ingresos por exportaciones energéticas entre enero y abril se dispararon un 50% en comparación con el mismo periodo de 2023.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro indio, Narendra Modi (d), se hacen una foto antes de su reunión en la Casa Hyderabad de Nueva Delhi el 25 de enero de 2015. Como muestra de su determinación de llevar las relaciones con Estados Unidos a un nivel superior, Modi rompió con el protocolo para reunirse con Obama y abrazarlo cuando aterrizó en Nueva Delhi.

Reuters informó de que el mes pasado, la mayor corporación privada de India, Reliance Industries, y la empresa rusa Rosneft firmaron un contrato de un año para el suministro mensual de hasta tres millones de barriles de petróleo que se pagarán en rublos.

Sullivan mirará con lupa este acuerdo, ya que las liquidaciones transfronterizas en moneda local socavan los intentos de Occidente de cortar el acceso de Rusia a su sistema financiero mientras promueve la “desdolarización”. EEUU pretende utilizar a India como “mecanismo de freno” dentro de los BRICS.

Las recientes elecciones parlamentarias han supuesto un gran revés para el gobernante partido Bharatiya Justicia y Paz (BJP) y para Modi personalmente. Sin embargo, en general, hay un sentimiento de euforia en los comentarios occidentales, que estiman que las elecciones han disminuido la “estatura de Modi como hombre fuerte elegido con una misión de Dios”.

Un experto del influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR por sus siglas en inglés) de Nueva York señaló que Modi liderará una “coalición frágil” y se enfrentará a problemas económicos y sociales de enormes proporciones que no tienen fácil solución. No nos equivoquemos, Sullivan estudiará a fondo cómo un Modi debilitado puede seguir sirviendo a los intereses de EEUU. No es una misión que pueda desempeñar el secretario de Estado Antony Blinken.

El comentario del CFR concluía que “otro reto se refiere a las relaciones exteriores de India. Modi y el BJP han apostado masivamente por la reputación de popularidad del Primer Ministro y sus credenciales como devoto nacionalista hindú con una nueva visión de India. Ambas cosas han sufrido ahora un revés… no cabe duda de que la estatura de invencibilidad de Modi como líder de una potencia emergente y de una comunidad de naciones del Sur Global con un gran mandato, se ha visto mermada en el extranjero”.

Sin duda, Sullivan buscará todas las oportunidades que surjan para defender los intereses de EEUU desde una posición de fuerza. EEUU aborrece tradicionalmente la política de “hombres fuertes”, especialmente en el Sur Global. Desde esa perspectiva, se puede confiar en que Sullivan evalúe las ventajas que pueden abrirse ahora para una diplomacia inteligente.

Sin duda, los vínculos de India con Rusia figurarán en algún lugar de sus temas de conversación. Pero también hay otros puntos de presión, que la administración Biden ha desarrollado durante los últimos meses, especialmente los supuestos complots de asesinato del gobierno de Modi en Norteamérica.

Incluso cuando los resultados de las elecciones encabezaban el ciclo de noticias en India, el Comité de Seguridad Nacional e Inteligencia de Parlamentarios de Canadá, compuesto por miembros con las máximas credenciales de seguridad, dio a conocer un informe en el que se alegaba que “India se ha convertido en la segunda amenaza de interferencia extranjera más importante para las instituciones y procesos democráticos de Canadá, sustituyendo a Rusia… Estos esfuerzos incluyen la intervención en los sistemas e instituciones democráticos canadienses, incluyendo como objetivo a políticos canadienses, medios de comunicación étnicos y las comunidades etnoculturales indo-canadienses”.

Sullivan es justo lo que el médico recetaría para corregir el detestable comportamiento errático de los socios de EEUU. No cabe duda de que EEUU espera que el gobierno de Modi cuente con un aparato de seguridad nacional accesible, cooperativo y transparente.

El Primer Ministro de India, Shri Narendra Modi, se reúne con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, en Washington DC, el 26 de junio de 2017.

El retorno del aliado natural

He aquí una paradoja. A fin de cuentas, el resultado de las elecciones puede ser positivo para la relación de trabajo entre EEUU y la India. Pensemos en lo siguiente.

Las elecciones son la prueba viviente de que India sigue siendo una democracia vibrante y, por tanto, tiene mucho en común con el mundo democrático liberal, algo que los medios de comunicación occidentales no están dispuestos a reconocer. Como decía un artículo de opinión del periódico The Hill, “el resultado de las últimas elecciones en India es, en cierto modo, un recordatorio de cómo las democracias pueden aplicar con éxito mecanismos de autocorrección. Además de la preocupación por la aplicación excesiva de la ideología hindutva (espíritu hinduista o el sentido de ser hindú) del BJP, que equipara la indianidad con el hinduismo, a algunos observadores les inquietaba la perspectiva de autoritarismo en India”.

En segundo lugar, curiosamente, es posible que mejore la situación de los derechos humanos en India, que resurjan normas democráticas como la libertad de prensa y, lo que es más importante, que las políticas estatales antimusulmanas queden en suspenso bajo un gobierno de coalición que recurra a políticas consensuadas por pura supervivencia y que además se enfrente a una fuerte oposición en el Parlamento.

