India e Irán hacia la multipolaridad Por Melkulangara Bhadrakumar (*) | The Strategic Culture Foundation

La tendencia a la multipolaridad en el orden mundial ha dado un gran salto en los últimos cien días.

La visita de cuatro días a India del Ministro de Asuntos Exteriores de Irán, el doctor Hossein Amir-Abdollahian, del 8 al 11 de junio, puede considerarse un intento exploratorio de los dos países para reajustar su relación, alineándola con los tiempos cambiantes de la política regional e internacional. Están surgiendo nuevas oportunidades para ambos países. Tanto Nueva Delhi como Teherán son conscientes del imperativo de mejorar sus vínculos.

Además de las reuniones con su homólogo indio, S. Jaishankar, y con el consejero de Seguridad Nacional, Ajit Doval, Amir-Abdollahian fue recibido por el primer ministro Modi, lo que demuestra la gran importancia que Delhi concede a la visita.

Modi ha renovado su invitación al presidente de Irán, Ebrahim Raisi, para que visite India en una fecha próxima. Delhi también trató de acoger una reunión de la Comisión Conjunta India-Irán para concretar nuevas vías de cooperación económica bilateral y desarrollar una hoja de ruta. En particular, la parte india propuso la creación de un “comité estratégico” para ampliar los lazos en todos los ámbitos.

Amir-Abdollahian siguió adelante con la visita a pesar del ambiente negativo debido a las indiscretas declaraciones de un funcionario del partido gobernante de la India, que crearon un gran revuelo en algunos países musulmanes. Teherán mostró una gran comprensión de la resistencia y la madurez de la democracia india para superar las turbulencias actuales.

India fue uno de los tres únicos países que se abstuvieron durante la votación de una resolución patrocinada por Estados Unidos y sus aliados europeos el pasado miércoles en el Organismo Internacional de la Energía Atómica en Viena, en la que se censuraba a Irán. Esto supuso un marcado cambio en el patrón de voto de India contra Irán en 2005, 2006 y 2009 bajo el anterior gobierno del Congreso.

A Teherán no se le escapa que el actual gobierno indio ha reforzado la autonomía estratégica del país, como demuestra su negativa a condenar la operación militar especial de Rusia en Ucrania o a imponer sanciones y reducir la cooperación bilateral, para consternación de la administración Biden.

Relaciones con Rusia

Curiosamente, la estrategia occidental de aislar a Rusia está impulsando a Moscú a reanudar sus vínculos con India e Irán, a los que se atribuye una política exterior independiente. Rusia apoyó firmemente a Irán en la reciente votación del OIEA. El presidente Vladimir Putin mantuvo una llamada con Raisi el día en que se celebró la votación en Viena, en la que, según la lectura del Kremlin, los dos líderes “expresaron su compromiso mutuo con un fortalecimiento constante de los lazos, incluso mediante la puesta en marcha de proyectos conjuntos en la economía y el comercio… (y) tocaron aspectos para garantizar la estabilidad y la seguridad regionales”.

Rusia está avanzando hacia un mayor uso de las monedas nacionales con Irán e India para realizar sus transacciones comerciales y económicas. Irán e India y Rusia e India tienen un historial de uso de monedas locales en el comercio. Esta matriz puede crear oportunidades de cooperación tripartita, como acuerdos de intercambio. Tanto Irán como la India están buscando acuerdos de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática.

Rusia está impulsando con fuerza una ruta de tránsito hacia la India a través de Irán, conocida como Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC). El primer envío piloto de la ruta de tránsito está en camino, consistente en dos contenedores con laminado de madera de 41 toneladas enviados desde San Petersburgo al puerto de Astracán para entrar en Irán a través del Mar Caspio, con destino al puerto de Nhava Sheva en Bombay.

Durante la visita de Amir-Abdollahian, se mantuvieron conversaciones sobre el INSTC, así como sobre el puerto de Chabahar, en el este de Irán, donde la India opera una terminal de contenedores.

Según el comunicado de prensa indio, “las partes estuvieron de acuerdo en que el puerto de Chabahar ha proporcionado un acceso marítimo muy necesario a Afganistán, que no tiene salida al mar, y también se ha convertido en un centro de tránsito comercial para la región, incluso para Asia Central”, y acordaron que los funcionarios se reunirían en breve para abordar los “aspectos operativos” del proyecto.

Dinamizar Asia Central

El puerto de Chabahar es el pilar del comercio indio con Afganistán y Asia Central. En las conversaciones a nivel de ministros de Asuntos Exteriores entre India y Uzbekistán, celebradas el mes pasado, ambas partes “acordaron explotar todo el potencial” del puerto de Chabahar para su comercio bilateral. Irán espera que India invierta en la construcción de una línea de ferrocarril de 600 km que conecte Herat, en el oeste de Afganistán, fronterizo con Irán, con Heiraton/Termez, en la frontera afgano-uzbeka.

