Los héroes de San José de las Mulas que enfrentaron con mucha valentía a la contrarrevolución Managua. Radio La Primerísima

Los héroes de San José de las Mulas que enfrentaron con mucha valentía a la contrarrevolución Managua. Radio La Primerísima

Este próximo lunes 27 de febrero se cumplen 40 años de aquel combate en San José de las Mulas, entre los jóvenes que integraban el batallón 3062 y un batallón de la contrarrevolución que operaba en la zona de Matagalpa.

En la balacera donde hubo disparos con armas de todo calibre, perdieron la vida 23 muchachos de la Juventud Sandinista, cuyas edades oscilaban entre los 14 y 24 años.

Los nombres de los caídos son: Esteban Enrique Mendoza Hernández, Esteban Guido Sáenz, Francisco Loáisiga Aburto, MacNery Pérez Miranda, César Augusto Balladares Alvarado, Carlos José Lacayo Manzanares, Ricardo Avilés Montenegro, Alfonso Orozco Hernández, Noel Solís, Geovanny Moreno Castillo, Guillermo Alberto Madrigal Silva y Dolores Gabriel Madrigal Silva.

Otros de los héroes caídos son Roberto José Talavera Carballo, Saúl Oswaldo Manzanares López, Miguel Castillo Castillo, Arnoldo Toruño y Enrique Calderón, Julio César Jiménez y Julio Saballos.

El 18 de febrero del 2021, La Asamblea Nacional aprobó la “Ley que declara Sitio Histórico San José de las Mulas” en homenaje a los 23 héroes de la Juventud Sandinista 19 de Julio, que ofrendaron sus vidas el 27 de febrero de 1983 en defensa de la Revolución Popular Sandinista.

La mañana de este sábado la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J) entregó reconocimientos a madres de los héroes y mártires de la Gesta de San José de las Mulas, en una actividad que se realizó en el Espacio Los Muchachos del Puerto Salvador Allende.

Edwin Madrigal, coordinador de la Red de Jóvenes Comunicadores, manifestó que se miran cada año para honrar la memoria y el espíritu victorioso de los 23 hermanos caídos en combate.

Olga Isabel Manzanares Morales, madre del héroe, Carlos Lacayo Manzanares, transmitió el espíritu combativo de su hijo caído, a la Juventud Sandinista.

“Qué pudiera decir de mi hijo, fue un muchacho sano, como todos ustedes que están aquí, dedicado a sus estudios, hogareño porque nunca se me escapó de la casa, siempre estaba ahí, todavía a sus 18 años, me decía, mamá voy a ir a pasar donde mi abuelita”, recordó Olga a su hijo.

Testimonio de uno de los sobrevivientes:

Un grupo de jóvenes fundadores y dirigentes de Juventud Sandinista 19 de Julio, alfabetizadores, cortadores de café, estudiantes, miembros de la Asociación de Niños Sandinistas (AnS, universitarios, casi niños de 14,15,16 años siendo el mayor de 24 años, movilizados en el batallón 3062 en el colegio Experimental México, de ahí salimos el día 23 de diciembre de 1982, rumbo a Rio Blanco Wana Wana, recibiendo entrenamiento político-militar y en la noche buena 24 de diciembre a Wana Wana, nos comimos un nacatamal. En la noche bajo la lluvia y dormir bajo el lodo no era tan alentador, pero había más cosas que nos movían más que las circunstancias climáticas, a nosotros nos movía el amor a la paz, el amor a defender la revolución

Después del entrenamiento de Wana Wana nos pasaron dejando en una hacienda llamada El Laberinto, donde dormimos esa noche el lugar. Al día siguiente caminamos de tal manera que para llegar todos a San José de las mulas fue algo heroico porque el que no se llenó de lodo la nariz, realmente no entró a San José de las mulas. Eran caminos donde solo las mulas podían entrar porque se iba uno hasta la rodilla o después de la rodilla y cuando querías sacar el pie se te quedaba la bota en el lodo o te caías de boca contra el lodo, pero aun con todo eso, nosotros llegamos a San José de las mulas.

Todos llegamos llenos de lodo y empezamos nuestra labor, nos ubicaron en el lugar del Centro de Salud y la escuela. Dormíamos en el suelo con hamaca a lo plano en el piso.

Al inicio muchos de nuestros compañeros se enfermaron con fiebre e infección intestinal y diarrea de sangre, algunos compañeros se sacaron cargando hasta Pancasán.

Éramos la quinta compañía que estaba a cargo de Ricardo Avilés, conocido como “El Chocoyo”, éramos aproximadamente 53 que estábamos ahí en San José de las mulas, nuestras actividades primordiales eran hacer actividades recreativas con los niños, en la ermita, piñatas, hacer títeres, hicimos u parque, teníamos un Centro de Salud, realizando chequeo médico y también se daban clases porque teníamos estudiantes normalistas, era nuestro trabajo y de pronto salíamos a explorar la zona.

