Los yanquis meten sus garras en Ecuador Por Katu Arkonada y agencias | Rebelión, España

Los yanquis meten sus garras en Ecuador Por Katu Arkonada y agencias | Rebelión, España

El 7 de febrero los ecuatorianos votarán por un nuevo presidente. Termina la era de Lenín Moreno, una de las más convulsas en la historia ecuatoriana. Durante el Gobierno de Moreno han tenido lugar las protestas más multitudinarias en décadas, una pandemia desbordada en Guayaquil y el viraje respecto a las políticas de su antecesor, Rafael Correa. Precisamente, Correa apoya a Andrés Arauz, que lidera las encuestas, aunque todo apunta que será necesaria una segunda vuelta, por la cercanía en los sondeos con el conservador Guillermo Lasso.

Ecuador es el primer país en votar en América Latina en 2021. La elección será el domingo 7 de febrero, cuando 13 millones de ecuatorianos podrán escoger el jefe de Estado, que sustituirá al actual presidente Lenín Moreno.

Al igual que sucedió en Bolivia, comienza a aflorar en la derecha ecuatoriana el discurso de un supuesto fraude electoral. Para ello han creado un “Observatorio para el control electoral” a cargo del exjefe de la Policía Nacional Mario Pazmiño, vinculado a los servicios de inteligencia estadounidenses.

El 7 de febrero se celebran elecciones presidenciales y legislativas (137 asambleístas) en Ecuador. El candidato mejor colocado para ganar la elección es Andrés Arauz, candidato de la coalición Unión por la Esperanza (UNES). Arauz es el representante de la identidad política llamada correísmo, heredero de una revolución ciudadana que lideró Rafael Correa a la que el actual gobierno intentó aniquilar y proscribir electoralmente.

Andrés Arauz tiene un 37% de intención de voto en la media de las últimas encuestas, frente al 24% que consigue el banquero Guillermo Lasso, su principal competidor, quien busca “desterrar de una vez por todas el modelo fracasado de socialismo del siglo XXI”. El problema es que es necesario alcanzar el 40% de los votos y 10 puntos de diferencia al segundo para ganar en primera vuelta. En caso de no hacerlo, habrá segundo round el 11 de abril.

Lenin Moreno es el tercer actor en disputa. El actual Presidente acaba de visitar Washington, donde se ha reunido con uno de los responsables intelectuales del golpe de Estado en Bolivia, Luis Almagro, con el ex Director del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca y actual Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cubanoamericano Claver Carone, y con el FMI, con quien Ecuador contrajo una deuda por varios miles de millones de dólares durante la presidencia de Moreno.

Moreno está desesperado y al mismo tiempo temeroso de un eventual regreso del correísmo al gobierno, pues podría ser sujeto de numerosos procesos judiciales por su accionar, y ya ha gestionado su salida del país con Suiza como destino, país donde tiene cuentas bancarias resultado de la corrupción y entrega de los recursos del país al capital extranjero y a los organismos financieros internacionales.

Una de sus principales colaboradoras, la exministra María Paula Romo, ya ha negociado también con la Embajada de Estados Unidos su refugio en Washington, siguiendo los pasos del ex ministro de Economía, Richard Martínez, quien fue recompensado en noviembre del año pasado con la Vicepresidencia del BID.

En paralelo, y al igual que sucedió en Bolivia, comienza a aflorar en la derecha ecuatoriana el discurso de un supuesto fraude electoral. Para ello han creado un “Observatorio para el control electoral” a cargo del exjefe de la Policía Nacional Mario Pazmiño, vinculado a los servicios de inteligencia estadounidenses. A este operativo se han sumado el Instituto Nacional Demócrata (NDI) y el Internacional Republicano (IRI) de los Estados Unidos.

El NDI está reclutando ciudadanos ecuatorianos participantes de los programas de transparencia electoral, liderados por Julian Charles Quibell, funcionario estadounidense que trabaja en el NDI desde hace 18 años y es considerado el gurú de las elecciones latinoamericanas.

Quibell comenzó su andadura en el NDI en 2002 asesorando la red de partidos políticos de derecha en Bolivia durante 2 años, para a continuación llegar a la oficina del NDI en México entre 2004 y 2012, desde donde dio el salto a la oficina regional del NDI en Managua, con la misión de organizar acciones contra el gobierno sandinista, entre ellos el “Diplomado en liderazgo y gerencia pública” financiado por USAID, espacio pensado para formar y financiar a líderes opositores “emergentes”.

Julian Charles Quibell, ligado a los servicios de inteligencia tuvo que salir abruptamente de Nicaragua hacia México en enero de 2019, cuando estaba a punto de ser detenido por las autoridades locales a partir de una serie de denuncias en su contra y fue el principal promotor de los cursos de liderazgo del NDI en Nicaragua y la sui géneris “Revolución de las chimbombas”.

En julio de 2020 fue reubicado en la oficina de Ecuador, donde también le fue encomendada la atención a los programas de Bolivia, casualmente dos países envueltos en procesos electorales y con posibilidades de victoria de fuerzas de izquierda.

