La guerra de EEUU contra Rusia empezó en 1945

La guerra de EEUU contra Rusia empezó en 1945

Kosovo fue separado de Serbia por la OTAN y el líder de Serbia no tiene nada que decir al respecto. Cuando estuve en Bosnia los líderes me dijeron que el presidente serbio Vucic era un enemigo de Serbia. La OTAN inició la escisión de Kosovo para debilitar a Serbia, aliada de Rusia, en el bajo vientre de la OTAN. Sin embargo, la OTAN se opone a la escisión de los rusos en el Este de Ucrania para unirse a Rusia. Se podría pensar que lo que era bueno para el ganso es bueno para la gansa. Pero no es así. En cada caso la acción emprendida fue para debilitar a Rusia y no importa la coherencia.

También podrías pensar que la guerra de EEUU contra Rusia empezó en Ucrania, pero la verdad es que empezó en 1945 y nunca terminó. Por ejemplo, EEUU se hizo con la red de espionaje alemana de Reinhard Gehlen que operaba en Rusia, e incluso antes de que acabara la guerra James Jesus Angleton se estaba apoderando de las redes de espionaje alemanas (mientras los alemanes se retiraban) y que servirían de base a la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS el servicio de inteligencia de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial), y más tarde a la CIA para acceder a Rusia y sus satélites. En otras palabras, EEUU estaba planeando ser enemigo de Rusia antes de que acabara la guerra.

El odio contra Rusia

Este odio a Rusia empezó cuando el Barón Eduard de Rothschild financió la mitad de la guerra japonesa contra Rusia que empezó con el ataque furtivo en Port Arthur. Cuando eso no tuvo éxito, el Barón financió el levantamiento contra el Zar en 1905 donde Alexander Parvus estaba involucrado. Fracasó. (Nota del Editor: en aquél entonces, Parvus simulaba ser revolucionario, siempre fue amigo íntimo de Trotsky y luego se supo que era un agente al servicio de los intereses anglosajones, franceses y alemanes que defendía Rothschild. Parvul es el autor de las tesis de la crisis del Estado-Nación y la Revolución Permanente, las que compartió con Trotski en 1905 y éste la convirtió en un libro).

Entonces, el Barón comenzó la Primera Guerra Mundial contra Rusia y respaldó la Revolución Bolchevique de nuevo a través de Parvus, quien esta vez tuvo éxito. Esto se relata en este enlace (video en inglés). La Revolución Bolchevique tuvo éxito y Trotsky pagó al Barón por este logro con el oro del Zar. John Buchan, Primer Barón Tweedsmuir, trató este tema en la primera parte de su novela titulada “Treinta y nueve escalones”.

La masacre de Kosovo de 1999 fue falsa y la organizó Estados Unidos para justificar la separación de Kosovo de Serbia. Esta falsa masacre fue la justificación para bombardear Belgrado durante 78 días. Cuando Hitler tuvo un problema con Yugoslavia por un cambio de gobierno contrario a Alemania, bombardeó Belgrado durante sólo tres días en 1941.

La falsa masacre fue bajo la supervisión de la CIA y el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania (BND) utilizando albaneses, pero fue una chapuza. Olvidaron esparcir sangre y cartuchos en el lugar de la masacre. Estas revelaciones fueron cubiertas en primicia por el Manchester Guardian cuyo reportero recorrió el lugar de la masacre.

La embajada china estaba recuperando señales de comunicación de la OTAN, y enviando la información a Serbia por lo que EEUU envió el 7 de mayo de 1999 un misil contra la embajada china –en contra del derecho internacional– matando a tres periodistas chinos que estaban en el edificio. Nosotros (EEUU) hacemos el mismo tipo de espionaje en nuestras embajadas con impunidad bajo la ley internacional. Los chinos siguen sacando a relucir estos asesinatos pero los medios de comunicación internacionales bajo control de Occidente lo ocultaron y enterraron la historia.

Cuando los rusos se dieron cuenta, estaban debilitados por ocho años de desintegración y los Siloviki (expresión rusa para denominar a los hombres fuertes o poderosos o bien “instituciones de fuerza”) se hicieron cargo de la defensa nacional de Rusia: iniciaron un programa de misiles de choque para misiles defensivos y ofensivos. Rusia no quería ver a Moscú bombardeada impunemente.

