Como Rusia venció a Napoleón, Nicaragua venció a los tranqueros Managua. Radio La Primerísima
Entre la gran derrota de Napoleón en Rusia en el siglo 19 y la victoria del pueblo nicaragüense en 2018 sobre las fuerzas somocistas pagadas por Estados Unidos, hay una curiosa analogía: el jefe militar ruso y el Presidente Daniel Ortega acopiaron paciencia, dejaron que los respectivos enemigos creyeran que estaban ganando y luego les asestaron el golpe demoledor para derrotarlos.
Esa explicación la ofreció el Presidente Ortega la noche del jueves durante el acto que celebró el 128 aniversario del nacimiento del Héroe Nacional Augusto C. Sandino (1895-1934) en el Centro de Convenciones Olof Palme de Managua.
Acompañado por los presidente de todos los poderes del Estado, los jefes de la Policía Nacional y los generales y oficiales superiores del Ejército de Nicaragua, entre otras personalidades, el mandatario nicaragüense también explicó cuál fue el factor clave para que él ordenara el desmantelamiento de los tranques (bloqueos carreteros y callejeros) instalados por los delincuentes somocistas que mantuvieron aterrorizado al pueblo nicaragüense durante tres meses en 2018.
En efecto, como recordó el Presidente Ortega en su alocución, el 24 de junio de 1812 los ejércitos del emperador Napoleón, formados por casi 700 mil hombres, invadieron Rusia con la pretensión de adueñarse de aquél inmenso territorio y anexarlo al naciente imperio francés. Pero el general y príncipe Kutúzov ocupó una genial táctica mediante la cual hizo creer al jefe invasor que no habría resistencia del ejército de 280 mil hombres (el 40% de las fuerzas napoleónicas) y lo dejó avanzar hasta Moscú.
Una vez que las tropas imperialistas llegaron a Moscú el 14 de septiembre, Napoleón encontró una ciudad fantasma: nadie quedaba en la ciudad y por lo tanto, no había alimentos para sus tropas. Ningún jefe ruso se rindió sino que por el contrario, ocho días antes pegaron fuego a la ciudad. Para mayor angustia del emperador, el invierno con sus temperaturas de hasta 30 grados bajo cero estaba a las puertas, y sus tropas no tenían vestimentas para resistir el frío, ni alimentos,
Las fuerzas del imperio ruso arremetieron con fiereza contra las huestes napoleónicas, que al final redundó en el triunfo rotundo del pueblo ruso y la aniquilación de gran parte de los ejércitos al mando de Napoleón: solo 58 mil hombres de Napoleón sobrevivieron, menos del 10% del total.
En Nicaragua, en 2018, explicó el Presidente Ortega, cuando Estados Unidos desató sus operaciones terroristas en Managua y las principales ciudades del país, la orden que impartió fue acopiar paciencia y esperar el momento oportuno para actuar.
“Apelábamos al diálogo, porque apelábamos a los famosos mediadores (los obispos católicos) que eran golpistas también, todos los curas que estaban ahí como mediadores eran golpistas. Nosotros decíamos a la Policía: «aguante Policía, aguante. Quédense en los cuarteles». Ellos (los golpistas) pensaban –como decían ellos, que ya estábamos montados en el avión, así lo decían tranquilamente–que ya estábamos derrotados y no entendían que nuestro propósito era buscar una salida que no nos llevara a una confrontación con ellos para desalojarlos de los tranques”, detalló el líder sandinista.
Recordó que en esos tranques se “cometían asesinatos todos los días y más bien se sentían envalentonados y más crímenes cometían y más gente asesinaban y más policías quemaban y se iban sobre los cuarteles de Policía que estaban acuartelados, y se lanzaban ahí con superioridad numérica y en armas y llegaron a matar a muchos policías”.
“Napoleón se creyó que tenía ganada la guerra, porque lo dejaron avanzar hasta Moscú, como los golpistas aquí porque como no los poníamos en orden”, dijo Daniel.
