Andy Mejía venció el miedo aprendiendo el arte en barro Managua. Por Gabriela Almanza, Tecnológico Nacional

Andy Mejía venció el miedo aprendiendo el arte en barro Managua. Por Gabriela Almanza, Tecnológico Nacional

Recientemente se realizó la tercera promoción del «Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho ¡No volverá el pasado!», donde egresaron 280 jóvenes y adultos en cursos relacionados al arte y la cultura, entre ellos Andy Josué Mejía González, quien finalizó el curso de elaboración de artesanías en barro.

Esta historia no hubiese sido escrita sin la iniciativa que tomó Andy, quien lleno de emoción se me acercó y pidió que lo entrevistara, ya que deseaba contar su buena experiencia en el centro.

Andy es un joven que cumplirá 30 años, posee una leve deficiencia intelectual y por muchos años estuvo acompañado del miedo de hablar en público.

Róger Avilés del Comité Académico del Centro, explicó que la inclusión es un eje transversal de la formación técnica de INATEC. “Recibimos y estamos preparados para atender jóvenes con diferentes discapacidades y esto genera condiciones en diferentes cursos que ya hemos desarrollado, con una participación activa de este segmento de estudiantes”, agregó Avilé.

En el caso de Andy, tomar el curso en elaboración de artesanías en barro le permitió mejorar y desarrollar habilidades que le ayudaron a cumplir el anhelo de perder ese miedo e interrelacionarse mejor con otras personas.

“Ya casi no me da pena. Antes me daba pena, mucha pena, cuando iba a la iglesia no quería hablar porque sentía miedo y pena, pero ahora ya no tengo nervios”, cuenta Andy.

En el curso aprendió a hacer figuras en barro como angelitos y animales. Cuenta que, primero “hacemos una masa de barro con nuestras propias manos, esperamos que se seque, las llevamos a un horno y por último pintamos nuestras creaciones” y así explica con entusiasmo todos los tipos de piezas que aprendió a elaborar.

“Gracias al Centro Cultural Coronel Urtecho, tenemos la oportunidad de aprender este tipo de clases”, dice. “Ya aprendí a hacer mis propias piezas y en el futuro quiero poner mi propio negocio”, anuncia Andy.

Ahora tiene más aspiraciones: “más adelante quiero aprender el curso sobre elaboración de títeres. Soy maestro de la escuela dominical de niños en mi iglesia y quiero llevarles el mensaje de los cuentos con los títeres”.

La mamá de Andy, Silvia González, asegura que su hijo es muy esforzado en sus estudios. “Esta no es la primera vez que Andy está en un centro técnico. En 2017 estuvo en el Hugo Chávez, en el Barrio San Luis, en donde aprobó los cursos herramientas digitales en diseño gráfico, técnicas del servicio de diseño gráfico y sistema operativo y ofimática”, informa Silvia.

Cuenta que cuando supieron que existía el centro cultural ofreciendo cursos de arte, Andy se fue a matricular. Este curso representó mucho para Andy, pues “ahora está más participativo. Después de cada clase me llegaba contando todo lo que hacía y cuanto le gusta. Esto en él ha representado un mejor desarrollo personal y profesional”, dice su madre.

“Se siente alegre y realizado, porque está haciendo lo que más le gusta y como madre, me siento feliz de verlo tan bien y realizado”, asegura Silvia.

“Ahora que tenemos estas oportunidades completamente gratis, doy gracias al gobierno por estas oportunidades que me le está dando a mi hijo y a muchos jóvenes más, discapacitados y no discapacitados, todos tienen igual oportunidad”, agregó.

A este Centro Tecnológico le respalda un personal académico altamente calificado, con experiencia y trayectoria de hasta 40 y 50 años en escena, en las diferentes disciplinas artísticas, que imparten clases de teatro, danza, títeres, lo cual genera profesionales fortalecidos en su formación.

El Centro Coronel Urtecho “representa un antes y un después en la formación en arte en nuestro país, primero porque desde esta plataforma contribuimos a la creación de público y un semillero de nuevos artistas que evoluciona dentro de la esfera artística de nuestro país”, explica Róger Avilés del Comité Académico.