EEUU debe proteger y no perseguir a los migrantes San Antonio, Texas. The New York Times y otros medios de EEUU

Cuando un autobús lleno de inmigrantes se estacionó en el centro de Los Ángeles a mediados de junio, causó una conmoción en la localidad: en una ciudad con una de las mayores poblaciones de inmigrantes del país, este era el primer grupo que llegaba patrocinado por el gobernador de Texas, Greg Abbott.
Esta semana llegó el duodécimo de estos autobuses a Los Ángeles, parte de la misión del gobernador texano de distribuir la responsabilidad del cuidado de los migrantes recién llegados a los políticos demócratas que han apoyado políticas migratorias nacionales más hospitalarias.
Desde el año pasado, tanto el gobernador de Texas como el de Florida, Ron DeSantis, han ofrecido a los migrantes transporte gratuito desde poblados fronterizos hasta Nueva York, Chicago, Filadelfia y varias otras ciudades. Las personas que llegan a bordo de estos autobuses han sobrecargado los recursos de algunas ciudades, ya que han saturado los refugios y los medios de asistencia.
“Es aberrante que un funcionario electo de Estados Unidos use a seres humanos como peones en sus juego político barato”, afirmó en junio Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, refiriéndose al programa de traslado en autobuses.
Sin embargo, la realidad es que la cantidad de migrantes a los que se les ofreció transporte gratuito desde Texas en el último año es solo una fracción de los que suelen trasladarse de la frontera sur a ciudades de todo el país, a lugares donde hay trabajos, contactos familiares y redes de otros inmigrantes originarios de sus países natales. Y así ha sido durante años.
Según los cálculos de los demógrafos, de los casi 11 millones de personas inmigrantes que viven en este momento sin autorización legal en los 50 estados del país, la mayoría inició su nueva vida con un viaje desde una ciudad fronteriza o un aeropuerto que, por lo general, pagaron con ayuda de un familiar, un grupo de asistencia o con sus propios ahorros, no con apoyo del gobernador de Texas.
¿Cuál era el plan de Abbott?
Decidido a hacer hincapié en el gran número de personas que han cruzado la frontera en los últimos años, de lo cual culpa a las políticas migratorias del gobierno de Joe Biden, Abbott diseñó un plan para acercarse a los migrantes una vez que fueran procesados por las autoridades fronterizas y ofrecerles transporte gratuito en autobuses alquilados.
“Voy a llevar la frontera hasta el presidente Biden”, declaró en una conferencia de prensa tras presentar su plan en abril de 2022.
Muchos migrantes se han mostrado agradecidos por la oportunidad de viajar gratis, ya que suele quedarles poco dinero después de finalizar la travesía de meses hasta la frontera entre Estados Unidos y México.
Lever Alejos, un venezolano que llegó a Washington D. C. en julio pasado, dijo: “Me siento afortunado de que el gobernador me haya mandado en autobús a Washington”. Alejos encontró trabajo y empezó a enviarle dinero y regalos a su hijo pequeño que está en su país de origen. Hace poco se compró un auto.
¿Todos abordan los autobuses? No. De hecho, los migrantes que abordan los autobuses financiados por el estado de Texas solo representan una fracción de los miles que llegan a la frontera cada mes. Algunas personas migrantes son recelosas de aceptar el transporte gratuito.
Desde abril de 2022, el programa de transporte en autobuses de Texas ha enviado a unos 34.740 migrantes a otros estado; son suficientes personas para poblar una ciudad pequeña. Pero ese es un subconjunto insignificante de los cientos de miles que cruzaron la frontera en ese mismo periodo, y la mayoría de ellas probablemente también llegaron a destinos fuera de Texas.
Tan solo Nueva York ha recibido más de 100 mil migrantes en el último año, y de ellos solo 13 mil 100 fueron enviados en autobuses alquilados por el estado de Texas.
Los migrantes venezolanos
Es más, muchos migrantes cruzan la frontera todos los días en Arizona, California, Nuevo México e incluso partes de Texas donde no hay servicios gratuitos de transporte en autobús. Tras ser puestos en libertad por las autoridades fronterizas, suelen arreglárselas para viajar por su cuenta a sus destinos en Estados Unidos.
Cada año, miles de personas migrantes toman autobuses de Greyhound desde Tucson, San Diego y San Antonio, y algunos toman vuelos comerciales, que pueden abordar siempre y cuando tengan una identificación. Ellos pagan su propio transporte, o tienen parientes o amistades que ya están en el país y les compran el boleto. En algunos casos, organizaciones benéficas o voluntarios les ofrecen a los migrantes dinero o vales de millas aéreas para sus traslados.