En estos momentos el NDI ejecuta un proyecto en Ecuador financiado con 2 millones de dólares de USAID, con el objetivo de crear condiciones para “garantizar la transparencia y la seguridad” del proceso electoral, con cierto control sobre el proceso electoral y las plataformas digitales destinadas a fiscalizarlo. Entre sus actividades principales, apoyan a sectores de la derecha ecuatoriana y a personal vinculado al escrutinio, en un proyecto en cuya ejecución se implica directamente el gobierno de Lenin Moreno, a través de la Cancillería y el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Por si no fuera poco, una de las subordinadas de Quibell es la ciudadana ecuatoriano-brasileña Juliana Ferreira Sevilla, quién anteriormente trabajó en la Cancillería y tiene vínculos con el CNE, habiendo sugerido incluso realizar las elecciones de manera virtual.

Pero la idea en la que convergen hoy tanto Lenin, como su Ministro de Defensa, responsable de la represión de octubre de 2019 y alfil de los Estados Unidos por un lado, y Almagro y el NDI por otro, es en suspender las elecciones ante la posible victoria en primera vuelta de Arauz, al igual que sucedió con la de Lucho Arce en Bolivia.

Se hace necesaria la presión internacional para que esto no suceda, y la presión nacional para cuidar cada voto y cada casilla el próximo domingo, rechazando tanto la injerencia externa de Estados Unidos, como la interna de sus cipayos locales.

Los datos de las elecciones (resumen de agencias)

Las elecciones presidenciales ecuatorianas contarán con 15 hombres y 1 mujer entre las candidaturas. Desde el viernes 29 de enero, la normativa prohíbe la publicación de cualquier sondeo, sin embargo, hasta el momento el candidato favorito es Andrés Arauz, el cual está apadrinado por el expresidente Rafael Correa. Un favoritismo que las encuestas indican que no será suficiente para una victoria en primera vuelta, por lo que se tendría que volver a votar en abril.

El voto en Ecuador es obligatorio entre los 18 y los 65 años, sin embargo, se espera que haya un gran porcentaje de voto nulo y blanco. La campaña inició el 28 de diciembre y ha estado marcada por las medidas de bioseguridad: solo ha habido actos electorales en caravanas de automóviles y en plataformas virtuales.

Por motivos de bioseguridad la campaña no ha contado con actos multitudinarios y los candidatos se han centrado en caravanas de automóviles por el país.

Durante la campaña, algunos candidatos han devuelto al debate público propuestas que representarían violación de derechos humanos, entre los que se encuentran la pena de muerte, la cadena perpetua o la castración química.

Pero más allá de estos temas, los ecuatorianos tienen entre su principal preocupación la pandemia del Covid-19 y los efectos que ha tenido en la economía del país, así como el veto a la candidatura de Rafael Correa.

¿Qué está en juego?

La pandemia afectó duramente a Ecuador. Primero de una forma visible, cuando en marzo, en la primera ola de Covid-19 que asoló al mundo, las imágenes de Guayaquil, con fallecidos en las calles por la saturación de hospitales y cementerios, ejemplificaban el descontrol causado por el comienzo de la pandemia.

Pero más allá de las imágenes y de los fallecidos, el golpe también llegó a una ya castigada economía ecuatoriana. Se estima que más de 2 millones de personas cayeron en la pobreza en los tres primeros meses de pandemia.

Precisamente, la economía es la principal preocupación para los ecuatorianos según declaró Ruth Hidalgo, decana de la Escuela de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de las Américas (UDLA): “de las encuestas, las preocupaciones que hemos visto reflejadas dicen que en primer lugar está el tema económico, porque la pandemia nos ha golpeado muchísimo”.

Hidalgo, que también es directora Ejecutiva de la Corporación de Participación Ciudadana, sitúa al empleo como segunda preocupación. Los datos de septiembre mostraban que 523 mil personas se encontraban sin empleo formal, uno de los peores indicadores en décadas.

Por último, Hidalgo también consideró que la gestión de la salud está entre los principales retos para el próximo Gobierno. La vacuna ya se está aplicando en Ecuador, sin embargo, la pandemia está lejos de estar controlada y, a pesar de que las imágenes de Guayaquil en marzo no se han vuelto a repetir, preocupa “el sistema de salud, porque hay evidencia de que pasa por un mal momento”.

En estas elecciones, sectores progresistas y populares ecuatorianos esperaban la vuelta de Rafael Correa como vicepresidente. Sin embargo, el expresidente continúa en Bélgica, tras ser condenado en el caso, “Sobornos 2012-2016”, a ocho años de prisión e inhabilitación política por cohecho y creación de una red de corrupción. Cargos que el expresidente niega y califica de persecución.

¿Habrá segunda vuelta?

La indecisión a estas alturas se encuentra en un 14%, según un informe de Atrevia. Por su parte, los votos blancos y nulos se sitúan en torno al 17%. Son porcentajes suficientes como para no sacar ninguna conclusión anticipada del resultado electoral.

