Tampa Bay deja en el terreno a los Dodgers y empatan la Serie Mundial Arlington, Texas. Agencias.

Tampa Bay deja en el terreno a los Dodgers y empatan la Serie Mundial Arlington, Texas. Agencias.

A un strike de la derrota, Brett Phillips tomó turno al bat. El emergente no iba de 2-0 en la postemporada, y ni siquiera fue incluido en el roster de los Rays para la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Pero la fe estaba puesta en él. Con dos corredores a bordo, Phillips pegó el batazo, un error en el jardín central permitió anotar la del empate, Randy Arozarena se tropezó en el camino a home, pero un error del catcher Austin Barnes le permitió llegar a la meta. Safe en home.

Hay veces que la realidad supera a la ficción, que lo que pasa es tan descabellado que nadie lo hubiera imaginado. El Juego 4 de la Serie Mundial siguió la tendencia de 2020, de que se redefine lo imposible y lo inimaginable, para que los Rays de Tampa Bay igualen el Clásico de Otoño al dejar sobre el terreno a los Dodgers, con pizarra de 8-7.

Tampa Bay estuvo dos veces a un solo strike de caer 1-3 en la Serie Mundial, que es básicamente el una sentencia de muerte. La primera fue de su mejor bat, que extendió el turno y la vida con pasaporte, dejando al que quizás era el último jugador que hubieran querido en esa situación, Brett Phillips, quien tenía solo dos turnos en toda la postemporada.

Digno de Hollywood, pero esto no acabó con un cuadrangular, sino en un accidente de jugada: hit del desconocido que apenas si libra al cuadro, mal fildeo en los jardines, tiro al plato, un corredor que se cae y estaba sentenciado, pero la pelota se le escurre al cátcer y Tampa gana un partido más para la lista de pesadillas de postemporada de Kenley Jansen.

Pero antes, un partido de locos. Los Dodgers tomaron la ventaja de la misma forma que lo hicieron en el Juego 3: cuadrangular solitario de Justin Turner con dos outs en la primera, manteniendo el idilio del equipo con dos fuera, ya que anotaron en seis entradas así, algo que solo una vez se había visto en la historia de la postemporada y nunca en el Clásico de Otoño, según Baseball Reference.

El mexicano Julio Urías tuvo una increíble actuación abriendo con nueve ponches ante los 18 bateadores que enfrentó en 4.2 entradas, espacio en el que sólo permitió dos carreras con home runs solitarios de Randy Arozarena en la cuarta y Hunter Renfroe en la quinta. A un out de aspirar a la victoria, el manager Dave Roberts decidió sacarlo del juego.