Entonces, ¿por qué de pronto hay tanta escasez de recursos en algunas ciudades? Algunos de los migrantes que llegan a bordo de los autobuses gratuitos suelen tener más necesidades que otros. Eso refleja un cambio que ha habido en los últimos dos años en la composición de los migrantes que cruzan la frontera. Una gran proporción de quienes viajan en los autobuses de Texas son venezolanos que huyen de la adversidad económica y la agitación política.
A diferencia de los mexicanos y centroamericanos que han migrado a Estados Unidos desde hace décadas, es poco probable que los venezolanos tengan amigos y familiares que los reciban, ya que su migración es un fenómeno reciente.
Sin dinero ni familia, los venezolanos han sobrecargado la capacidad de las organizaciones sin fines de lucro y los grupos de voluntariado desde la primavera del año pasado. Como no tienen contactos en Estados Unidos, también es más probable que los venezolanos quieran viajar a una ciudad grande, como Nueva York, donde esperan encontrar empleo y ayuda.
Los venezolanos conforman la mayoría de los migrantes que duermen en los albergues de Nueva York. Siguen llegando, aunque su número ha descendido en los meses recientes.
El gran número de haitianos que ha llegado últimamente también ha abrumado a algunas ciudades, ya que muchos de ellos también llegan con pocos recursos propios.
En particular, la ciudad de Nueva York y el estado de Massachusetts se han visto sobrepasados por la afluencia de migrantes porque tienen leyes de derecho al refugio que les obligan a atender a las personas que lo soliciten, aunque en Massachusetts eso solo aplica a las familias con niños y a las mujeres embarazadas.
¿Por qué se quedan en albergues?
La mayoría de los migrantes que cruzan la frontera buscan asilo en Estados Unidos, pero no pueden solicitar permisos de trabajo hasta unos seis meses después de haber presentado peticiones de protección. El vasto número de solicitudes también ha creado un retraso burocrático.
Sin permiso de trabajo, es difícil conseguir empleo. Algunos inmigrantes encuentran trabajos en la economía informal o reciben pagos en efectivo por trabajos manuales. Pero, aun así, les toma tiempo ahorrar dinero suficiente para rentar un lugar donde vivir, y los arrendadores suelen pedir comprobantes de ingresos y otros documentos que ellos no tienen.
Las familias pueden recibir alimentos, atención médica y otras clases de apoyos, dependiendo del estado. Los niños, sin importar su situación migratoria, tienen derecho a inscribirse en escuelas públicas en todo el país.
Tan solo en Nueva York, el costo de ayudar a los inmigrantes asciende a los miles de millones de dólares. La carga financiera que suponen los recién llegados ha motivado a las autoridades de Nueva York, Illinois y Massachusetts a declarar estados de emergencia, con los que instan al gobierno federal a facilitar recursos.
Alcalde se lanza contra los migrantes
En una brusca escalada, el alcalde Eric Adams declaró que la ciudad de Nueva York estaba siendo destruida por una afluencia de 110 mil migrantes procedentes de la frontera sur. Sus comentarios, criticados por los defensores de los inmigrantes por considerarlos villanos por buscar una vida mejor, subrayaron que la oleada se ha vuelto abrumadora.
Es un cambio radical para el alcalde, que prometió durante la campaña que Nueva York seguiría siendo una ciudad santuario bajo una administración de Adams, diciendo en 2021: “Debemos proteger a nuestros inmigrantes. Y punto”.
Adams hizo estos controvertidos comentarios durante un acto municipal celebrado el miércoles por la noche en el Upper West Side de Manhattan, mientras lamentaba la presión financiera a la que se enfrenta la ciudad por acoger y prestar servicios a las decenas de miles de inmigrantes, en su mayoría latinoamericanos, que han llegado desde el año pasado.
“No veo un final para esto. Este asunto destruirá la ciudad de Nueva York”, dijo Adams refiriéndose a la crisis quien aseguró que 110 mil solicitantes de asilo han pasado por la ciudad de Nueva York desde abril de 2022.
“Todos nos vamos a ver afectados por esto. Lo dije el año pasado cuando teníamos 15 mil (migrantes), y se lo digo ahora con 110 mil: la ciudad que conocíamos, estamos a punto de perderla”, añadió y dijo que el asunto causará a la ciudad un déficit presupuestario de 12 mil millones de dólares que provocará recortes en los servicios a los neoyorquinos.
La ciudad se ha esforzado por proporcionar alojamiento y servicios adecuados a los inmigrantes, como exige la ley desde hace décadas. Menos de 60 mil migrantes se encuentran actualmente ocupan ahora camas en los refugios tradicionales de la ciudad y en más de 200 centros de emergencia gestionados por la ciudad, según los últimos datos del Ayuntamiento. Y se espera que unos 20 mil niños inmigrantes asistan a las escuelas de Nueva York cuando comiencen hoy las clases.