“Nosotros queríamos evitar el costo de tener que desalojarlos, pero al final fue lo más importante porque hizo cobrar conciencia al pueblo y alguna gente que estaba totalmente confundida –porque mucha gente se confundió, algunos hermanos sandinista se confundieron también, creían que era el fin, con toda la campaña mediática que tenían– pero nosotros le hicimos ver al pueblo que lo que queríamos era que desmontaran los tranques, porque desmontando los tranques entonces era la mejor prueba que había voluntad de entendimiento, de reconciliación”, destacó Daniel.
Agregó: “Como ellos querían que se transmitiera por televisión, en directo el diálogo, pues ahí estaba transmitiéndose en televisión por directo en cadena nacional, y cuando nuestros delegados, los trabajadores, los transportistas, los agricultores llegaban a la mesa del diálogo y hacían sus alegatos, explicando que estaban destruyendo la agricultura, que los comerciantes los estaban llevando a la quiebra, que a las familias que nos les permitían ir a los hospitales, que no los dejaban pasar por los tranques, todo eso se decía ahí y se difundía dentro del país, y luego ellos justificando los crímenes que estaban cometiendo y defendiendo los tranques.
De eso “fueron testigos los nicaragüenses porque a la hora de la votación se les decía, bueno pues votemos ¿Quiénes están porque se levanten los tranques y quiénes están en contra que se levanten los tranques? Solamente los delegados de gobierno, los transportistas, lo comerciantes, las familias que estaban siendo afectadas levantaban las manos. «Ahora, ¿quiénes están a favor que se mantengan los tranques?», preguntamos y los que se fueron en el avión levantaban las manos, para que no se levantarán los tranques”, abundó el Presidente Ortega.
“Y los tranqueros creyendo que era un problema de que en ese momento no tengo (Daniel) la fuerza, ni la decisión para hacerlo. Entonces ellos más trancados en los tranques. Transcurrieron unas cuantas semanas y el país totalmente trancado y los crímenes todos los días, ellos quemando buses, asaltando universidades, de todo esto fue testigo Nicaragua y eso no se debe olvidar, recuerden bien, lo que significa la violencia llevada para buscar cómo destruir el proceso que venía trabajando en paz. ¿Quién es el sacrificado? El pueblo. Son afectados también las grandes empresas, los trabajadores”.
“Llegó un momento que ya había un estado de opinión en la población, que nos reclamaba «a qué hora acaban con los tranques» y fue ahí donde dijimos: «ahora es el momento» y fuimos. No hubo que librar grandes batallas, simplemente la Policía acompañada de la Policía Voluntaria desmantelaron rápidamente los famosos tranques”, puntualizó.
“Los que promovían esos tranques eran vendepatria. No querían ningún arreglo por la Patria. Y por otro lado se sentían que habían vencido porque los dejábamos estar ahí y que solo estaban esperando que dejáramos el Gobierno”, aseguró.
Enseguida recordó una reunión celebrada a principios de junio de 2018 con la Conferencia Episcopal, que se suponía sería para encontrar una salida al conflicto provocado por Estados Unidos. “Todos llegaron a esa reunión, los señores obispos, estaba también el señor cardenal (Leopoldo Brenes), pero había también unos que eran bien beligerantes, apurándonos porque ya nos fuésemos. Y nos presentaron aquel famoso documento firmado por todos ellos donde nos decían que había que desmantelar el Estado. Una locura completa, una aberración.
Entretanto, en aquella difícil coyuntura, el Ejército estaba “resguardando zonas estratégicas, mientras la Policía, con la Policía Voluntaria llevando a cabo las operaciones. Siempre, cuando preparábamos las operaciones, tuvimos el cuidado de evitar al máximo que hubiese heridos, más allá que aquellos que obligaran la defensa de la vida, de los ciudadanos, de los policías voluntarios y de la Policía”.
Entonces, señaló, al ver ese mensaje supo que no quedaba más alternativa que desmantelar los tranques en el momento oportuno y restablecer el orden en el país.
En ese sentido, el presidente de Nicaragua preguntó a los empresarios “que llamaron a hacer huelga después que estaban muy bien haciendo grandes negocios con el Gobierno en alianza: ¿cuándo estaban mejor? ¿Con los golpistas tranqueros paralizando el país o ahora que hemos recuperado la paz?».
