Cuba forja la unidad nuestroamericana Por Glenn Sambola

Cuba forja la unidad nuestroamericana Por Glenn Sambola

La presidencia del Consejo Permanente de la OEA, ostentada por la República de Uruguay, había convocado para el 28 de julio a una reunión extraordinaria para abordar, según los enemigos de la libertad, “la situación en Cuba.”

Esta arremetida, carente de toda legalidad y violatoria a los principios del derecho internacional, era además totalmente ilógica e impráctica, dado la República de Cuba dejó de ser miembro de la OEA desde el año 1962, cuando casualmente en la Asamblea General de ese mismo año celebrada en Uruguay, se aprobó una nefasta resolución expulsándola de la organización. En el año 2009, la OEA aprobó otra resolución para reintegrar a Cuba, un documento que con legítima dignidad fue rechazado por el Gobierno Cubano, que denuncia la falta de autonomía de la organización.

Hoy, la pretensión del gobierno de Uruguay y otros gobiernos lacayos, sin duda alguna en la planilla del gobierno de Estados Unidos, fue categóricamente derrotada por los países libres del hemisferio que alzaron sus voces a favor de la soberanía, autodeterminación e independencia del pueblo cubano, en un gran gesto de unidad, fraternidad y solidaridad latinoamericana y caribeña.

Los Libres reconocieron que se trataba de una maniobra diseñada con el único propósito de amplificar la campaña de desinformación promovida por Washington y que pretende crear la falsa narrativa de una Cuba desestabilizada por protestas masivas. A pesar de que los medios de oposición locales trabajan con Washington y alimentaban la mentira y la prensa internacional ha preferido los “breaking news” por encima de la verdad de los acontecimientos en Cuba, la mayoría de los gobiernos de la región mantiene estrechas relaciones con el pueblo y gobierno de Cuba y ha podido identificar las mentiras.

En ese sentido, la victoria alcanzada en la OEA, no debe ser pasajera, debe asimilarse y adoptarse como un ejemplo de lo que puede lograr la unidad nuestroamericana y caribeña para defender y proteger a un pueblo hermano de las ambiciones del imperialismo y las tragedias del malinchismo.

El lunes 26 de julio, México despachó dos barcos con alimentos y provisiones hacia Cuba para apoyar en la lucha contra el Covid-19, sumándose a la solidaridad de la Federación Rusa que la semana pasada envió una aeronave con ayuda humanitaria. Nicaragua también anunció el envío de un barco con alimentos para apoyar al pueblo cubano que siempre ha sido tan solidario con nuestro pueblo.

La mayoría de los países del mundo rechaza el cruel bloqueo económico impuesto sobre Cuba y reconoce que las limitaciones que sufre el pueblo cubano son el resultado de las medidas impuestas por la Ley Helms Burton, lo que se demuestra año con año a través de resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas que condena esta terrible política.

El sábado pasado, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, dio un paso más; propuso designar a Cuba como Patrimonio de la Humanidad, por su capacidad de enfrentar el bloqueo económico y la agresión estadounidense desde el año 1959.

El Primer Ministro Ralph Gonsalves de San Vicente y las Granadinas y el Ministro de Relaciones Exteriores Jerome Walcott de Barbados, transmitieron las posturas de sus respectivos países sobre la situación en Cuba, en otra muestra de solidaridad y unidad caribeña para el pueblo cubano.

La declaración de Barbados, destaca: “El Gobierno de Barbados es de la opinión que ha llegado el momento de que los Estados Unidos actúe. Todo lo que ha logrado el embargo es un castigo injustificado a Cuba y ha desatado una serie de dolorosos desenlaces para su pueblo. No ha logrado aislar a Cuba del resto de naciones de bien-pensar de la comunidad internacional. Poner fin al embargo es moralmente correcto. Ahora es el momento de que Estados Unidos de América muestre liderazgo.”

La postura de Barbados es respetable, pero con seguridad caerá sobre oídos sordos. El gobierno de Estados Unidos antepone los votos en la Florida al sufrimiento del pueblo cubano y por ello, sin importar que se tratase de una administración republicana o demócrata, su política exterior hacia Cuba será la misma, hasta que llegue ese momento glorioso en que el imperio se consuma desde adentro, un evento que parece cada vez más cercano.

Considero que el Comandante Daniel, en su discurso del domingo, fue más acertado: “no hay espacio para negociar con el imperio y aquellos que crean en la ilusión de hacerlo, desconocen la historia”. Esto puede aplicarse a Nicaragua, a Cuba y cualquier otro país que aspire a ser libre. En ese sentido, debemos apostar por la unidad frente a la agresión y a la solidaridad frente a cualquier crisis.

La semana pasada el Presidente López Obrador destacó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) representa un espacio de diálogo, consenso y cooperación más apropiado para los países de la región, refiriéndose a la decadencia y corrupción de la OEA, que desde su creación ha funcionado como ministerio de colonias de Estados Unidos. Este es un paso correcto para forjar la tan ansiedad unidad que necesitamos para para protegernos de los ataques del imperio.