Rusia ganó la guerra de los misiles

En los 24 años siguientes, Rusia desarrolló misiles hipersónicos, misiles balísticos intercontinentales avanzados y los misiles defensivos más modernos para que ningún misil nuclear pudiera penetrar el escudo antimisiles defensivo S-500, S-600 y S-700, y se acabó el concepto de destrucción mutua asegurada. Rusia ganó la carrera de misiles.

EEUU se vio completamente sorprendido y no realizó ningún avance material en misiles en los 24 años transcurridos desde entonces. No sólo eso, sino que Rusia ha construido refugios nucleares para 40 millones de ciudadanos, mientras que Estados Unidos no ha construido ninguno para proteger a sus ciudadanos, sino algunos para su élite de Washington. Rusia se convirtió en la potencia militar más fuerte.

El mismo engaño ha sido puesto en práctica por la OTAN en Ucrania, que está llevando a la Tercera Guerra Mundial.

El “General Armagedón” se está preparando cuidadosamente para una ofensiva. Lo que hemos visto hasta ahora fue la prueba de las defensas ucranianas en preparación para el ataque con cientos de miles de tropas con cobertura aérea. Se acerca la Tercera Guerra Mundial.

Rusia está en las etapas de planificación para la construcción de un ejército de dos millones de hombres que se ampliará a partir de ahí en pasos para la próxima guerra mundial. Cuando se tienen millones de tropas en cada bando en la guerra que se avecina, surgen de las filas grandes genios como el gran general ruso Nikolai Vatunin que cruzó espadas con el mariscal de campo Fritz Erich von Manstein. La grandeza surge de las filas. En otras palabras, Rusia –como en la Segunda Guerra Mundial– desarrollará un nuevo cuadro de generales basado en el mérito.

EEUU quiere destruir Europa, Rusia y China

No creo que se utilicen armas nucleares y serán Rusia y China por un lado y la OTAN por el otro. China puede desplegar cien millones de soldados en Europa si es necesario y tiene una capacidad industrial muy superior a la de Estados Unidos y la OTAN para equipar completamente a sus tropas. El Presidente Xi ha advertido a China que debe prepararse para lo peor.

Estados Unidos ha estado tratando de desviar a China mediante la creación de la nada de la cuestión de Taiwán cuando esto fue resuelto por Nixon cuando reclutó a China como aliado contra Rusia para flanquear a Rusia y poner fin a la guerra de Vietnam con un éxito de equilibrio de poder. Esta idea no fue creada por Nixon o Kissinger, sino por el estado profundo de EEUU gobernado por la gente de la OSS-CÍA. Ahora que todos los genios de la OSS han muerto, EEUU está en semejante lío. En 1941 los mejores talentos de Yale, Harvard y Princeton fueron a la OSS en lugar de al servicio militar de primera línea.

Mientras China se enfrenta a la cuestión de Taiwán, EEUU ha declarado la guerra a todos los efectos a Rusia el aliado chino en el continente.

El ataque de EEUU contra las almas rusas en Ucrania –donde ordenaron el asesinato de 20 mil hombres, mujeres y niños en el este de Ucrania entre 2014 y 2022– fue en realidad un ataque dirigido contra China y Rusia y China lo saben. Es “divide y vencerás” buscando derrotar al aliado de China en el Heartland (tragedia familiar) para que queden aislados. Esto habría permitido a EEUU, una vez que se hubiera apoderado de Rusia de nuevo como hicieron con Yeltsin, bloquear a China de los recursos naturales de Rusia y también cerrar el acceso de China a esos recursos por mar, utilizando las fuerzas especiales de once portaaviones de EEUU y numerosos submarinos. El plan de EEUU es matar de hambre a China o aceptar la sumisión total.

También se basa en el concepto romano de divide y vencerás, razón por la cual la mayor parte de los esfuerzos se centran ahora en Europa, aunque Estados Unidos está tratando de crear una estructura de alianzas también en Asia. Taiwán es actualmente una forma de desviar la atención de China que EEUU espera que la distraiga de sus planes en Europa y contra Rusia.

Los europeos son la carne de cañón

Rusia es la potencia militar más fuerte del mundo y EEUU esperaba que su provocación la hiciera utilizar otras armas secretas –además de los misiles hipersónicos– para poder prepararse mejor para una guerra total.

