La soberanía también garantiza la paz con dignidad Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua

La soberanía también garantiza la paz con dignidad Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua

Acabamos de escuchar a nuestro Comandante Daniel en la Cumbre de La Habana, del G77. Allá está desde esta madrugada y escuchamos su mensaje que es el que siempre nos hace a las y los nicaragüenses.

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En primer lugar el orgullo de mi país, de nuestro país, el orgullo de ser nicaragüenses por gracia de Dios, valerosos, valiosos, heroicos defensores de la Soberanía Nacional.

Cuando comentó nuestro Comandante la Declaración de La Habana, precisamente hacía énfasis en lo fundamental que es la defensa de la soberanía nacional. Todos los acuerdos que se proponen en esa declaración pasan por ese principio básico de respeto a la soberanía de todas las naciones. Y decía y citaba al gran prócer mexicano Benito Juárez, “el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Y luego se extendía en todos los temas que tienen que ver con la injusticia que desgraciadamente reina en este mundo, aún en los organismos. Esa injusticia que nos hace clamar por el trabajo de todos los países en unión –que es fortaleza– para crear el otro mundo que necesitamos y el otro mundo que merecemos con justicia climática, con seguridad humana, con respeto, con cooperación para el desarrollo y sobre todo –cuando decimos respeto– nos referimos también a las infames agresiones que ellos llaman “sanciones”.

¿Sanciones de qué? ¿de qué nos van a castigar? ¿Acaso nosotros hemos exigido que les sancionen y hemos aplicado agresiones o sanciones a los genocidas de los imperios que han destruido la Tierra?

Ahora estamos padeciendo esas catástrofes dolorosas que afectan a tantas familias. Ahora en el norte de África, pero en todas partes. Esa es la destrucción de la Madre Tierra a la que nos han sometido los imperialistas, los codiciosos, los esclavistas de la Tierra, los colonialistas, los colonialismos.

Y por eso, clamar por justicia, clamar por respeto, clamar por seguridad humana, clamar por unidad por el bien común, trabajar juntos por ese mundo que queremos cambiar, que debemos cambiar. Es un asunto de responsabilidad y de deber de la comunidad humana, cambiar ese mundo terrible, catastrófico, desastroso en todos los sentidos que nos quieren imponer.

Aquí las familias aplauden ese mensaje coherente y consecuente de nuestro Comandante Daniel y saben –porque sabemos que es así– cómo vamos adelante, denunciando las infamias y sosteniendo aquí la esperanza, la confianza en Dios, en las capacidades que Dios nos ha dado para avanzar hacia el porvenir de luz, de vida, de verdad, que es el sueño de Sandino, el sueño de soberanía de Sandino para nuestra Nicaragua. “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

¡Cómo nos sentimos de bendecidos, prosperados, victoriosos, porque sabemos que nuestra dignidad está allí creciente! Todos los días la alzamos, la defendemos, la consolidamos, como consolidamos, defendemos, alzamos, elevamos, el valor de la paz. Porque hay Patria, hay paz, y porque hay paz podemos trabajar seguros, movilizarnos de un lugar a otro con absoluta tranquilidad; trabajar, estudiar, producir, prosperar. ¡Y vamos adelante!

Nos sentimos contentos y orgullosos de la honrosa representación, de la valentía del pueblo nicaragüense, que ha hecho nuestro Comandante Daniel allá en La Habana, pero además invitando a toda esa comunidad del G77 a unirnos para defender la soberanía –el derecho de todos– que garantiza además la paz con dignidad, con desarrollo, con todo lo que necesitamos en términos de cooperación fraternal, solidaria y también digna para avanzar hacia lo que la comunidad humana, la familia humana merece.

(*) Extractos de su intervención telefónica al mediodía del 15 de septiembre por el Canal 4 de Televisión.

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