Macron sueña: quiere recuperar el imperio francés Por Lasanda Kurukulasuriya, Defend Democracy Press

El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó Colombo a finales de julio, tras una gira por los Estados insulares del Pacífico. Del 24 al 28 de julio visitó Nueva Caledonia, Vanuatu y Papúa Nueva Guinea, la primera colonia francesa y la segunda una antigua posesión.
La embajada francesa describió la breve parada de Macron en Colombo el 29 de julio como “una visita histórica, ya que marca la primera visita de un presidente francés a Sri Lanka y, además, los dos países celebran este año 75 años de lazos diplomáticos”. Algunos medios de comunicación también calificaron de “histórica” su gira por las islas del Pacífico.
Cabe destacar que la gira de Macron por el Pacífico coincidió con viajes a la misma región de algunos altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado Antony Blinken, a Tonga, y el secretario de Defensa Lloyd Austin, a Papúa Nueva Guinea. Una mirada más atenta a la coincidente actividad diplomática en el Pacífico (Oceanía) puede arrojar algo de luz sobre lo que realmente tiene de histórico, o mejor dicho, sobre lo que señala.
El tuit de Macron publicado en el sitio web de la Embajada de Francia decía: “Sri Lanka y Francia son dos naciones del Océano Índico que comparten un objetivo común: un Indo-Pacífico abierto, inclusivo y próspero”. ¿En qué se basa el presidente francés para afirmar que “Sri Lanka y Francia son dos naciones del océano Índico?” Al fin y al cabo, Francia está a miles de kilómetros de Sri Lanka. Se refiere al territorio colonial francés de “La Reunión” (982,574 habitantes), una isla del océano Índico situada al este de Madagascar.
En conversaciones con el presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, el presidente Macron se comprometió a ayudar al país en su proceso de recuperación económica, y expresó su interés en colaborar con Sri Lanka durante su próxima presidencia de la Asociación de la Cuenca del Océano Índico (IORA), de la que Francia es miembro, dijo la División de Medios de Comunicación de la Presidencia en Colombo. Francia se ha convertido en “miembro de pleno derecho” de la IORA “gracias a La Reunión”, según el ministerio francés de Asuntos Exteriores.
Territorios de ultramar
Cabe señalar que Francia dispone de una enorme Zona Económica Exclusiva (ZEE) gracias a sus territorios de ultramar en el Pacífico. Representan 6,9 millones de kilómetros cuadrados de la ZEE total de Francia, de 10,9 millones de kilómetros cuadrados, según un análisis publicado en línea por la Observer Research Foundation (Fundación Observador de Investigación).
“Macron quiere convencer a los países de la región de que Francia no es un extraño, sino parte de la región, ya que Francia tiene allí territorios de ultramar”, escribió Ravindra Singh Prasad, de InDepth News (Noticias a Fondo), citando un comentario en Global Times (diario de China en inglés) de Cui Hongjian, del Instituto de Estudios Internacionales de China. “Pero la validez del estatus de Francia en la región es, de hecho, escasa, ya que sus territorios allí se obtuvieron a través del colonialismo, lo que es difícil de racionalizar para Macron”, dijo Cui.
En una región en la que las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China se están intensificando, los analistas especulan con que Macron busca proyectar una estrategia en el Pacífico distinta de la de EEUU y sus aliados occidentales. Esto se produce en un contexto de descontento francés con EEUU y el Reino Unido, que juntos recientemente eclipsaron a Francia por un acuerdo de submarinos con Australia.
De visita en la antigua colonia francesa de Vanuatu el 27 de julio pasado, Macron pronunció un discurso en el que se refirió a la aparición de un “nuevo imperialismo” en la región, una referencia oblicua pero inequívoca a China.
“En el Indo-Pacífico, y en particular en Oceanía, está apareciendo un nuevo imperialismo y una lógica de poder que amenaza la soberanía de varios Estados; los más pequeños, a menudo los más frágiles”, dijo Macron. “Nuestra estrategia Indo-Pacífica consiste ante todo en defender mediante asociaciones la independencia y la soberanía de todos los Estados de la región que estén dispuestos a trabajar con nosotros”.
Hay una gran ironía en su afirmación. Mientras hablaba, en África Occidental se desarrollaba un golpe militar en Níger, donde miles de manifestantes, que parecían apoyar a los golpistas, salieron a la calle exigiendo que los franceses abandonaran Níger. “Mientras que una protesta en defensa del gobierno del depuesto Mohamed Bazoum se desvaneció rápidamente, las manifestaciones a favor del golpe ganaron fuerza, ya que los manifestantes cuentan con que la junta militar siga los pasos de Mali y Burkina Faso y exija la retirada de las tropas francesas y de otros países occidentales”, escribió Pavan Kulkarni, redactor de People’s Dispatch (Despacho Popular).
