Diabólica alianza entre obispos y extremistas mexicanos Ciudad de México. Por Bernardo Barranco V., diario La Jornada

Diabólica alianza entre obispos y extremistas mexicanos Ciudad de México. Por Bernardo Barranco V., diario La Jornada

La Iglesia católica ha optado por ser factor de abierta oposición al gobierno de la Cuarta Transformación (4T). Se ha mostrado en franca rebeldía a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y a la candidata Claudia Sheinbaum. Diversos sectores del clero, públicamente, han llamado a no votar por Morena.

Estas semanas han sido intensas en el ámbito de las creencias que han sido remolcadas a la disputa por el poder. De la guerra santa a la guerra sucia. La polarización política del proceso electoral ha contagiado lo religioso. Un hecho imprevisto en la agenda de los devotos que observan cómo su fe y convicciones religiosas se involucran en el proceso electoral 2024.

Me impresionó la falta de probidad de Lilly Téllez en el Senado. Con aspecto demacrado denunciaba la utilización política de la Santa Muerte. En medio de la polémica, panistas colgaron una megalona (manta gigante) en ese recinto, con la imagen de la polémica camiseta que decía: “Un verdadero hombre no habla mal de López Obrador” con la imagen de la Santa Muerte.

Lilly Téllez aprovechó para exorcizar lo que ella llama una figura diabólica, adorada por criminales. Con un rosario y su otra mano extendida como sacerdotisa, demandaba a AMLO no violar el Estado laico; sin embargo, con su acto teatral, ella violó la laicidad del Senado. El uso de un lenguaje de intolerancia y discriminación hacia la minoría religiosa es inaceptable.

La Iglesia católica mexicana también se sumó al nado sincronizado. El episcopado, en un mensaje público, criticó los “cultos distorsionados”, tras viralizar una camiseta con el rostro de la Santa Muerte señalando: “No podemos ignorar la preocupante realidad que enfrenta nuestra sociedad con la implementación de una cultura de la muerte y violencia a través de la narcocultura que se difunde en redes sociales, imágenes violentas, cultos distorsionados como el de la Santa Muerte”.

México tiene una relación muy estrecha con la muerte como ícono cultural. Octavio Paz señalaba que los mexicanos, ante el temor de la muerte, nos la granjeamos como amiga y aliada. Hay vínculos mesoamericanos con la muerte, basta ver los cráneos que adornan pirámides.

Diego Rivera, Posadas y tantos otros artistas de la plástica mexicana utilizan la muerte como símbolo popular de identidad. En los panteones en noviembre hay un culto a nuestros muertos que vivos están; las calaveritas de dulce, las representaciones y desfiles pletóricos de imágenes con miles disfrazados con los íconos de la muerte.

En tiempos electorales, el uso ideológico refleja una profunda ignorancia de la oposición o un uso desproporcionado que busca desacreditar identificando, de manera inexacta, a la Santa Muerte con el crimen organizado y malandros. En el fondo intentan señalar que AMLO es un narcopresidente. Sin embargo, no tienen en cuenta que millones de devotos de la Santa Muerte son católicos. Y que están en expansión en Estados Unidos y Centroamérica. ¡Además votan!

El rostro de la Iglesia se mimetiza con el de la oposición. Está enfurecida. Le reprocha todo al actual gobierno. “Estamos peor que nunca”, dicen muchos clérigos como el legionario cuentachistes Ángel Espinosa de los Monteros, que fue sancionado por Gobernación por sus comentarios tendenciosos contra el gobierno.

Qué decir del clero del Bajío (noroccidente de México, que abarca los estados de Guanajuato, Querétaro, franja norte de Michoacán, altos y oriente de Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí y Zacatecas). Lo denunciamos hace algunas semanas. La Provincia Eclesiástica del Bajío –integrada por la arquidiócesis de León, así como por las diócesis de Irapuato, Celaya y Querétaro– realizó talleres en varios municipios de la entidad para promover que los católicos no sufraguen por institutos políticos que no respetan la vida desde su concepción y la familia tradicional. El arzobispo de esta ciudad, Alfonso Cortés, pidió a los feligreses no votar el próximo 2 de junio por Morena, partido que impulsa la despenalización del aborto en todo el país.

Y qué me dice del cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez, que de nuevo reprocha, a través de videos, que votar por Morena es apostar por el comunismo. El cardenal amenaza a Tlaquepaque a repetir el proceso electoral, como hace tres años, por su indebida intromisión.

El caso de Salvador Rangel, obispo en retiro, en Guerrero. La jerarquía católica en un comunicado cuestionó la desaparición del prelado por la falta de seguridad del gobierno. Cuando se le localiza en un motel, drogado con viagra y condones, los obispos acusan persecución. El gobierno busca desacreditar y dinamitar la autoridad moral de la Iglesia, dicen, para frenar su activismo por la paz y la reconciliación. La vida sexual del prelado es una cuestión secundaria. Para los obispos, el gobierno está enviando una peligrosa señal de advertencia. Pasa a segundo término si Rangel transgrede las normas eclesiásticas de castidad. Y da igual si es un pervertido. Los señalamientos y hasta las burlas en redes son vistos como señales de persecución.

Las aguas están muy agitadas. La jerarquía no escapa y atiza la polarización. Amenaza con mostrar músculo con rosarios y jornadas de oración. Mientras, nosotros nos preguntamos, por qué no se aplican las leyes imperantes en materia de laicidad y de separación entre la Iglesia y el Estado. Nuestras leyes han sido factor histórico de libertad y de convivencia pacífica. Los obispos están rebasando la línea de tolerancia política.

