Tremendo escándalo de narcocorrupción sacude al gobierno de Uruguay Montevideo. Por Cecilia Filas, El Cronista.
Un escándalo salpica a la plana mayor del gobierno del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, en conexión con uno de los narcotraficantes más buscados del país vecino, Sebastián Marset. El caso derivó en la renuncia del canciller Fernando Bustillo, mientras la oposición también está apuntando contra el ministro del Interior, Luis Alberto Heber.
El subsecretario de Interior, Guillermo Maciel y el asesor de Presidencia, Roberto Lafluf -que viajó a Rio de Janeiro para ver la final de la Copa Libertadores entre Boca y Fluminense- también estarían involucrados.
La renuncia de Bustillo se produjo después de que salieran a la luz unos escandalosos audios donde le aconsejaba a la entonces vicecanciller Carolina Ache que “perdiera” su celular, donde habían quedado registradas unas comprometidas conversaciones con Maciel sobre el caso Marset. Bustillo también habría intentado incidir en la investigación administrativa que llevaba Cancillería para que las conversaciones entre Ache y Maciel no fueran solicitadas.
Según El Observador, antes de dejar el cargo Bustillo habló con Lacalle Pou, quien estuvo de acuerdo con la renuncia. Diego Escuder, el director general de Secretaría de Cancillería, fue designado temporalmente como reemplazo del ahora excanciller. Bustillo escribió una carta donde se desmarcó del caso y señaló que “no hubo nada ilegal”, al tiempo que acusó a Ache de descontextualizar conversaciones y obrar de mala fe.
El escándalo que vincula a funcionarios del gobierno uruguayo con el caso Marset comenzó en septiembre de 2021, cuando el narcotraficante fue detenido en Dubái por tratar de salir del país con un pasaporte falso. Su familia viajó a los Emiratos Árabes Unidos y le pidió al consulado uruguayo un nuevo pasaporte. Días después de la detención, comenzaron los chats entre Maciel y Ache: en uno de ellos Maciel define a Marset como “un narco muy peligroso y pesado” y que “sería terrible” que se lo liberara de Dubái. Más allá de las advertencias, en noviembre de ese año Marset consiguió su pasaporte.
Marset -buscado por Interpol, actualmente prófugo luego de escaparse de las autoridades bolivianas en agosto-, está sospechado por la justicia paraguaya de traficar 16 toneladas de cocaína entre Paraguay y Europa, vía Uruguay. El presidente colombiano, Gustavo Petro, también lo sindicó como el autor intelectual del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, en 2022 mientras disfrutaba de su luna de miel en Cartagena.
La investigación sobre el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci cometido por el narcotraficante uruguayo Marset en territorio colombiano demuestra que hace mucho el narco dejo de ser un problema bilateral colombo estadounidense y es hoy un problema americano y mundial.
Luego de que se destapara la noticia y a instancias del Frente Amplio, en agosto de 2022 la oposición le hizo una interpelación en el Parlamento a Bustillo y Heber. El excanciller declaró que “en noviembre [de 2021] nadie sabía quién era Marset”. La revelación de los chats entre Ache (que renunció el 19 de diciembre pasado) y Maciel demuestra lo contrario. En ese momento, no obstante, Lacalle Pou había dicho: “No es cierto que el gobierno haya mentido o faltado a la verdad en el Parlamento”.
El miércoles, Ache confesó que previo a esa interpelación hubo una reunión en “la casona del Prado”, una sede del Ministerio del Interior, de la que participaron Maciel, Heber, Bustillo, Lafluf y la propia Ache, entre otros, donde se acordó no mencionar en la audiencia los mensajes cruzados entre el subsecretario de Interior y la vicecanciller respecto a Marset.
El caso volvió a recalentarse a fines de octubre de este año, luego de que el fiscal de Delitos Económicos y Complejos, Alejandro Machado comenzara una nueva ronda de indagaciones con el foco puesto en el papel de Cancillería. El miércoles 1 de noviembre fue el turno declarar de Ache que entregó los audios con Bustillo -que luego serían filtrados por el semanario Búsqueda- donde le sugería que “perdiera” su celular, y llevó más dudas sobre el papel de los funcionarios en el caso. Este viernes 3 será el turno de Bustillo para declarar en la causa.
Ache aportó a la Justicia documentación para probar que Lafluf destruyó un acta notarial de la Cancillería que contenía chats que mantuvo sobre el tema con Maciel, y le pidió a ella que borrara los mensajes y certificara con una escribana que esos mensajes no estaban en su celular.
Según El Observador, la revelación de los mensajes de Bustillo causaron “mucho enojo” entre los legisladores del oficialismo, según palabras de la vicepresidenta Beatriz Argimón. Desde la oposición, tanto el Frente Amplio como Cabildo Abierto pidieron las renuncias de Heber y Lafluf.
El escándalo no puede llegar en un momento más delicado para Lacalle Pou que viajó a Washington para la primera Cumbre de Líderes de la Asociación para la Prosperidad Económica de las América y tiene agendado un encuentro con el presidente estadounidense Joe Biden (el segundo del año) para este viernes.
