Exdictador Fujimori niega asistir a nuevo juicio en su contra Lima. Prensa Latina

Un proceso al expresidente peruano Alberto Fujimori por la esterilización forzada de mujeres indígenas y pobres, entrará este martes en su segundo día, en ausencia del acusado, que se niega a comparecer.

Fujimori es el principal encartado del caso, reabierto el año anterior ante presiones de organizaciones de mujeres y de derechos humanos, tras numerosos y cuestionados archivamientos.

Sin embargo, no se presentó a la audiencia en la que un grupo de esterilizadas dieron sus testimonios sobre las operaciones forzadas o no consentidas de un gran número de indígenas, en total unas 272 mil, según cálculo de la Defensoría del Pueblo.

El abogado del exgobernante, César Nakazaki, alegó que su cliente decidió no presentarse porque considera que el caso no está incluido entre los procesos autorizados por la justicia chilena cuando fue extraditado de ese país en septiembre de 2007.

Junto a él, en el actual proceso son acusados sus exministros de Salud Eduardo Young, quien inició el llamado Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar 1996-2000, Marino Costa y Alejandro Aguinaga (su médico de cabecera actual) y los exfuncionarios Ulises Aguilar y Segundo Aliaga.

En la audiencia de ayer, el fiscal Pablo Espinoza acusó a los denunciados como autores mediatos del delito contra el cuerpo, la vida y la salud en las modalidades de lesiones graves y lesiones graves seguidas de muerte, que configuran severas violaciones a los derechos humanos.

Las víctimas, añadió, eran mujeres pobres e indígenas de las regiones andinas y amazónicas y de sectores urbano-marginales de zonas costeras.

Varias de ellas relataron en variedades del idioma quechua cómo fueron esterilizadas contra su voluntad, mientras varios intérpretes traducían los testimonios.

El expresidente (1990-2000) cumple una pena de 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad, sentencia dictada en 2009 pero que se cuenta desde 2006, cuando fue detenido en Chile a su llegada de Japón, a donde se había fugado seis años antes.

Tiene además pendiente otro juicio, autorizado por la justicia chilena, en el que se le acusa de ser autor mediato de una matanza de civiles similar a las dos por las cuales fue condenado en 2009.