Los británicos planificaron con Israel el genocidio en Palestina Londres. Por Mark Curtis (*), declassifieduk.org

Los británicos planificaron con Israel el genocidio en Palestina Londres. Por Mark Curtis (*), declassifieduk.org

Algunos antecedentes

La Declaración Balfour (2 de noviembre de 1917) fue una manifestación formal pública del gobierno británico, el imperio dominante en la época, durante la Primera Guerra Mundial, para anunciar su apoyo al establecimiento de un «hogar nacional» para el pueblo judío en la región de Palestina, que en ese entonces formaba parte del Imperio otomano, según la visión del movimiento sionista que ya tenía poderosos intereses financieros e influencia política en Reino Unido, Francia y otras potencias europeas.

Desde el siglo 19, el Imperio británico había encontrado en la población judía de Oriente Próximo una esfera de influencia para defender sus intereses en la región y proteger la comunicación con sus colonias en Asia a través del canal de Suez. Así, mientras Francia tejía lazos con las comunidades católicas y Rusia con las ortodoxas, el Reino Unido fomentó la emigración judía a Palestina, controlada aún por el Imperio otomano.

Los británicos ya negociaban al inicio del siglo XX con líderes del sionismo, un movimiento político que buscaba establecer un Estado judío. Incluso les ofrecieron parte del África Oriental Británica, pero la Organización Sionista Mundial lo rechazó en 1905, ya que defendía su ubicación en Palestina. Las conversaciones se estancaron en 1906 con la derrota electoral del conservador Arthur Balfour, pero la rivalidad contra los otomanos en la Primera Guerra Mundial abrió otra oportunidad para los sionistas británicos.

El Gobierno británico había prometido en 1915 reconocer la independencia árabe a cambio de una revuelta contra el Imperio otomano, pero al año siguiente pactó en secreto el acuerdo Sykes-Picot para repartirse el territorio con Francia. Por tanto, debía destruir el Imperio otomano. Consciente de que había población judía por el mundo, el Gobierno británico también empezó a negociar con los líderes sionistas para decantarlos a favor del bando aliado. Como la guerra se había estancado, la comunidad judía estadounidense podía ser decisiva para la entrada de su país.

El cambio de Gobierno en 1916, con Balfour como ministro de Exteriores, impulsó la relación hasta culminar el 2 de noviembre de 1917 en la Declaración Balfour.

Finales de los años 10 del siglo 20: ellos son los auténticos fundadores del estado sionista

Ya avanzado 1917, los Aliados publicaron su apoyo al proyecto sionista. Francia fue la precursora al enviar en junio la Carta de Cambon, lo que animó al Gobierno británico a enviar el 2 de noviembre una carta firmada por Arthur Balfour al líder sionista Lionel Walter Rothschild. Con todo, aunque la posición británica era clara, el contenido de la carta era impreciso, pues Londres prefería esperar al fin de la guerra para definir sus posturas hacia la región. Por ejemplo, hablaba de “hogar nacional”, no de “Estado” judío.

La Declaración fue incluida en una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores británico Arthur James Balfour y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, banquero y jefe de la comunidad sionista en Gran Bretaña, para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. El texto fue publicado en la prensa el 9 de noviembre de 1917.

Textualmente, dice: “El Gobierno de Su Majestad contempla con beneplácito el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político de los judíos en cualquier otro país”.

Fue el primer apoyo público al sionismo por parte de una potencia mundial. El término «hogar nacional» no tenía precedentes en el derecho internacional, y era intencionalmente confuso en cuanto a si estaba contemplado un Estado judío. Los límites previstos de Palestina no fueron especificados. Además, hizo una excepción al derecho universal de la autodeterminación: excluyó deliberadamente a los árabes palestinos que formaban parte de la gran mayoría de la población local; hecho reconocido por el Gobierno británico en 2017.

En la imagen, David Ben-Gurion, el jefe sionista que fue el primer gobernante de Israel, en los muelles de Haifa para ver partir a las últimas tropas británicas en 1948. Gurion y los ingleses asesinaron a miles, expulsaron a centenares de miles de familias palestinas de sus tierras y viviendas, desparecieron 700 aldeas, pueblos y ciudades de Palestina para fundar el estado sionista. Es lo que el pueblo conoce como “Nakba”, que significa en árabe, Catástrofe. Las armas que llevan los soldados del naciente ejército sionista, fueron suministradas por Reino Unido.

