La salud y algunas verdades verdaderas Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua (*)

La salud y algunas verdades verdaderas Por Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua (*)

Casi no podemos realizar el acto (del 37 aniversario de la Dirección de Operaciones Especiales -DOEP-, de la Policía Nacional) porque llovió. El compañero Marcio Baca (director de INETER) nos decía que después de las 5 dejaba de llover, y yo no le creía, decía que se equivocan siempre los Meteorólogos, pero también nos equivocamos los metidos, porque no somos meteorólogos y queremos hacer pronósticos.

Lo bueno es que se pudo dar el acto, lo bueno es que pudimos todos reconocer a esta fuerza especial que ha defendido la vida, la estabilidad de las familias, la seguridad con la que podemos vivir, que quiere decir, trabajar, estudiar, prosperar y avanzar.

¡Cuánto le debemos a nuestra Policía, a nuestro Ejército! ¡Cuánto le debemos a esta Unidad de Fuerzas Especiales! ¡Cuántos compañeros y compañeras dieron su vida en los momentos críticos del odio y del terror, y cuántos resultaron lesionados, heridos! ¡Qué barbaridad, qué irrespeto a la dignidad humana, la del terrorismo y el odio! pero como decía el Comandante Daniel, se hace justicia. La justicia puede ser que tarde, pero llega.

Nos sentimos de verdad viviendo otros tiempos, tiempos de justicia y paz. Tiempos de verdadero respeto a la dignidad humana. Tiempos para promovernos todos como hermanos de fe, esa fe que responde a Cristo Jesús, que nos mandata a amarnos los unos a los otros, amar al prójimo. Esa es la fe, la fe y la fraternidad cristiana.

La salud y la dignidad humana

En el recorrido que nuestro Comandante Daniel hacía esta noche, en primer lugar nosotros queremos referirnos a esos temas de salud que él puntualizó tan bien, como debe ser, poniendo todos los temas sobre la mesa: cómo la salud está hecha de cualquier afectación a lo que representa nuestra capacidad entera, como seres humanos, para vivir trabajando y también con derecho a disfrutar la existencia en familia, con valores de familia, como vivimos en nuestra Nicaragua.

Y bueno, son múltiples las afectaciones a la salud en el mundo. Ayer comentábamos con el doctor Gustavo Porras cómo ese foco que debemos poner en el virus, en la pandemia, a veces hace que se descuiden las otras afectaciones a la salud. Porque hay, como decía el Comandante Daniel, insuficiencia renal, y se tiene mucha insuficiencia renal en Nicaragua, y hemos logrado avanzar con programas especiales, con más equipos para atenderla, y más conciencia también de que es una enfermedad que debe atenderse. Porque cuando ponés en la balanza qué es más riesgoso, si no acudir cuando es necesario acudir para atender la insuficiencia renal, o acudir para atenderte otras afecciones, obviamente acudir es la respuesta.

Y los cardíacos; la diabetes que también es un padecimiento crónico; la artritis, que lleva a muchas personas a permanecer casi sin movilidad, y las enfermedades en los niños también. Porque sabemos que venimos de años de falta de amor cristiano, y que nos dejaron una cantidad de secuelas en la niñez, y una cantidad también de problemas que Gracias a Dios hemos atendido, como la desnutrición.

Ahí estamos pendientes haciendo todos los censos, 2 veces al año precisamente, para ver si hemos mejorado, cómo hemos mejorado, y qué debemos seguir haciendo para que la seguridad alimentaria sea factor de nutrición y desarrollo, y también de aprendizaje en las Escuelas.

Y como decía el Comandante Daniel también, atender en primer lugar con la vacunación que es protectora y que es voluntaria, porque a nadie se obliga a que acuda a las jornadas de vacunación, en todas, porque tenemos vacunación de influenza, vacunación de todas las enfermedades que antes aquejaban a la población infantil.

Todos los males son atendidos

Por ejemplo, tenemos vacunación para la meningitis, que es otra enfermedad grave que aquí quedó como secuela de los años de oscuridad y de falta de dignidad humana, de respeto a la dignidad humana. Y lo atendemos, procuramos estar permanentemente haciendo conciencia sobre la necesidad de proteger a los niños, proteger a los adultos; atender con programas especiales a las personas con discapacidad para tratar de superar las discapacidades que son superables. Y el respeto, además, a las personas con discapacidad.

