Una operación muy especial Por Batiushka | Blog de Saker

Como sacerdote ortodoxo ruso e historiador de la cultura, que he vivido en varios países de Europa occidental y oriental, entre ellos Rusia y Ucrania, no puedo dejar de sentir un gran dolor por los acontecimientos que se están produciendo hoy. Pero también siento una gran esperanza.

El proceso de injusticia bárbara que comenzó en 1914 y acabó con la Vieja Europa y que ha pasado por todo tipo de fechas fatídicas, 1917, 1929, 1939, 1945, 1968, 1989, 1991, 2014, por nombrar sólo algunas, se está desplegando aún más y alcanzando un crescendo global.

Como ha declarado el General (r) Nikolai Patrushev, la Operación Militar Especial (OME) no es sólo un acontecimiento militar, es mucho, mucho más profundo que eso: es militar, político, económico y cultural. (Patrushev, ex director y ex secretario del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, Héroe de la Federación Rusa). Por eso la OME se ha tardado tanto tiempo, ocho años, en llevar a cabo los minuciosos preparativos necesarios, en vista de la alta probabilidad de que Occidente se negara a abandonar su arrogancia y a negociar como lo hacen las personas razonables.

Autodestrucción militar

Dado que Occidente se negó a negociar, el campo de batalla es por ahora el ultra militarizado Este de Ucrania. Sin embargo, la guerra no es entre hermanos ucranianos y hermanos rusos, sino entre Washington con sus vasallos de la OTAN/UE y Moscú con sus aliados del Donbass. No hay duda de que Rusia ganará en Ucrania, ya que tiene total superioridad aérea y naval. El Este y el sur de Ucrania de habla rusa –Novorossija, parte de Rusia hasta 1922– están siendo liberados por una pequeña fuerza expedicionaria del ejército ruso junto con tropas locales. Sin embargo, nunca se planeó que la operación fuera corta; la mayoría sabía que duraría meses y quizás, debido a la posible intromisión de la OTAN, un año o más.

La guerra es más larga porque el ejército de Kiev se ha estado preparando para ella durante ocho largos años. Ha estado construyendo trincheras y fortificaciones, armándose con una enorme dosis de entrenamiento y gran cantidad de armamento de la OTAN, que las Fuerzas Armadas rusas se están viendo obligadas a destruir, junto con los nazis ucranianos, los mercenarios occidentales y los instructores de la OTAN.

De este conflicto nacerá una nueva Ucrania. Tal vez vuelva a llamarse Malorossija (Pequeña Rusia) o tal vez conserve su nombre de “Tierras fronterizas”. En cualquier caso, será un país pequeño, con una población de unos 15 millones de habitantes, centrado en Kiev. Sea cual sea su nombre, será efectivamente el Protectorado de Kiev, parte del Estado de la Unión con la Federación Rusa, Bielorrusia y probablemente otros.

Mapa de la Pequeña Rusia, organizada hasta 1922, que incluye Sumy, Járkov, Luhansk, Poltava, Dnipropetrovsk, Donetsk, Zporiyia, Mikolaiv, Kherson, Crimea y Odessa. A la izquierda, aparece la original Ucrania.

Muerte política

Los que se oponen a la Operación Especial y sus consecuencias se han puesto al descubierto. Los traidores rusos y de otras nacionalidades, de los que hemos advertido continuamente y no se nos ha hecho caso, se han mostrado. Muchos, aunque de ninguna manera todos (aunque no diremos aquí nombres), han huido de Rusia y han sido expulsados de otros lugares. No han entendido las palabras de que la lucha en Ucrania es una “lucha metafísica”.

Los oligarcas y todos los que atesoran los billetes de dólar y la aprobación de las instituciones occidentales por encima de todo lo demás, nunca entenderán esto: que tenemos valores que son más altos que el oro.

Hoy en día, los siete mil millones de personas del mundo no occidental se enfrentan a los mil millones del mundo occidental. Todas las fundaciones internacionales, la ONU, el FMI, la OMS, etc., van a ser refundadas. ¿Por qué algunas de ellas no deberían tener su sede en Rusia? En San Petersburgo, o en Ekaterimburgo, o en Crimea.

La ONU, tal vez rebautizada como “Unión de los Pueblos” o algo similar, debería contar con el apoyo de las naciones más grandes de todos los continentes y civilizaciones: China, India, Indonesia, Pakistán, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Rusia, México, Japón, Etiopía, Filipinas, Egipto y Vietnam. Tal vez haya otras naciones que aún deben ser transformadas a partir de las reliquias del presente.