Sí, la Iglesia es santa y pecadora.

Los desayunos de oración

El “Desayuno Nacional de Oración” es una reunión anual de líderes religiosos y políticos que se efectúa en Washington, desde hace 70 años. El presidente Dwight Eisenhower asistió al primer desayuno de oración presidencial en 1953. Todos los presidentes estadunidenses en ejercicio han asistido al evento al menos una vez durante su mandato.

Es un acontecimiento privado y elitista, patrocinado por una organización de derecha religiosa conocida como “The Family”, con un comité bipartidista que actúa como anfitrión honorario. Oficialmente, “el propósito del Desayuno Nacional de Oración es reunir a personas de todo el mundo para orar por los líderes y andar con ellos en el camino que Jesús marca”

En México, de la mano de Claudia Iriarte (de la extrema derecha fanática católica), se han realizado tres desayunos nacionales de oración. Iriarte es la responsable de la sección México del desayuno. Han asistido empresarios, artistas, servidores públicos, parlamentarios y ministros de culto. La mayoría de los asistentes son de corte conservador, como el ultraderechista Eduardo Verástegui.

También asisten miembros del Opus Dei y sacerdotes legionarios de Cristo, integrantes del Yunque y personajes como Margarita Zavala (senadora y esposa del expresidente Felipe Calderón) y Liébano Sáenz (abogado extremista, partidario de la liquidación física de los izquierdistas).

En este primer trimestre, se presentó al desayuno la candidata del frente opositor, Xóchitl Gálvez. No es cualquier cosa que una candidata a la Presidencia se haga presente en un foro tan conservador como éste. Porque enarbola a escala internacional una lucha anticomunista, contra la cultura gay, acciones antiaborto y sobre todo que pretenda imponer un modelo de familia patriarcal. Resulta paradójico que una candidata pugne por un México inclusivo y de manera privada se asome al radicalismo de la ultraderecha religiosa. Ahí están los videos: se ve a la candidata del PRIAN (iniciales comunes de los partidos PRI y PAN, antes enemigos y ahora estrechamente aliados) orar con fervor por un Dios absolutista y por una cultura social teocrática.

El gran propósito de “Kingdom Life” (secta de fanáticos católicos, integrada por grandes empresarios y sus agentes de opinión) en México, dice su portal, es retomar el diseño original del plan de Dios. Su misión es ser una plataforma apostólica y profética para preparar a hijos maduros, tomar liderazgo en las montañas de las influencias y así extender el reino de Dios.

Durante siete décadas de historia, el Desayuno Nacional de Oración en EEUU, ha sido organizado por la Fundación Internacional (Fellowship Foundation), organización opaca, esquiva y cuestionada, conocida coloquialmente como “La Familia” ligada a la ultraderecha religiosa. Esta fundación ha sido objeto de investigaciones académicas y periodísticas, así como de una serie de Netflix de cinco capítulos basada en las investigaciones.

El fondo del argumento se centra en que “La Familia” ha utilizado sus poderosas conexiones y millones de dólares de donaciones secretas, para difundir el nacionalismo cristiano ultraconservador en el país y en el extranjero. Los documentales concluyen que “La Familia” no es sólo una organización semisecreta de cristianos poderosos, sino el grupo religioso más influyente que opera en la política estadunidense.

Hay eventos exclusivos que no rebasan los 300 actores, provenientes del Congreso estadunidense. Y hay eventos de más de 3 mil 500 personas, la mayoría cabilderas que buscan contactos con políticos de alto nivel. Entidades diplomáticas en Washington generalmente son invitados a participar en el Desayuno Nacional de Oración, junto a miembros del Parlamento Europeo, representantes de Naciones Unidas, líderes religiosos; misioneros trabajando en varios países, líderes empresariales estadunidenses y extranjeros. Grandes líderes han sido invitados, como el Dalai Lama en 2015.

Aunque los asistentes a los desayunos, incluyen actores de diferentes ideologías políticas y religiosas, sus organizadores utilizan el acto como vehículo para incidir sus creencias cristianas conservadoras. En suma, ante la creciente politización de lo religioso en las elecciones en EU, este evento es una punta de lanza del conservadurismo supremacista de la derecha religiosa que se concentra para distorsionar el significado de la libertad religiosa. Desde sus inicios, el Desayuno Nacional de Oración ha sido una plataforma para que la derecha religiosa presente una agenda cristiana conservadora. Cada año, la participación de funcionarios electos, incluido el presidente, refuerza este movimiento y otorga legitimidad a la idea de que nuestro gobierno debe guiarse por un punto de vista cristiano radical.

En México, el Desayuno Nacional de Oración, realizado recientemente, provoca el principio del Estado laico que establece una clara diferenciación entre el Estado, las iglesias y las creencias religiosas. Sus ideólogos manipulan y se amparan en el artículo 24, sobre la libertad de profesar cualquier creencia. Así lo sostuvo Soraya Pérez Munguía, diputada por Tabasco. Este programa, dijo, no viola el principio de laicidad de nuestra Constitución.

Sin embargo, Pérez Munguía sostuvo que “estamos aquí reunidos para reconocer la importancia de que Dios forme parte de las más grandes decisiones en México”. Por su parte, Claudia Iriarte, sostuvo que en la Biblia dice: “Dios pone a las autoridades, pero también dice que las quita”. Ante esto vimos la actitud de consentimiento de la candidata presidencial.

La concepción de Dios del desayuno nacional de la ultraderecha, es absolutista y regresiva. Los gobernantes deben someterse a la voluntad de Dios. Entonces, nos preguntamos: ¿para qué realizar elecciones? Mejor oremos.