Seis verdades en las demandas del Papa al sistema capitalista Misión Verdad, Venezuela

Seis verdades en las demandas del Papa al sistema capitalista Misión Verdad, Venezuela

Hace unos días, el 16 de octubre, el papa Francisco escribió en su cuenta Twitter una serie de peticiones que retratan muy bien el estado de las cosas en el mundo con respecto al sistema que impera.

La lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más, y afianzar la lógica de la solidaridad.

El Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las preguntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia de todos los países. Y también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone delante. No insonoricemos el corazón. Escuchémonos.

Es imprescindible ajustar nuestros modelos socio-económicos para que tengan rostro humano, porque tantos modelos lo han perdido. Pensando en estas situaciones, quiero pedirles en nombre de Dios:

A los grandes laboratorios, pido que liberen las patentes. Tengan un gesto de humanidad y permitan que todo ser humano tenga acceso a las vacunas.

A los grupos financieros y organismos internacionales de crédito, pido que permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas de su gente y condonen esas deudas tantas veces contraídas contra los intereses de esos mismos pueblos.

A las grandes corporaciones mineras, petroleras, forestales, inmobiliarias, agro negocios, pido que dejen de destruir la naturaleza, dejen de contaminar, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos.

A las grandes corporaciones alimentarias, pido que dejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución que inflan los precios y terminan quedándose con el pan del hambriento.

A los fabricantes y traficantes de armas, pido que cesen totalmente su actividad, una actividad que fomenta la violencia y la guerra, y muchas veces en el marco de juegos geopolíticos que cuestan millones de vidas y de desplazamientos.

A los gigantes de la tecnología, pido que dejen de explotar la fragilidad humana, las vulnerabilidades de las personas, para obtener ganancias.

A los gigantes de las telecomunicaciones, pido que liberen el acceso a los contenidos educativos y el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse en contextos de cuarentena.

A los medios de comunicación, pido que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio; y que busquen contribuir a la fraternidad humana.

A los países poderosos, pido que cesen las agresiones, bloqueos, sanciones unilaterales contra cualquier país en cualquier lugar de la tierra. Los conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas.

Es curioso que sea desde una institución como la que representa el máximo pontífice que se admitan esas realidades, teniendo en cuenta que la Iglesia Católica fue una pieza fundamental de la ideología y la práctica que impusieron ciertas elites para justificar la explotación sobre las grandes mayorías. Sin embargo, las demandas corresponden a problemas que ni siquiera los que controlan el poder establecido pueden ocultar.

A continuación, pasamos a describir algunas de ellas.

“A los grandes laboratorios: liberen las patentes”

Las grandes corporaciones de la industria farmacéutica han destacado en los últimos dos años por su afán de lucro en una crítica situación sanitaria a nivel global. “Tengan un gesto de humanidad y permitan que todo ser humano tenga acceso a las vacunas”, dice el papa Francisco, como reclamo al desequilibrio que existe en la distribución de las inyecciones para proteger a las poblaciones de todos los países ante la pandemia de covid-19.

A principios de año, con más de 3 mil 500 millones de vacunas distribuidas en el mundo, las tres cuartas partes de ellas se concentraban en solo 10 países, que en su mayoría son naciones poderosas que acapararon los lotes de fármacos, limitando el acceso a países con menos recursos y en algunos casos impidiéndolo por completo.

Por otro lado, los laboratorios privados a cargo del desarrollo y producción de vacunas, como Pfizer y Moderna, se han negado reiteradamente a liberar las patentes, por lo que no es posible fabricar masivamente y en simultáneo más vacunas para cubrir el déficit.

La posición de la Big Pharma se mantiene a pesar de los llamados de atención que ha hecho el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien sostiene que la pandemia se prolongará no tanto por la capacidad del virus de mantenerse en circulación, sino por la inequidad en el acceso a vacunas.

“Sigue existiendo un desequilibrio chocante en la distribución mundial de las vacunas. Esto ha creado una pandemia de dos vías: los que tienen se están abriendo, mientras que los que no tienen se están cerrando”, es la consecuencia que alcanza a avizorar el director de la OMS y que tendrá mayores efectos negativos en las economías de las naciones más pobres.