EEUU se toma muy en serio el ingreso de Ucrania en la OTAN como parte de esta guerra. Como creemos que no se utilizarán armas nucleares, y lo mismo piensan las autoridades de EEUU, creen que pueden utilizar a cien millones de europeos como carne de cañón como hizo en la Primera y Segunda guerras mundiales, libradas en gran parte sobre los cadáveres de los europeos (incluidos los rusos) por el concepto anglosajón de equilibrio de poder de Mackinder (Halford John Mackinder, geógrafo inglés).

En otras palabras, el plan es utilizar a los europeos para que mueran como carne de cañón y esperar que cien millones mueran en Europa, si no más, ya que morirán de hambre cuando todos los puertos y campos de aviación sean destruidos. Los europeos han estado reduciendo su producción agrícola –como vemos en los Países Bajos (antigua Holanda)– ya que “confían” en que EEUU les protegerá ya que bombardeó sus Nord Streams con la connivencia del traidor alemán Olaf Scholz. (¿Despertará por fin el pueblo alemán?) EEUU no quiere que Europa sea autosuficiente, sino que dependa del mar que controla el propio Estados Unidos.

En Ucrania, EEUU está librando una guerra que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial para mantener el control del mundo. Está en guerra con China. No se detendrá ante nada para destruir a Rusia y China. Los “straussianos” subhumanos que se han apoderado de EEUU comenzaron esta guerra y Rusia y China la terminarán. Los “straussianos” son una franja subhumana de la sociedad estadounidense que el estado profundo está utilizando como su matón del cartel.

Los straussianos estadounidenses ponen la Unión Europea de rodillas ‎

Beirut. Por Thierry Meyssan, Red Voltaire (*)

Un grupúsculo estadounidense conformado por los seguidores del filósofo Leo Strauss ‎controla hoy el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado. Después de ‎haber organizado numerosas guerras, comenzando por la agresión contra Yugoslavia, ‎los “straussianos” orquestaron la guerra de Ucrania. Y ahora manipulan a la Unión ‎Europea y se preparan para privarla de fuentes de energía.

Si los dirigentes europeos ‎no abren pronto los ojos, la alianza que se obstinan en mantener con Washington provocará ‎el derrumbe económico de los países miembros de la Unión Europea. Por cierto, ‎de nada vale creer que estos individuos tendrán miramientos con sus “aliados” del ‎mundo occidental desarrollado. En 1992, los straussianos ya escribían que ‎Estados Unidos no debe vacilar en destruir Alemania y la Unión Europea.‎

Leo Strauss, filósofo alemán judío, fue profesor en la universidad de Chicago desde 1949. ‎Rápidamente se rodeó allí de un pequeño grupo de discípulos judíos seleccionados entre sus ‎alumnos y les impartió enseñanzas orales muy diferentes de lo que él mismo escribía. Leo Strauss ‎consideraba que las democracias habían sido incapaces de proteger a los judíos frente la Solución ‎Final concebida por los nazis. Según él, para evitar que aquel drama se repitiese, sus discípulos ‎tendrían que construir su propia dictadura. ‎

Y comenzó inmediatamente a formarlos para eso. Los llamaba sus “hoplitas” –como los ‎soldados de la antigua Esparta– y los enviaba a crear desórdenes entre los alumnos de otros ‎profesores. ‎

Varios miembros de esa secta –a quienes hoy denominamos “straussianos”– lograron establecerse en ‎altas funciones en Estados Unidos y en Israel. El funcionamiento y la ideología de ese grupúsculo ‎han sido tema de controversia después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Gran ‎número de libros recogen la polémica entre los partidarios y los adversarios de Leo Strauss. Pero los hechos son indiscutibles.

Los ‎especialistas del pensamiento político de Leo Strauss dan a este interpretaciones muy diversas y ‎contradictorias. Yo, por mi parte, no me intereso tanto por lo que pensaba este filósofo sino ‎más bien por lo que creen aquellos que, con razón o no, se dicen sus seguidores en el seno del ‎Pentágono y, actualmente, en el Departamento de Estado.

En síntesis:

► Los straussianos son prácticamente una secta fanática y están dispuestos a todo para mantener ‎la supremacía de Estados Unidos sobre el resto del mundo. Ya orquestaron las guerras que han ‎venido enlutando el planeta durante los últimos 30 años y crearon las condiciones que ‎desembocaron en el conflicto de Ucrania.‎

► Además, han convencido a la Unión Europea de que Moscú quiere anexar Ucrania para anexar ‎después toda Europa central. Con ese argumento han logrado que Bruselas ponga fin a toda ‎forma de comercio con Rusia.