El 26 de febrero de 1983 se hizo una actividad cultural y una parada militar, se estaba celebrando la jornada de Camilo Ortega apóstol de la Unidad Sandinista. El 27 de febrero de 1983 inicia la gesta heroica de San José de las Mulas iniciado a las 03:00 a.m., en el cambio de guardia, ocho puntos de defensa y en el cambio de guardia hay 16 compañeros despiertos, estaba entregándose cambio de guardia cuando se detectó la escuadra de exploración de la contra, y uno de nuestros compañeros gritó ¿Quién vive?, escuchándose los primeros disparos y una granada que cae en la cocina.

Era la primera experiencia de muchos compañeros y decíamos que iba a hacer nuestro primer combate, pero no sabíamos la intensidad del combate ni la trascendencia que hasta hoy ha marcado la historia de Nicaragua, decíamos que íbamos a regresar al colegio y que no nos íbamos a ir sin haber combatido a los somocistas. El combate inicio camino a la ermita, camino a Kuskawás por donde estaba entrando primeramente el enemigo, donde dieron la orden a los ametralladoritas que vayan donde está el combate.

Ricardo Avilés, (el chocoyo), está al frente dirigiendo el combate y los muchachos están cantando ¡Venceremos!, consigna en combate y les gritábamos que se rinda tu madre hijo de puta, porque la contra y unas mujeres nos gritaban que nos rindiéramos.

También cantamos las mañanitas a Dolores Madrigal y durante el combate nunca los jóvenes perdieron el entusiasmo, pero algo que garantizo este combate fuer las ordenes se cumplían teníamos disciplina, trabajamos en equipo y la obediencia llevó que pudiéramos resistir más de 7 horas y media de combate.

Para el enemigo esas horas se hicieron eternas porque iban con otra mentalidad, tenían armamento mayor que nosotros y más de 300 contras, a ellos los impulsaba el odio, la destrucción y la muerte, no tenían patriotismo, solamente odio.

Nuestras fuerzas revolucionarias se encontraban en la zona de la planicie y cuando empezó a aclarar el enemigo tenía mejor visibilidad por encontrarse en una posición más elevada.

Pero nosotros contábamos con algo más fuerte, el coraje, la valentía y la mística revolucionaria sandinista.

Se empezó a arreciar el combate, y nuestra ametralladora se enconchaba y se tenía que destapar, entonces uno de nuestros compañeros se fue a traer una lima, empezamos a limar en lo obscuro y luego se logró armar  funcionado en ráfaga, entonces el combate empezó agarrar equilibrio, imagínese todos armados con BZ y solamente una M-60 y el enemigo que tenían más de 300 hombres con fusiles FAL M-79, morteros, granadas, cohetes chinos, etc.

A las seis de la mañana tenemos el primer herido al jefe de compañía, el chocoyo de gravedad donde lo auxilia el sanitario a él también lo hieren en el brazo, a Macnery Pérez de gravedad y después los jefes de pelotones que estaban ahí fueron los que asumieron su responsabilidad.

Después de 3 ½ horas de combate, se empezaron a enconchar los fusiles se empezaron y también se agotaban las municiones. Llega un momento donde ya los muchachos empiezan a entregar sus vidas. A las  10:30 de la mañana de combate fuerte, ya teníamos más de 18 muertos de 54 y os combates cada minuto eran más cerca de 10 a 20 metros, en algunos lugares la contra está entrando ya nuestras fuerzas enfrentándose cuerpo a cuerpo, dan la orden de retirada porque nos habíamos quedado sin tiros, ya los fusiles no servían, empezaron a salir los compañeros por el sector D, por un barranco donde caían lluvias de balas, morteros, granadas y cohetes chinos. A varios compas no les dio tiempo y se escondieron en unos matorrales donde la contra paso con unos machetes en los matorrales hasta después lograron salir con vida, aún están vivos.

Muchos, durante el combate les preguntábamos a Dios, ¿Dónde estás?, pero no nos dábamos cuenta que Dios estaba con nosotros, nos guardó de una manera tan especial.

Dios nos guardó para contar la verdad para estar con las madres de Héroes y Mártires, para transmitir a la nueva generación, los principios, valores, disciplina, amor a Nicaragua y trabajo en equipo que nos dejaron nuestros Héroes.

Hoy en día que visitamos a San José de las mulas en febrero para llevar Kitts escolares y en diciembre para llevar juguetes a los niños y niñas cuando llegamos al colegio y caminamos hacia al barranco, sólo nos imaginamos como bajé ese barranco corriendo y no me alcanzo ni un tiro, ni nada me tocó increíblemente asombroso, estábamos en la mano de Dios.

Los compañeros que estaban en los matorrales escondidos, lograron escuchar de los contras, que decían estos “Piricuacos” tenían asesores cubanos y como seis ametralladoras M-60, como nos hicieron tantas bajas y como hicieron tanta resistencia y los que estaban en los matorrales pensando en voz baja, por somos de Juventud Sandinista, con principio y mística revolucionaria, ese es el legado de nuestros Héroes y Mártires por amor a Nicaragua.

FaFa

Familiares de los héroes