Cientos de inmigrantes más llegan cada semana, según datos del Ayuntamiento. Adams dijo que no veía la forma de que la ciudad pudiera mantener el ritmo. Señalando las nuevas proyecciones de que la asistencia podría costar a la ciudad casi 12 mil millones de dólares en tres años, ha pedido que el Presidente Biden declare la situación de emergencia y dedique fondos federales.
Los cruces ilegales de la frontera sur han aumentado considerablemente en los últimos meses. Y los gobernadores de Texas y Florida han trasladado en autobús a miles de inmigrantes a ciudades del norte como Nueva York, Chicago y Filadelfia, pero eso es sólo una fracción de las personas que llegan.
Quizá tan importante como lo anterior sea la demografía. A diferencia de los mexicanos y los centroamericanos, los venezolanos -que ahora constituyen la mayoría de los inmigrantes en los albergues para personas sin hogar de Nueva York- no suelen tener amigos ni familiares que los acojan. También es probable que les resulte difícil obtener un permiso de trabajo, un proceso que Adams ha pedido que se acelere.
Neonazis elogian a Adams
El alcalde Eric Adams está recibiendo elogios de algunos rincones desagradables de Internet por su afirmación de que la crisis migratoria “destruirá” la ciudad de Nueva York.
The Daily Stormer (El Diario Tempestuoso), un blog neonazi dirigido por el conocido teórico de la conspiración de extrema derecha Andrew Anglin, publicó el viernes un post en el que afirmaba que los comentarios de Adams le convertían en “basado”, una frase utilizada en los foros de chat en línea para describir a una persona orgullosamente sin filtro. Afirmó que los comentarios de Adams, quien es de raza negra, también son “perspicaces”.
Cuando se le preguntó si la oficina del alcalde quería distanciarse del post del Daily Stormer, la portavoz de Adams, Kayla Mamelak, acusó al Daily News de “legitimar sitios web nazis.”
“La administración de Adams está profundamente orgullosa de la compasión y el cuidado que hemos proporcionado a más de 110 mil solicitantes de asilo que han llegado a nuestra ciudad pidiendo refugio desde hace bastante más de un año”, dijo Mamelak. “Pero, como ha dicho el alcalde en repetidas ocasiones, aunque nuestra compasión es ilimitada, nuestros recursos no lo son. Simplemente no podemos seguir haciendo esto sin un apoyo sustancial de nuestros socios estatales y federales, y los neoyorquinos están de acuerdo”.
Adams se ha enfrentado a duras críticas por sus últimos comentarios sobre la crisis migratoria por parte de compañeros demócratas, que dicen que son xenófobos y peligrosos.
A la luz de los elogios del Daily Stormer, Sophie Ellman-Golan, directora de comunicaciones de Judíos por la Justicia Racial y Económica, dijo que el alcalde debería haber sabido mejor que hacer sus comentarios del miércoles.
“Inmediatamente quedó claro que los republicanos MAGA apreciaban y estaban de acuerdo con las declaraciones antiinmigrantes del alcalde. Luego Donald Trump se hizo eco con aprobación de sus palabras”, dijo Ellman-Golan, cuyo grupo critica con frecuencia al alcalde.
“Y ahora vemos que auténticos nazis también alaban al alcalde por sus comentarios xenófobos. La división, el miedo y los amigos multimillonarios del alcalde son lo que suponen una amenaza para la ciudad de Nueva York, no los neoyorquinos más recientes”, sentenció Ellman-Golan.
Las llamas de odio
Natalia Aristizabal, subdirectora del grupo de defensa de los inmigrantes Make The Road, se hizo eco de la opinión de Ellman-Golan.
“En cuanto el alcalde Adams habló, supimos que estaba avivando las llamas del odio en nuestra ciudad”, dijo. “Ahora hay literalmente neonazis que le alaban por ello. Ya basta, señor alcalde: detenga inmediatamente el horrible chivo expiatorio de los solicitantes de asilo”.
El alcalde fue acusado xenofobia y de incitar al odio hacia los inmigrantes recién llegados por la organización Make the Road (Haz el camino). “Lo que amenaza el futuro de esta ciudad es la xenofobia del alcalde Adams. Su retórica y su enfoque sobre los solicitantes de asilo siguen siendo inaceptables y peligrosos para la gente de esta ciudad”, afirmó Natalia Aristizabal, codirectora de Make the Road, en un comunicado.
Sin embargo, Aristizabal mencionó que es frustrante que el alcalde aún no haya aceptado la propuesta hecha por activistas para que la ciudad extienda el programa de vales de vivienda a los recién llegados, que hasta ahora solo se otorga a ciudadanos con residencia legal.