Ahora que ha comenzado el compromiso diplomático de India con el gobierno talibán de Kabul, se espera que Delhi reanude su programa de ayuda al desarrollo en Afganistán. India se ha desvinculado de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN para recalibrar su política afgana y armonizarla con los países afines en el marco del llamado Diálogo de Seguridad Regional.

Afganistán ocupó un lugar destacado en las conversaciones de Amir-Abdollahian en Delhi. Como partes interesadas, India e Irán tienen preocupaciones similares. El comunicado de prensa indio dice que Amir-Abdollahian y Jaishankar “reafirmaron la importancia de proporcionar ayuda humanitaria inmediata al pueblo de Afganistán y reiteraron la necesidad de un sistema político representativo e inclusivo en apoyo de un Afganistán pacífico, seguro y estable”.

Jaishankar ha ido más allá para revivir los lazos entre India e Irán y lanzar la relación a un nivel cualitativamente superior. Desde que asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores en 2019, visitó Irán en cuatro ocasiones, la última de ellas la ceremonia de investidura de Raisi.

Delhi habría anticipado que las negociaciones en Viena para la reactivación del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA, Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear de Irán) conducirían al levantamiento de las sanciones occidentales contra Teherán. Pero las conversaciones están estancadas en Viena desde marzo. Por ello, la semana pasada no hubo anuncios sobre el restablecimiento del suministro de petróleo desde Irán o la inversión india en las reservas de petróleo y gas iraníes.

El petróleo iraní

Mientras tanto, se especula con que, al haber tocado los precios de la gasolina los 5 dólares por galón en Estados Unidos, al presidente Biden no le quede más remedio que hacer la vista gorda a los barriles sancionados que salen de Irán. Existe un precedente. Reuters informó la semana pasada de que las grandes petroleras Eni SpA (italiana) y Repsol SA (española) podrían enviar petróleo venezolano a Europa ya el próximo mes.

Irán tiene capacidad para hacer llegar a los mercados internacionales entre 500.000 y 1 millón de barriles diarios más, lo suficiente como para hacer mella en los precios, y cuenta con unos 100 millones de barriles de petróleo almacenados que podrían venderse rápidamente para reducir los precios de la gasolina.

India ha ignorado desafiantemente las exigencias de Estados Unidos de abandonar sus importaciones de petróleo ruso y ha procedido, en cambio, a aumentar drásticamente el volumen de compra. La gran pregunta es si durante la visita de Abdollahian se llegó a algún tipo de entendimiento en lo que respecta a la compra por parte de la India de los crudos pesados o medios de Irán, que convienen a la mayoría de las refinerías indias.

No cabe duda de que los lazos entre India e Irán están en la cúspide del cambio. Fundamentalmente, hay mucho en común en las aspiraciones nacionales de los dos países. Ambos huyen de la mentalidad de bloque y persiguen políticas exteriores independientes, adoptan un enfoque pragmático para diversificar las relaciones exteriores, arraigado en los intereses nacionales, y dan prioridad al desarrollo en sus estrategias nacionales. Sus economías gozan de un alto grado de complementariedad y el entorno regional nunca ha sido tan propicio para acelerar la cooperación como hoy.

Los factores emergentes en el orden mundial impulsan el cambio en la política regional, siendo el más significativo la disminución de la influencia de Estados Unidos. El hecho de que Washington no haya conseguido reunir apoyos para aislar a Rusia y China, a pesar de que Biden organizó dos grandes cumbres –con los países de la ASEAN y la OEA, respectivamente– es una señal de que la intimidación de Estados Unidos ya no funciona.

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi no podría haber enmarcado mejor el paradigma cuando escribió en un artículo para il jornale hace una semana: “Lo que la crisis ucraniana nos ha mostrado es una señal alarmante para el presente y sobre todo para el futuro. Rusia está aislada de Occidente, pero Occidente está aislado del resto del mundo”. En pocas palabras, la tendencia a la multipolaridad en el orden mundial ha dado un salto cualitativo en los últimos cien días.

(*) Melkulangara Bhadrakumar, diplomático de carrera en el servicio exterior indio. Dedicó gran parte de sus tres décadas de carrera a las oficinas de Pakistán, Afganistán e Irán en el Ministerio de Asuntos Exteriores y a misiones en el territorio de la antigua Unión Soviética.  Tras dejar el servicio diplomático, se dedicó a escribir y colaborar con The Asia Times, The Hindu y Deccan Herald. Vive en Nueva Delhi.