De hecho, a pesar de los esfuerzos de Modi por desacreditar a Rahul Gandhi, este se ha convertido en un serio aspirante al poder que espera entre bastidores, y Modi sabrá que es muy apreciado en Occidente como una mente erudita con una perspectiva cosmopolita impregnada de humanismo y compasión por los millones de indios desposeídos y marginados.

Todo esto restablece el equilibrio político en Nueva Delhi después de una década, con el Congreso en condiciones de cuestionar insistentemente las políticas del gobierno y el BJP en el poder obligado a rendir cuentas. La arrogancia del BJP no tiene cabida en el esquema de las cosas que se avecinan.

Del mismo modo, la reafirmación de los partidos regionales pone de relieve la diversidad étnica de la India. Así, la retórica del etnonacionalismo de la última década, que enfrentó a la mayoría hindú de la India con la minoría musulmana del país y ayudó al BJP en las dos elecciones generales anteriores, ya no puede tener vía libre con el apoyo tácito del Estado.

De hecho, las principales preocupaciones de la gente son las dificultades económicas, y se han alcanzado los límites de la identidad religiosa como base para las elecciones de los votantes. India no puede ser ni será un Rashtra (nación en sánscrito) hindú.

Basta decir que una de las principales preocupaciones del mundo occidental –que India se tambalease hacia el etnonacionalismo y fuese víctima de los peligros que conlleva de militancia, extremismo y autoritarismo– se está disipando. Esto ayudará a que los discursos EEUU-India recuperen su esplendor.

En última instancia, la decisión de Biden de enviar a toda prisa a su hombre del hacha a Nueva Delhi justo en el momento del nacimiento del nuevo gobierno sólo demuestra hasta qué punto EEUU desea que India vuelva a ser su aliado natural. Como dice el refrán, al que madruga Dios le ayuda.

Para la administración Biden, Modi ha sido el líder más “proamericano” que India ha tenido nunca y ha formado un equipo de ensueño en la colina Raisina, con la cartera de Asuntos Exteriores ocupada por Subrahmanyam Jaishankar (jugó un papel clave en la negociación del acuerdo nuclear civil entre India y Estados Unidos), en quien confían los estadounidenses y cuyo corazón está en el lugar correcto cuando se trata de la alineación estratégica de India con EEUU, a pesar de todas sus grandilocuencias como modelo de nacionalista sin ambages.

Sin duda, EEUU hará todo lo posible y necesario para apuntalar la estabilidad de otro “gobierno Modi”. Ha ejercido una influencia decisiva en la política india y no dudará en ser proactivo. Y, sobre todo, tiene una excelente relación con los círculos Sangh Parivar (organización paramilitar​ india de extrema derecha​ y nacionalista hindú, ​ conformada por voluntarios y de la cual nació el partido que dirige Modi) de EEUU, que están conectados con los poderes fácticos de India.

El primer ministro de la India, Narendra Modi, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, saludan y hacen gestos a la multitud mientras se encuentran en el balcón Truman de la Casa Blanca tras una ceremonia oficial de llegada de Estado celebrada al inicio de la visita de Modi a la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos, 22 de junio de 2023.

El papel activo de Biden

No hay duda de que Biden desempeñará un papel activo en el relanzamiento de la odisea EEUU-India una vez que haya superado sus preocupaciones por su propia candidatura a la reelección. Nikkei Asia, la publicación hermana del diario británico Financial Times, ha informado citando a Mira Rapp-Hooper, Asistenta Especial del Presidente y Directora Principal para Asia Oriental y Oceanía en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que Biden planea asistir a la cumbre de la QUAD (siglas en inglés de “Diálogo de Seguridad Cuadrilateral”, una alianza estratégica informal entre Estados Unidos, Japón, Australia e India para intercambiar información de inteligencia y seguridad) en Nueva Delhi después de las elecciones presidenciales de EEUU en noviembre.

“Los trabajos preparatorios para… la cumbre de líderes [de la QUAD] están muy avanzados… Y estamos muy seguros de que tendremos resultados realmente sustanciales que seguirán basándose en la misión de la QUAD”, reveló.

En todos los sentidos, la señal que transmitirá la visita de Sullivan –no sólo al público indio sino también a los adversarios de EEUU en la lucha de época que se avecina para el orden mundial y el sistema internacional– es inequívocamente que la administración Biden concede la máxima importancia a forjar una alianza fuerte y duradera con India.

Con este fin, Washington está dispuesto a ayudar a Modi a conducir por aguas turbulentas lo que parece un gobierno de coalición inestable que se embarca en un viaje incierto, siempre que, por supuesto, la parte india también cumpla su parte del trato.

(*) M. K. Bhadrakumar, diplomático jubilado, es uno de los más prestigiosos analistas de Asia sobre geopolítica mundial. Ocupó numerosos cargos relevantes en distintos gobiernos de India.