EEUU y Europa asesinan al G-20 Por Sergei Strokan | Kommersant, Rusia
El 20 de abril de 2022 puede pasar a la historia de las relaciones internacionales modernas como el día de la muerte súbita del G20, o “Grupo de los Veinte”, para el que se ha afianzado el nombre no oficial de “Grandes Veinte”.
La reunión de los ministros de Finanzas de las principales economías occidentales y no occidentales en Washington, que debía buscar respuestas colectivas a los grandes retos de la economía mundial, quedó sin sentido por el gran escándalo que estalló en la capital estadounidense.
Los responsables de los departamentos del Tesoro de Estados Unidos y Gran Bretaña, Janet Yellen y Sunak Rishi, anunciaron inmediatamente que boicotearían los actos de la reunión del G20, en la que participaría el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov. Así, el diálogo entre las principales economías de Oriente y Occidente, para el que, de hecho, se creó el G20, se vio interrumpido antes incluso de empezar.
Por la misma razón, los ministros de finanzas del G20 se vieron obligados a renunciar a adoptar un comunicado final conjunto tras la reunión de Washington. No se pudo acordar debido a la presencia de Rusia en la reunión, con la que los Estados occidentales se han negado rotundamente a hablar desde el inicio de la operación especial en Ucrania, exigiendo que se excluya a Rusia del G20.
“Rusia y el presidente Vladimir Putin han demostrado ser parias en la escena mundial. La opinión del presidente Biden es que Rusia no tiene cabida en los foros internacionales”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Según las últimas previsiones, el PIB de Rusia se reducirá un 11%. Un impago de la deuda soberana en Rusia es sólo cuestión de tiempo”, dijo con seguridad la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en vísperas de la reunión del G20 en Washington, demostrando su determinación de jugar duro a pesar de los efectos cada vez más tangibles sobre las economías occidentales.
Dos bandos sin diálogo
Así, en un intento de extender la guerra de sanciones y la campaña de aislamiento contra Rusia por parte de Occidente a otra parte del mundo no occidental, Estados Unidos y sus aliados han matado al G20 dividiéndolo en dos bandos.
Además del G7 y los Estados de la UE, el G20 incluye a los Estados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y a otros países que tampoco aceptarán la idea de excluir a Rusia: Indonesia, México, Arabia Saudí, Turquía y Corea del Sur. Sin embargo, al hacerlo, nuestros “socios occidentales” han cruzado todas las líneas rojas imaginables e impensables. Entre otras cosas, ignoraron la posición del presidente en ejercicio del G20, Indonesia, intentando quitarle su legítimo derecho a determinar la agenda de la reunión.
Como resultado, el G20, creado en diciembre de 1999 para salvar la brecha Este-Oeste y participar en la gestión de la crisis mundial, se encontró el 20 de abril de 2022, por primera vez en su historia, en una situación única en la que los riesgos no se están conteniendo, sino que están siendo generados por sus propios miembros.
Al hacerlo, se dispararon en el pie. Los costes de la crisis actual para el sistema internacional y la posición de Estados Unidos y las instituciones financieras occidentales –el FMI y el Banco Mundial– no harán más que aumentar. Se trata de la pérdida de la posición central del dólar en las finanzas mundiales, de la formación acelerada de nuevos sistemas de pago, que harán imposible conservar o restaurar el antiguo orden mundial en el que Washington desempeñaba un papel central.
Como quien dice, “por lo que hemos luchado, hemos conseguido lo que hemos conseguido”. Buen trabajo de EEUU y sus aliados.