Chile a la expectativa por plebiscito Santiago de Chile. Prensa Latina

Chile vive este sábado enfocado en la celebración mañana del plebiscito por una nueva Constitución, tras una semana de crispación política al cumplirse un año del estallido social del 18 de octubre de 2019.

El jueves, según lo establecido por las normas electorales, los numerosos comandos de campaña concluyeron sus acciones proselitistas llamando a votar masivamente este domingo, cuando cerca de 15 millones de electores decidirán por una nueva ley fundamental o continuar con la actual.

En tanto, desde el Gobierno, se insiste también en llamar a una amplia participación y el viernes el ministro del Interior, Víctor Pérez, declaró que la ciudadanía puede confiar en que habrán medidas sanitarias, de seguridad, y todo lo pertinentes para que su participación electoral sea ‘lo más fluida posible.

En los últimos días, además, fueron desplegados unos 50 mil efectivos de Carabineros y de las Fuerzas Armadas, para garantizar la seguridad en los más de dos mil 700 locales votación.

Sin embargo, el país llega al plebiscito con una importante deuda, pues por dilaciones y retrancas, la representación de los pueblos originarios en una Convención Constituyente se mantiene todavía en el aire.

Aunque se admite la necesidad del reconocimiento a las comunidades indígenas, el Senado no ha logrado un acuerdo, porque pues los legisladores de la derecha buscan imponer un padrón solo para indígenas, mientras la oposición propone su plena en el actual padrón nacional y de acuerdo con su proporción dentro del total de habitantes del país.

El plebiscito es resultado de la presión ejercida por millones de chilenos en las calles tras el estallido social de octubre de 2019, una de cuyas principales demandas era la creación de una Asamblea Constituyente para la redacción de una nueva ley fundamental.

Precisamente, la semana se inició recordando esa fecha, para lo cual decenas de miles de personas confluyeron desde temprano el domingo en la Plaza de La Dignidad de esta capital, en un ambiente pacífico, festivo y reivindicativo.

El tono de esa multitudinaria demostración contrastó con la violencia desatada desde el anochecer, en la cual sobresalieron por su impacto mediático los incendios de dos iglesias en el centro de Santiago, acciones esgrimidas por la derecha para denigrar de las reivindicaciones populares.

Hubo también saqueos a establecimientos y la muerte de un joven, en la comuna de Renca, por disparos de carabineros, en un incidente que todavía se investiga.

Pero más allá de la participación de grupos anárquicos en esos hechos, la presencia de un integrante de la Armada formando parte de los violentistas, y la casi nula actuación de Carabineros para enfrentar los desmanes, en contraste con su dura represión a las manifestaciones dispararon más dudas y desconfianza hacia los cuerpos de seguridad.