Defensoría de Panamá revela riesgos de migrantes ilegales varados en el país Panamá. Prensa Latina

Un informe de la Defensoría del Pueblo de Panamá reveló la situación de vulnerabilidad y riesgo en que viven hoy los migrantes ilegales varados cerca de la frontera con Costa Rica.

Según la fuente, con el cierre del punto fronterizo de Paso Canoas debido a la Covid-19 y la negativa de Costa Rica en recibirlos, los migrantes optan por ingresar a suelo vecino por trochas ilegales bajo la guía de los llamados ‘coyotes’.

Por tal motivo, ‘se hace necesario que las autoridades competentes de Costa Rica, de Panamá́ y el Grupo de movilidad presten especial atención a esta situación antes de que nos encontremos con una desgracia’, expresó el Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc.

Aseguró que esta situación podría considerarse una violación al Pacto Mundial de Migración y al derecho humano a la vida, toda vez que al ser detectados por las autoridades de seguridad de Costa Rica son devueltos a territorio panameño y dejados a su suerte en diferentes áreas fronterizas, en vez de acogerlos en sus Estaciones de Recepción para Migrantes.

Leblanc reseñó casos de familias enteras que son abandonadas por las autoridades costarricenses en lugares sin las mínimas condiciones de supervivencia, lo cual es visto con preocupación por los residentes de esos sectores, en tanto los migrantes quedan a la suerte hasta con niños en brazos.

Ante este panorama, la Defensoría del Pueblo de Panamá contactó con su homóloga de Costa Rica para buscar una solución a estos casos, que también son del conocimiento de las autoridades panameñas de Migración.

De acuerdo con fuentes oficiales, en los dos últimos meses entraron a Panamá mil 16 migrantes irregulares procedentes de Haití, Chile, Brasil, India, Ecuador, Guinea, Pakistán, Angola y Sri Lanka, entre otras nacionalidades, los cuales se encuentran en albergues cercanos a la frontera con Colombia.

Recientemente la prensa local denominó de crisis migratoria invisible, la permanencia prolongada en el país de dos mil 835 migrantes ilegales en espera de la apertura de las fronteras centroamericanas para continuar su viaje hacia Estados Unidos.

A juicio del jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones en Panamá, Santiago Paz, estas personas llegan en pequeños grupos a través de la jungla y son retenidos por el Servicio Nacional de Fronteras, que los ubica en los centros de detención, donde reciben alimentación y atención médica, financiadas por las autoridades panameñas.

Estadísticas del Servicio Nacional de Migración arrojaron que 111 mil 159 personas utilizaron la ruta selvática del Darién para ingresar ilegalmente a la nación istmeña entre 2010 y 2019, movimiento que tuvo sus picos en 2015 (28 mil 289) y 2016 (30 mil 055).