Sin embargo, los sondeos indican que la Unión por la Esperanza (UNES), formada por el candidato presidencial, apadrinado por Correa, Andrés Arauz, y su candidato vicepresidencial, Carlos Rabascall, son los favoritos para vencer. En la encuesta que les da mejor resultado están en un 28,64%; mientras que la más desfavorable está en el 15%.

Sus principales contrincantes serán los conservadores liberales Guillermo Lasso y Alfredo Borrero, de la alianza Creando Oportunidades (Creo). Sus resultados viran en los sondeos entre el 26 % y el 20.85 %.

Esta cercanía en la expectativa de voto indica que es probable que haya una segunda vuelta. En ese caso, los sondeos también favorecen a Arauz, puesto que el tercer favorito, el indígena y ecologista Yaku Pérez, que obtendría alrededor del 13 % de los votos, es más cercano políticamente al binomio apadrinado por el expresidente Correa.

Los principales candidatos

El “binomio por la esperanza” está liderado por el candidato Andrés Arauz que, de salir ganador, se convertiría, con 36 años, en el presidente más joven de la historia de Ecuador. Antes, entre 2015 y 2017, durante el Gobierno de Rafael Correa, fue ministro de Conocimiento y Talento Humano, y durante unos meses, ministro de Cultura y Patrimonio.

Cabe destacar que Arauz acude a los mítines por todo el país con una réplica de cartón a tamaño real de Rafael Correa y promete que, de ganar, este será uno de sus principales asesores.

Además, quiere recuperar la senda de Correa, y promete reactivar el gasto social y romper con la austeridad respaldada por el FMI. Entre sus propuestas destaca dar un bono de 1.000 dólares a un millón de familias en su primera semana en el cargo.

El principal rival es el derechista Guillermo Lasso. Nacido en Guayaquil, es empresario y banquero, y este año intentará por tercera vez, tras 2013 y 2017, convertirse en jefe de Estado de Ecuador. En 1999 fue ministro de economía.

Lasso considera que una vuelta al ‘correísmo’ podría llevar a Ecuador a convertirse en una nueva Venezuela. Entre sus propuestas destaca el impulso de la inversión extranjera y el aumento de la producción de petróleo.

Los analistas indican que le perjudica su imagen de conservador y cercano a las élites. Sin embargo, Lasso ha cuestionado partes del plan de austeridad, insistiendo en que no aumentaría los impuestos al valor agregado, como recomendó el FMI.

Por último, el candidato indígena, Yaku Pérez, cuenta con un buen número apoyos, pero no suficientes, según las encuestas, para ser presidente. Arropado por el potente movimiento indígena Pachautik, ha sido opositor tanto de Lenín Moreno, como de Rafael Correa. También fue presidente de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa (ECUARUNARI).

El candidato indígena, Yaku Pérez, se sitúa tercero en los sondeos, y aunque no tiene posibilidades de ganar, sus votos serán claves en una hipotética segunda vuelta.

Pérez, además se autodenomina izquierdista ecológico y comunitario. Propone prohibir toda actividad minera y limitar las nuevas concesiones para la producción de petróleo.

Fin de Lenín Moreno

Con estos comicios se acaba la era de Lenín Moreno al frente de Ecuador, quien no repetirá mandato, tras vencer en 2017 con el 51 % de los votos. Tras aquella elección los ecuatorianos esperaban que Moreno mantuviese la línea continuista del expresidente Rafael Correa. Sin embargo, rompió con el pasado poco después de asumir el mando y acusó a Correa de corrupción y endeudamiento irresponsable.

De las políticas sociales ‘correístas’, Moreno pasó a un Gobierno que buscó nuevos acuerdos comerciales y alianzas con el sector privado, además de impulsar el desarrollo de la industria minera.

Sin embargo, la economía no despegó y las tensiones sociales pusieron contra las cuerdas la etapa de Moreno al frente del país. Entre el 2 y el 13 de octubre se vivieron las protestas más multitudinarias y violentas de los últimos años. Moreno tuvo que declarar el estado de excepción, el toque de queda y se calcula que hubo entre 8 y 11 fallecidos, así como miles de heridos y detenidos.

Las protestas terminaron con una derogación del que se conocía como “paquetazo” que contemplaba múltiples recortes exigidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Problemas en el sistema electoral

El 7 de febrero, más de 13 millones de ecuatorianos escogerán entre 16 candidaturas al nuevo presidente. Pero también a 137 miembros de la Asamblea y cinco representantes del Parlamento Andino.

Algo que no parece que vaya a suceder: el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, confirmó retrasos en la impresión de las papeletas electorales. Esto provocaría que la votación se retrase a una hipotética segunda vuelta presidencial en abril.

Pero este no es el único problema: un error de impresión en 6 millones de papeletas del logotipo equivocado del movimiento político Amigo, le han costado a las arcas ecuatorianas 591,960 dólares.