El mayor orgullo de un nicaragüense Por Carlos Fonseca Terán

El mayor orgullo de un nicaragüense Por Carlos Fonseca Terán

En el 87 Aniversario del paso a la inmortalidad del General Augusto C. Sandino

Sandino: patriota y revolucionario; defensor de la soberanía nacional y luchador antimperialista; nacionalista e internacionalista, unió la lucha por la liberación nacional con la lucha por la emancipación social. Por eso escribió:

“Mi espada defenderá el decoro nacional y dará la redención a los oprimidos…”.

Inició su lucha con el alzamiento armado de los trabajadores en el mineral de San Albino, y fue el primer gran impulsor del cooperativismo en Nicaragua. Por eso dijo: “Yo soy partidario más bien de que la tierra sea del Estado. En este caso particular de nuestra colonización en el Coco, me inclino por un régimen de cooperativas. Todo será en cooperativas”.

Hizo la Reforma Agraria en los territorios bajo su control, y declaró a los capitalistas como sus enemigos. Por eso declaró: “A quienes se ha ordenado capturar es a las personas capitalistas, quienes están identificadas como enemigas de nuestro Ejército… El comunismo está aureolado de libertad. Jesús y todos los profetas siempre fueron comunistas. Nosotros (…) les seguiremos en el camino a la tierra prometida del comunismo mundial”.

Tenía plena conciencia de que su lucha era en defensa de los intereses de la clase trabajadora, contra el imperialismo como fase superior del capitalismo, y denunció la doble explotación de los trabajadores en los países dominados por el imperialismo. Por eso proclamó:

“La clase trabajadora de toda la América Latina sufre hoy una doble explotación: la del Imperialismo, principalmente el yankee, y la de las burguesías nativas o sea los capitalistas nacionales explotadores.

…Por un período (…) fue castrado el movimiento sindical de su base fundamental, que es la irreconciliación de los intereses de los explotadores agentes del Imperialismo y de los explotados, única garantía del triunfo de nuestra causa. Con la agudización de la lucha, con la creciente presión por parte de los banqueros yankees, los vacilantes, los tímidos, por el carácter que toma la lucha, nos abandonan, porque sólo los obreros y campesinos irán hasta el fin, sólo su fuerza organizada logrará el triunfo. El capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose, como consecuencia, en imperialismo.

Estamos (…) con los mejores propósitos de que nuestra lucha contra el imperialismo yankee en Nicaragua tome el carácter de lucha antimperialista en una firme acción revolucionaria de masas a escala continental y mundial. Mi ideal campea en un amplio horizonte de internacionalismo…”.

En el ámbito político, su lucha era contra las paralelas históricas (liberales y conservadores). Por eso señaló: “…Los dirigentes políticos conservadores y liberales nicaragüenses, son una bola de canallas, cobardes y traidores (…) Moncada nos traicionó en Tipitapa. Allí también quedó sepultado mi liberalismo. No permitiremos a esos politicastros, sinvergüenzas y corrompidos. Vamos a eliminar los partidos liberal y conservador”.

Estaba plenamente consciente de la necesidad la organización política y de la toma del poder para emprender las transformaciones revolucionarias necesarias en la sociedad nicaragüense. Por eso reveló: “Nuestro ejército se prepara para tomar las riendas de nuestro poder nacional. …El objeto fundamental de mi segundo viaje a esta capital, fue el de corresponder a las aspiraciones de muchas agrupaciones, deseosas de organizarse en un nuevo partido…”.

Tenía plena claridad acerca de la prolongación de la intervención norteamericana, en lo militar a través de la guardia nacional, dirigida por Anastasio Somoza García y creada por los marines norteamericanos, en lo político a través de los gobiernos entreguistas libero-conservadores, y en lo económico a través de las compañías norteamericanas que saqueaban nuestros recursos naturales. Por eso analizó:

“…La paz se firmó para evitar el regreso de la intervención armada (…) No salgo del norte, para estar pendiente de todos los momentos en que se presente la oportunidad de restaurar también nuestra independencia política y económica (…) Los componentes de la parte militar del país, que operaron aliados con los invasores, continúan siendo nuestros enemigos (…) La Guardia Nacional (…) ha sido creada (…) por indicaciones de la intervención norteamericana.

…Desaparecida, aunque en apariencia, la intervención armada en Nicaragua, los ánimos se enfriaban, porque la intervención política y económica el pueblo la sufre, no la mira y lo peor, no la cree, y esa situación nos colocaba en situaciones difíciles (…) Estábamos agotados en recursos económicos y bélicos y por todo lo dicho habríamos tenido un fracaso”.

Sandino sabía los peligros que corría su vida, pero también sabía que su causa no moriría con su desaparición física. Por eso profetizó:

“Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”.

…Y aquí estamos sus seguidores: los sandinistas.

Gracias al legado de Sandino, Carlos Fonseca elabora la doctrina política para la transformación revolucionaria de la sociedad nicaragüense, y gracias a Carlos Fonseca somos sandinistas.

El sandinismo es: liberación nacional, poder popular y socialismo.

El General Sandino definió el legado revolucionario que el Comandante Carlos Fonseca convirtió en identidad política al aplicar creativamente la teoría científica revolucionaria, y el Comandante Daniel Ortega se puso al frente de la puesta en práctica de la doctrina sandinista para la transformación revolucionaria de la sociedad nicaragüense.

El General Sandino inició la lucha revolucionaria en Nicaragua, el Comandante Carlos Fonseca rescató a Sandino y forjó la vanguardia como su principal dirigente en la etapa de la lucha contra el somocismo, y el Comandante Daniel Ortega como dirigente revolucionario en todas las etapas de la historia del FSLN y principal dirigente en la etapa actual, ha sido el estratega que nos ha conducido de victoria en victoria.

Augusto C. Sandino es el mejor hijo de Nicaragua.

Carlos Fonseca es el mejor hijo de Sandino.

Daniel Ortega es el hermano y el mejor discípulo de Carlos.

Sandino es nuestro referente fundamental.

Carlos es el ideólogo del sandinismo, forjador de nuestra vanguardia y jefe de la revolución.

Daniel es el estratega y jefe del sandinismo triunfante.

Carlos es el continuador de Sandino.

Daniel es el continuador de Carlos.

Nosotros (la militancia sandinista consciente y activa) somos colectivamente, los continuadores de Sandino, Carlos y Daniel, porque ellos son personalidades históricas únicas, irrepetibles. No hay un Sandino, un Carlos ni otro Daniel entre nosotros, y por eso, sólo como vanguardia revolucionaria, combativa, consciente, unida y bien organizada podremos en el futuro, ser continuidad y eternizar la obra revolucionaria iniciada por Sandino, rescatada por Carlos y puesta en práctica por Daniel, y por eso el sandinismo es indestructible y eterno en tanto seamos capaces de preservar y consolidar el carácter del FSLN como vanguardia revolucionaria.

Sandino es de todos los nicaragüenses como patriota, defensor de la soberanía y nacionalista, pero no todos los nicaragüenses siguen las ideas de Sandino como revolucionario, antimperialista e internacionalista, que es lo fundamental de su trascendencia histórica.

Sandino es la personalidad histórica que más orgullo nos hace sentir de ser nicaragüenses,  y por eso el mayor orgullo de un nicaragüense es ser sandinista.