“A los grupos financieros: permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas y condonen las deudas”

El Papa se dirigió a los representantes de las entidades internacionales financieras y de crédito para demandar que condonen la deuda a los países que han tenido que contraerlas bajo presión del mismo funcionamiento del sistema capitalista, de manera que estos puedan concentrar sus recursos en garantizar las necesidades básicas de las poblaciones.

A propósito de ello, habría que recordar un conflicto que está ocurriendo a lo interno del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que podría tener un desenlace que apunte a lo contrario de las peticiones del pontífice.

El Directorio Ejecutivo del FMI está estudiando si la directora del organismo, Kristalina Gueorguieva, mantiene su puesto, tras una investigación de la dirección del fondo sobre acusaciones en su contra que tienen a Estados Unidos y Japón entre sus principales promotores. El informe de WilmerHale, presentado en septiembre, señala que mientras Gueorguieva fue directora ejecutiva del Banco Mundial (BM) en 2018 se cometieron irregularidades al elaborar las clasificaciones de Doing Business, un mecanismo que evalúa anualmente las condiciones empresariales en distintos países. Según el informe, China, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos fueron sobreestimados, mientras que Azerbaiyán fue subestimado.

Otras razones de fondo se asoman como más plausibles en el intento por hacer dimitir a Gueorguieva. Un reporte del Instituto Samuel Robinson cita las apreciaciones del Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz: (…) calificó la situación como un intento de golpe contra Gueorguieva, motivado por cómo la funcionaria ha abordado la crisis de deuda en Argentina, la política masiva de créditos durante la pandemia y el tema del cambio climático. El enfoque negociador y flexible de Gueorguieva, que contrasta con el enfoque de mano dura de una Christine Lagarde, muy seguramente ha impulsado este intento de apartarla del cargo.

El economista estadounidense, basándose en sus propias fuentes y tras leer el informe de auditoría, sostiene que la directora del FMI no intervino de manera abierta para modificar los datos de clasificación de Doing Business relativos a la República Popular China y “cree que estas tensiones, en realidad, se deben a una rivalidad histórica entre el FMI y el BM”.

En todo caso, los conflictos dentro de la institución financiera debido a la posición flexible de Gueorguieva están llevando a que las modifique hacia un enfoque más rígido, lo que devendría en presiones contra países deudores y negaciones a financiamientos especiales por la pandemia, con ejemplos en Latinoamérica como los que refiere el Instituto Samuel Robinson: “Endurecer las condiciones de cobro de la deuda a Argentina y reforzar el bloqueo político contra la entrega de los Derechos Especiales de Giro que le corresponden a Venezuela”.

“A las grandes corporaciones alimentarias: dejen de imponer estructuras monopólicas que terminan quedándose con el pan del hambriento”

El mensaje dirigido al sector corporativo que controla el mercado de los alimentos no es para menos, pues es tal cual la imagen que deja la publicación: unas pocas empresas con poder global sobre la producción y distribución industrial de alimentos, que manipulan los precios en función de sus intereses, cobrándole con hambre y desnutrición a cientos de millones de personas.

En sus publicaciones, la investigadora venezolana Clara Sánchez ha recopilado y expuesto una serie de datos que evidencia como esa relación se ha reforzado, incluso con el advenimiento de la pandemia, demostrando que se puede seguir haciendo negocios con la industria de alimentos a pesar de las restricciones comerciales, pero sin que eso se traduzca en comida para las personas con insuficiencia alimentaria.

De los datos tenemos que:

En 2020, la población con hambre en el mundo era de 687,7 millones de personas (equivalentes al 8,9% de la población total). Al año siguiente, la cifra pasó a 768 millones de personas, siendo un aumento de 80,3 millones de personas.

El 30,4% de la población mundial no puede acceder a una alimentación adecuada por falta de disponibilidad de recursos económicos para adquirir los alimentos.

