Irán elige Presidente Teherán. Hispan TV / RT en inglés

Irán elige Presidente Teherán. Hispan TV / RT en inglés

Irán celebra este viernes elecciones presidenciales tras la trágica muerte del anterior presidente del país, Ebrahim Raisi, en un accidente aéreo el 19 de mayo. Se esperan los resultados finales el lunes, aunque es probable que los recuentos en circunscripciones más pequeñas se conozcan antes.

En medio de una gran afluencia de votantes la votación se ha prolongado dos horas, informó un portavoz de la Comisión Electoral del Ministerio del Interior iraní.

Por orden del ministro del Interior de Irán, Ahmad Vahidi, se han abierto los centros de votación en las ciudades y los pueblos de todo el país a las 08:00, hora local, de este viernes, 28 de junio. Dichas instalaciones cerrarán a las 18:00, hora local, y el plazo de votación puede extenderse, de ser necesario.

En total se han instado 59 000 mesas electorales en la República Islámica y en más de 95 países. Más de 61 millones de iraníes están habilitados a votar tanto dentro, como fuera del país en las elecciones presidenciales número 14 desde 1979.

El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha sido uno de los primeros electores en ejercer su derecho al voto, y ha llamado al pueblo a “tomar en serio” la votación, diciendo que la alta participación popular es una necesidad urgente para la República Islámica.

Renuncian dos de los seis candidatos

En las últimas horas se han producido dos abandonos en el campo conservador. El actual alcalde de Teherán, Alireza Zakani, decidió retirarse de la campaña electoral. En un comunicado publicado en la red social X, pidió a Yalili y Qalibaf que llegaran a un acuerdo para “evitar un tercer mandato de Rohani”, refiriéndose a Pezeshkian y al movimiento reformista.

Horas antes, Qazizade Hashemi también se retiró de la contienda electoral, justificando su decisión de apoyar al “frente revolucionario” contra el candidato reformista.

Tras la retirada de Alireza Zakani y Mohsen Qazizade Hashemi de la carrera electoral, se quedan cuatro candidatos, a saber, el reformista pro occidental Masud Pezeshkian, y los conservadores principistas Mohamad Baqer Qalibaf, Said Yalili y Mostafa Purmohamadi, que competirán por el cargo.

A pesar de las dos retiradas, varios analistas cercanos al campo principista consideran muy posible una victoria de Pezeshkian debido a que Qalibaf y Yalili se presentan por separado. Recientemente, hubo una reunión entre representantes de ambas campañas en la ciudad de Mashad, pero no se logró ningún resultado satisfactorio. Desde ambas partes se ha asegurado que los dos candidatos seguirán en la contienda hasta el día de las elecciones, lo que descarta la posibilidad de un candidato único del “frente revolucionario”.

Una de las principales preocupaciones para los votantes es la economía, por lo que entender las diferencias programáticas entre los tres principales candidatos es fundamental para comprender cómo pueden votar los electores iraníes.

Para Qalibaf, la economía debe basarse en principios fundamentales como la transparencia y políticas populares. Específicamente, Qalibaf y su equipo económico proponen contener la inflación mediante la producción e implementación de presupuestos equilibrados y mejorar las disparidades en el sector financiero al dar mayor autonomía al banco central. Además, se busca desbloquear el potencial de la inversión nacional reduciendo las complejidades burocráticas.

Respecto al tema de las sanciones, Qalibaf ha expresado su deseo de implementar una diplomacia “paso a paso”, buscando aliviar o eliminar las sanciones de manera gradual y no de forma abrupta.

Por su parte, Saeed Yalili es considerado por muchos economistas como el candidato que, de ser elegido, es más probable que continúe la línea del gobierno saliente.

En términos específicos, Yalili y su equipo económico han enfatizado la necesidad de fortalecer el valor de la moneda nacional, introducir un impuesto sobre la riqueza y reformar las políticas fiscales para alcanzar la justicia social. Además, se comprometen a abordar los problemas de vivienda mediante la regulación de la propiedad exclusiva de tierras.

La importancia del líder supremo

Por último, el candidato reformista y su equipo han centrado su agenda económica en varias cuestiones clave: la implementación de un plan significativo para contener la inflación y mejorar el poder adquisitivo, la atención prioritaria a la justicia social, la eliminación de las “políticas intervencionistas del estado”, y la atracción de inversión extranjera mediante la reducción de tensiones en las relaciones internacionales.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, deposita su voto en las elecciones presidenciales, viernes 28 de junio de 2024

También es crucial destacar la importancia de la participación en las elecciones. En este sentido, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, hizo un llamamiento a una “alta participación” en las elecciones presidenciales del viernes para suceder a Ebrahim Raisi, quien falleció el mes pasado en un accidente de helicóptero.

