La rebelión en EEUU contra el sionismo Por Rick Sánchez, programa Impacto Directo de RT en Español

La rebelión en EEUU contra el sionismo Por Rick Sánchez, programa Impacto Directo de RT en Español

Rick Sánchez nació el 3 de julio de 1958 (tiene 66 años) en Guanabacoa, La Habana, Cuba, Es el primer periodista latinoamericano en presentar un noticiero nacional en EEUU que lleva su propio nombre. Ha entrevistado a cuatro presidentes de EEUU, ha ganado cinco premios Emmy y ha dirigido tres equipos galardonados con el premio Peabody en CNN, Fox News, NBC News, iHeartRadio y Univisión. Sánchez es bilingüe e informa tanto en español, como en inglés.

Sánchez comenzó su carrera en WSVN Miami, estación de televisión que ayudó a convertir en una de las de mayor audiencia del país. Posteriormente, se mudó a Nueva York y fue parte integral de una cobertura del 11 de septiembre ganadora del premio Emmy. Recibió el premio Peabody por la cobertura del huracán Katrina y también desempeñó un papel importante en la cobertura del tsunami del 2004, ganadora del premio DuPont.

Entrevistó a Fidel Castro, Manuel Noriega y Mijaíl Gorbachov. Es autor de ‘Conventional Idiocy’ (‘Idiotez convencional’), un libro sobre el estado de la política y los medios de comunicación.

Antes de unirse al equipo de RT en Español, Rick Sánchez era presentador del programa “The News with Rick Sanchez” en RT America.

El derecho a la libertad de expresión en EEUU

Cientos de estudiantes universitarios han sido arrestados en Estados Unidos por protestar contra Israel. En colegios y universidades por todos Estados Unidos, miles de estudiantes están ejerciendo su derecho de protestar, un derecho que les otorga la Primera Enmienda de la Constitución su país.

Los que fundaron Estados Unidos lo consideraron el derecho más importante. La Primera Enmienda dice textualmente: “El Congreso no podrá restringir la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a solicitar al Gobierno la reparación de sus agravios”. Eso significa que puedes decir lo que quieras y donde quieras, y el Gobierno no te lo puede negar. Más todavía: puedes protestar en contra de tu Gobierno o de un Gobierno ajeno, sin recibir ningún castigo.

Es un derecho absoluto. Mientras no grites que hay un fuego en un teatro lleno de personas, puedes decir cualquier cosa y el Gobierno no te puede restringir. Tienes el derecho de ser estúpido, de ser repugnante, abusivo, mal informado, pesado, y el Gobierno ni un agente del Gobierno te lo puede prohibir. Esa es la Ley, posiblemente más importante.

Y para estar claros: una persona privada o un negocio privado sí te pueden restringir, y más que todo si estás en su propiedad; pero el Gobierno no. Así es como está supuesto a ser la manera que funciona esta Ley.

Pero en Estados Unidos, en este momento tienes el derecho de vindicar cualquier cosa, mientras y cuando no estés criticando a Israel. Así es, y siempre ha sido así, pero en estos días, posiblemente más que nunca, y la realidad es que si criticas al Estado de Israel y su guerra contra los Palestinos, te van a restringir, o peor.

Castigan a los que critican el genocidio

Desde que empezó la invasión a Gaza, las personas que han criticado a Israel han sido castigadas de diferentes maneras. Hay profesores universitarios que han sido despedidos, también han perdido sus carreras periodistas, médicos, artistas famosos.

El 22 de Noviembre de 2023, la actriz ganadora de un Premio Oscar y activista progresista Susan Sarandon fue excluida por su agencia de representación por críticas antisemitas supuestamente hechas sobre la guerra de Israel contra Gaza. La Agencia UTA abandonó a Sarandon como cliente después de que esta pronunciara un discurso en una manifestación propalestina en Nueva York.

