EEUU vive jornada electoral Washington. Varias agencias

EEUU vive jornada electoral Washington. Varias agencias

El día ha llegado. Con la apertura de los primeros colegios electorales en la costa este, Estados Unidos ha dado el pistoletazo de salida a las elecciones que decidirán por la continuidad de Donald Trump en la Casa Blanca o por su relevo, el demócrata Joe Biden.

La elección nacional para presidente y legislatura en Estados Unidos se realiza en una coyuntura sin precedentes con la peor crisis de salud pública en un siglo, la peor crisis económica tal vez desde la Gran Depresión, el estallido de algunos de los movimientos de protesta social más grandes de la historia y un presidente minando la legitimidad de los comicios y hasta amenazando con no respetar los resultados si no lo favorecen.

Según informa EFE, hasta este lunes, ya habían votado más de 95 millones de estadounidenses, más del 68% de los que votaron en total en 2016. Si la tendencia se confirma en la jornada presencial que acaba de iniciar, es posible esperar un récord de participación. Ha sido una campaña atípica, marcada por una profunda polarización.

Trump ha preparado el terreno para cuestionar el recuento de votos, si este no le es favorable. En este sentido, un juez en Texas ha rechazado el lunes la petición de los republicanos para desechar 127 000 votos anticipados. Joe Biden, en tanto, ha iniciado el día en Twitter, con un llamado a todos los estadounidenses a votar.

El diario El País, recuerda que Biden lidera la carrera por 6,7 puntos, según el promedio de las encuestas de Real Clear Politics. Biden es favorito. No obstante, Trump conserva una opción entre seis de ganar.

Elecciones marcadas por la pandemia

Varias ciudades de Estados Unidos tomaron medidas ante la posibilidad de incidentes durante la jornada electoral de hoy, incluso tras la celebración de los comicios.

El clima de polarización en que se celebran estas elecciones, marcadas por la pandemia del Covid-19, las protestas sin precedentes de los últimos meses en torno al movimiento Black Lives Matter y la posibilidad real de que el resultado final tarde días en conocerse, generaron preocupación sobre un potencial estallido de violencia.

Las incitaciones del presidente, Donald Trump, a movilizarse para vigilar que no se registre un presunto fraude electoral, sumadas a sus críticas respecto al voto postal y su negativa a comprometerse abiertamente a aceptar el resultado de las urnas llevaron a advertir de un riesgo real de violencia.

Todo ello queda matizado por el hecho de que en este país la tenencia de armas es un derecho reconocido por la Constitución y proliferan cada vez más los grupos de extrema derecha.

Según un reciente sondeo de la Universidad de Suffolk para el periódico USA Today, tres de cada cuatro votantes están preocupados por la posibilidad de violencia durante la jornada electoral.

Asimismo, solo uno de cada cuatro se muestra “muy confiado” en que habrá un traspaso pacífico de poder si el demócrata Joe Biden le gana al presidente Trump.

Hay miedo a violencia post electoral

En la capital, edificios y negocios en las proximidades de la Casa Blanca protegieron sus escaparates y ventanas, mientras que en torno a la residencia presidencial está prevista la instalación de una valla que no se pueda escalar, según la cadena televisiva CNN.

Esta medida de seguridad viene a sumarse a otras que ya estaban en vigor desde hace meses en torno a la residencia presidencial ante las protestas y disturbios registrados este año.

Los analistas están prestando mucha atención a los votantes de 65 años en adelante, quienes favorecieron al presidente Donald Trump por 7 puntos en 2016, y que según las encuestas a boca de urna se han mostrado más inclinados a apoyar a Joe Biden este año.

En la última encuesta nacional de NBC News/ Wall Street Journal, realizada la semana pasada, Biden tenía una ventaja del 58% contra el 35% de Trump.

Trump ya estaba perdiendo terreno con los estadounidenses mayores antes del coronavirus, pero la pandemia se ha convertido en un tema central para estos votantes, dijo John Hishta, vicepresidente senior de campañas.

“La pandemia y Covid han servido de telón de fondo para todo esto”, señaló Hishta. “¿Qué pasa si me enfermo? ¿Cómo afecta eso a mis finanzas? ¿Qué pasa si mis hijos se enferman? ¿Qué pasa si no puedo ver a mis hijos?”.

