Una grave advertencia de Irán al estado sionista Nueva Delhi. Por M. K. Bhadrakumar (*), Indian Punchline

En medio de las crecientes especulaciones en Estados Unidos sobre la implicación de Teherán en el ataque de Hamás contra Israel del pasado sábado y la supuesta decisión del Pentágono de enviar este fin de semana un segundo portaaviones al Mediterráneo oriental, el Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha hablado por primera vez sobre la explosiva situación.

Jamenei habló el martes en Teherán en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Irán eligiendo la ocasión de la ceremonia anual conjunta de graduación de los cadetes de las academias militares iraníes para tratar el tema.

En un hecho sin precedentes, extractos de las declaraciones de Jamenei se han transmitido en hebreo a la audiencia israelí.

La declaración de Jamenei advierte a Israel contra cualquier movimiento precipitado del que pueda arrepentirse más tarde. Jamenei anticipó la “derrota irreparable” de Israel. Dijo que “el asesinato de hombres, mujeres, niños y ancianos palestinos, la profanación de la mezquita de Al-Aqsa, las palizas a los fieles y el dejar sueltos a colonos armados para que ataquen al pueblo palestino son algunas de las atrocidades cometidas por el régimen sionista”.

Jamenei expuso tres puntos clave en su discurso:

En primer lugar, Israel va por mal camino al embarcarse en semejante guerra contra Gaza. “Los gobernantes y responsables del régimen sionista y sus partidarios deben saber que estas acciones les acarrearán un desastre mayor, y el pueblo palestino, con una determinación más firme, abofeteará con más fuerza sus horribles rostros en respuesta a estos crímenes”.

En segundo lugar, el rumor “difundido por los elementos del régimen sionista y sus partidarios” sobre la implicación de “no palestinos (léase Hezbolá) incluido Irán” en los recientes acontecimientos es “un disparate”.

Tres, lo más importante, Jamenei prefirió sus comentarios describiendo a las fuerzas armadas iraníes como “la fortaleza de acero de la seguridad, el honor y la identidad nacional”. Recordó el brillante historial de las fuerzas armadas iraníes en la guerra de ocho años contra Irak, que también fue una guerra mundial, y más tarde, en frustrar el “malvado complot” de Estados Unidos para crear el ISIS y desestabilizar la región, siendo Irán el objetivo final.

Jamenei fue muy explícito al afirmar que las fuerzas armadas iraníes están preparadas y tienen capacidad para defender el país en caso de necesidad. Dicho esto, también matizó que “todo el mundo islámico está obligado a apoyar a la nación palestina”.

La conclusión es, en palabras de Jamenei: “Desde el punto de vista militar y de los servicios de inteligencia, esta derrota (de Israel) es irreparable. Es un terremoto devastador. Es poco probable que el régimen usurpador pueda utilizar la ayuda de Occidente para reparar los profundos impactos que este incidente ha dejado en sus estructuras dirigentes”.

De hecho, Israel se enfrenta a una grave crisis existencial debido a la desunión interna y a la irrelevancia de su destreza militar para hacer frente a los retos de la guerra híbrida que está experimentando. Irán, por tanto, ve que la ventaja la tiene el eje de la resistencia.

Curiosamente, Egipto ha revelado que había advertido a Israel de un inminente ataque a gran escala por parte de Hamás, pero este último no actuó al respecto. Sin duda, en algún momento habrá que hacer balance dentro de Israel. Al primer ministro Netanyahu le costará dar explicaciones. Por otro lado, lo normal es que intente encubrirlo y atizar la xenofobia con gritos de guerra para distraer la atención.

A grandes rasgos, es inconcebible que, dadas las catastróficas consecuencias, Estados Unidos se atreva a atacar a Irán. Pero la tentación estará ahí para hacer retroceder a Hezbolá en el vecino Líbano aprovechando la oportunidad actual y, en segundo lugar, desestabilizar seriamente la situación siria mientras Rusia sigue preocupada en Ucrania, es decir, hacer un intento desesperado por deshacer los logros del llamado Eje de la Resistencia liderado por Irán a lo largo de la última década y más. Por lo tanto, no hay duda de que esto sigue siendo un posible punto álgido en lo que respecta a Irán, y Teherán permanecerá vigilante para no perder terreno en el Levante.

