Hace 92 años un terremoto dejó en ruinas a Managua Managua. Radio La Primerísima

Hace 92 años un terremoto dejó en ruinas a Managua Managua. Radio La Primerísima

Hoy se cumplen 92 años de aquel violento sismo que dejó en ruinas a la capital. La tragedia ocurrió un Martes Santo a las 10:02 de la mañana en el año de 1931.

El día transcurría con normalidad cuando un fuerte temblor de 6 grados de magnitud, estremeció los cimientos de Managua, causando pánico y descontrol en los capitalinos quienes desesperados corrían de un lado a otro, tratando de entender lo que había pasado.

Se informó que el epicentro del evento telúrico se localizó en el sector de la Penitenciaria Nacional, donde está ubicado el antiguo Estadio Nacional y que actualmente se construye la Plaza Soberanía.

El terremoto causó 1,500 muertos, 2 mil heridos y 45 mil damnificados, así como cuantiosos daños materiales, que se calcularon en 35 millones de dólares.

Estaba iniciando la Semana Santa y las familias planeaban participar en diferentes actividades tanto religiosas como recreativas. Alrededor de 20 manzanas del radio central de Managua ardieron por los materiales inflamables de las boticas y las cocinas de leña.

El incendio se propagó libremente sin que nadie pudiera contrarrestarlo, pues las personas buscaban en los escombros a sus familiares en medio de la niebla oscura y de las intermitentes explosiones. La mayoría de las casas eran hechas de taquezal.

Los que lograron sobrevivir se vieron rodeados de muertos y cubiertos de escombros. Managua se desplomó. El panorama era desolador, incierto para los capitalinos que no podían creer lo que había pasado en un instante.  El terremoto hizo caer importantes edificios como el Palacio de Comunicaciones, los mercados Central y San Miguel, el teatro Variedades, la Casa del Águila, los templos de Candelaria, San Antonio y San Pedro.

Entre los edificios que no se derrumbaron estaba la armazón de hierro de la Antigua Catedral en construcción, la Casa Pellas, el Club Social, el Palacio del Ayuntamiento, el Palacio Nacional y la Casa Presidencial de la Loma de Tiscapa, entre otros.

Lamentablemente el gobierno de ese entonces no contaba con planes de prevención, mitigación y atención ante desastres, por lo que al inicio de la tragedia las autoridades no sabían con claridad que hacer, mientras la población se sumergía en medio del dolor, la tristeza y la desesperanza.