Por ejemplo, al final de esta Operación Especial, no hay razón para que Estados Unidos o la UE sigan existiendo. Una vez que se hayan derrumbado y hayan sido desnazificados y reformados, entonces una nueva nación o grupo de América del Norte y Europa Occidental, por ejemplo, una Confederación Norteamericana o una Federación de las Naciones Soberanas de Europa de estilo gaullista, podría ser autorizada a unirse y participar en la nueva Sinfonía Mundial de Naciones. Su himno podría tomarse apropiadamente de la Sinfonía del Nuevo Mundo, la Novena Sinfonía del genial compositor checo Antonín Dvořák.

Suicidio económico

Aparte de la extracción de materias primas, de las corporaciones tecnológicas, de las industrias de armamento y de los vastos sectores de servicios (servicios al servicio de los servicios), el mundo occidental depende del “dinero artificial” para sobrevivir. Es decir, vive de las imprentas que imprimen billetes. Estos crean una deuda impagable y una inflación sistémica. Durante décadas, el mundo occidental ha vivido en el paraíso de la deuda. Sin embargo, ahora está llegando a un punto en el que ya no puede ni siquiera pagar los intereses de esa deuda. La bancarrota está a la vista.

Por otro lado, el mundo real no se basa en la especulación con “derivados” y “futuros”, sino en cosas sólidas, productos básicos, alimentos para comer (grano, maíz y los fertilizantes para cultivarlos), petróleo y gas para obtener energía y calefacción, materias primas y minerales para fabricar. En otras palabras, durante varias décadas el mundo occidental ha vivido en una burbuja. Esa burbuja está estallando ahora: las gallinas están volviendo a casa para dormir, quizás ya este invierno, si no antes. Esperen protestas generalizadas en todo el mundo occidental y contra el mundo occidental.

Nihilismo cultural

Desde hace varias décadas, especialmente desde los años 60, el mundo occidental parece haber abandonado sus fundamentos culturales y sus sistemas educativos. Las señales de entonces eran hordas de jovencitas gritando sobre sus hormonas, mientras escuchaban los sonidos musicales de jóvenes de pelo largo.

Sin embargo, los primeros signos de este nihilismo cultural ya habían aparecido mucho antes, en 1914, en diversos ismos artísticos y literarios, pero eran esotéricos, de tamaño muy limitado y muy burlados por el público en general. Todavía en 1949 el renombrado artista inglés Sir Alfred Munnings podía censurar a los miembros de la Real Academia Británica por practicar el arte moderno, llamando a Picasso y a Matisse “tontos pintores”.

La infantilización del sistema educativo occidental –la primaria que se ha convertido en guardería, la secundaria que se ha convertido en primaria y la terciaria (universidad) que se ha convertido en secundaria– lo revela. Un doctorado ya no tiene mucho sentido, pues a los niños se les dice que son genios sólo por ser capaces de reconocer las letras del alfabeto latino.

Esta degeneración ha dado lugar a una sociedad infantilizada, como se ve claramente en el nivel de los políticos y los periodistas en particular, pero es visible en todas partes en el analfabetismo funcional y la incultura de las sociedades occidentales contemporáneas. No es de extrañar que hayamos llegado al nazismo de “Cancela Rusia”, es decir, cancela a Pushkin, cancela a Dostoievski, cancela a Tchaikovsky, es decir, cancela la cultura.

Conclusión

Nos encontramos en un punto de inflexión, no sólo en la historia europea, sino en la historia mundial. Las profecías de los santos se están realizando. Por ejemplo, el santo ruso Aristocleo, hablando en 1917, predijo: “El fin llegará a través de China. Habrá un estallido inusual y se revelará un milagro de Dios”.

Hace sólo unos años esa profecía parecía carecer de sentido. Ahora podemos empezar a pensar que tal vez se refería al coronavirus, o tal vez al próximo retorno de Taiwán a China. O tal vez a otra cosa, que no hemos previsto en absoluto. El tiempo nos lo mostrará, pero he aquí curiosas posibilidades.

Seamos sinceros. O bien Rusia sale victoriosa en esta Operación Muy Especial o bien entraremos en una Edad Oscura, de la que no habrá fin porque será un Gobierno Mundial Único Orwelliano. Semejante Dictadura Mundial Única no tolerará ninguna oposición, todos los que la desafíen serán reprimidos.

Esta es nuestra última oportunidad para resistir y contraatacar la agresión que comenzó en 1914 (con la Primera Guerra Mundial), agresión que fue militar, política, económica y cultural, una embestida totalitaria que lleva a la muerte total: la muerte del cuerpo y del alma.

Pero según todos los informes militares, por no hablar de las profecías, Rusia saldrá victoriosa.