“Subrayamos la importancia de una alta participación en las elecciones, ya que es un orgullo para la república islámica”, declaró Jamenei en un discurso televisado tres días antes de la votación. “En cada elección donde la participación ha sido baja, los enemigos de la república islámica nos han criticado”, añadió.

En ese mismo discurso, el Líder Supremo criticó a “ciertos políticos iraníes” por creer que “todos los caminos hacia el progreso pasan por Estados Unidos”.

Aunque el discurso no mencionaba nombres específicos, varios periodistas han interpretado las palabras de Jamenei como una crítica hacia aquellos que abogan por un acercamiento político que podría implicar renunciar a los principios ideológicos fundamentales de la República Islámica.

Varios analistas políticos iraníes sugieren que las declaraciones del Líder Supremo estaban dirigidas hacia Mohamad Yavad Zarif, exministro de Asuntos Exteriores del gobierno reformista de Hasan Rohani y que actualmente desempeña un papel destacado en la campaña de Pezeshkian.

Más de 500 periodistas de 31 países cubrirán el proceso electoral en todo Irán.

El conteo de los votos se iniciará una vez cerrados los colegios electorales y los resultados preliminares se anunciarán antes del mediodía del sábado, según anunció el jueves el presidente del órgano electoral de Irán, Seyed Mohamad Taqi Shahcheraqi.

Las elecciones anticipadas fueron convocadas tras el trágico martirio del presidente Seyed Ebrahim Raisi, quien perdió la vida en un accidente de helicóptero junto con el ministro de Asuntos Exteriores Hosein Amir Abdolahian y otros seis acompañantes el 19 de mayo.

Electores depositan su voto en un centro electoral abierto para las elecciones presidenciales en Teherán, el viernes 28 de junio de 2024.

Disputa entre principistas y prooccidental

Por Abbas Juma, RT en inglés. Periodista especializado en Oriente Próximo y África.

Algunos creen que el presidente no tiene ningún poder real en la República Islámica, pero esto no es cierto. El presidente iraní no tiene gran influencia en cuestiones globales como la política exterior del país, la estrategia de seguridad nacional o el programa nuclear. Sin embargo, determina en gran medida la política interior de Irán. Nombra al Consejo de Ministros y a los jefes de las principales instituciones del Estado, y esto afecta directamente a la vida del pueblo iraní.

El presidente también es responsable de resolver los problemas económicos. De hecho, la resolución de los problemas económicos causados por las sanciones contra Irán será una medida del éxito de la nueva administración.

Por ejemplo, el ex presidente Raisi llegó al poder con el trasfondo del fracaso económico de su predecesor, el reformista Hassan Rouhani, y el colapso del acuerdo nuclear. El resultado de los dos mandatos de Rouhani fue un fracaso en todos los sentidos: el país logró un crecimiento económico nulo y se enfrentó a una inflación récord (la más alta en 60 años), un aumento del 700% del tipo de cambio del dólar, la mayor brecha social en diez años y la mayor caída de la bolsa en medio siglo.

Los candidatos y las reglas

Tres de los candidatos que quedan en la competencia representan al bando principista, siendo el candidato más popular el actual Presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Ghalibaf.

También hay un candidato reformista, Masoud Pezeshkian. Se trata de una decisión interesante, ya que en los últimos años se ha marginado el papel de los reformistas debido a sus fracasos a la hora de gobernar el país. Sin embargo, Pezeshkian contrató al ex ministro de Asuntos Exteriores Mohammad Javad Zarif como su principal asesor de seguridad nacional. Muchos expertos interpretaron esto como una señal de que, si Pezeshkian gana, tomará un rumbo hacia la mejora de las relaciones con Occidente para levantar algunas de las sanciones y mejorar la economía de Irán.

No obstante, esta retórica no es muy popular actualmente en Irán. El plan de Ghalibaf es mucho más claro. Por cierto, no es un representante de las fuerzas ultrarreligiosas y se autodenomina neoconservador. Las opiniones moderadas de Ghalibaf y su amplia experiencia como alcalde de Teherán le dan una importante ventaja como candidato. Además, Ghalibaf mantiene amplios vínculos con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), lo que indica que no tiene contradicciones importantes con las principales instituciones de seguridad nacional de Irán.

Según la Constitución iraní, para ganar las elecciones, un candidato debe asegurarse la mayoría simple. Si nadie consigue este resultado, el próximo viernes se celebrará una segunda vuelta entre los dos candidatos que obtengan más votos.

