El verdugo que finalmente acabó con la vida de progenitora Managua. Jerson Dumas. Radio La Primerísima

Durante 26 años, Magda de los Ángeles Noguera Vega sufrió en silencio una pesadilla. Su verdugo no era un extraño, sino su propio hijo, Alejandro César Lacayo Noguera, de 44 años cuya violencia y abuso terminaron en un homicidio que conmocionó a muchos. Magda, una mujer de 75 años, perdió la vida el 4 de mayo de 2024, después de soportar décadas de maltrato físico y emocional.

Todo comenzó en 1998, cuando Alejandro, entonces de 18 años, inició su consumo habitual de alcohol.

Bajo la influencia del licor, exigía dinero a sus padres, Magda y Mario Ernesto Lacayo Flores, amenazándolos con violencia si no accedían a sus demandas. El fallecimiento de su padre en octubre de 2019 no detuvo esta conducta; al contrario, dejó a Magda sola frente a un hijo cada vez más agresivo y demandante. A diario, Alejandro regresaba ebrio a la casa que compartía con su madre, exigiendo que le entregara su pensión de viudez. Los insultos y las humillaciones eran constantes: “Bruta”, “loca”, le gritaba, acusándola de no saber administrar el dinero que, según él, le pertenecía.

La Primerísima conoció que el 17 de enero de 2020, Alejandro, furioso porque Magda no había preparado desayuno para unos amigos, la empujó al suelo y destruyó los utensilios de la cocina, gritándole obscenidades. Este fue solo uno de los muchos episodios de violencia que Magda soportó en silencio. Habitualmente llevaba a su casa a prostitutas para consumir licor y droga.

El 8 de septiembre de 2020, Alejandro, en un arranque de ira, arrancó el cable de internet y destrozó los adornos de la sala. Luego, agarró a su madre por los brazos, apretándolos hasta dejarle marcas. Una nieta que presenció el incidente trató de intervenir, pero fue amenazada de muerte por su tío. Magda, aterrorizada, hizo lo que pudo para proteger a su nieta y amenazó con llamar a la Policía.

La situación no mejoró con el tiempo. Alejandro seguía llevando a hombres desconocidos a la casa para beber alcohol, vendiendo los bienes de su madre para comprar más alcohol y droga. Los insultos y las agresiones físicas eran parte de la rutina diaria. En octubre de 2023, Alejandro llegó al extremo de ingresar al cuarto de Magda mientras dormía, manoseándola y robándole el dinero que guardaba debajo de su sostén.

El 18 de abril de 2024, el ciclo de violencia alcanzó su punto más oscuro. Alejandro, borracho como siempre, entró a la casa de su madre, con una arrocera para golpearla. Magda, al percatarse de sus intenciones, intentó escapar, pero el sujeto la golpeó en la cabeza en varias ocasiones con la arrocera y cayó al suelo. Luego derramó alcohol sobre ella y la prendió fuego con un encendedor.

Magda logró apagar el fuego con sus manos y caminar hasta su teléfono para llamar a una sobrina y solicitarle una ambulancia. A los minutos los paramédicos llegaron, fue trasladada al hospital Fernando Vélez Paiz con quemaduras de segundo y tercer grado en el 40% de su cuerpo. Tras varios días de lucha, Magda falleció el 4 de mayo debido a sus heridas.