El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, envió un mensaje dirigido al Comandante Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo con motivo del 203 aniversario de la Independencia de Nicaragua y la Batalla de San Jacinto.
El mandatario venezolano resaltó que las revoluciones bolivariana y sandinista están entrelazadas en su lucha por la justicia social y la defensa de la dignidad de los pueblos.
Mensaje:
Caracas, 15 de septiembre de 2024
Comandante
Daniel Ortega
Presidente de la República de Nicaragua
Compañera
Rosario Murillo
Vicepresidenta de la República de Nicaragua
Managua.
El nombre del pueblo venezolano, del gobierno bolivariano, de Cilia y de nuestra familia, le extiendo nuestro fraternal saludo y nos unimos en la conmemoración del 203 aniversario de la Declaración de independencia, y de 168 aniversario de la Batalla de San Jacinto, celebrados el 14 de septiembre, episodios que dan testimonio de la valentía, del espíritu antiimperialista y la vocación de libertad y soberanía que ha definido al pueblo nicaragüense, a lo largo de su gloriosa historia de lucha emancipadora.
Deseo ratificarles el sincero y comprometido agradecimiento por la solidaridad y el amor que han manifestado hacia Venezuela y la revolución bolivariana, y por condenar, enérgicamente, la permanente agresión del imperio estadounidense y sus aliados nacionales e internacionales que intentan, nuevamente, imponer un golpe de Estado, esta vez, con un inédito componente electoral, por la vía de la violencia y como el uso de redes infotecnológicas y estrategias psicoterroristas, para extorsionar la verdad y someter la voluntad popular.
Nuevas revoluciones, la Bolivariana y la Sandinista, están profundamente entrelazadas en su lucha por la justicia social y la defensa de la dignidad de nuestros pueblos. La herencia de nuestros próceres -quienes sacrificaron todo por la libertad y la soberanía- es el faro que guía nuestras acciones y decisiones.
En casa desafío que venimos enfrentando y venciendo, hemos encontrado la inspiración necesaria para seguir batallando, con el coraje antimperialista demostrado por el Sargento Andrés Castro Estrada en el campo de San Jacinto, por el General Benjamín Zeledón en su enfrentamiento contra la marinera yankee y por nuestro General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C, Sandino, líder indomable e inmortal de la lucha por la dignidad y soberanía de Nicaragua.
El camino hacia la plena soberanía y la justicia social es arduo, pero con la unidad de nuestros pueblos, seguiremos avanzando hacia la paz y la estabilidad política que tanto demandan nuestros países.
Cilia y yo nos despedimos con la seguridad de las nuevas victorias que conquistará el Pueblo de Nicaragua, con la sabia conducción de usted, Comandante Daniel y de usted, Compañera Rosario, legítimos hijos de Sandino.