Los mayores cambian de partido

Tanto Trump como Biden han convertido en una prioridad apuntar a las personas mayores en la recta final de la campaña, especialmente en estados críticos como Pensilvania y Florida.

Una encuesta de NBC News/ Marist College publicada el lunes mostró que Biden tenía una pequeña ventaja de 5 puntos sobre Trump, dentro del margen de error de la encuesta.

“Ninguna de las partes las da por sentado, como lo hicieron en años pasados”, dijo Hishta.

Otro punto donde han abierto recientemente los colegios electorales es Puerto Rico, donde desde las 9h locales ya se puede escoger al próximo gobernador del estado libre no asociado que también decide hoy mediante una consulta no vinculante si mantener este status o ser un estado de pleno derecho en EE.UU.

El Nuevo Día asegura que unos 2,3 millones de puertorriqueños deberán decidir entre Pedro Pierluisi, del Partido Nuevo Progresista (PNP), y Carlos Alteri, del Partido Popular Democrático (PPD). El resultado seguro que será seguido de cerca tanto por Joe Biden como por Donald Trump.

En los 110 precintos electorales del país, los centros abrirán hasta las 5:00 p.m., es decir, durante ocho horas.

“Hace 57 días, llegamos a la sede y fuimos bien recibidos. Tengo que decirles que hemos aprendido muchísimo en este acelerado y corto tiempo”, dijo el presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Francisco Rosado Colomer, en una conferencia de prensa en la que anunció la apertura de los centros.

“Ha sido mucho trabajo, pero ha rendido fruto. Al final del camino ha valido la pena. Todos hemos sentido que los ciudadanos han recobrado la tranquilidad de que la Comisión les va a brindar un proceso transparente, serio y confiable, donde el peso del voto sea igual para todos”, añadió.

Florida y Texas, estados clave

En el caso de Florida, uno de los estados más disputados, votó por Obama en las dos elecciones presidenciales en las que participó, pero en 2016 el ganador resultó Trump, aunque fue por unos 100 mil votos de diferencia sobre la demócrata Hillary Clinton. En esta ocasión, según Real Clear Polítics, Biden supera en intención de voto directo a Trump por apenas 1,8 puntos.

En Texas la diferencia es aún menor y la misma fuente otorga una ventaja de 1,2 puntos a Trump sobre Biden. Este estado reparte nada menos que 38 delegados, mientras que Pensilvania, que reparte 20, se tiñe de azul en las encuestas con 2,3 puntos de diferencia.

En Carolina del Norte, que reparte 15 delegados, parece que habrá que esperar hasta el último voto para tener un ganador. Las encuestas no se ponen de acuerdo y se decantan por uno u otro candidato dejando una media en los sondeos de empate técnico con una muy leve ventaja de Biden de 0,2 puntos, la misma que obtendría Trump en el estado de Georgia, que otorga 16 delegados al ganador.

Joe Biden obtuvo los cinco votos en Dixville Notch, N.H., una pequeña ciudad cerca de la frontera con Canadá que es conocida por la votación de medianoche. En Millsfield, 12 millas al sur, el presidente Donald Trump ganó 16 votos contra los cinco de Biden.

Una tercera comunidad con votación de medianoche, Hart’s Location, suspendió la tradición de esta elección debido a preocupaciones por el coronavirus. Decidió celebrar la votación de 11 a.m. a 7 p.m. del martes.

La ciudad de White Mountains inició la votación anticipada en 1948 para acomodar a los trabajadores del ferrocarril que tenían que estar en el trabajo antes del horario normal de votación. Finalmente se detuvo en 1964 y lo trajo de regreso en 1996.

Trump cataloga a los demócratas como “gente horrible”

Donald Trump señaló que lidiar con los líderes demócratas ha sido más difícil que con Rusia, China o Corea del Norte. Esta mañana, en una entrevista en Fox News, el presidente ha llamado a sus rivales “gente horrible” y ha aprovechado para presumir que ganará de nuevo, incluso “con un margen mayor que hace cuatro años”.

