Los halcones impulsan nueva guerra fría que EEUU no puede ganar Pekín. Por Global Times

Los halcones impulsan nueva guerra fría que EEUU no puede ganar Pekín. Por Global Times

La creciente competencia geopolítica de Estados Unidos con Rusia y China marca el fin del orden mundial posterior a la Guerra Fría, declaró el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un discurso pronunciado el miércoles en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

“Lo que estamos viviendo ahora es más que una prueba del orden posterior a la Guerra Fría. Es su fin”, señaló. “Décadas de relativa estabilidad geopolítica han dado paso a una competencia cada vez más intensa con potencias autoritarias, potencias revisionistas”. Esta declaración parece un grito de guerra a favor de una “nueva guerra fría”.

Dado que el orden posterior a la Guerra Fría está llegando a su fin, ¿qué tipo de nuevo orden mundial desea Estados Unidos? Diversos indicios apuntan a que EEUU desea la competencia entre grandes potencias y la confrontación campal para mantener su hegemonía mundial, incluso a costa de los intereses de otros países, incluidos los aliados, y de las naciones asociadas.

Peligroso precipicio

Sin embargo, la realidad es que la competición entre grandes potencias va en contra de la tendencia de los tiempos y no puede resolver los propios problemas de EEUU ni los retos a los que se enfrenta el mundo. Sólo conseguirá dividir aún más al mundo, llevándolo a deslizarse hacia un precipicio más peligroso.

En cuanto a las observaciones de Blinken, hay que tener en cuenta dos puntos principales.

En primer lugar, Blinken estaba creando una sensación de crisis en el mundo. El mensaje subyacente para los aliados de Estados Unidos y otros países es que hay desafiantes, en particular China y Rusia, que quieren cambiar el orden existente.

En segundo lugar, las declaraciones de Blinken también reflejan una sensación de ansiedad en Estados Unidos. Estados Unidos intenta frenar el ascenso de China mediante la competencia estratégica, al tiempo que espera mantener su hegemonía sin poner en peligro sus propios intereses. Sin embargo, parece que EEUU no tiene una solución clara a este dilema.

China es uno de los beneficiarios del sistema existente y no pretende desafiar o subvertir este orden. Sin embargo, EEUU ha considerado cualquier demanda legítima de China, incluso las que reflejan las demandas razonables de la mayoría de los países en desarrollo, como un desafío y un sabotaje malintencionado.

Xin Qiang, subdirector del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan, cree que la represión irracional de EEUU contra China sólo irritará a China y a otros países en desarrollo.

Muchos países en desarrollo comparten demandas comunes con China, pero EEUU se opone a todo lo que China propone y pretende estrangular su legítimo derecho al desarrollo. En última instancia, esto conducirá a la destrucción del orden internacional existente y será contraproducente para los objetivos de Estados Unidos.

Estados Unidos cree que conteniendo a China obtendrá una ventaja. No obstante, sea cual sea el daño que le están haciendo a China, también le sale el tiro por la culata a EEUU e incluso al mundo.

EEUU ya no es lo que fue

Estados Unidos ve ahora a China como un competidor y un rival, oponiéndose y obstruyendo todo lo que pueda beneficiar a China, independientemente de su impacto en Estados Unidos. Este enfoque no sólo no consigue mantener la hegemonía estadounidense, sino que la aleja aún más de la dirección correcta.

En la actualidad, Estados Unidos está inmerso en enfrentamientos simultáneos con China y Rusia. EEUU debe reflexionar detenidamente, ya que será más difícil participar en una “nueva guerra fría” que en la anterior.

En los años setenta, el PIB estadounidense representaba casi un tercio del total mundial, pero ahora sólo es un cuarto. Sus dos principales oponentes son la potencia nuclear Rusia y la potencia económica China. Para derrotar a Rusia, Estados Unidos debe acabar desmantelando su disuasión nuclear, lo que sería una aventura estremecedora.

En cuanto a China, Estados Unidos intenta frenar su desarrollo imponiéndole restricciones tecnológicas ilimitadas, pero es incapaz de desvincularse completamente de China desde el punto de vista económico. Para Estados Unidos y sus principales aliados, China es su mayor socio comercial o uno de los mayores.

En la actualidad, EEUU es un temerario agresor estratégico, que intenta unir su fuerza relativamente más débil a la de sus aliados para librar una nueva guerra fría. Cabe señalar que el poder de los aliados de EEUU ha disminuido significativamente, y la unidad de “Occidente” está paralizada debido a la transición de EEUU de “donante de sangre” a “vampiro”.

La actual generación de las élites estadounidenses pretende con arrogancia repetir la victoria de la Guerra Fría, pero nunca lo conseguirá. En su lugar, EEUU se enfrentará a un final diferente.