El pueblo a punto de recuperar el Gobierno en Bolivia La Paz. Agencias.

El pueblo a punto de recuperar el Gobierno en Bolivia La Paz. Agencias.

El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, ganó las elecciones presidenciales de Bolivia en primera vuelta con el 52.4% de los votos, reveló una encuesta a boca de urna realizada por la empresa Ciesmori y que fue dada a conocer en la señal televisiva Unitel, un canal de televisión abierta de orientación derechista, que desde 2011 hasta 2020 ha sido líder en audiencia.

De acuerdo con el estudio, que se reveló recién a medianoche, el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, quedó en un lejano segundo lugar con el 31.5 %, mientras que el líder ultraderechista Luis Fernando Camacho, obtuvo el 14.1 %. Para ganar en primera vuelta, Arce necesitaba el 50 % más uno de los votos, o el 40 % pero con una diferencia de por lo menos 10 puntos con respecto al segundo lugar.

Boca de urna de la empresa Bolivisión

Una segunda encuesta difunidada 90 minutos después de la de Unitel, otorga una mayor ventaja a los candidatos del MAS. Según la red de televisión Bolivisión, Arce tendría el 53% de los votos, Mesa el 30.8% y Camacho 14.1%.

Desde Buenos Aires, en donde se encuentra exiliado, el derrocado presidente Evo Morales celebró el triunfo del MAS.

Tras conocer el resultado del conteo rápido, el virtual presidente electo, Luis Arce, acompañado del vicepresidente David Choquehuanca, declaró que Bolivia ha recuperado la democracia.

Por su parte, el ex presidente Evo Morales publicó en su Facebook: “Hermanas y hermanos: la voluntad del pueblo se ha impuesto. Se ha producido una victoria contundente del MAS-IPSP.Nuestro movimiento político tendrá la mayoría en las dos cámaras. Hemos vuelto millones, ahora vamos a devolver la dignidad y la libertad al pueblo”.

Con rostro sereno y gran aplomo, el Presidente Arce hizo su discurso con el claro propósito de enviar un mensaje de sensatez y tranquilidad a los bolivianos, tras muchas horas de incertidumbre y once meses de represión, saqueo y pérdida total de las libertades públicas en Bolivia. Anunció su compromiso de trabajar y de llevar adelante su programa, porque “vamos a gobernar para todos los bolivianos y vamos a construir un gobierno de unidad nacional”.

Asimismo prometió que el MAS superará los errores cometidos en los períodos de gobierno del Presidente Morales. “Vamos a trabajar y vamos a reconducir nuestro proceso de cambio sin odio y atendiendo y superando nuestros errores, agregó.

¿Quién es Luis Arce, el futuro mandatario boliviano?

Evo Morales llegó a la presidencia de Bolivia en enero de 2006 y desde entonces llevó adelante varios cambios que transformaron la dinámica económica del país. El resultado fue un crecimiento constante, de un promedio de 4,9% durante los 13 años, que se tradujo en una reducción de la pobreza de 42% y de la indigencia de 60%, según datos de organismos internacionales.

La producción de hidrocarburos se duplicó, pero los ingresos por ese concepto aumentaron casi siete veces en ese período, gracias a la nacionalización de empresas y a las reglamentaciones sobre los recursos naturales. Otros indicadores económicos son positivos: el desempleo se redujo de 7,7% a 4,4% entre 2008 y 2019, y las inversiones no cayeron –la pública aumentó, incluso durante las épocas de crisis económicas–.

Los resultados de la economía se tradujeron en una buena percepción de la situación por parte de los bolivianos, y se considera que es una de las razones por las que Morales lideraba las encuestas previas a las elecciones de noviembre, que finalmente fueron anuladas debido a las protestas que también derivaron en que renunciara al cargo después de que se lo pidieran los jefes de las fuerzas de seguridad.

Varios analistas señalan que el gobierno de Bolivia utilizó adecuadamente un contexto externo favorable para reducir las desigualdades en la sociedad: aumentaron los precios de las materias primas (commodities) y el volumen de recursos naturales con el que cuenta Bolivia –principalmente el petróleo y el gas– pero la clave estuvo en la gestión de esa economía.

