Panamá con bajo compromiso de reducción de pobreza Ciudad Panamá. Prensa Latina

Panamá ocupó el puesto 108 entre 158 naciones incluidas en el ranking mundial del índice Compromiso con la Reducción de la Desigualdad 2020, comenta este ñunes un medio de prensa.

La calificación toma en cuenta los parámetros de acceso a servicios públicos, políticas, instituciones y prácticas impositivas aplicadas a la reducción de la desigualdad y derechos laborales.

Pero la peor calificación la obtuvo el aspecto fiscal, donde la investigación ubicó al país en el lugar 144, casi al final de la lista, informa el diario La Prensa.

El indicador es producto del estudio de las organizaciones no gubernamentales británicas Oxfam y Development Finance International (Desarrollo de Finanzas Internacionales), y el reporte confirmó que los investigadores consideran a Panamá como uno de los más desiguales del mundo.

Algunos estudios sobre el tema concluyeron que la nación presenta un desequilibrio territorial del desarrollo humano y la excesiva dependencia de un modelo económico sustentado en los servicios, los cuales fueron identificados como generadores de la desigualdad panameña, asevera la fuente.

Tales opiniones coinciden con otras similares como el Coeficiente de Gini (que mide pobreza multidimensional) del Banco Mundial, el índice de desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual ubica al país como el sexto más desigual del mundo.

El diario hace un análisis histórico para explicar los orígenes de la inequidad y se remontó a la etapa colonial española, en la cual la metrópoli asignó a la parte más estrecha del istmo el papel de paso de la riqueza extraída de Suramérica, en su tránsito hacia la península ibérica.

En el desarrollo posterior, esa estrecha cintura de tierra que se extiende entre los océanos Atlántico y Pacífico concentró toda la atención y casi toda la inversión extranjera en Panamá.

‘Mientras tanto, lo que sucedía más allá de La Chorrera (Oeste) y de Chepo (Este), estaba fuera de la gran agenda internacional’, confirma el reporte.

La construcción del canal y ferrocarril transístmico generó una economía transitista, que subsiste, y el abandono de las regiones distantes, con énfasis en los pueblos originarios que representan el 12 por ciento de la población, lo que creó, además, una doble desigualdad marcada por el origen indígena de las personas, según la fuente.