También tenemos el caso de la joven actriz Melissa Barrera, quien fue castigada por decir públicamente lo que piensan millones de personas. Melissa fue despedida después de causar una intensa reacción por publicaciones en las redes sociales, que acusaban a Israel de genocidio y limpieza étnica, mientras definía a Gaza como un campo de concentración.

Pero en las universidades, el lugar donde la libertad de expresión está supuesta a ser más observada, es donde la crisis ha llegado a un punto crítico; hay como una especie de cacería de brujas en este momento, aquí, y lo vemos en las noticias, lo vemos en las calles, como vimos al principio.

Esto está ocurriendo en las grandes universidades, más prestigiosas y reconocidas en el país, como Yale y Columbia, donde las autoridades están actuando agresivamente en contra de los estudiantes, limitando, separando, interfiriendo, obstruyendo y hasta arrestando a los estudiantes que toman parte en las protestas a favor de los palestinos.

Esas dos universidades son privadas, así que no son parte del Gobierno. Pero –y esto es importante– sí aceptan miles de millones de fondos del Gobierno. Al menos un centenar de estudiantes fueron detenidos la semana pasada durante las protestas en las universidades Columbia y Yale. Los líderes sionistas recomiendan a los alumnos tomar sus clases en línea ante la tensión en los recintos universitarios.

Prohíben en New York protestas a favor de Palestina

El Alcalde de la ciudad de Nueva York, quien obviamente sí representa el Gobierno, declaró que, de ahora en adelante, las protestas a favor de los palestinos van a ser prohibidas, porque según el Alcalde están ofendiendo los sentimientos y causándole mucho dolor a la comunidad hebrea que vive en Nueva York, y también porque ¡son antisemitas!

Es decir, en Estados Unidos si alguien condena los actos del Ejército de Israel, y lo hace públicamente, será castigado, no importa quién eres. Puedes ser hebreo, pero si acusas a Israel de genocidio serás castigado. No importa que las Naciones Unidas dijo la misma cosa, quien lo diga será castigado, y la atención negativa que va a recibir en los medios occidentales va a ser más grande que cuando difundieron el reporte de la Corte Internacional de Justicia.

Esto no es nada nuevo. En 2021, cuando esa misma Corte anunció una investigación contra el Ejército de Israel acusándolo de crímenes de guerra, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu declaró que los jueces de esa Corte son antisemitas. Recientemente la Relatora de las Naciones Unidas, Francesca Albanese, presentó su informe sobre Gaza y declaró que lo que Israel está haciendo es un genocidio. ¿Y cómo respondió el Portavoz del Departamento de Estados de Estados Unidos? Dijo que ella es antisemita.

Es importante reconocer que el antisemismo existe en el mundo, es un problema grave, pero eso no quiere decir que se debe de usar como un martillo para atacar a los que simplemente están criticando las acciones de un país, en este caso Israel. Tengan o no tengan razón, la Constitución dice que lo puedes hacer.

El británico Jonathan Glazer, director de cine, que creó la película “La Zona de Interés”, y ganó el Premio Oscar por Mejor Filme Extranjero, cuando mencionó Gaza después de que le dieron el trofeo, todo cambió. Glazer declaró que “comparecemos aquí como hombres que se niegan a que su judaísmo y el holocausto se vean secuestrados por una ocupación que ha llevado al conflicto a tantas personas inocentes, ya sean víctimas del 7 de octubre en Israel, o del ataque se está llevando a cabo en Gaza”.

Glazer solamente declaró durante su discurso que los palestinos han sido maltratados, dijo que no quiere comparar eso con lo que hicieron los nazis, pero que sí es verdad, dijo él, que los palestinos viven bajo ocupación. Eso es todo, no fue un ataque antisemita, solamente una crítica. Pero inmediatamente le cayeron encima, y duro. Fue atacado por 900 judíos que son miembros de la Academia, y ahora es casi seguro que va a impactar en su carrera como Director.