Y esa gestión tuvo un nombre: el del ministro Luis Arce, ahora Presidente electo. Arce fue ministro durante todo el gobierno del MAS, excepto por 18 meses entre 2017 y 2019, durante los cuales tuvo un problema de salud. Su salida del cargo coincidió con el fin del contexto externo favorable para la economía. El Estado aumentó sus inversiones y adoptó una serie de medidas que llevaron a que el déficit público superara el 8% del Producto Interno Bruto.

Entre los políticos del MAS de primera línea, Arce nació en La Paz en 1963 y es visto como el artífice de la buena época de la economía de Bolivia, incluso por las clases medias.

Un “Chuquiago Boy”

Hijo de maestros de escuela pública, desde su juventud a Arce le inquietaba que un país con tantos recursos tuviera índices tan altos de pobreza, por lo que optó por estudiar Economía. Se graduó como licenciado en Economía en la Universidad Mayor de San Andrés y tiene una maestría en Ciencias Económicas de la Universidad de Warwick (Inglaterra).

Desde su época de estudiante Arce se definía como socialista, y formó parte del Partido Socialista 1. A fines de la década de 1990 conformó, junto con integrantes del desaparecido partido, un grupo de discusión y análisis para una transformación económica del país. “El primer reto que teníamos era demostrar que nosotros, la izquierda, manejamos la economía mejor que la derecha”, contaba al recordar esa etapa en una entrevista con The Wall Street Journal en 2014.

Después de su época de estudiante, ingresó como funcionario del Banco Central de Bolivia, donde permaneció 19 años, mientras el país era gobernado por partidos de izquierda y de derecha. Esto le ha valido críticas, ya que, según sus propias declaraciones, integró un equipo de trabajo cuyos métodos y objetivos no compartía. Algunas de sus objeciones a las políticas de esos períodos se pueden encontrar en su trabajo final de la maestría, pero no fueron del todo públicas.

Cuando Morales llegó al poder, la permanencia de Arce en el equipo económico se leyó como una señal de continuidad, calmando a quienes temían que el líder cocalero tomara decisiones impulsivas o que consideraban equivocadas. En distintas entrevistas, el ex ministro ha contado algunas anécdotas de momentos en los que Morales quería tomar decisiones que él consiguió moderar, algo que el mandatario también ha reconocido en distintas instancias.

Por ejemplo, en el primer año de gobierno Morales quiso duplicar los sueldos de los funcionarios y expropiar los activos de las empresas de gas extranjeras. En ambas instancias, Arce y otros integrantes del equipo económico lo convencieron de que no eran las mejores medidas en ese momento concreto, porque serían mal interpretadas, y de que era mejor recurrir a decisiones menos polémicas y mantenerlas en el tiempo para lograr los mismos resultados. “Karl Marx dice: para lograr el salto al socialismo hay que desarrollar las fuerzas productivas. Es lo que estamos haciendo”, decía Arce en 2014, en referencia a cómo la opción por el camino largo para llevar a cabo las transformaciones estaba dando resultados.

En el documento oficial en el que se presentaba el Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo, en 2011, explicaba: “Este es un modelo de transición hacia el socialismo, en el cual gradualmente se irán resolviendo muchos problemas sociales y se consolidará la base económica para una adecuada distribución de los excedentes económicos”. “No se puede realizar el tránsito mecánico del capitalismo hacia el socialismo; hay un período intermedio” en el que es necesario “construir una sociedad de tránsito entre el sistema capitalista generando condiciones para una sociedad socialista”, subrayaba.

En un gobierno conformado mayoritariamente por referentes indígenas y sociales, con una importante trayectoria de a pie, Arce representaba a un pequeño grupo de profesionales a los que denominó los “Chuquiago Boys”, término que surge de la deformación del conocido “Chicago Boy” con el nombre aimara para la ciudad de La Paz.