América Latina y el Caribe ocupa el segundo lugar en inseguridad alimentaria moderada, después de África, con el 40% de su población afectada.

Se necesita invertir 265 mil millones de dólares al año (hasta el 2030) para llegar al objetivo de “hambre cero”, según un estudio del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI – 2018).

Sin embargo:

En el año de la pandemia, la producción de cereales a nivel mundial se mantuvo estable y en algunos rubros superó los niveles de años anteriores: el maíz se mantuvo en 1.471,5 millones de toneladas; el trigo tuvo un resultado similar al de 2019, con 761,7 millones de toneladas; el arroz habría alcanzado un máximo histórico de 508,4 millones de toneladas, lo que representa 1,5% más que 2019.

Solo el 1% de grandes empresas explota el 70 % de las tierras agrícolas del planeta, mientras que más del 80 % son pequeñas propiedades de menos de 2 hectáreas.

América Latina es la región con mayor disponibilidad de tierras aptas, agua y recursos energéticos para producir alimentos. Estos se han usado para el desarrollo del modelo agroindustrial.

Con los 2,26 billones de dólares gastados por Estados Unidos en los veinte años de invasión y guerra en Afganistán, se pudo haber cubierto gran parte de la inversión que estipuló el IFPRI para combatir el hambre

“A los gigantes de la tecnología: dejen de explotar la fragilidad humana para obtener ganancias”

Otra de las peticiones del papa Francisco fue hacia Silicon Valley, a quien le pidió que deje de lucrarse a partir de explotar las vulnerabilidades de los usuarios que utilizan las redes sociales.

Recientemente, conocimos la filtración que hubo de la red social más famosa, Facebook, donde se supo que su dueño y los altos ejecutivos conocen el impacto negativo que tiene la red social en la sociedad y no hacen nada para modificarlo para no perder ganancias.

En síntesis, The Facebook Files detalla que la empresa tiene un sistema que expone a los usuarios de alto perfil a un proceso de revisión diferente (preferencial) al de los usuarios ordinarios; una investigación encargada por Facebook ha confirmado en repetidas ocasiones que Instagram puede tener efectos nocivos para la salud mental de los usuarios; la actualización del algoritmo de Facebook “Familia y amigos”‘ en 2018, diseñada para afianzar los vínculos entre los usuarios de la plataforma, en realidad aumentó la separación a través de la priorización de mensajes de odio y división; y Facebook no está haciendo lo suficiente para abordar el daño potencial que está causando con la difusión de información falsa.

“A los medios de comunicación: terminen con la lógica de la post-verdad”

“Pido que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio; y que busquen contribuir a la fraternidad humana”, fueron las palabras del Papa dirigidas a los medios de comunicación.

Precisamente estamos en la época donde abundan las “posverdades”, guerras mediáticas, guerras psicológicas e intentos de golpe blando, pero nombraremos un ejemplo que está en pleno desarrollo: el de Estados Unidos librando sin descanso una guerra de información no declarada contra Cuba. En cada oportunidad, se envía órdenes a las principales agencias y medios occidentales, y comienza a difundirse noticias utilizando las palabras “oposición”, “insurgente”, “régimen”, “fuerzas democráticas”, “comunidad internacional”.

Una guerra que a lo largo de los años ha pasado de la corriente principal de la televisión y la gran prensa occidental a las redes sociales a través de formatos de uso y consumo occidental, creados y diseñados para penetrar en la opinión pública juvenil a través de las redes sociales y las nuevas narrativas posmodernas sobre los derechos civiles.

A principios de año, Cuba se enfrentó a otro intento de golpe de Estado a través del Movimiento San Isidro, orquestada con miles de dólares estadounidenses, el apoyo de la derecha cubana sobre el terreno y en Miami, y el movimiento de artistas que produjo la canción “Patria y Vida”.

