Huracán deja 27 muertos y devastación en Acapulco Acapulco. Agencia.
El huracán Otis arrasó el miércoles la costa del Pacífico sur de México como un poderoso y peligroso huracán de categoría 5, desatando inundaciones masivas en la ciudad turística de Acapulco.
El martes, Otis cogió a muchos por sorpresa cuando pasó rápidamente de tormenta tropical a una potente categoría 5 a medida que avanzaba por la costa. Los investigadores que rastrearon la tormenta dijeron que la tormenta batió récords por lo rápido que se intensificó, en un momento en que el cambio climático ha exacerbado fenómenos meteorológicos devastadores como éste.
“Una cosa es que un huracán de categoría 5 toque tierra en algún lugar cuando lo esperas o esperas un huracán fuerte, pero que ocurra cuando no esperas que ocurra nada es realmente una pesadilla”, dijo Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami.
Acapulco es una ciudad de casi un millón de habitantes situada al pie de escarpadas montañas. Casas de lujo y tugurios por igual cubren las laderas de la ciudad con vistas al brillante Pacífico.
La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez, informó este jueves que el paso del huracán Otis por el país dejó al menos 27 personas fallecidas y cuatro desaparecidas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó este miércoles Acapulco, en el estado de Guerrero, para evaluar los estragos que dejó el huracán. El mandatario y los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, tuvieron que cruzar a pie la carretera federal México-Acapulco después de que el vehículo en el que viajaban se quedara atascado por el barro en un área rural donde hubo derrumbes.
López Obrador detalló que de las cuatro personas desaparecidas, tres son elementos de la Secretaría de Marina. “Fue muy desastroso lo que padeció Acapulco, la gente se resguardó, se protegió y por eso, afortunadamente, no fueron más las desgracias, las pérdidas de vidas humanas”, enfatizó López Obrador.
El fenómeno tocó tierra en el turístico Acapulco, en Guerrero, en la costa del Pacífico, a las poco después de la medianoche del miércoles. Las autoridades han descrito su comportamiento como algo atípico, puesto que en menos de 12 horas, pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, causando estragos en diversa infraestructura.
Rodríguez detalló que hubo afectaciones a carreteras, hospitales, hoteles, centros comerciales e, incluso, a sensores del Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX).
El desastre provocó el cierre de seis carreteras debido a la caída de árboles, deslaves y desbordamientos de cuerpos de agua. En el sector salud, hubo daños en el Hospital General Regional No. 1 Vicente Guerrero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Acapulco, por lo que 200 pacientes fueron trasladados a otras unidades médicas. Asimismo, el Hospital General Renacimiento del Sector Salud presenta inundaciones en la planta baja.
También informó de la suspensión de operaciones en el Aeropuerto Internacional de Acapulco, por afectaciones en su infraestructura, como en el cercado perimetral y equipos de inspección, pasillos telescópicos rotos, inundación del área de mostradores, torre de control fuera de servicio con cristales rotos y comandancia destruida. Asimismo, las vías de acceso a la terminal quedaron bloqueadas.
En el sector eléctrico, 504,340 usuarios quedaron sin suministro; aunque ya la Comisión Federal de Electricidad (CFE) había restablecido el servicio para 202,932 de ellos. También se registró el colapso de 58 torres de alta tensión.
Estela de devastación
El huracán se había disipado sobre las montañas el miércoles por la tarde, pero dejó una estela de devastación.
Muchos de los otrora elegantes hoteles frente al mar parecían desdentados cascos destrozados, después de que el huracán Otis reventara cientos -y posiblemente miles- de ventanas de los hoteles. Asfixiado por el barro y los escombros, sin electricidad ni servicio de Internet, el centro turístico de la costa del Pacífico se sumió en el caos tras la tormenta.
Jakob Sauczuk se alojaba con un grupo de amigos en un hotel frente al mar cuando Otis azotó la zona. “Nos tumbamos en el suelo y algunos entre las camas”, dijo Sauczuk. “Rezamos mucho”.
La Zona Diamante de Acapulco, un área frente al mar repleta de hoteles, restaurantes y otras atracciones turísticas, parecía estar en su mayoría bajo el agua en imágenes de drones que Foro TV publicó en línea el miércoles por la tarde, con bulevares y puentes completamente ocultos por un enorme lago de agua marrón.
Grandes edificios tenían las paredes y los tejados parcial o totalmente arrancados. Paneles solares desprendidos, coches y escombros cubrían el vestíbulo de un hotel gravemente dañado. En algunas zonas, la gente caminaba con el agua hasta la cintura, mientras que en otras calles menos inundadas, los soldados retiraban del pavimento los escombros y las hojas de palmera caídas.
Aunque gran parte de la ciudad estaba a oscuras y sin servicio telefónico, algunas personas pudieron utilizar teléfonos por satélite prestados por la Cruz Roja para informar a sus familiares de que se encontraban bien. “Todo el mundo está intentando averiguar algo… pero nadie sabe nada”, dijo angustiada.
La principal carretera de acceso a Acapulco estuvo bloqueada por desprendimientos de tierra durante la mayor parte del miércoles, lo que complicó los esfuerzos para llegar a la gente y aisló a la ciudad de los recursos esenciales. A última hora del miércoles, la carretera había sido despejada sólo para vehículos de emergencia, anunciaron las autoridades.
Acapulco, Tecpan y otras ciudades a lo largo de la Costa Grande en Guerrero fueron duramente golpeadas, dijo el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Dijo que las condiciones eran tan malas que la comunicación con la zona se había “perdido por completo”.
La ciudad puerto de Acapulco, que antaño atraía a estrellas de Hollywood por su vida nocturna, su pesca deportiva y sus espectáculos de buceo desde acantilados, ha sido víctima en los últimos años de grupos de delincuencia organizada que han hundido la ciudad en la violencia, expulsando a muchos turistas internacionales a las aguas caribeñas de Cancún y la Riviera Maya o a playas más alejadas de la costa del Pacífico, en el estado de Oaxaca.