El chisme Managua. Por Moisés Absalón Pastora, Detalles del Momento

El chisme Managua. Por Moisés Absalón Pastora, Detalles del Momento

A lo largo de la historia de toda la humanidad un eterno acompañante de las tragedias y desgracias que nos han enlutado, nos han distanciado, nos han convertido en hermanos enemistados a muerte y por supuesto empobrecido en todos los sentidos, ha sido el chisme.

El chisme tiene una malignidad profundamente letal y aquel que lo inventa, desnaturalizando cualquier realidad, aquel que se convirtió en la correa de transmisión para echarlo a andar y aquel que lo recibió para creérselo son al final asesinos de la dignidad humana, de la vida, honra y hacienda de las personas y fundamentalmente asesinos porque el efecto que causa el chisme sobre cualquier cosa que toca es letal y desgraciadamente tan venenoso y tóxico que sus daños son irreversibles porque el principal padrino del chisme es el diablo que encuentra su principal pasto de cultivo en la ignorancia del que lo cree.

Tristemente el chisme es en nuestras familias, en los centros de trabajo, en la sociedad y en todo espacio dónde se le dé cabida, una moneda de uso corriente e independientemente de si se hace con alevosía, premeditación o ventaja o si hace “inocentemente” con tintes de broma, el daño que causa es megatónico.

La gran mayoría de las personas nacimos con la gran bendición del habla. Dios nos dotó de una forma muy expedita para comunicarnos sin embargo la mala levadura siempre encontró en el envidioso, en el acomplejado, en el egoísta, en el vulgar y patán, en ese que no es capaz ni de soportarse así mismo, el pasto adecuado para que el príncipe de las tinieblas incapacitara al chismoso, al comecuentos, para que tuviera dominio sobre su lengua.

Hay quienes te glorifican tanto el chisme y gozan tanto de él que santifican la expresión de que es un delicioso bocado y lo sienten tan rico que se convierten en rumiantes porque lo regurgitan una y otra vez sobre todo cuando hablan de aquel que es mejor que ellos y al que no pueden superar.

El chisme amigos es muchas veces un caramelo envenenado que viene muy elegantemente envuelto en ese papel celofán que al desempacar nos genera un efecto como de llamas sobre brazas ardientes y es que la verdad su contenido quema y calcina todo lo que alcanza.

El chisme genera contiendas entre los hermanos, la familia, los compañeros de trabajo o de estudio. Aquel que lleva a todas partes un chisme crea problemas porque el rumor modifica la verdad y establece la mentira como cierta dañando la reputación de la persona de quien se habla en el chisme.

“Tener buena fama o buen nombre es mejor que tener mucha riqueza” dice en la Biblia (Proverbios 22:1) pero llega el chismoso y de un solo tapazo arruina la reputación que tenía la persona afectada en cuestión de segundos, aunque su honorabilidad, Don de gente, filantropía, respeto y empatía social le haya costado años y años construir, hasta que, de la noche a la mañana, solo porque alguien dijo una sola mentira sobre una gran verdad, la víctima amaneció despedazada.

No quiero pretender de religioso ni predicador ni nada que se le parezca, pero el chisme no es solo un rumor mal intencionado, sino que es un pecado en el que incurre aquel que lo inventa, es un pecado para el que lo propaga y es un pecado para el que lo escucha. En la Biblia, Santiago 3, dice que la lengua es una chispa de fuego que puede dejar un bosque en cenizas totalmente y por eso mismo en lo personal cuando en conversaciones en cualquier parte alguien empieza a hablar de otra persona o de una determinada circunstancia usando calificativos que no son agradables les corto la conversación porque el chisme se acaba dónde uno lo detiene y todos aquellos que gozan de él no son más que bicheros.

Ese bichero o bichera de la que hablo puede acabar con la amistad del que siempre estuvo a tu lado en todo momento, es quien hizo de una mentira una verdad creída que igual acabó con un matrimonio, con una empresa o hasta con un país porque el chisme es como una bola de nieve que empieza chiquita y en la medida que rueda se convierte en algo monstruosamente gigante.