La ruta desembocó en los disturbios del 11 de julio de 2021. En ese momento reportábamos:

Durante la jornada del 11 de julio en algunas ciudades cubanas hubo pequeñas y medianas manifestaciones que pedían una “intervención humanitaria” en Cuba, un llamado a Estados Unidos y la susodicha “comunidad internacional” en un supuesto colapso de la crisis sanitaria y económica que experimenta la isla por la pandemia, que ha agravado los impactos de la guerra económica, financiera y comercial que lleva a cabo Washington.

Ese día, las redes sociales se colmaron de imágenes que, verificadas, remitían a protestas y manifestaciones en otros países o en la propia isla, pero en apoyo a la Revolución. Como esta, una imagen viralizada con la afirmación de que era una manifestación contra el gobierno en La Habana, cuando realmente se trataba de una concentración independentista el día de la Diada de Cataluña, tomada en 2016. Es un bulo.

Las huellas de los órganos de inteligencia de Estados Unidos y las entidades creadas por ellos para actuar contra Cuba salieron a relucir en ese capítulo. Parte de la estrategia es el financiamiento de “periodistas independientes” que son capacitados en el extranjero.

Periodistas de sitios como El Estornudo, Periodismo de Barrio y Cuba son formados y recompensados por ONG que operan con fuentes de financiación de la National Endowment for Democracy (NED) y la Open Society Foundation, según un informe del Club Argentino de Periodistas Amigos de Cuba:

► La Asociación Civil Cronos, con sede en Buenos Aires, Argentina, recibió 80 mil dólares de la NED en 2020 para capacitar a periodistas en la isla vinculados a empleados de medios de comunicación.

► El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), ubicado en Lima, Perú, recibió 70 mil 523 dólares en 2020 para desarrollar programas de formación de “periodistas cubanos independientes” y promover sus vínculos con periodistas de la región.

► Cronos e IPYS reciben financiación de la Open Society Foundation, detalla el documento.

► Otros proyectos ejecutados por las organizaciones Fundación Espacio Público (Chile), el Centro Gabo (Colombia) y Artículo 19 (México) muestran que el esfuerzo es continental.

El ataque mediático que sufre Cuba es un claro ejemplo del potencial tecnológico que puede desplegarse y las acciones que pueden concertarse desde diversos puntos geográficos para llevar a cabo operaciones de desinformación.

“A los países poderosos: cesen las agresiones, bloqueos y sanciones unilaterales”

Para cerrar, destacaremos la publicación que pide acabar con la principal fórmula de ataque que se ha utilizado en contra de Venezuela: las medidas coercitivas unilaterales. El Papa Francisco refiere que los “conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas”, cuestión que el Gobierno Bolivariano siempre ha destacado en todas sus denuncias en contra del bloqueo.

¿Por qué lo que el Gobierno de Estados Unidos llama “sanciones” constituyen crímenes de lesa humanidad contra las poblaciones de los países objeto de ellas? Dejaremos que los datos, emitidos en su oportunidad por la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, y recopilados por el Instituto Samuel Robinson, hablen:

Unas 15 filiales de la industria farmacéutica se fueron del país en 2016 como consecuencia de los bloqueos, convirtiendo a Venezuela en el quinto país del mundo con más sanciones, que han impactado a todos los programas sociales.

“Estas medidas coercitivas unilaterales han sancionado a 192 personas, 150 empresas (10 del Estado y 140 del sector privado), 69 embarcaciones, 30 buques petroleros y 58 aeronaves”.

“Se han emitido siete órdenes ejecutivas con bloqueo a la industria petrolera, caída drástica y severa de los ingresos en divisas al país, despojo de más de 31 toneladas de oro venezolano en Inglaterra y el cerco de más de 7 mil millones de dólares en bancos en el extranjero”.

“Además de 11 mil millones de dólares en ingresos estimados por exportaciones” a Venezuela, lo que prueba cómo el Departamento de Estado norteamericano busca crear el colapso total de la economía.

Venezuela demostró ante la Corte Penal Internacional (CPI) el impacto de este bloqueo criminal en el control de la pandemia por la covid-19, “cuando Citibank negó los recursos depositados por un monto de 342 millones de dólares para la compra de vacunas, equipos e insumos para atender a la población venezolana”.