Guerra en Ucrania: las opciones de Rusia y de la OTAN Silver Spring, Maryland, EEUU. Por Stephen Bryen, Asia Times

Guerra en Ucrania: las opciones de Rusia y de la OTAN Silver Spring, Maryland, EEUU. Por Stephen Bryen, Asia Times

No espere un alto el fuego en Ucrania, a pesar del rumor que ahora recorre las capitales europeas y Washington. La razón es sencilla: Rusia no tiene ningún incentivo para detener la guerra.

Es cierto que Vladimir Putin presentó una propuesta de alto el fuego, pero, en su opinión, un alto el fuego exigiría un acuerdo político.

En Estados Unidos y en Europa se reconoce cada vez más que Ucrania no puede ganar su guerra contra Rusia. Incluso medios de la administración pro-Biden, como la CNBC, hablan de un alto el fuego.

El dilema es el siguiente: si Ucrania no puede ganar una guerra contra Rusia, ¿qué deben hacer a continuación EEUU y la OTAN? Se enfrentan a un dilema para el que no hay una respuesta rápida o fácil.

Rusia ya no cree en ningún europeo

Una opción es intentar conseguir un acuerdo de alto el fuego, mantener falsas negociaciones con Rusia y reanudar los combates después de que Ucrania entrene otro ejército y pase de nuevo a la ofensiva.

Pero Rusia no comprará ese cubo de manteca de cerdo, ya que los líderes occidentales, especialmente la ex canciller alemana Angela Merkel, dijeron públicamente que las negociaciones del Grupo de Normandía con Rusia en 2014 y 2015 (que condujeron a los acuerdos de Minsk 1 y Minsk 2) fueron una treta, destinada a ganar tiempo mientras la OTAN entrenaba a las tropas ucranianas, ponía enormes activos de inteligencia a trabajar contra Rusia y entregaba armamento masivo al ejército de Ucrania, preparándose para luchar una vez que estuvieran listos.

Esta lección fue dura, especialmente para Vladimir Putin, que confiaba en Merkel. Ahora ya no. No confiará en ningún europeo, pero especialmente en nadie de Alemania. Ahora comprende que todas las “iniciativas de paz” promovidas por el canciller alemán, Olof Schulz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pretendían engañar a Rusia.

Dimitri Medvedev, el enfant (niño) terrible de Rusia, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, va más lejos. Ha declarado a Tass, la agencia de noticias rusa, que Rusia sólo hablará con un nuevo gobierno ucraniano sin la “camarilla actual” de gobernantes, es decir, sin Zelensky y sus compinches.

A veces Medvedev se va por las ramas, amenazando con ataques nucleares y ofreciendo propuestas que van mucho más allá del consenso en Moscú. Pero no todos los comentarios de Medvedev pueden descartarse: su papel es hacer que Putin parezca razonable y responsable, pero a veces se hace eco del pensamiento de Putin. En el caso actual, al hablar de la necesidad de un cambio de régimen en Kiev, Medvedev parece estar reflejando las actitudes del Kremlin hacia Kiev y Zelenski en particular.

Con toda seguridad, los rusos no tratarán con un gobierno hostil que cuenta con actores como Kyrilo Budanov, que dirige la inteligencia secreta de Ucrania y que es un hombre buscado en Rusia. Budanov, entre otras cosas, ha estado llevando a cabo asesinatos políticos en territorio controlado por Rusia en Ucrania y en Rusia propiamente dicha. Aunque Rusia no es ajena a la eliminación de oponentes, las operaciones de Budanov, muchas de ellas con éxito, le han convertido en un hombre marcado.

Washington y la CIA adoran a Budanov. Es su tipo de hombre. Consigue destruir infraestructuras críticas en el Donbass, Crimea y Rusia, al tiempo que mata a los enemigos percibidos, entre los que se encuentran oficiales militares rusos. Hace todo esto de forma barata, en comparación con el coste de los envíos masivos de armas. Recibe apoyo de espías estadounidenses y europeos y de disidentes en Rusia y Ucrania. Esto le convierte en un héroe en Langley.

También Zelensky ha creado un problema que no tiene salida para él. Consiguió que la Rada Suprema, el parlamento ucraniano, respaldara su decreto presidencial que declaraba ilegal negociar con Rusia hasta que las tropas rusas abandonaran toda Ucrania, incluida Crimea, y Putin y otros fueran juzgados por crímenes de guerra. Obviamente, este decreto no sólo bloquea las negociaciones con Rusia, y aunque Zelensky decida olvidarlo los rusos no lo harán.

En los próximos días Ucrania organizará más y más ataques contra activos rusos y renovará el bombardeo de Crimea, con la intención de enviar un mensaje lo más duro posible a Putin. Si esto se produce, con el respaldo de EEUU y la OTAN, se encontrará con una importante escalada rusa y puede ayudar a Rusia a decidir sobre los objetivos de la guerra.