Sobre la Web y el autor del artículo

Según sus responsables, Declassified UK es la principal organización mediática que desvela el papel del Reino Unido en el mundo. Investiga a las agencias militares y de inteligencia británicas, sus empresas más poderosas y su impacto en los derechos humanos y el medio ambiente. Relata la huella global del Reino Unido. Es independiente, depende del público y de fideicomisos y fundaciones para su financiación, y no está en deuda con nadie. En su página Web afirman: “Nuestro periodismo informa a los ciudadanos británicos de lo que se hace en su nombre y desafía a la clase dirigente en interés del público, penetrando en el Estado secreto británico. Con la confianza en los periodistas en mínimos históricos, y en una era de noticias falsas, nuestro enfoque es riguroso y se basa en pruebas. Somos especialistas en los temas sobre los que escribimos: nuestro personal ha publicado seis libros sobre la política exterior británica.

Mark Curtis es el editor de Declassified UK. Es autor de cinco libros sobre la política exterior británica, entre ellos Web of Deceit: Britain’s Real Role in the World (Red de engaños: el verdadero papel de Gran Bretaña en el mundo), Unpeople: Britain’s Secret Human Rights Abuses (Despoblados: Abusos secretos de los derechos humanos en Gran Bretaña) y, más recientemente, Secret Affairs: Britain’s Collusion with Radical Islam (Asuntos secretos: La connivencia de Gran Bretaña con el islam radical). Estos libros, que se han basado en los documentos británicos desclasificados, han sido ampliamente aclamados por desvelar numerosos episodios ocultos de la política exterior británica posterior a 1945 y por reescribir la verdadera historia del papel de Gran Bretaña en el mundo en este periodo.

El Primer Ministro británico, Rishi Sunak, se reunió con el jefe sionista Benjamin Netanyahu pocos días después de la firma de la Hoja de Ruta.

Aliados naturales, consanguíneos

Por Mark Curtis (*), declassifieduk.org

“La relación bilateral nunca ha sido tan fuerte”, comenzaba una histórica “Hoja de Ruta” firmada por Gran Bretaña e Israel en marzo del año pasado. El acuerdo comprometía a ambos Estados a “hacer frente a las amenazas compartidas” en el marco de una “estrecha asociación estratégica, con una amplia cooperación en materia de defensa y seguridad”.

Londres y Tel Aviv también se comprometieron a “tomar medidas decisivas y concertadas contra los terroristas y entidades terroristas designados a nivel mundial”, en alusión a Hamas y Hezbolá. Esto formaba parte de “una relación de defensa sólida y en evolución” que “consagra la formación y los ejercicios conjuntos en curso que seguirán beneficiando a ambos países mediante el fortalecimiento de los lazos militares”.

En tan sólo siete meses, la Hoja de Ruta se estaba poniendo decididamente en práctica. Declassified ha documentado una serie de ayudas militares del Reino Unido a Israel durante su invasión de Gaza. Desde que comenzó la embestida, la Royal Air Force (RAF, Fuera Aérea Real) ha sobrevolado Gaza en docenas de misiones de espionaje y al menos seis militares israelíes han recibido formación en el Reino Unido. Nueve aviones militares israelíes han visitado Israel, y el gobierno británico se niega a decir qué hay a bordo.

Declassified también ha descubierto que el ejército de EEUU ha estado suministrando armas a Israel utilizando la base del Reino Unido en Chipre.

Nada de esto ha preocupado a los medios de comunicación nacionales del Reino Unido. Pero todo ello es coherente con las promesas contenidas en la Hoja de Ruta.

En este mes de abril, la RAF incluso voló en defensa de Israel derribando drones de Irán, lanzados en represalia por el ataque ilegal de Israel contra el consulado iraní en Damasco (Siria). En una sección separada sobre Irán, la Hoja de Ruta afirma que “trabajamos estrechamente para contrarrestar la actual amenaza de Irán” y que “trataremos de contrarrestar la actividad regional desestabilizadora de Irán”.