Los habituales ataques de Trump por Twitter se han trasladado al amanecer de este martes a una entrevista en la cadena de televisión de tendencia conservadora en un momento decisivo. La mitad de Estados Unidos ya ha abierto sus colegios electorales y el presidente pelea por los últimos votos.

Trump también ha señalado que solo declarará su victoria en caso de que “haya victoria”, ante los rumores de que podría adelantarse a los resultados oficiales. Sobre este punto, la incertidumbre de esta noche está en las calles de ciudades como Nueva York o Washington, cuyos habitantes que han tapiado sus tiendas, restaurantes y hoteles ante el temor de enfrentamientos en las calles. El presidente ha declarado: “Es una pena. Para mí, es algo muy triste. No hay razón para ello”.

El celebrado chef español José Andrés y su organización caritativa World Central Kitchen –la cual ha ofrecido comidas en varias ciudades a migrantes y otros afectados por la pandemia (incluidos doctores y enfermeras en las trincheras), como lo hizo con refugiados en la frontera y en Puerto Rico después del huracán María– han nutrido literalmente con pan dulce, café y sandwiches a votantes en las largas filas para votar en la capital y en varias otras ciudades como parte del proyecto Chefs a las Casillas.

Las encuestas finales antes del día de las elecciones indican una ventaja para Biden a escala nacional de aproximadamente 8 puntos, así como en varios de los estados considerados claves –aunque en algunos con márgenes más reducidos–, que determinarán el ganador.

Elecciones 2020 superan 14 mil millones de dólares

Estados Unidos vive los comicios más caros de su historia, con gastos que superan hasta el momento los 14 mil millones de dólares, según cálculos de la organización Center for Responsive Politics.

Actos de campaña y anuncios son los principales responsables de esas cifras astronómicas, que están por encima de las estimaciones previas de la organización de 11 mil millones de dólares.

También lo incrementó el influjo de donaciones en los últimos meses de campaña, especialmente por la polarización provocada por la confirmación de la jueza conservadora del Tribunal Supremo, Amy Coney Barrett, que contravino la tradición de no abordar este proceso durante la época electoral.

“Incluso en medio de la pandemia, todo el mundo está donando más en 2020, desde personas normales hasta los billonarios que firman cheques de ocho ceros a Super PAC (comités de acción política con normas y límites de fondos distintos a los partidos políticos)”, indicó la organización en un comunicado.

El demócrata Joe Biden lleva la delantera en dinero reunido por su equipo de campaña, mientras el presidente Donald Trump se estancó desde julio.

Según la Comisión Federal de Elecciones, Biden captó casi mil millones de dólares directamente de individuos (excluyendo otras aportaciones, como las de grupos de interés y empresarios).

El mandatario, por su parte, logró sumar poco más de 600 millones de dólares. La fuente de estos recursos dibuja de perfil a las bases electorales de cada candidato.

“Hace 10 años, hablar de un candidato presidencial con mil millones de dólares era algo difícil de imaginar. Este año probablemente veremos dos”, indicó la directora ejecutiva de Center for Responsive Politics, Sheila Krumholz.

El aumento en las aportaciones de fondos para la campaña de Biden muestra un panorama particular, en el que los pequeños grupos de acción le apoyan desde que resultó elegido como el candidato del Partido Demócrata a la presidencia.

¿Con quién están los millonarios?

Los momentos clave para aumentar sus recursos, según un seguimiento del periódico The New York Times, fueron el anuncio de que la senadora Kamala Harris sería su compañera como candidata a la vicepresidencia. Ese día consiguió 12,7 millones de dólares el día del cierre de la Convención Nacional Demócrata en agosto. Cuando la actriz Julia Louis-Dreyfus pidió a la audiencia “cooperar” para la campaña acumuló 13,6 millones, y en septiembre, un día después de la muerte de la juez del Supremo, Ruth Bader Ginsburg, la campaña obtuvo 71 millones.

De acuerdo con el Center for Responsive Politics, ese crecimiento sostenido se explica por el respaldo de personas que donan más de 200 dólares a su campaña.

Sin embargo, el demócrata también ha contado con el apoyo de los millonarios: el caso más representativo ha sido el del neoyorkino Michael Bloomberg, quien abrió la chequera en septiembre y entregó 100 millones de dólares a los demócratas para gastar en anuncios en Florida, uno de los estados clave en los comicios del próximo 3 de noviembre.

