¿Quién mandaba a tocar las campanas? ¿Quién mandaba a matar? Managua. Por Rosario Murillo (*), Vicepresidenta de Nicaragua

¡Con la paz no se juega! Y lo decimos todos los días, con el Deber y el derecho que tenemos los nicaragüenses de defender la seguridad, el derecho al trabajo, el derecho a la movilidad.
Cómo nos impusieron esos “Tranques de la Muerte” los perversos, los diabólicos… Cómo nos impusieron la zozobra en este País. ¡Cuánta muerte sembraron! Todos ellos y todos juntos, y otros, que preferimos no mencionar pero que todo el mundo sabe quién tocaba las campanas para que llegaran a asesinar a los hermanos en los municipios.
¿Quién mandaba a tocar las campanas? Y ahora se pronuncia, sacrílegamente, porque el que manda a matar es sacrilegio lo que está, de verdad, haciendo. Es sacrilegio lo que comete. Sin embargo, ya sabemos que esos son los protegidos, los preferidos, de los imperios, para su desgracia, porque son criminales de lesa humanidad.
Usar los instrumentos de la paz, de las pastorales, de las concordias, para mandar a matar, ¡qué sacrilegio, por partida doble!
Sabemos, conocemos y por eso custodiamos celosamente la paz, para que el dolor no vuelva a Nicaragua en forma de atrevimiento mortal, porque eso es lo que es. Y de ataque a la vida, sencillamente por el egoísmo y la codicia de los mismos de siempre, que en el 2018 desgraciadamente fueron respaldados por quienes ya sabemos, aquí, localmente, y fueron dirigidos, financiados, por quienes ya sabemos, externamente.
Bueno, agentes del imperio son, al fin y al cabo, todos ellos, todos incluidos. Por eso reiteramos, decimos, trabajamos, todos los días, para reafirmar que con la paz no se juega! Y para decir, ¡Siempre Más Allá!
Vamos adelante, con mucha fe y esperanza, con confianza en Cristo Jesús, en el Mesías, en el Redentor, en el Salvador del Mundo; con confianza en el Dios de Todas las Victorias, que moviliza el amor y el buen corazón desde la buenísima esperanza, para que la concordia se instale definitivamente entre un pueblo que la merece porque la práctica, y un pueblo que cree, y que crea, y un pueblo que históricamente se ha movido, ha defendido los valores, la identidad, la cultura y sobre todo el suelo sagrado que nos vio nacer. Vamos adelante, siempre más allá, en victorias, de la concordia, de la paz, de las familias, del bien común.
Aquí estamos trabajando para servirles, conscientes de que es un inmenso privilegio y una gran alegría servir a este pueblo nuestro del que todos formamos parte; a esa historia nuestra, a ese legado y a ese patriotismo de heroísmo, de vitalidad, de fuerza espiritual, de infinita fortaleza.
¡Pueblo nuestro, pueblo querido, pueblo libre!
(*) Extracto de sus declaraciones al mediodía del martes 12 de septiembre, a través del Canal 4 de Televisión.