El quid de la cuestión es que Estados Unidos e Israel se enfrentan hoy a un Irán muy diferente al que han estado acostumbrados durante las últimas cuatro décadas desde la Revolución Islámica de 1979. Consideremos lo siguiente:

► Irán ya no está aislado y ha superado con éxito las sanciones occidentales;

► La adhesión a los BRICS cambia las reglas del juego para la integración de Irán en la comunidad mundial.

► Irán es un Estado umbral en su programa de armamento nuclear, disfruta de sólidas relaciones con Rusia y China y puede incluso inclinar la balanza en la correlación de fuerzas en Asia Occidental y las regiones vecinas e incluso a escala internacional.

► Irán ya no está atrapado en una debilitante rivalidad regional con Arabia Saudí y la relajación de las situaciones de conflicto en Yemen y Siria crea espacio para que Teherán maniobre en el terreno diplomático. (El ministro de Asuntos Exteriores de Irán está coordinándose activamente con sus homólogos de la región).

Todo ello permite a Irán pasar a la siguiente fase de desarrollo y avanzar en su presencia global y ampliar su influencia. Basta decir que Irán está superando constantemente a Israel en la dinámica de poder de la región. Al ser un país mucho más pequeño, con un futuro incierto y llamado a adaptarse a la nueva realidad de repliegue estadounidense, Israel ya no está en la misma liga que Irán. La operación de Hamás pone de manifiesto esta realidad geopolítica.

Una guerra prolongada en Gaza supondría una sangría colosal para los recursos de Israel y no haría sino debilitar al país. El resultado es una incógnita. Pero, por otro lado, Israel cree que tampoco tiene opciones diplomáticas. Por si fuera poco, si Hezbolá entra en liza, todo lo ocurrido el pasado sábado en Israel parecerá un picnic. Con su enorme arsenal de misiles avanzados –cerca de 200 mil cohetes apuntando prácticamente a todos los rincones de Israel– Hezbolá tiene la capacidad de destruir Israel por completo.

Principalmente, el despliegue de dos portaaviones estadounidenses en el Mediterráneo Oriental pretende enviar un mensaje contundente a Hezbolá. Por otro lado, también pone de relieve que, además de Ucrania y Taiwán, el teatro de operaciones de Asia Occidental seguirá enfrentando a Estados Unidos en un futuro previsible. Si esto no es una extralimitación imperial, ¿qué es? Algo tiene que ceder.

Aún es pronto. Mientras tanto, el frente unido de la UE en la guerra de Israel contra Hamás ya está mostrando sus primeras grietas. El lunes, pocas horas después del anuncio de que la UE pondría bajo revisión 691 millones de euros de ayuda a la Autoridad Palestina, con la suspensión inmediata de todos los pagos, el jefe de la política exterior, Josep Borrell, intervino para retractarse, diciendo que la Comisión “no suspenderá los pagos debidos”, ya que “castigar a todo el pueblo palestino” habría “perjudicado los intereses de la UE en la región y sólo habría envalentonado aún más a los terroristas”.

Han surgido desacuerdos entre los países de la UE sobre el conflicto. Históricamente, Israel-Palestina es uno de los temas que más divisiones suscita en la UE. Varios países -entre ellos Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca- pretendían que se hiciera referencia a la desescalada en el texto conjunto de la UE sobre el conflicto, a lo que se opusieron otros. Francia, los países nórdicos, Bélgica e Irlanda apoyan tradicionalmente una postura que otros países consideran demasiado propalestina.

Evidentemente, dado que casi ningún país del Sur Global -salvo un puñado de casos como India- se apresura a expresar su “solidaridad” con Israel en su guerra apocalíptica contra Gaza y que las contradicciones dentro de Israel esperan implosionar más pronto que tarde, Teherán tiene motivos para creer que está en el lado correcto de la historia.

(*) M. K. Bhadrakumar, diplomático jubilado, es uno de los más prestigiosos analistas de Asia sobre geopolítica mundial. Ocupó numerosos cargos relevantes en distintos gobiernos de India.