Trump, en cambio, apenas mantuvo un ritmo sostenido: desde agosto fue descendiendo. Su equipo de recaudación se conocía en 2016 como la Estrella de la Muerte –en referencia a la nave de la franquicia Star Wars– y llegó a gastar tanto dinero que el Partido Republicano envió una advertencia a la campaña del magnate.

“Recaudaría un billón de dólares en un día si quisiera. Pero no quiero hacer eso”, dijo, alarmado por el crecimiento en las donaciones para su oponente.

Según The Wall Street Journal, las grandes compañías se han mantenido al margen en sus aportaciones a las campañas, ante el temor de que un triunfo de los demócratas en el Congreso complique el avance de iniciativas legislativas que les afectan.

También Trump ha perdido el empuje financiero de los republicanos con estudios universitarios.

Advertencias necesarias

Según refiere la Jornada para observar la elección en Estados Unidos este martes se requieren algunas advertencias:

Primero, es fundamental recordar que no hay voto directo para presidente. Quien esté ganando el voto popular no necesariamente está ganando la elección, eso se determina por el Colegio Electoral. Para alcanzar o superar los 270 votos electorales necesarios, se tiene que ganar una combinación de estados y con ello sus electores. En esta elección sólo hay entre 10 a 14 que están en disputa y que determinarán el resultado final.

Segundo, la elección nacional es, en realidad, 50 elecciones estatales simultáneas, y cada entidad tiene sus propias reglas y horarios. Por lo tanto, las casillas cierran en diferentes tiempos y el proceso de conteo también tiene variaciones con lo cual no es posible pronosticar esta vez a qué hora se darán a conocer datos preliminares o tendencias. Vale recordar que un número récord de más de 96 millones de votos ya han sido emitidos de manera anticipada.

Tercero, si Donald Trump declara que ganó la noche de este martes, será otra mentira más para agregar a las más de 20 mil que ha dicho desde que llegó a la Casa Blanca. Ni el presidente ni su contrincante el demócrata Joe Biden pueden declarar al ganador oficial de la contienda.

Es importante entender esto ante la posibilidad esbozada de que Trump decida proclamar victoria con el conteo preliminar de los votos presenciales depositados en casillas el martes, antes de que se cuente el volumen sin precedente de más de 90 millones de votos por correo o adelantados, que podrían cambiar las tendencias de manera significativa.

Y finalmente, el resultado oficial sólo se da cuando concluya el conteo oficial de los votos, algo que podría alargarse por días en algunos estados, y hasta más si hay disputas legales ante tribunales sobre el proceso del conteo.

Lo que se anunciará la noche del martes al cerrar casillas en diversos estados, son sólo algunas proyecciones, con la gran mayoría de los estados ya considerados casi automáticos en la columna de uno u otro de los candidatos. Pero la clave está en los estados en disputa, o swing, y es posible que no habrá proyecciones en algunos si los márgenes de diferencia son mínimos al inicio del conteo.

Pero igual también existe una posibilidad de que los principales medios tengan suficiente evidencia para proyectar un ganador la misma noche del martes.

¿Qué está en juego este 3 de noviembre?

En esta elección nacional están en juego la presidencia, todas las 435 curules de la cámara baja del Congreso y un poco más de un tercio (35 curules) del Senado. También están en concurso 11 gubernaturas estatales.

Más allá del enfoque principal sobre quién ocupará la Casa Blanca, es de suma importancia para quien sea el próximo presidente como para el futuro político del país quién controlará las dos cámaras del Congreso.

Si hay un cambio en el control del Senado, eso tendrá implicaciones sísmicas en Washington. Por ahora, el Senado está bajo control de la mayoría republicana donde gozan un margen de 53-47, pero las encuestas indican que hay buenas posibilidades para que los demócratas reconquisten la cámara alta. Necesitan un avance neto de cuatro curules, algo que está dentro de las posibilidades.

La cámara baja tiene una mayoría demócrata de 232, y por ahora se supone que no sólo mantendrán el control sino que se ampliará.

Si ambas cámaras quedan bajo el dominio demócrata, eso tendrá enormes implicaciones políticas llegue quien llegue a la Casa Blanca, y aún más si gana Biden.

