Juzgan en Costa Rica a cura desalmado San José. Diario crhoy.com

La Fiscalía de Costa Rica acusó formalmente a un sacerdote que en junio de 2019 abandonó a su sobrino, un niño de 6 años, en el desierto de Arizona.

La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes ya presentó la acusación contra el imputado Hugo Brenes Villalobos. Además, señaló que el Patronato Nacional de la Infancia (Pani) también presentó una querella por este caso que será presentado al Juzgado Penal. Aquí se realizaría una audiencia preliminar que dirá si el caso va a juicio o no.

En la actualidad, el hombre se mantiene sin ninguna medida cautelar y anteriormente dijo que su inocencia se demostrará en las instancias judiciales. La Diócesis de Tilarán-Liberia, separó al sacerdote Hugo Brenes Villalobos en noviembre de 2019, poco después que el cura fuera detenido.

“De momento, el sospechoso no se encuentra cumplimiento medidas cautelares, ya que la Fiscalía analizó el caso particular y valoró una serie de elementos, entre ellos, que el imputado cumple con los arraigos procesales”, señaló el Ministerio Público.

El caso se remonta a junio de 2019, cuando la Patrulla Fronteriza de la estación Ajo de Estados Unidos anunció el rescate de un niño costarricense que fue abandonado en una carretera al oeste de Lukeville, Arizona.

Según la investigación, el sacerdote y tío del niño lo trasladó vía aérea de Costa Rica a Ciudad de México y, desde ahí se movieron a la frontera, donde el menor apareció solo con una nota que decía “voy en busca de mi mamá” y un número de teléfono anotado.

El menor fue hallado con una botella de gaseosa, un bulto de mano y un maletín en su espalda, mientras el cura regresó a Costa Rica 24 horas después de abandonar a su sobrino. La zona es catalogada como una de las más peligrosas para los inmigrantes que intentan llegar a EEUU de manera ilegal, pues presenta un terreno remoto, duro y un clima impredecible.

El menor fue rescatado por las autoridades migratorias estadounidenses en la carretera paralela al desierto de Arizona. Las temperaturas excedían los 37º grados centígrados. Al ser detenido, el menor dijo que “un tío” lo dejó ahí y le solicitó continuar el trayecto solo, pues alguien más lo recogería para ponerlo en contacto con su madre en Estados Unidos, señalaron las autoridades norteamericanas en un boletín de prensa.

Los oficiales expresaron, el 20 de junio de 2019, que el niño fue hallado en buenas condiciones de salud y fue trasladado hasta un centro en la zona de Tucson. Inclusive la Patrulla Fronteriza advirtió que la zona es sumamente peligrosa y fue descrita como “un entorno despiadado”.

La detención

El 6 de noviembre de 2019, la Policía Profesional de Migración anunció la captura del sacerdote Brenes, quien días después fue separado de su cargo para que enfrentara el proceso judicial.

El sacerdote fue capturado, en vía pública, en Sardinal de Guanacaste y se le investigó por los presuntos delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz.

“De acuerdo con la investigación, el imputado realizó las coordinaciones para trasladar a la víctima a México y luego llevarlo hasta Estados Unidos, donde se encontraba su madre”, expresó la Fiscalía.

Tras ser rescatado, el menor fue remitido a un refugio para migrantes en Nueva York. Ahí permaneció durante 2 meses, mientras se cumplían los trámites para entregarlo a sus familiares. Con la intermediación del consulado de Costa Rica en EEUU, se contactó a la familia del menor para entregarle al niño, quien estuvo 2 meses en el refugio.

El 7 de noviembre de 2019, la Diócesis de Tilarán-Liberia separó al sacerdote Hugo Brenes Villalobos, para que le haga frente a la investigación por el presunto abandono de un niño de 6 años en el desierto de Arizona, en la frontera entre México y Estados Unidos, en junio del 2018.

Mediante una carta dirigida a la comunidad católica, Monseñor Manuel Eugenio Salzar, explicó que con “el fin de asegurar el esclarecimiento de la verdad, he decidido remover al padre Hugo Brenes de sus ocupaciones como párroco de la comunidad, a fin de que pueda tener toda la disponibilidad para hacer frente al proceso investigador que se le sigue”.