Promesa anacrónica para engañar a bobalicones Por Alfonsa Goicoechea

Promesa anacrónica para engañar a bobalicones Por Alfonsa Goicoechea

Actualmente el uso abundante de la tecnología en todos los campos del quehacer nos dice que los tiempos van cambiando, aunque algunas prácticas fuera de tiempo y lugar, cabalgando virtualmente sobre la electrónica se resisten a abandonarnos. Las próximas elecciones de noviembre son un campo fértil para el empleo de esos recursos, de manera que ya empezamos a ver ejemplos. Unos son muy útiles, otros son como salidos de oscuros tiempos pasados que nada tienen que ver con la nueva sociedad y las relaciones sociales que estamos construyendo los nicaragüenses con una lógica muy distinta.

Me refiero particularmente a la irreal promesa electorera de campaña de un señor de adorables mejillas rosadas, como de anuncio de alimentos para bebé y abundantes cejas hirsutas que asustarían a cualquier infante, y al final de su mensaje consiguen más bien intimidar a sus posibles votantes. El partido al que perteneció el señor en sus años mozos, recientemente desaparecido por suicidio político al renunciar conscientemente a participar en la contienda electoral, es una de las paralelas históricas empeñada por décadas en destrozar nuestro bello país, entonces yo todavía no sé a cuál organización política representa o quiere hacerlo el distinguido señor, porque omite el importante detalle.

Otra cosa que ignoro y no logro adivinar es ¿a cuál padrino mágico y/o varita igualmente encantada recurrirá el flamante político del pasado para conseguir que los nicaragüenses dispongamos de un precio de fantasía para los combustibles a fin de mejorar los gastos de la canasta básica? (a menos que se asocie con extraterrestres). En estos tiempos de pandemia, en Chiquilistagua, así como en Washington, Somotillo y la Cochinchina, los precios del petróleo van al alza y golpean al más pintado, tengamos o no vehículo automotor.

Esta promesa de campaña electoral vacía, estéril, fantasiosa e imposible de cumplir me recuerda las que acostumbraban los políticos “democráticos” en los tiempones de Somoza y del señor del video aludido, porque era la única ocasión cuando se acordaban de que había votantes, luego, encajados en la silla como santo de fiestas patronales en andas, usufructuaban la Democracia para hacer su gusto y antojo con el poder conseguido en hombros de aquellos a quienes entregaban, únicamente y si acaso, un nacatamal o un boli con guaro para mitigar su hambre crónica y ahogar momentáneamente sus penas de eternos desvalidos y maltratados, a quienes de esa manera pretedían atraer a su trasmallo. Al día siguiente, acabada la comida y la bebida, el pueblo amanecía con la misma horrible realidad de su país vendido a perversos intereses extranjeros, pero los caporales, los mengalos y los capataces de la miseria entreguistas ya habían conseguido pasaporte para continuar democrática y legalmente pegados a la teta. ¡Vade retro Satanás!

Una única afirmación cierta y veraz que hace el señor de las cejas es: “…el precio del combustible va a ser el mismo del nivel internacional…”, con lo cual implícitamente está diciendo que no hará nada. Ciertamente no necesitamos esa falsa promesa, porque la dura realidad del precio internacional del combustible ya la estamos viviendo, de él no podemos capearnos, como tampoco del espanto seguro de estar mañana muertos, ¿verdad, poeta Rubén?