Hasta hace poco, Rusia tenía dos objetivos bélicos en Ucrania. Uno era sacar a la OTAN del país y desmilitarizar Ucrania. Anteriormente, Rusia pensaba que una vez finalizada la guerra en términos favorables, con la OTAN fuera y Ucrania desmilitarizada, Ucrania podría solicitar garantías de seguridad a cualquier país de su elección. Pero la actitud de Rusia sobre los objetivos de la guerra está cambiando y puede estar cambiando.

¿Tiene futuro Ucrania?

Los comentarios de Medvedev sobre el “cambio de régimen” ucraniano se refieren a una posibilidad que podría estar sobre la mesa. Obviamente, las ganancias territoriales rusas también estarán sobre la mesa y Rusia puede querer consolidarlas. Pero lo más importante es la visión rusa de lo que podría ser una futura Ucrania.

Un modelo sería que Rusia mantuviera las ganancias territoriales y exigiera un cambio de gobierno en Kiev que fuera amistoso con Rusia. Esto no puede conseguirse mediante elecciones. Como no hay elecciones en Ucrania, un cambio de gobierno sólo puede producirse por medios no constitucionales. Tendría que ser mediante algún tipo de golpe de Estado.

El segundo modelo sugiere que Ucrania podría dividirse en tres partes. La parte 1 serían los territorios anexionados por Rusia. La parte 2 sería un gobierno amigo en Kiev. La tercera parte sería un “Estado” ucraniano en Ucrania occidental que podría establecer vínculos políticos con Polonia.

Los rusos ya hablan de la necesidad de una zona tampón para protegerse de los ataques al territorio ruso. Con misiles de largo alcance como el ATACMS, y la posible transferencia de misiles de crucero alemanes de largo alcance, especialmente el Taurus, una zona tampón tiene que estar bien al oeste del río Dniéper. Si el gobierno de Kiev es derrocado, sus restos pueden retirarse a Lvov o a algún otro lugar del oeste que pueda ser protegido por la OTAN, logrando así la zona tampón.

El Bundestag ha rechazado el envío de misiles de crucero Taurus a Ucrania, aunque el gobierno alemán está presionando para obtener la aprobación política.

OTAN está atrapada en su propia trampa

El comodín en todo esto es la OTAN y, en particular, lo dispuestos que puedan estar los países de la OTAN a entrar en conflicto con Rusia.

La OTAN no está en condiciones de relevar físicamente a Ucrania con fuerzas terrestres.

La OTAN tiene muy pocos soldados, y corre el riesgo de dejar indefensos y muy vulnerables a algunos de sus miembros, especialmente los países bálticos. En la práctica, esto significa que si la OTAN realmente utiliza la fuerza militar directa en la guerra de Ucrania será con aviones para bombardear posiciones militares rusas, o posiblemente atacar al aliado de Rusia, Bielorrusia.

Otra posibilidad es que la OTAN intente cerrar el enclave estratégico ruso de Kaliningrado. En 1945 los aliados (incluida la Unión Soviética) acordaron en Potsdam que Kaliningrado (antigua Königsberg) sería administrada por la Unión Soviética.

Otros han sugerido que los aliados podrían atacar Transnistria, que es una zona escindida a lo largo de la frontera oriental de Moldavia. Hay una guarnición rusa en Transnistria, pero no un puente terrestre directo para que los rusos defiendan el territorio. Mientras que Kaliningrado está fuertemente defendida, Transnistria no lo está.

Pero el dilema de la OTAN es que no todos sus miembros estarán de acuerdo en aplicar el artículo 5 del Tratado para iniciar una guerra con Rusia. Todos ellos saben que ya están sobre hielo muy delgado y carecen de apoyo público para ir a la guerra por Ucrania.

Además, el conjunto de líderes europeos ya está en transición, y lo estará aún más al acercarse el verano, cuando se celebren más elecciones.

Dado el hecho de que los arsenales europeos están en su mayoría agotados, las fuerzas terrestres europeas están en su mayoría en mal estado (fuera de Polonia) y el poder aéreo europeo está sobrevalorado, la mejor política de la OTAN será tratar de encontrar una manera de hablar con los rusos, ya sea antes o después del colapso de Ucrania.

Mientras tanto, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que la OTAN ha dado permiso a Ucrania para atacar objetivos dentro de Rusia con aviones F-16 que se entregarán próximamente. En respuesta, los rusos han dicho que si los aviones F-16 fabricados en EEUU atacan Rusia, Ucrania podría dejar de ser el único objetivo.

(*) El autor, Stephen Bryen, fue director de personal del Subcomité de Oriente Próximo del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y subsecretario adjunto de Defensa para Política. Es autor de cinco importantes libros sobre seguridad nacional y de segmentos e introducciones de libros, así como de innumerables artículos en revistas profesionales y de divulgación. Bryen escribe para Asia Times, Epoch times, Newsweek, American Thinker, Defense News y otras publicaciones.