Sandino: Luz redentora para Nicaragua y pueblos de Nuestra América Bruselas. Por Embajador Jorge Valero

Sandino: Luz redentora para Nicaragua y pueblos de Nuestra América Bruselas. Por Embajador Jorge Valero

I.

Ejercer la política como liberación y emancipación humana es peregrinar por el reino de la esperanza.

Desde los más antiguos pergaminos tibetanos encontramos que la búsqueda de la trascendencia y la justicia son dones humanos.

Más acá en la historia, en la Biblia convergen preceptos religiosos que bendicen la lucha contra la opresión y otorgan primacía a la dignidad del ser humano, los cuales florecen en todas las etapas de la historia.

En las culturas y religiones nuestroamericanas hallamos proclamas contra la opresión y la colonización. Un ejemplo es el Canto Guerrero de Los Cuicas; un poema de indígenas de mi estado natal, Trujillo, contra el opresor extranjero:

¡Madre Chía, que estás en la montaña / Con tu pálida luz alumbras mi cabaña / Padre Chés, que alumbras con ardor / No alumbres el camino al invasor! / ¡Oh Madre Ikake, manda tus jaguares / Desata el ventarrón y suelta tus cóndores

II.

Este prólogo viene a capítulo cuando hoy, 21 de febrero de 2024, conmemoramos los 90 años del vil asesinato de Augusto César Sandino. Y es que la lucha contra la dominación extranjera y por la dignidad nacional está en las raíces del Sandinismo, que han inspirado las luchas antimperialistas y anti oligárquicas de los revolucionarios nicaragüenses y de otros lares.

*Palabras del Embajador Jorge Valero, Jefe de la Misión de la República Bolivariana de Venezuela ante la Unión Europea, en el evento convocado por el Embajador César Castañeda en la Embajada de Nicaragua en Bruselas con motivo de cumplirse 90 años del asesinato de Sandino.

La lucha contra la tiranía pervive en las voces de los grandes bardos nicaragüenses. Rubén Darío, el gran renovador del verbo poético, precursor del modernismo, dejó plasmado su cantar: “Temblad, temblad, tiranos, en vuestras reales sillas, / ni piedra sobre piedra de todas las Bastillas / Mañana quedará. / Tu hoguera en todas partes, ¡Oh, Democracia inflamas! / Tus anchos pabellones son nuestras oriflamas / y al viento flotan ya.

Poetas y novelistas han rendido tributo a la obra anti imperialista y redentora de Sandino.

Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura, escribió en su poema “Aquel Amigo”: “Augusto C. Sandino se llamaba. / Y en este canto quedará su nombre / estupendo como una llamarada / para que nos dé luz y nos dé fuego / en la continuación de sus batallas.”

Miguel Ángel Asturias, también Premio Nobel de Literatura, autor de las novelas “El Señor Presidente” y “Hombres de Maíz”, se expresó así: “Hablan en las plazas, en las universidades, en todas partes, de ese general de América, que se llamó Augusto César Sandino… usadlo contra el panamericanismo del silencio y que resuenen nuevas voces de juventudes alertas en las atalayas, pues la lucha de Sandino continúa”.

El propio Sandino sacó tiempo para escribir un poema, que fuera escrito cuando tenía apenas 4 meses de haber iniciado la resistencia guerrillera anti imperialista, y después de rechazar el Pacto del Espino Negro, suscrito por representantes de la oligarquía liberal-conservadora, el 4 de mayo de 1927. Está dedicado a los luchadores populares de León.

He aquí el poema: “Leoneses, vuestros pechos / inflamados de fuego deben estar. / Leoneses, recordad siempre a estos héroes / de la fecunda tierra del pinar. (…) Con denuedo luchad, ¡oh leoneses! / en pro del honor: esclavos no quiere la Patria; / morir es mejor.

Desde su independencia en 1821, y mucho antes, el pueblo nicaragüense estuvo sometido a la dominación extranjera. Desde la invasión filibustera de William Walker en 1855, hasta la intervención imperialista por marines norteamericanos en 1910, el pueblo nicaragüense siempre ha levantado—con heroicidad—, las banderas del patriotismo y la liberación nacional.

La intervención imperialista puso en el poder a Anastasio Somoza, uno de los más sanguinarios dictadores militares que han plagado nuestro continente y quien, siendo entonces jefe director de la Guardia Nacional mandó a asesinar al General de Hombres y Mujeres Libres el 21 de febrero de 1934 en Larreynaga.

Somoza confesó, 3 años después—y siendo ya presidente—, que él había recibido órdenes del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane para matar a Sandino.

III.

Después de muchos años de heroicos combates por la libertad y la justicia, el Sandinismo asumió el poder, por primera vez, en 1979, constituyéndose una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.

Quien pronuncia estas palabras fue uno de los cuatro venezolanos invitados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional para que asistiera a la toma de posesión del Presidente Comandante Daniel Ortega el 10 de enero de 1985.

El imperialismo norteamericano siempre ha embestido –y con criminal perversidad–, la Revolución Sandinista: intervenciones militares, apoyo a mercenarios, financiamiento a la “Contra”, utilizando incluso recursos provenientes del narcotráfico.

En estos últimos tiempos ha apoyado a una oposición terrorista que ha pretendido –fallidamente—, derrocar al Gobierno revolucionario y sandinista del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. Sin embargo, ha fracasado rotundamente dado el respaldo popular con el que éste cuenta.

Ningún gobierno en la historia de Nicaragua ha logrado tantos avances en justicia social, como los que se han conquistado durante el Gobierno de Reconciliación Nacional que dirige el Presidente Daniel Ortega y la Vicepresidenta Rosario Murillo.

Hoy existe un sistema de salud y educación gratuitas y de calidad. Se ha abatido la pobreza y construido grandes obras de infraestructura para el avance del país y para beneficio de todos.

Sin lugar a dudas, en Nicaragua se ha logrado un mayor desarrollo humano y social, gracias a la Revolución en su marcha victoriosa.

 

¡Que viva Sandino!

¡Que viva el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo!

¡Que viva la unidad y la solidaridad entre la Revolución Bolivariana y la Revolución Sandinista!