En un discurso pronunciado en Papúa Nueva Guinea el 28 de julio, Macron denunció el golpe como “completamente ilegítimo” y se comprometió a apoyar a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en sus decisiones contra los golpistas.
Níger es rico en recursos naturales como uranio, oro y petróleo, pero sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. Al parecer, la industria del uranio está controlada por una empresa en la que Francia tiene una participación del 85%, y Níger sólo el 15%. “Una de cada tres bombillas en Francia funciona con uranio de Níger, al mismo tiempo que el 42% de la población del país africano vive por debajo del umbral de pobreza. El pueblo de Níger ha visto cómo su riqueza se le escapaba de las manos durante décadas”, escribieron Vijay Prashad y Kambale Musavuli en Defend Democracy Press (Prensa Defender la Democracia).
Malí y Burkina Faso han adoptado la postura de que si la amenaza de intervención militar en Níger es lanzada por el bloque regional CEDEAO, lo considerarían una declaración de guerra contra ellos. Guinea, en una declaración separada, indicó que no aplicaría las sanciones que, según todos los indicios, podrían paralizar la economía de Níger, ya que bloquean las fronteras terrestres y aéreas con el Estado sin salida al mar. Anteriormente, Nigeria había cortado el suministro eléctrico a Níger, que depende de su vecino para el 70% de su electricidad.
Estados Unidos en el Pacífico
Mientras Macron visitaba las islas del Pacífico y Sri Lanka, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se encontraba entretanto en Tonga, antes de viajar a Nueva Zelanda y Australia, dos meses después de su visita a Papúa Nueva Guinea para firmar un acuerdo de cooperación en materia de defensa con ese país. Blinken sustituyó al Presidente Joe Biden, que canceló su viaje, al parecer para centrarse en las conversaciones sobre la deuda en Washington. De haber ido, habría sido el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar un país insular del Pacífico.
En respuesta a la pregunta de un periodista en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Tonga, sobre si su visita era “más una agenda de EEUU y menos lo que Tonga quiere de EEUU”, Blinken dijo: “La simple realidad es ésta. Somos una nación del Pacífico”. Y continuó explicando las asociaciones que EEUU pretendía establecer con países de todo el Pacífico. La afirmación de Blinken, que recuerda al tuit de Macron, lleva a preguntarse por qué los visitantes VIP sienten la necesidad de afirmar su “pertenencia” a regiones distantes.
Una recapitulación de los acontecimientos de los últimos 16 meses ayudaría en este punto.
En abril de 2022, las Islas Salomón firmaron un pacto de seguridad con China que hizo saltar las alarmas en Occidente. La cadena australiana ABC News informó entonces de que “el Gobierno federal ha declarado que está “profundamente decepcionado” por el hecho de que las Islas Salomón hayan seguido adelante y hayan firmado un pacto de seguridad con China, un acuerdo que Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos temen que pueda abrir la puerta a una base naval china en el Pacífico Sur”. Los tres habían intentado disuadir al primer ministro, Manasseh Sogavare, de seguir adelante con él. El primer ministro había declarado anteriormente: “No hay intención de pedir a China que construya una base militar en las Islas Salomón. Nos sentimos insultados por tales historias infundadas”.
Los acontecimientos diplomáticos que siguieron a este suceso fueron los siguientes:
Febrero de 2023: EEUU abrió una embajada en las Islas Salomón
Mayo de 2023: EEUU abre una embajada en Tonga
Mayo de 2023: EEUU y Papúa Nueva Guinea firman un Acuerdo de Cooperación en Defensa.
Julio de 2023: Francia abre una embajada en Samoa
Del 24 al 29 de julio de 2023: El presidente francés Emmanuel Macron realiza una gira por Nueva Caledonia, Vanuatu y Papúa Nueva Guinea, y se reúne brevemente con el presidente Ranil Wickremesinghe en Sri Lanka.
26 – 29 de julio de 2023: El Secretario de Estado estadounidense Blinken viajó a Tonga, Nueva Zelanda y Australia. En Tonga, respondiendo a las preguntas de los periodistas, mencionó que Estados Unidos tenía previsto abrir nuevas embajadas en Vanuatu y Kiribati. En referencia al compromiso de China en la región habló de “comportamiento problemático” y “actividades económicas depredadoras”.
26 de julio de 2023: El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, visitó Papúa Nueva Guinea para hablar sobre la profundización de los lazos en materia de seguridad con el primer ministro, James Marape, y los miembros del Consejo de Defensa de Papúa Nueva Guinea.
Estos acontecimientos arrojan luz sobre el panorama general. Lo histórico de los recientes viajes a la región de visitantes de alto nivel no es que sean “primicias”, sino que señalan un cambio tectónico en Asia-Pacífico como campo de batalla geopolítico, provocado por la creciente influencia mundial de China. Las repercusiones también pueden verse en el acuerdo trilateral de seguridad entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, anunciado en su cumbre del 18 de agosto en Camp David (Estados Unidos).