► La crisis energética que ya se inicia lleva la Unión Europea hacia cortes de electricidad que ‎afectarán gravemente el modo de vida de los europeos y, sobre todo, la economía de sus ‎países.

Están dispuestos a todo

Ciertos autores antisemitas han metido en el mismo saco, erróneamente, a los strauassianos, las ‎comunidades judías de la diáspora y el Estado de Israel. Pero la ideología de Leo Strauss no ‎se discutió nunca en el mundo judío antes del 11 de septiembre de 2001. Desde un punto de vista ‎sociológico, Leo Strauss da lugar a un fenómeno sectario para nada representativo de la cultura ‎judía. Sin embargo, en 2003, los “sionistas revisionistas” de Benyamin Netanyahu hicieron un pacto con los straussianos estadounidenses en presencia de otros dirigentes israelíes, aunque siempre reinó la mayor discreción sobre la existencia de esa alianza. ‎Para una breve historia de los straussianos, ‎puede leer este artículo del 5 de marzo de 2022: “Vladimir Putin en guerra contra los “straussianos”.

Una de las cosas que caracterizan a los straussianos es que están dispuestos a todo. Por ejemplo, ‎querían hacer que Irak regresara a la Edad de Piedra y lo lograron. Consideran que cualquier ‎sacrificio es posible, incluso para ellos mismos, con tal de seguir siendo los primeros. Precisión ‎fundamental: ¡No se trata de ser los mejores sino de ser los primeros![3]‎‎

En 1992, el straussiano Paul Wolfowitz, consejero del secretario de Defensa, redactó el ‎documento Defense Planning Guidance. Fue ese el primer documento oficial estadounidense que ‎reflejó el pensamiento de Leo Strauss (el informe producido en 1976 por el llamado Equipo B, ‎donde se acusaba a la URSS de querer dominar el mundo, no exponía la doctrina sino un ‎argumento de propaganda tendiente a justificar la doctrina).

Quien puso a Wolfowitz ‎en contacto con el pensamiento de Leo Strauss fue el filósofo estadounidense Allan Bloom, ‎amigo del francés Raymond Aron. Wolfowitz sólo conoció personalmente a Leo Strauss ‎por poco tiempo, cuando Strauss ya llegaba al término de su enseñanza en Chicago. Pese a ello, ‎Jeane Kirkpatrick –embajadora de Estados Unidos en la ONU de 1981 a 1985– reconoció a ‎Wolfowitz como “una de las grandes figuras straussianas”.

En el contexto de la disolución de la Unión Soviética, Wolfowitz desarrolla una estrategia para ‎mantener la hegemonía de Estados Unidos sobre todo el resto del mundo. ‎

El documento Defense Planning Guidance estaba destinado a ser confidencial. Pero The ‎‎New York Times reveló el 8 de marzo ‎de 1992 sus líneas fundamentales y publicó partes de dicho texto.

Tres días ‎después The Washington Post revelaba otros detalles del documento redactado por Wolfowitz ‎‎(“Keeping the US First, Pentagon Would preclude a Rival Superpower” o “Manteniendo a EEUU en primer lugar, el Pentágono impediría una superpotencia rival”, de Barton Gellman, 11 de marzo de 1992). En definitiva, el texto original nunca llegó a hacerse ‎público. Sólo llegó a circular una versión maquillada por el entonces secretario de Defensa –y ‎futuro vicepresidente– Dick Cheney.‎

Plan maquiavélico elaborado hace 30 años

Se sabe que el documento inicial se basa en una serie de reuniones en las que participaron otras ‎tres personas, igualmente miembros del grupo de los straussianos: Andrew Marshall, el ‎‎”pensador” del Pentágono –reemplazado 3 años después de su fallecimiento por Arthur ‎Cebrowski–; Albert Wohlstetter, el “pensador” de la estrategia de disuasión nuclear, y su yerno ‎Richard Perle, quien se convertiría en director del Defense Policy Board (Consejo de Política de Defensa). El documento Defense ‎Planning Guidance (Directrices para la planificación de la defensa) fue redactado por un alumno de Wohlstetter, Zalmay Khalilzad, quien sería ‎después embajador de Estados Unidos en la ONU.