Hemos venido avanzando, hemos logrado avanzar, y en estos tiempos de pandemia en el mundo. Me comentaba también ayer el doctor Porras, que la OPS/OMS hace unos días habló de pasar de pandemia a endemia, que quiere decir que este es un virus con el que se tiene que convivir, puesto que nunca antes en tan poco tiempo se han elaborado vacunas, siempre han sido años de pruebas para ver si la vacuna funcionaba y si no generaba otros males, pero ahora en 8 meses se produjeron las vacunas, por la premura, por la urgencia.

Vacunarse es voluntario, pero desarrollar cotidianamente toda la atención preventiva de salud, tanto la ciudadanía en general porque somos un pueblo responsable, consciente, cómo los programas de salud nos ayudan enormemente a enfrentar estos tiempos de pandemia.

El Ministerio de Salud entregando, en aquellos lugares donde se detectan focos, el medicamento necesario para las personas que podrían estar contagiadas, o su entorno, los contactos, las personas con las que tuvieron contacto; es decir, es una jornada que en algunos lugares es ir incluso casa a casa, y luego están las llamadas que hacen los centros del Ministerio de Salud a aquellas personas que regresaron de viaje de países donde hay muchos contagios.

Y sabemos, porque lo leemos, lo vemos todos los días, oímos, que en los países, llamados desarrollados, hay muchos contagios, países que nos atrasaron a nosotros precisamente por el atraco sobre nuestros recursos naturales, y los intentos de dominación atrasaron nuestro desarrollo, lo subordinaron a sus propios modelos.

Los terroristas de la maldad

Y sabemos que ahí se dan cantidad de contagios, que hay saturación en los hospitales, pero hay quienes… Terroristas, siempre les digo terroristas de la salud, no mencionan los problemas que hay en otros países. A nosotros no nos gusta, porque no es nuestra naturaleza, ni hablar mal, ni desear el mal a nadie, no como otros que hablan mal por gusto, que mienten, que son terroristas de la comunicación, con agendas políticas egoístas.

“No nos gusta ni hablar mal, ni desearle mal a nadie”, ese ha sido un principio de nuestras vidas. Servir, eso sí, con amor, a quien lo necesite, y lo hemos hecho. Todos estos programas de salud no van distinguiendo, no van discriminando… No, ahí no, porque ahí vive alguien que es opositor, o una familia que estuvo metida en los tranques, o algún terrorista… No, a todo el mundo se le ha atendido! Connotados terroristas fueron a vacunarse, ahí los vimos vacunándose y se les garantizó la vacunación, pero además, se garantizó la atención esmerada que como cristianos nos caracteriza.

Son tiempos para valorar lo que tenemos en nuestra Nicaragua, porque somos un pueblo que confía en Dios, un pueblo que reconoce el talento natural que tenemos y la capacidad de trabajo que tenemos, y todo lo que Dios nos da como Bendiciones, para trabajar, para estudiar, para emprender, para prosperar. Y eso, aun en estos tiempos, o máxime en estos tiempos, es una demostración de la fortaleza espiritual de nuestro pueblo: cuidarnos y seguir trabajando, cuidarnos y seguir estudiando.

La UNESCO reconoció que no se deberían haber cerrados las escuelas… Nosotros no las cerramos. Y qué clase de Campaña la de los terroristas, y qué clase de campaña la de algunos que se llaman sacerdotes y que regentan y hacen negocio con centros de estudio que llaman subvencionados. ¡Una campaña contra las escuelas abiertas!

Son verdades, no son inventos, no es terrorismo el que hacemos nosotros, estamos narrando lo que ha sido la verdad. Verdades verdaderas.

Ojalá que Dios les permita arrepentirse del daño que han hecho, el daño que han querido seguir haciendo, que Dios les permita arrepentirse, porque arrepentirse es una muestra de humanidad y de espiritualidad.

No se puede vivir deseando el mal al prójimo, odiando al prójimo, aterrorizando a la gente sencilla y buena, únicamente por intereses y agenda políticas egoístas, sin contar la verdad de cómo están en los países donde ellos sueñan llegar, esos países desde donde los han financiado para el terrorismo y para el odio, allí no pasa, según ellos; en estos países pequeños, allí, según ellos también, todo se destruye. Allá ellos que ven hacia el mundo, porque el mundo no es así.

Aquí se defiende la paz, aquí se defiende el derecho de los nicaragüenses a vivir en paz, y se defiende aun a riesgo, o entregando la propia vida, como el caso de los compañeros de nuestra Policía, de nuestro Ejército, que nos han defendido, y así nos hemos sentido, defendidos, cuidados, y además nos hemos sentido conmovidos e indignados cuando han segado vidas, asesinado, porque esa es la palabra, a tantas personas buenas que lo único que hacían era cuidar a las familias, a las comunidades, y demostrar su amor al pueblo y su amor a Nicaragua.