Los últimos datos de la ciudad muestran que tiene a su cargo a 60 mil inmigrantes, entre ellos más de 20 mil niños, a los que proporciona alojamiento, comida, atención sanitaria, asistencia jurídica y educación para menores.
En las últimas semanas han llegado una media de 3 mil cada semana, y la ciudad sigue buscando lugares donde alojarlos. Además de los refugios que ha improvisado en hoteles, campos de fútbol, gimnasios o antiguas escuelas, y tiendas de campaña gigantes levantadas para ellos.
“Es extremadamente frustrante ver cómo el alcalde se niega a hacer lo correcto en cuestiones políticas de sentido común, como ampliar el acceso a los vales de vivienda, y en su lugar intenta avivar las llamas del odio contra los solicitantes de asilo que se vieron obligados a dejarlo todo para venir aquí”, añadió Aristizabal.
Afirmó que el alcalde debe dejar de convertir a los nuevos inmigrantes en “chivos expiatorios” y trabajar en colaboración con los líderes municipales, estatales y federales para abordar las necesidades reales de la gente.
“Todo el mundo tiene que dar un paso al frente, pero los juegos de culpas y el lenguaje divisivo no llevan a nuestra ciudad a ninguna parte”, afirmó.
Según el diario The New York Times, la crisis migratoria ha significado que “el Partido Republicano ya tiene la crisis demócrata que quería”, refiriéndose a ciudades demócratas como Nueva York y Los Ángeles que se deslizan hacia una retórica antiinmigración por miedo a perder votantes.
Muchos defensores de los derechos de los inmigrantes y demócratas se están mordiendo la lengua ante los comentarios de Adams, con la esperanza de evitar inflamar aún más un asunto que está en lo más alto de la agenda republicana. Hace meses, la Casa Blanca rompió con Adams por el tratamiento que había dado al tema, y en mayo lo despidió sin contemplaciones como sustituto del presidente Biden en la campaña electoral.
Demócratas también critican a “su alcalde”
El representante demócrata neoyorquino Adriano Espaillat afirmó el viernes que, para que la ciudad de Nueva York gestione mejor la afluencia de inmigrantes, es necesario que prevalezca la cabeza fría.
Espaillat, inmigrante neoyorquino, rebatió los comentarios del alcalde Eric Adams. “No voy a endulzar esto, no creo que vayan a destruir la ciudad. No lo creo. Así que no estoy de acuerdo en eso. Si eso es lo que quería decir, entonces no estamos de acuerdo en eso”, dijo Espaillat a The Hill.
La administración también ha recompensado a la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, que ha planteado muchas de las mismas quejas que Adams, pero en un tono más diplomático.
Adams también ha criticado a Hochul por este asunto que, aunque está abriendo una brecha entre el alcalde y muchos demócratas, Espaillat, destacado defensor de los inmigrantes en el Congreso, dijo que es hora de calmar las aguas.
“Hay mucha frustración ahí fuera”, dijo Espaillat. “Porque esto obviamente tiene un impacto fiscal en los municipios y estados, pero tenemos que mantener la calma y trabajar juntos para asegurarnos de que encontramos una solución a esto”, añadió.
Al igual que muchos demócratas y defensores, Espaillat apuntó a los permisos de trabajo como la fruta al alcance de la mano que podría aliviar el dolor fiscal que sienten el sistema de refugios y los servicios sociales de Nueva York.
“Un permiso de trabajo no es legal, es reglamentario. Así que, ¿por qué no hacer que cuando solicitas asilo, también solicitas simultáneamente el permiso de trabajo y eso agilizará la autorización de trabajo?”.
Espaillat señaló que el actual sistema de permisos de trabajo es complejo y permite a algunos inmigrantes solicitarlos rápidamente, mientras que a otros les hace esperar.
Esa complejidad ha llevado incluso a que algunos migrantes que reúnen los requisitos para obtener permisos de trabajo no los soliciten, creyendo que están sujetos a periodos de espera como algunos de sus compañeros.
“Creo que está hablando de financiación y está, como he dicho, frustrado y no podemos dejar que la frustración nos supere”, dijo sobre Adams. “Creo que tenemos que trabajar juntos en esto, para asegurarnos de que lo resolvemos y creo que podemos, y esto no es nuevo”.
Espaillat también dijo que la gente debería ver la inmigración como una oportunidad. “Creo que hay muchas promesas ahí. No entiendo por qué tanta gente está dispuesta a abandonar el sueño”, dijo.
“Creo que eso es exactamente lo que necesitamos en Nueva York. Ese empuje, ¿verdad? Esa energía, esa capacidad de innovación, esa hambre, que levantará la ciudad. Creo que esos inmigrantes van a llevar a la ciudad a otro lugar”, pronosticó Espaillat.