En el Defense Planning Guidance se menciona un nuevo “orden mundial […] respaldado a fin ‎de cuentas por Estados Unidos”. En ese nuevo orden mundial la única superpotencia tendría sólo ‎alianzas coyunturales, en función de los conflictos. La ONU e incluso la OTAN serían cada vez ‎más marginadas. Más ampliamente, la doctrina Wolfowitz teoriza sobre la idea de que ‎Estados Unidos tiene que impedir el surgimiento de cualquier competidor potencial frente a la ‎hegemonía estadounidense, principalmente las “naciones industrializadas avanzadas”, como ‎Alemania y Japón.

El Defense Planning Guidance apunta particularmente hacia la Unión Europea: ‎”Aunque Estados Unidos apoya el proyecto de integración europea, tenemos que velar por ‎evitar el surgimiento de un sistema de seguridad puramente europeo que socavaría ‎la OTAN, y particularmente su estructura de mando militar integrado”.‎

Por eso se hizo que los europeos incluyeran en el Tratado de Maastricht una cláusula que ‎subordina la política de defensa de los miembros de la Unión Europea a la de la OTAN. ‎El informe del Pentágono estipula además que los nuevos Estados del centro y del este de Europa ‎deben integrarse a la Unión Europea y llegar a un acuerdo militar según el cual Estados Unidos los ‎protegerá contra un eventual ataque ruso.‎

Ese es el documento cuya aplicación ha venido orquestándose durante 30 años.

En el Tratado de Maastricht se estipula, en efecto, en el título V, artículo 4:‎ ‎”La política de la Unión en el sentido del presente artículo no afecta el carácter ‎específico de la política de seguridad y de defensa de ciertos Estados miembros, respeta ‎las obligaciones vinculadas para ciertos Estados miembros al Tratado del Atlántico Norte y ‎es compatible con la política común de seguridad y de defensa establecida en ese marco”.‎

Esas disposiciones fueron incluidas en los diferentes textos hasta el artículo 42 del tratado sobre ‎la Unión Europea.

Casi todos los Estados ex miembros del Pacto de Varsovia se convirtieron en miembros de la ‎Unión Europea. Eso fue resultado de una imposición de Washington, anunciada incluso por el ‎secretario de Estado James Baker justo antes de la reunión del Consejo Europeo que le dio su ‎aval.

En el año 2000, Paul Wolfowitz fue, con Zbignew Brzezinki, el orador principal de un gran coloquio ‎ucranio-estadounidense realizado en Washington y organizado por los “nacionalistas ‎integristas” ucranianos refugiados en Estados Unidos. Wolfowitz se comprometió allí a ‎respaldar la Ucrania independiente, a provocar que Rusia entrara en guerra contra ella y, ‎finalmente, a financiar la destrucción de renaciente rival de Estados Unidos.‎

Esos compromisos se pusieron en aplicación con la adopción, el 28 de abril de 2022, de la ‎‎Ukraine Democracy Defense Lend-Lease Act of 2022 (Ley de préstamo-arrendamiento para la defensa de la democracia en Ucrania de 2022), que dispensa a Ucrania de todos los procedimientos de control de armamentos, ‎sobre todo de los certificados de destino final del armamento que se le entrega. En virtud de ‎esa ley, Estados Unidos cede en préstamo-arriendo a la Unión Europea armamento muy costoso ‎supuestamente destinado a la defensa de Ucrania. Eso quiere decir que, cuando termine ‎la guerra, los europeos tendrán que pagar ese armamento y la factura será monumental.‎

La destrucción de Europa

Si leen la Defense Planning Guidance, las élites europeas, que hasta ahora se beneficiaron de su alianza con Estados Unidos, no deben ‎sorprenderse de que ese país trate ahora de acabar ‎con ellas. Ya vieron lo que Washington es capaz de hacer, después de los atentados del 11 de ‎septiembre de 2001: Paul Wolfowitz prohibió que los países que habían expresado ‎reservas sobre la invasión –como Francia y Alemania– tuviesen acceso a los contratos para la reconstrucción de Irak.‎

En este momento, el alza de precios de las fuentes de energía –agravada ahora por las dificultades ‎en el acceso a esos recursos– amenaza no sólo la calefacción y el transporte de los particulares ‎sino sobre todo la supervivencia de todas las industrias europeas. Si se prolonga, ese fenómeno ‎puede provocar un súbito derrumbe económico del conjunto de países miembros de la Unión ‎Europea, lo cual se traducirá para su población en un retroceso de al menos un siglo.