Conteo de votos podría tardar más de lo normal

Trabajadores del Departamento de Elecciones de Detroit revisan papeletas de voto ausente en la Junta Central de Conteo en el Centro TCF. Con una participación récord en la votación anticipada, los estadounidenses acudirán a urnas para las elecciones presidenciales. Foto: AFP.

Según AP, es muy probable que no conozcamos al ganador de las elecciones presidenciales el martes por la noche. Y de ser así, no necesariamente es señal de que algo sea fallido, fraudulento, corrupto o malo.

El presidente Donald Trump ha sugerido reiteradamente que un resultado más lento de lo normal es un indicio de problemas. “Creo que es terrible que no podamos conocer los resultados de una elección la noche de la elección”, dijo el mandatario el domingo. “Creo que es algo terrible cuando se permite a los estados tabular las papeletas durante un largo tiempo después de que terminan las elecciones”.

No está claro lo que el presidente piensa que es un período largo. Pero es una práctica estándar seguir contando votos después del día de las elecciones.

En seguida, un vistazo más cercano a por qué ese conteo podría demorar más de lo habitual y por qué eso podría significar que el martes podría no conocerse al ganador:

¿Qué hay de nuevo este año?

El factor más importante que puede volver lentas las cosas este año es claro: millones de estadounidenses decidieron votar por correo en vez de arriesgarse a contraer el coronavirus en un centro de votación. Y, en general, los votos postales tardan más en contarse.

Los trabajadores electorales deben sacar las boletas de sus sobres, verificar si hay errores, clasificarlas y aplanarlas, todo antes de que puedan pasar por los escáneres en el momento en que las urnas cierran y se tabulan. En los estados con programas de voto por correo bien establecidos, este procesamiento se realiza semanas antes del día de las elecciones. Los resultados a menudo se publican rápidamente.

Pero varios estados no tenían este sistema en vigor antes de este año y las leyes en los libros prohibían a los funcionarios electorales procesar las boletas mucho antes del día de las elecciones. Sin una ventaja inicial, prácticamente no hay forma de procesar y contar todos los votos por correo el día de las elecciones, y al mismo tiempo contar todos los sufragios emitidos en persona.

Hay tres campos de batalla importantes con restricciones sobre cuándo se puede procesar el voto por correo: Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.

En esos estados, las legislaturas, donde los republicanos son mayoría, se han resistido a las súplicas de los funcionarios electorales para actualizar las leyes para permitir un conteo más rápido. En cambio, inicialmente informarán los votos en persona, que se espera que favorezcan en gran medida a Trump, y luego actualizarán gradualmente con las boletas por correo, más de tendencia demócrata.

¿Hay alguna esperanza de conocer al ganador en la noche de las elecciones? Por supuesto. No todos los estados son estados de conteo lento. Entonces, si varios estados clave publican sus resultados con prontitud, un candidato puede tener la mayoría de los votos electorales, incluso sin saber quién ganó en Wisconsin, Pensilvania o Michigan.

Eso se vuelve más probable si las contiendas en esos estados no están cerradas.

Es un escenario que pone muchos ojos en Florida. El estado permite que sus oficinas electorales procesen las boletas por correo 22 días antes de la elección y, a menos que surja otra cosa, podría haber un conteo casi completo para la medianoche. Y si Trump pierde Florida, le será muy difícil alcanzar los 270 votos electorales que necesita para derrotar al ex vicepresidente Joe Biden y mantenerse en la Casa Blanca.

Otros dos campos de batalla del sur, Carolina del Norte y Georgia, también pueden comenzar a procesar antes las boletas por correo. Ambos son considerados estados críticos para Trump. Sin embargo, a diferencia de Florida, ninguno de los dos estados tiene antecedentes de manejar una gran cantidad de boletas por correo. No está claro qué tan rápido contarán esos votos.

Iowa y Ohio también permiten el procesamiento temprano de las boletas por correo. Trump ganó fácilmente ambos estados en 2016, pero los demócratas creen que Biden es competitivo allí. Los resultados en esos dos estados, la noche de las elecciones, podrían dar pistas sobre lo que se avecina en los estados críticos del centro del país que tardan más en contarse.