Trabajo sin descanso

Son muchos los temas. Nosotros veíamos en tanta nota que recibimos desde todas las instituciones que trabajan de verdad con amor a nuestro pueblo, a nuestra Patria, y sin descanso, los distintos temas de trabajo, de desarrollo. Casas que se están entregando en todo el país, calles que se están construyendo, fuentes de trabajo, las familias productoras del campo recibiendo tecnologías, fortalezas, capacidades, para mejorar sus rendimientos y mejorar sus ingresos, y mejorar también la oferta productiva de nuestro país.

Gracias a Dios que somos un país productor de alimentos, eso es un tesoro. Nunca quisiéramos ser un país productor de bombas o de armas atómicas, sino de alimentos, y alimentos no sólo para nuestro pueblo, sino para poder ofertar para otros pueblos en el mercado internacional, a través del comercio internacional.

Sólo agradecimiento tenemos a Dios, porque hemos recuperado la paz, a costa de la vida de buenos, inmejorables hijos de Nicaragua. Pero las familias nicaragüenses reconocen ese heroísmo y ese sacrificio, y valoran, porque valoramos, cómo ha crecido la paz, cómo ha crecido la seguridad, cómo ha crecido la estabilidad, y cómo vamos caminando con el sol que nos ilumina, que alumbra ya las nuevas victorias, ese sol que no declina y, por supuesto, inspirados, que quiere decir estar en el espíritu, por ese dios que sabe ver el respeto a la dignidad humana, y promover el respeto a la dignidad humana.

Aquí le cumplimos a Cristo Jesús. Aquí trabajamos por la dignidad en la vida de todos, sin discriminación. Y aquí procuramos, no somos perfectos, pero procuramos, desde la comprensión que tenemos del valor del trabajo, del valor del reconocimiento del esfuerzo de las familias, aquí procuramos avanzar, sintiéndonos bendecidos, sintiéndonos prosperados, y sabiendo que cada día es una inmensa victoria del bien común y que vamos por más victorias con esa fuerza de espíritu, ese carácter nuestro, esa identidad nuestra, esos patrimonios culturales y naturales nuestros… ¡Vamos por muchas más victorias!

La seguridad, la estabilidad y la paz, claves para que cada persona, cada familia, cada comunidad desarrolle esplendorosamente sus talentos y capacidades, y vayamos todos alcanzando mejoría en nuestras vidas, porque eso es lo que Dios quiere: mejoría en nuestras vidas.

Así es que, compañeros, en estos tiempos de justicia y paz, en estos tiempos de verdadero respeto a la dignidad humana, en estos tiempos de luces bienhechoras, sentimos la protección de Dios sobre todos nosotros. Cada uno de nosotros, con su esfuerzo personal, con su talento, con su inteligencia, nuestra inteligencia, nuestra sensibilidad, no somos, no sabemos ser indiferentes, no vemos lo ajeno en otras personas, vemos al prójimo y el derecho del prójimo.

Y así es como vamos adelante, como una gran familia, la familia nicaragüense, que en este mes de la Patria nos reconocemos más y más honrosos, más y más valiosos, más y más valientes, nobles, y más y más, sabiendo distinguir que el amor es más fuerte que el odio. Siempre, siempre que vayamos adelante con amor, alcanzamos los tiempos de esperanza y abundancia que Dios Nuestro Señor nos reserva.

Muchos abrazos a todos los compañeros de la DOEP, a sus familias que los sostienen. Muchos abrazos a las familias, a las mamás, a los padres, a los hermanos que perdieron seres queridos, esos seres queridos que no son sólo de ellos en el sentido de que los queremos todos, porque los llevamos en nuestros corazones.

Jamás vamos a olvidar cómo defendieron la Patria, cómo dieron la Vida por la Patria, como jamás vamos a olvidar el odio terrorista que Gracias a Dios, en estos otros días de paz y bien, está conociendo la justicia. Porque la justicia es de dios, la justicia es del padre, que nos llama a vivir según las sagradas leyes. No nos llama a matarnos unos a otros, o a robar, o a mentir, o a ofender, nos llama a vivir con amor, y eso es lo que tratamos de hacer, todos los días.

¡Que viva nuestra Nicaragua! Días de victorias, días de justicia, días de Patria, Infinita Patria para Todos, de Todos. Patria que va adelante en libertad, dignidad, fraternidad, y prosperidad.

(*) Declaraciones de Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua después del Acto Central del 37 Aniversario de la Dirección de Operaciones Especiales, 6 de Septiembre del 2021.