Hay muchos casos de este tipo de cosas en Estados Unidos, incluyendo el caso de Danny Shaw, profesor del John Jay College de Nueva York. Fue despedido en marzo por su postura pública contra el genocidio y por la liberación del pueblo palestino.

El relato de Danny Shaw

Danny Shaw, formó parte de una de las protestas universitarias en Nueva York, en la Universidad de Columbia, y nos cuenta:

Yo me gradué en 2006 en la Escuela de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos de la Universidad de Columbia. La policía antimotines, “Riot Police”, allanó la Universidad el jueves 23 de abril. Nos trataron con mucha brutalidad. Había filas y filas de llos ubicados frente al campus, vestidos, preparados para una guerra, con sus macanas afuera, sacaron hasta una pistola contra nosotros el domingo 21 de abril por la noche, a las 4 de la mañana. No hubo ninguna explicación. Nosotros estamos a favor de la justicia, de la paz, de la coexistencia de todos los pueblos.

Para nosotros la cuestión de Palestina no es una cuestión religiosa, es una cuestión colonial, es una cuestión de dominación extranjera a un pueblo indígena del Medio Oriente.

Eric Adams manda más y más Policías y dice que nosotros, bueno, hay una campaña pública contra nosotros, acusándonos de ser antijudíos, antisemitas; ellos no quieren venir a visitarnos, la Prensa muchas veces queda afuera y busca cómo perjudicarnos con mentiras. Y como confundió a la población gringa, que sigue creyendo que detrás de la causa palestina hay algo antijudío, que no es verdad, esa es la forma de desacreditar nuestro mensaje, que el Pueblo Palestino tiene Derecho de vivir y vivir en Paz como cualquier Nación del Mundo.  

Si ustedes la protesta en vez de ser a favor de los palestinos, fuera a favor de Israel, seríamos héroes, tuviéramos al alcalde Eric Adams y a la Presidenta de Columbia, Minouche Shafik, visitándonos, mandándonos no sé qué clase de comida. Pero como nuestra causa no tiene el apoyo de la prensa, de los que tienen poder, ellos nos están satanizando y atacando constantemente, sin contar la verdad de esa historia de genocidio, de limpieza étnica, de Apartheid, allá en Palestina.

La prohibición del alcalde de Nueva York, que de ahora en adelante va a ser prohibido tener ese tipo de protesta contra Israel o a favor de los palestinos no es sorpresiva. Es otra grave violación de una Constitución que ellos no respetan, la utilizan con un doble estándar. Hay un libro del profesor Marc Lamont Hill, supuestamente “progresista”, que dicen que Palestina es una excepción. Eso se llama la famosa o la infame “Excepción Palestina”. Puede que la gente tenga sus causas y su conciencia, pero cuando se trata de los indígenas del Medio Oriente, de Palestina, siempre están a favor del sionismo y del genocidio de este pueblo.

Y si es mentira lo que nosotros estamos aquí protestando, ¿por qué ningún periodista puede entrar en Gaza? ¿Por qué han asesinado por encima de 150 periodistas palestinos en Gaza? ¿Por qué han asesinado a los trabajadores de las Naciones Unidas? No son nuestras voces radicales nada más que están diciendo que es un genocidio, las Naciones Unidas, o una funcionaria del Gobierno como Samantha Power, hasta Biden ya están hablando de eso.

Nosotros estamos firmes. O sea, yo soy de otra generación de activistas estudiantiles, tengo 46 años, me gradué aquí en 2000, del bachillerato, pero esos estudiantes que tienen 19, que tienen 21, están bien organizados. Yo estoy aquí apoyando. Ellos siguen muy fuertes, eso no se trata de que nosotros nos vamos a distraer por toda la infamia y las acusaciones. Esto se trata de Gaza y de Palestina”.

