Ejercemos con orgullo nuestra soberanía Por Glenn Sambola

Ejercemos con orgullo nuestra soberanía Por Glenn Sambola

A poco más de una semana de celebrarse las elecciones nacionales, diferentes plataformas de noticias publican copiosos artículos sobre Nicaragua, promoviendo falsedades y tildando al país con adjetivos cada vez más grotescos, tales como “estado terrorista”, “régimen opresor”, “dictadura”, lo que demuestra su creciente grado de frustración frente a la inminente victoria del pueblo nicaragüense y el FSLN. ¡Hemos soportado la embestida y ejercemos con orgullo nuestra soberanía!

Como de costumbre, estos artículos presentan al Gobierno de Estados Unidos como “buen samaritano y amigo, que a través de toda la historia ha pretendido promover la democracia en Nicaragua y ayudar a los nicaragüenses a alcanzar sus sueños”.

Particularmente fantasioso ha sido un artículo de «Político», una revista estadunidense editada en Arlington, Virginia, que hace una breve referencia sobre el mandato que Ronald Reagan diera a la CIA para frenar el comunismo y derrocar al Gobierno Sandinista en los años 80. No hace mención de las más de 50 mil muertes provocadas durante la guerra contrarrevolucionaria o a la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que condena las acciones terroristas del Gobierno de Estados Unidos.

Otras publicaciones se refieren a la narrativa gastada de las “protestas pacíficas” de 2018, citando como fuente a nadie menos que a Carlos F. Chamorro, obviando, claro está, el hecho de que él y al menos otros cuatro miembros de su familia recibieron millonarias sumas de dinero de agencias del gobierno de Estados Unidos en sus cuentas personales y corporativas, para financiar los actos terroristas que provocaron destrucción y muerte, durante el intento de golpe de estado de ese año.

Se continúa haciendo mención al encarcelamiento de candidatos de oposición y empresarios, sin siquiera referirse a la investigación del Ministerio Público de Nicaragua que acusa a estas personas de malversación de fondos, lavado de dinero y conspiración sediciosa para provocar el derrocamiento del gobierno legítimamente electo de Nicaragua. Ignoran además el hecho de que ningún partido político reconoce a los acusados como candidatos o que todos los partidos políticos en Nicaragua desarrollan activamente su campaña electoral de cara a las elecciones del 7 de noviembre, en las que más de 4 millones de nicaragüenses están habilitados para votar.

Aún más absurdo, otra plataforma se refiere a la Cumbre SICA – Estados Unidos y a la reunión paralela que el Canciller Denis Moncada sostuvo de buena fe con el Secretario de Estado Anthony Blinken en Costa Rica y en donde supuestamente un alto oficial de esa delegación relata el intento de Estados Unidos de mejorar la relación con Nicaragua, de extender el ramo de olivo, de hacer concesiones. Si esto acaso fuera realidad, la evidencia únicamente demuestra que Estados Unidos es incapaz de cumplir su palabra o de respetar los compromisos diplomáticos que adquiere, ya que los ataques en contra de la soberanía de Nicaragua solamente han empeorado.

Vulgarmente acusan al Comandante Daniel y a la compañera Rosario de corrupción y autoritarismo, ignorando el incuestionable apoyo popular con que cuenta el FSLN y las decenas de miles de obras de infraestructura pública construidas por el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, incluyendo plazas, parques, estadios, hospitales, escuelas, carreteras y puertos que han mejorado considerablemente la calidad de vida de las y los nicaragüenses.

No mencionan que ningún nicaragüense es investigado en los casos “Panamá Papers”, “Pandora Papers” o el “Caso Cochinilla” que involucra a cientos de funcionarios de gobierno e incluso a otros Presidentes de la región, siendo acusados por corrupción.

Se les olvida reconocer además que Nicaragua es el país de Centroamérica con la mejor ejecución de su cartera de proyectos con el Banco Mundial, BID y BCIE.

Se refieren a la masiva migración de Centroamericanos a Estados Unidos, sin terminar de explicar el hecho de que el número de nicaragüenses que emigran hacia ese país es mínimo en comparación con los países vecinos del norte, tratando de argumentar que prefieren “huir” a Costa Rica. Con este débil argumento, pretenden desvirtuar la realidad sobre la migración histórica de nicaragüenses hacia Costa Rica, quienes en su mayoría realizan trabajos temporales durante los períodos de siembra y corte de café y viajan libremente de un país al otro.

Hablan del creciente aislamiento internacional, mientras el Comandante Daniel Ortega y el Presidente Juan Orlando Hernández suscriben tratados históricos para concluir el proceso de delimitación fronteriza entre Honduras y Nicaragua, declarando el Golfo de Fonseca como Zona de Paz y Desarrollo Humano.

Por lo anterior, al leer este tipo de artículos uno solo puede llegar a dos conclusiones: primero, los autores no conocen de historia y carecen de la motivación necesaria para llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre los temas que están tratando; o segundo, prefieren promover la falsa narrativa porque vende mejor, y en fin de cuentas su negocio no es informar, sino vender.