La casta chamorrista que pretende falsear la historia Por Alfonsa Goicoechea

La casta chamorrista que pretende falsear la historia Por Alfonsa Goicoechea

Leer los periódicos es una importante práctica para estar informado. El problema es que el medio aguanta todo al contar versiones incompletas de los eventos ocurridos, en especial si aluden a los dueños y patrones que ahora quieren ser vistos como democráticos y civilistas.

El primero de los Chamorro

Por ejemplo, el medio de la familia Chamorro se oculta que uno de sus antepasados, don Fruto Chamorro Pérez, no era nicaragüense, era natural de Guatemala colonial y tenía pensamiento colonialista. Cuando por razones familiares él vino a Nicaragua, el país ya era un Estado independizado y el flamante señor adoptó el apellido, se integró al clan miembro de una corriente política de corte feudalista y se instaló en el gobierno de patio ajeno.

Es una verdad contada a medias decir que el general guatemalteco se opuso a la anarquía. Se refería a las eternas y sangrientas guerras entre liberales y conservadores que venían destruyendo toda Centro América desde de la colonia para tomar el poder, pero también participó en la contienda. Rubén Darío se quejó en una de sus crónicas: “me temí que de nuevo se hubiese encendido el antiguo antagonismo entre conservadores y liberales, o peor aún, los odios entre la parte oriental y occidental del país, entre Granada y León. Esta lamentable desunión viene desde tiempos de la Colonia, y ha costado a Nicaragua mucha sangre y muchos perdidos intereses”.

Los liberales Máximo Jerez y Francisco Castellón, apoyados por el presidente Trinidad Cabañas de Honduras, organizaron una expedición para derrocar a Chamorro por la misma lucha centroamericana entre los verdes y colorados. Los liberales sitiaron Granada durante varios meses, pero Chamorro no la defendió solo. Como los liberales no pudieron doblegarla, trajeron a William Walker. Es innecesario contar la historia horrorosa y conocida del filibustero en suelo nicaragüense quien al final incendió la ciudad.

Caracterizando la situación del país y de la sociedad, don Fruto dice claramente en su mensaje oficial el 22 de enero de 1854, en la instalación de la Asamblea Constituyente de Nicaragua: “Débil y extremadamente precaria la autoridad de Nicaragua, ha sido el juguete de las facciones, la burla de los perturbadores y el escarnio de los malcontentos; y la postración y abatimiento del poder público, estimulando la audacia de los que le ambicionan, ha producido el ningún respeto que entre nosotros se profesa a la ley y la relajación de los demás vínculos sociales”.

Se destacan dos aspectos: critica la audacia de las facciones, los perturbadores que ambicionan (los liberales que debían ser reprimidos) y el irrespeto a la ley, ¿cuál ley?, la ley de los conservadores en el poder en ese momento, ya que en 1854 cambiaron la Constitución liberal vigente desde 1838. La crítica de los conservadores a la Constitución liberal fue precisamente la amplitud con que se establecieron los derechos individuales y políticos a los que atribuyeron lo que ellos consideraban anarquía, irrespeto a la autoridad, tendencia a la descomposición social, la violación a la propiedad, la amenaza a la familia, la religión y la moral.

Sello de clase oligarca

Don Fruto fue el último Supremo Director de Estado, como se les llamó con la Constitución liberal anterior y llegó a ser el primer presidente de Nicaragua, pero solo nominalmente porque delegó sus funciones en el diputado José María Estrada, presidente de la Asamblea Constituyente.

Chamorro tampoco dice que durante mucho tiempo en las elecciones nicaragüenses solamente podían votar los miembros de la Asamblea Constituyente, es decir los de nobleza y capital, a eso se refería elegantemente don Fruto cuando expresó muy claro respecto al asunto étnico: “La heterogeneidad de la raza de que se compone la población del Estado es un punto que merece llamar también vuestra alta mirada, porque la absoluta igualdad que entre una y otra se ha querido establecer refluye en perjuicio de la bienandanza social”.