No son unas elecciones ordinarias

“Las actuales elecciones se celebrarán un año antes de lo estipulado por la ley. Debido a las circunstancias extraordinarias del país, los enemigos de Irán esperaban disturbios en el país. Sin embargo, todo se está desarrollando según el calendario habitual”, declaró Abbas Mirzaei Ghazi, representante del Centro Ruso-Iraní de Cooperación Económica y Jurídica.

Ghazi dirigió la sede de la campaña de Ghalibaf en Moscú durante el periodo preelectoral. “Las elecciones actuales tienen otra característica especial. Se celebran 50 días después de la muerte del [anterior] presidente (según el artículo 131 de la Constitución del país). Esto significa que los candidatos tuvieron muy poco tiempo para presentar su plan cuatrienal a los votantes. Tuvieron menos de dos semanas para ganarse la confianza del público”.

Los observadores prestan especial atención a la participación electoral en las elecciones iraníes. ¿Cree que esta vez la participación será alta? Algunas fuentes predicen que puede ser bastante baja.

Abbas Mirzaeli Ghazi: Debemos ser realistas e ignorar la propaganda de los medios de comunicación occidentales. Teniendo en cuenta que a las elecciones se presentan candidatos tanto del campo conservador como del reformista, prometen ser interesantes. Preveo que la participación electoral en esta ronda [de las elecciones] será superior al 49%.

Ghalibaf, a cuyo equipo usted representa, ha señalado a menudo que continuará la política del anterior presidente. ¿A qué se refiere?

Abbas Mirzaeli Ghazi: A la expansión de las relaciones [de Irán] con los países vecinos. Esta política comenzó bajo la administración de Raisi, y la administración del Dr. Ghalibaf está decidida a continuar por este camino. Ghalibaf afirmó que Irán posee la “llave de oro” para las relaciones con países como Rusia, China, India, Pakistán y, por supuesto, Asia Central. El gobierno de Ghalibaf nunca seguirá un rumbo geopolítico pasivo.

El candidato principìsta Mohammad Bagher Ghalibaf deposita su voto en las elecciones presidenciales de Irán, el viernes 28 de junio de 2024

Cuestiones económicas

En los debates presidenciales se mencionó el crecimiento económico como objetivo prioritario. ¿Cree que el nuevo presidente será capaz de lograrlo? ¿Y cuáles son los principales retos a este respecto?

Abbas Mirzaeli Ghazi: Creo que el punto clave es formar un gobierno en el que confíen los ciudadanos. Los iraníes deben tener confianza en el futuro; sin ella, no puede haber crecimiento económico.

¿Cree usted que los trabajos para concluir un acuerdo de cooperación global entre Rusia e Irán continuarán después de las elecciones?

Abbas Mirzaeli Ghazi: Por supuesto. Al igual que la macropolítica de la Federación Rusa la determina Vladímir Putin y luego la aplica el Gobierno, en la República Islámica de Irán, la macropolítica la determina el Líder Supremo y se entrega al Gobierno de la República Islámica de Irán para su aplicación.

Como señaló el ayatolá Jamenei, el acuerdo será concluido y aplicado por el futuro gobierno de la República Islámica de Irán. La firma del acuerdo global de cooperación entre Rusia e Irán tendrá lugar en breve.

Conclusiones: Principales desafíos

¿A qué retos se enfrentará el nuevo presidente? ¿Cómo serán sus primeros pasos?

Abbas Mirzaeli Ghazi: Los mayores problemas son el desequilibrio económico y la inflación. En este contexto, la cuestión energética es importante. En los últimos años, la tasa de crecimiento del consumo energético del país ha superado todas las normas internacionales. Por término medio, nuestro consumo de energía creció entre un 6% y un 6,5% anual, pero nuestra producción de petróleo se mantuvo estable y disminuyó tras las sanciones. En el sector del gas, aunque la producción aumentó, ya ha alcanzado su punto máximo.

Esto significa que el consumo crece, mientras que la producción se ha estancado. En esta situación, las inversiones en yacimientos de petróleo y gas están en su punto más bajo y su rápida disminución es muy alarmante, por lo que el capital fijo de nuestro sector del petróleo y el gas disminuyó un 30%. En cuanto a fuentes de energía como la gasolina y el gasóleo, sobre los que tenemos grandes restricciones, el consumo ha pasado del 6% al 14%. Esto significa que, en cinco o seis años, esta cifra se duplicará. En los próximos años, nos enfrentaremos a grandes problemas en el sector energético.

El segundo problema se refiere a los recursos naturales. Las reservas de agua subterránea del país se están agotando y no se repondrán. Los expertos advierten de la amenaza de escasez de agua y de una posible crisis hídrica, que puede provocar hundimientos de tierras, desertificación y tormentas de polvo.

Naturalmente, las primeras medidas [del presidente] deben dirigirse a resolver estos dos problemas.

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