Le pregunté a Daniel Shaw si no le preocupa que lo arresten o lo maltraten a él o posiblemente a otros que conoce y que son parte de la protesta. Y Daniel me responde:

Ya me han hecho eso tantas veces en mi vida, nada más por hablar abiertamente de Palestina. Han publicado imágenes mías y mi dirección, información personal; me han acusado de ser nazi en los últimos siete meses. Ya van 200 días de genocidio, no me puedo echar para atrás y claudicar ahora. Hasta me despidieron de mi trabajo después de dos décadas como profesor universitario. No sé cuáles riesgos más me faltan.

Me despidieron porque según ellos yo soy antisemita por criticar. Yo no considero que sea una guerra entre Palestina e Israel. Yo lo considero una masacre, una matanza, un genocidio, un proceso genocida de 76 años contra el pueblo palestino. Y por eso el mes pasado, la Presidenta de la Universidad de John Jay College, me despidió; nunca me saludó, nunca conversó conmigo, no hubo ninguna investigación, sino una campaña sionista, que yo era un racista, que era un antijudío, y de una vez me despidieron.

Yo dije que era un genocidio, que el sionismo buscaba una campaña de exterminación del Pueblo palestino; y en X/Twitter yo estaba llegando a millones sencillamente por eso. Ellos me censuraron –en inglés se llama “censurar por sombra”. Ya mi cuenta de X/Twitter ni aparece como “Profesor Daniel Shaw”. Entonces fue censura, fue doxing (acoso online del que cualquiera puede ser víctima), que representa muchas amenazas. Y fui despedido también.

El profesor Norman Finkelstein –que es un sabio de este tema– habló recientemente y explicó que el sionismo utiliza una falsa comprensión del antisemitismo para camuflar su guerra violenta contra el pueblo indígena, y les está funcionando. Han despedido a muchísimos de mis colegas profesores universitarios. Estamos aquí acampados porque la suspensión de los estudiantes de Columbia –donde yo estudiaba antes– y mi despido representan la misma causa. Cientos de profesores, profesionales y periodistas somos víctimas de acoso en nuestras cuentas de redes sociales y tenemos nuestras vidas destruidas por esa agresión colonial del sionismo.  

¿Cómo es posible que si las Naciones Unidas puede decir algo, me pueden castigar por decir la misma cosa? La Presidenta de la universidad ni siquiera dejó que el Departamento donde laboraba, el de Estudios Latinoamericanos, hiciera su trabajo, porque es mi Jefe el que contrata y despide. La Presidenta intervino, no habló con nadie. Ellos habían amenazado que iban a cortar los fondos para el John Jay College, iban a abrir una investigación de mi antisemitismo y la llamada violación de los Derechos Civiles de los judíos. Esas son acusaciones fuertísimas, pero no han presentado ninguna evidencia. Yo tengo mi abogado, como los demás colegas que han sido despedidos, eso va para las calles, eso va para la opinión pública y por supuesto va para las Cortes.

Le pregunté a Daniel si cree que va a llegar el momento donde el público norteamericano se va a reavivar y van a protestar porque el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos están financiando a Ucrania y Taiwán. ¿Qué es lo que tiene que pasar para que el Pueblo norteamericano llegue a ese punto donde le digan al Gobierno: “¡Basta! Ya suficiente señor Biden”?

Hablo como un ser humano y como un activista que desde el 7 de octubre le duele la respuesta de Israel, una respuesta asimétrica, una respuesta genocida. Todo el que escuche mi voz que se vaya a las calles, que se involucre, que apoya a la juventud, al estudiantado. Ellos son héroes anónimos, están tomando muchísimos riesgos.

Las autoridades universitarias no pueden despedir a todo el mundo. Si yo estuve en la primera línea es porque tengo experiencia, yo no tengo miedo, porque yo creo en las causas justas, y cuántas veces nosotros hemos cuestionado. Si hubiéramos estado vivos en la época de Hitler, qué hubiéramos hecho. Pues que se miren en el espejo y lo que han hecho los universitarios en los últimos 7 meses es lo que yo hubiera hecho en cualquier etapa difícil de la historia.