Un chisme no es solo un chisme, un chisme es un arma que se usa en forma de venganza cuando la devastación causada incita la revancha de quien siente trastocado su honor. Aquel sapo o sapa que quiere congraciarse con alguien para hacer daño a quien envidia o simplemente no quiere, por las razones que sea, debe estar claro o clara que el chisme tiene victimarios, pero puede igualmente convertir en víctimas a quien hace de chismoso. Cuando una persona ha sido herida por otra, la ofendida puede vengarse hablando de secretos que le habían sido contados o denigrando a esa persona, todo para sentirse bien con el hecho de hacer daño, lo cual es un error por supuesto, pero es lo que genera el desenfreno de una lengua serpentera y amariconada porque el chisme es sinónimo de cobardía y ya no digamos de hipocresía.

Nuestras palabras tienen un enorme poder para el bien o el mal, así nuestras lenguas pueden matar o salvar vidas. Un testigo falso puede causar la muerte de un hombre inocente. Una voz de consuelo puede dar esperanza a una persona que se encuentre al borde del suicidio.

Pienso que la cristiandad puede desde los hogares, desde las familias, los colegios, las empresas y los gobiernos ser factor determinante para apagar las llamas infernales del chisme y del rumor. Sobre este tema debemos tomar plena conciencia porque el chisme ha penetrado tanto nuestras sociedades que se volvió un negocio y sino veámoslo en los mismos medios de comunicación que hoy por hoy son la principal correa de transmisión del chisme.

En las radios, periódicos, espacios digitales o la televisión no se hace periodismo, se hace chisme y es una industria dónde los que dicen transmitir noticias se meten hasta la intimidad de la alcoba de cualquier persona que se les ocurra y si esta es pública, por el solo “pecado” de serlo, entonces no solo pierde el derecho a su privacidad, sino que a nombre de la farándula y del entretenimiento o peor aún de la democracia, te destrozan porque eres mejor que ellos, porque creen que las mismas cosas pueden hacerse de una manera diferente o simplemente porque no piensan como ellos dicen que debe de ser y al final el chisme que es falta absoluta de respeto lo contamina todo.

En nuestro país y fuera de él, hay nicaragüenses ignorantes, necios y acomplejados que viven del chisme, del rumor y de la especulación y lamentablemente hay incautos que creen la mentira chismosa de esas alimañas rastreras que demostraron lo capaces que son para hacer daño desde la condición de sicarios políticos que ostentan, y que aunque pocos, son de esos cobardes a los que no debemos poner atención porque niegan la condición de paz que de la nación percibe el pueblo y así se nos reconoce tanto que firmas antagónicas a la Nicaragua revolucionaria y sandinista que vivimos, como Gallup Internacional, nos llega a ubicar a la cabeza del mundo como la patria de paz que hemos logrado construir.

A mi se me acercan personas preguntándome si tal o cual cosa es cierta y algunas respuestas que he dado no han sido necesariamente gentiles porque lo que me plantean es la esencia de la estupidez porque lo que dicen no tiene sentido, no tiene pies y cabeza y cuando uno indaga sobre dónde o quien les tiró ese cuento te dicen para rematar que fue alguien seria.

También me llegan a decir que fue en las redes sociales, como por ejemplo el Facebook, que es una fuente inagotable de mentiras, con anzuelos de cualquier calibre que buscan cómo pescar incautos y no tan incautos porque hasta personas que tienen algún grado de responsabilidad caen en la trampa.

Un chisme es una verdad mal contada. Pudiera ser que en el origen haya fundamento para que se pueda comentar algo, pero el problema es que una verdad comentada de boca en boca, cuando ya hizo un larguísimo recurrido, al final termina en algo que nada tiene que ver con lo real porque cada quien en la narrativa de su propio cuecho le fue agregando lo que quiso para hacer más atractiva su mentira, pero claro asesinando la dignidad de una persona o de un país.

Eso mismo han querido hacer los mercenarios mediáticos, los oportunistas de la politiquería, los que se ahogan en su propio odio cada vez y cuando han querido engullir a sus fauces a Nicaragua de la que han dicho pestes gigantescamente cochinas para mal indisponerla ante el mundo.

Ese chismoso del que hablo es además de tapudo un traidor apuñala hogares, apuñala familias, apuñala amigos, apuñala empresas y apuñala país y es al que todos debemos estar prestos a identificarlos para caerles encima, para constituirnos ante ese chismoso, que quiere sobresalir por encima de los demás desde el manjol de sus mentiras, calumnias y difamaciones, en un muro de contención y también para reprenderlo porque como dice al final es una bajeza propia de maricones y de bicheros que disfrutan del mal que causan.