El gobierno Chamorro de 1990 también fue de ideas socialmente excluyentes, contrarias a los desvalidos y condonó la sentencia de La Haya contra Estados Unidos, eso es ser elitista y entreguista.

Chamorro llevó una imprenta y creó un periódico en Granada, es cierto, pero no se dice que antes, desde 1829, ya existía otra imprenta y que en 1830 Anselmo H. Rivas y Rigoberto Cabezas, fundaron un periódico, o sea que a don Fruto implícitamente se le atribuye inventar el agua helada. Recordemos que en honor a la labor periodística de Cabezas se instituyó en Nicaragua el 1 de marzo como el Día del Periodista.

En las contiendas entre liberales y conservadores, el general Emiliano Chamorro Vargas también apoyó la intervención de Estados Unidos y se confabuló con otros para derrocar al presidente Zelaya. Con el apoyo gringo finalmente toma el poder en 1910 junto con los conspiradores Juan José Estrada, Luis Mena y Adolfo Díaz. Ese mismo año, todos ellos firmaron el pacto Dawson que favoreció ampliamente los intereses gringos que negaba Zelaya.

En 1914, bajo la presidencia del otro entreguista y vendepatria Adolfo Díaz, el gobierno conservador firmó el igualmente entreguista y vendepatria tratado canalero Chamorro Bryan, que Zelaya en su momento también rechazó y le costó el derrocamiento. En el mismo año, después de una década de construcción, los gringos inauguraron el canal de Panamá.

Entonces, no es cierto que este tratado era una opción para después celebrar el tratado canalero en territorio de Nicaragua: así lo dictaminó el Tribunal Centroamericano de Justicia ante el reclamo de los países vecinos. Además, para la época no era rentable construir dos canales similares tan cerca. Si el tratado era solo para el canal ¿por qué también se comprometieron a perpetuidad y libres de impuestos las dos islas de Corn Island y el Golfo de Fonseca junto con el territorio del canal? Es lo que venían buscando los gringos desde 1898. Eso es ser vende patria y entreguista, no se le puede llamar de otra manera.

Don Emiliano fue presidente de 1917 a 1920. Tampoco se dice que en 1925 don Emiliano dio golpe de Estado al presidente Carlos José Solórzano e hizo que desterraran al vicepresidente Juan Bautista Sacasa. Los gringos lo obligaron a dejar el poder, entonces impuso a su tío Diego Manuel como siguiente presidente de un gobierno impopular, cuyo gabinete en su mayoría estuvo conformado por miembros de la familia. Si el general Chamorro era tan popular ¿por qué necesitó recurrir a tantos trucos para conseguir el poder?

Pedro Joaquín Chamarro Alfaro, militar, hermano de padre de don Fruto, fue alcalde, senador y presidente entre 1875 y 1879, pero se omite que desterró y confinó a sus adversarios. Él inició la construcción del ferrocarril que tomó diez años para extenderse de forma incompleta por el Pacífico, pero más de un siglo después solamente se necesitó poco tiempo para que otro gobierno Chamorro lo liquidara con el pretexto de no ser rentable.

¿Por qué el inmenso financiamiento gringo recibido desde 1990 no se usó para mejorarlo y ampliar su trayecto? Tampoco se dice que durante la década de los 80 y aun en medio de la guerra de agresión al tren se le hicieron inversiones y se le dotaron de nuevos carros y locomotoras. ¿Por qué también se eliminaron los rieles y los durmientes? En los países desarrollados los trenes son cada vez más sofisticados, rápidos y eficientes, pero solo en Nicaragua no son rentables, entonces los extirpan. Incomprensible.

Todos tenemos “tradiciones” de familia, algunas son muy arraigadas, fuertes, duraderas e innegables, cada quien asuma las suyas.

2 comentarios en «La casta chamorrista que pretende falsear la historia Por Alfonsa Goicoechea»

  1. Históricamente fueron, son y seguirán siendo “vende patria”, deberian desaparecer de los escritos de historia de nicaragua y solamente mencionarlos como lo que son: serviles y arrastrados del imperio yanki

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