Sin embargo, este no es el primer caso que golpea de cerca al presidente uruguayo. En febrero, el exjefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, fue condenado a cuatro años y medio de prisión por dirigir una asociación ilícita que emitía pasaportes uruguayos falsos a extranjeros a cambio de una comisión, entre ellos posiblemente rusos que huían de su país tras la invasión de Ucrania.
Según los investigadores, Astesiano, habría usado su cercana relación con el presidente para conseguir certificados de nacimiento falsos que decían que el destinatario tenía padres uruguayos, lo que les permitía reclamar la ciudadanía.
El origen de los audios
Diario Página/12, Argentina.
Los audios divulgados por Ache en la audiencia evidencian fragmentos de conversaciones en las que, por ejemplo, Bustillo le sugirió perder su celular para “ganar tiempo” y evitar darle a la Justicia los chats en los que el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, le alertaba que Marset era “un narco peligroso” y le preguntaba con qué documento había sido detenido.
El escándalo comenzó cuando, a fines de agosto, Bustillo, Ache y Maciel, junto al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, fueron interpelados en el Congreso por el senador del Frente Amplio, Mario Bergara, por la entrega del pasaporte. De hecho, hay constancia de reuniones entre la cartera de Interior y Cancillería para organizar los testimonios. Entre otras cosas, hicieron un pacto de silencio respecto a los chats sobre Marset.
Después de esta interpelación, el Frente Amplio hizo un pedido de acceso a la información pública y, ante la negativa del Gobierno, recurrió a la Justicia. Ahí sí, el juez dio un plazo de 15 días para entregar copia de todo el material solicitado, incluidos los mensajes entre los subsecretarios Ache y Maciel.
“Perdé el celular”, el pacto de silencio en Cancillería
En este contexto se dieron charlas como las difundas en las últimas horas:
– Maciel tiene los mismos WhatsApp que yo –, se la escucha decir a Ache.
– Pero yo no creo que Maciel sea tan tarado de blanquearlos –, le contestó el excanciller Bustillo. – Yo no puedo creer. Se pegaría un tiro en el pie.
– Sí, claro–, respondió, sintética, Ache.
– Maciel no zafa mandándote al frente a vos, no zafa. Los únicos que podían detener la emisión del pasaporte o no es el Ministerio del Interior. Esa es la realidad. Entonces, más allá de la alerta que te haya dado, eso no le quita la responsabilidad. Y es además superlativa cuando él sabía que había una investigación contra este tipo. Yo no creo que, me parecería un anormal si hace eso. Se incrimina solo –lanzó Bustillo.
Y la situación llegó también a escenarios más graves. Como cuando, el 14 de noviembre de 2021, el canciller le dijo a Ache que no entregue los chats y que va a hablar con el director de Jurídica, Carlos Mata y con la investigadora, para que no sea “muy incisiva con las preguntas”.
– Ya tengo todo preparado para mañana para presentar– comenzó la conversación Ache.
– Aguantá a ver si podemos enderezar esto porque es un desastre– contestó Bustillo. Y agregó – Dejame que hable con Carlos Mata a ver si él tiene algún tipo de influencia sobre la tipa que por lo menos no guarangee con las preguntas. Que mande un tercer mail y que no sea tan incisivo. Que nos dé una salida para evitar dar los WhatsApp.
– Yo creo que no hay manera de sacar esos WhatsApp– se lamentó, de todos modos, Ache, antes de declarar ante la justicia.
– Por eso te digo, busquemos la vuelta para que no tengas que mandar eso. Porque ahí te dejan repegada al cuete– intentó tranquilizarla Bustillo.
En este mismo tono, se difundió un tercer audio donde Bustillo le pidió a Ache que “pierda” su celular: “Que se mande al frente Maciel. Vos perdé el celular. Estoy imaginando escenarios que la verdad no conozco. Pero yo qué sé, que se te perdió el celular en diciembre, enero. Pero ahora vamos sorteando. Esto es paso a paso”.
También se dieron a conocer audios que llegan a salpicar al Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Según Ache, el 25 de noviembre del 2021 el asesor del presidente, Roberto Lafluf, la convocó a una reunión y le pidió que borrara los chats. “Junto con Maciel me dijo que era solicitud del presidente”, reconoció ante la justicia.
En este mismo marco, añadió: “Nos piden que borremos los mensajes de WhatsApp. Yo los tenía protocolizados y los había agregado a un expediente. Sabía que en cualquier momento podía tener una copia. Los borré. Maciel también los borró. A continuación me solicita que consiga otro escribano y que haga un protocolo con lo que aparecía ahí sin esos mensajes. A lo que yo me niego”.
Al día siguiente aparece mencionado Lacalle Pou de manera clara. Así lo relató Ache: “Le mando un mensaje a Roberto Lafluf. Le digo que había hablado con mi abogado y que de ninguna manera. Que lo que me estaba pidiendo era un delito. Y que no estaba dispuesta a cometer un delito. Y bueno, él me dice bueno, pero entonces cómo hacemos, la información va a aparecer”.
“A raíz de eso me dice que eso no lo puede resolver él, que iba a hacer una llamada al Presidente. Al rato me vuelve a llamar y me dice que presente todo tal cual está. Que lo único que me va a pedir es que vuelva a entregar el protocolo. Me dice ‘porque no está más, lo destruí’. Cómo llegó el protocolo del ministro a las manos de él, desconozco”, finalizó.