Resulta difícil analizar ese fenómeno ya que los precios y la disponibilidad de las fuentes de ‎energía varían en función de numerosos factores.

En primer lugar, los precios dependen de la oferta y la demanda. Por eso aumentaron con la ‎reactivación de la economía global al final de la epidemia de Covid-19.

En segundo lugar, las fuentes de energía están entre los blancos preferidos de los especuladores, ‎incluso más que las monedas. Sólo el efecto de la especulación puede multiplicar el precio ‎mundial del petróleo por 2,5.‎

Hasta ahí, no estamos hablando de nuevo. Todo eso es habitual y conocido. Pero las sanciones ‎occidentales contra Rusia –por haber puesto en aplicación los Acuerdos de Minsk– han venido ‎a perturbar el mercado mundial. Ya no hay precios globales sino precios diferentes según ‎los países destino y los países oferentes. Todavía hay precios reconocidos en las ‎bolsas occidentales, en Wall Street y en la City. Pero esos precios nada tienen que ver con los ‎precios que se aplican en Pekín y en Nueva Delhi.

Eso puede verse principalmente en el petróleo y el gas, antes abundantes en la Unión Europea, ‎donde ahora escasean, a pesar de que siguen siendo recursos más que abundantes a escala ‎mundial.

Se vienen abajo todas nuestras referencias. Nuestras herramientas estadísticas, concebidas para ‎el mercado globalizado, no sirven para la coyuntura que estamos viviendo. Así que sólo es ‎posible plantear hipótesis, sin que tengamos cómo verificarlas. Esta situación es propicia para que ‎muchos digan cualquier cosa en tono doctoral. El hecho es que todos nos movemos a tientas.

Los jefes de Europa son traidores

Uno de los factores que marcan esta coyuntura es el reflujo de los dólares que se utilizaban en los ‎intercambios y la especulación y que han dejado de ser utilizables para las transacciones ‎en ciertos países. El dólar, moneda prácticamente virtual, desaparece de Rusia y de los Estados ‎aliados de esa nación para “rebotar” hacia los países donde todavía puede circular –es un ‎fenómeno de grandes proporciones que la Reserva Federal estadounidense y los ejércitos de ‎Estados Unidos siempre habían querido evitar pero que los straussianos de la administración ‎Biden (el secretario de Estado Antony Blinken y su subsecretaria Victoria Nuland) han provocado ‎de forma deliberada.

Erróneamente convencidos de que Rusia trata de anexar Ucrania, los europeos han renunciado a ‎comerciar con Moscú. En la práctica siguen consumiendo gas ruso, pero se autoconvencen de ‎que Gazprom quiere cortarles el suministro.

En este asunto, los dirigentes de la Unión Europea no hacen más que aplicar las directivas que los ‎straussianos les imparten desde Washington. Y al hacerlo, esos dirigentes europeos sabotean la ‎industria europea en detrimento de sus propios conciudadanos. Ciertas instalaciones industriales ‎europeas de alto consumo energético ya se ven obligadas a reducir su producción y algunas ‎incluso han tenido que cerrar. El proceso de degradación de la Unión Europea está llamado a continuar si nadie se atreve a ‎enfrentarlo.

El PIB de la Unión Europea ya se redujo en casi un 1%. ¿Se mantendrá esa recesión, como ‎planean los straussianos de Washington? ¿O la interrumpirán los ciudadanos de la Unión Europea?

Los straussianos irán hasta las últimas consecuencias. Ya han aprovechado la decadencia de ‎Estados Unidos para apropiarse del verdadero poder. Un drogadicto que nunca ha participado en ‎una elección viaja en aviones oficiales cuando le viene en ganas para hacer negocios por ‎el mundo, mientras que los straussianos se han instalado ‎discretamente en el poder a la sombra del presidente Biden y gobiernan en su lugar.

Los dirigentes europeos, por su parte, están totalmente ciegos o demasiado comprometidos para ‎detenerse, reconocer sus 30 años de errores y, sobre todo, tratar de enmendarlos.

(*) Extractos de un artículo publicado el 13 de septiembre de 2022.