Así quedó el consulado de Irán en Damasco, después del ilegal bombardeo de Israel, gracias a la colaboración de los servicios secretos de Reino Unido

“Trabajaremos para garantizar que Irán nunca tenga capacidad para fabricar armas nucleares”, añade el acuerdo entre las dos potencias nucleares.

Proteger a Israel en todo el mundo

La Hoja de Ruta 2023 va mucho más allá de un memorando de entendimiento previo entre el Reino Unido e Israel firmado en 2021.

Afirma explícitamente que los dos países son “aliados naturales”, ignorando el estatus de paria de Israel entre gran parte del resto del mundo debido a su ocupación ilegal de Cisjordania y a su sistema de “apartheid” que discrimina a los palestinos.

En particular, la Hoja de Ruta contiene una sección titulada “Antisemitismo, deslegitimación y prejuicios contra Israel” cuya redacción profetiza directamente las extraordinarias apologías británicas de las atrocidades cometidas por Israel en Gaza en los foros internacionales.

Pide “abordar la desproporcionada atención que se presta a Israel en la ONU y otros organismos internacionales, incluidos los intentos de deslegitimarlo o negar su derecho a la autodefensa. Todos los Estados tienen el deber de cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional, pero el escrutinio debe ser mesurado, imparcial y proporcionado”.

Desde los ataques de Israel, los ministros británicos han puesto esto en práctica a fondo. Se han disculpado sistemáticamente por las atrocidades cometidas por Israel en nombre de la “legítima defensa” y se han negado en repetidas ocasiones a condenar las violaciones del derecho internacional cometidas por Israel.

La Hoja de Ruta también pedía “reforzar la cooperación y la coordinación en la ONU y otros foros multilaterales, de acuerdo con los intereses y prioridades nacionales, y avanzar en la alineación entre Israel y el Reino Unido en los principales desafíos globales”.

En línea con este compromiso, el Reino Unido ha defendido en repetidas ocasiones a Israel de la censura internacional sobre Gaza en la ONU, votando repetidamente en contra o absteniéndose en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigían un alto el fuego.

El ministro de Justicia de Sudáfrica, Ronald Lamola (izquierda), y el embajador sudafricano en los Países Bajos (Holanda), Vusimuzi Madonsela, en la Corte Internacional de Justicia a principios de enero pasado, cuando presentaron la demanda contra Israel por genocidio.

Tribunal de Justicia

Otra sección de la Hoja de Ruta promete protección británica para Israel en organismos jurídicos internacionales como la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

En referencia a un caso anterior relativo a Cisjordania, afirmaba: “El Reino Unido e Israel creen que la última remisión de la CIJ sobre el conflicto israelo-palestino representa un recurso inapropiado al mecanismo de Opinión Consultiva, ya que socava los esfuerzos por alcanzar un acuerdo mediante negociaciones directas entre las partes”.

Los ministros británicos emplearían una redacción similar para socavar el caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel en la CIJ, que comenzó en enero.

El subsecretario de Asuntos Exteriores, Andrew Mitchell, principal apologista británico de los crímenes israelíes, ha declarado que “la decisión de Sudáfrica de presentar el caso fue errónea y provocadora”, tachando la acusación de genocidio contra Israel de “espantosa”.

Acuerdo secreto

También está el acuerdo militar secreto firmado entre el Reino Unido e Israel en diciembre de 2020. Declassified descubrió la existencia de este acuerdo a partir de un tuit de las Fuerzas de Defensa de Israel. El gobierno británico nunca lo hizo público. Posteriormente, los ministros se han negado a hacer público el acuerdo “por razones de seguridad nacional”.

El ministro de Defensa, James Heappey, declaró ante el Parlamento que “el acuerdo es una pieza importante de la diplomacia de defensa que formaliza y profundiza la cooperación”, pero sólo ha dado un somero resumen de su contenido en respuesta a una pregunta parlamentaria.

¿A qué compromete militarmente el acuerdo al Reino Unido? ¿Está poniendo en práctica el Reino Unido esos compromisos ahora, sobre Gaza? Si es tan inocuo, ¿por qué el gobierno lo mantiene en secreto?

Por lo que sabe Declassified, este acuerdo sólo se ha mencionado una vez en todos los principales medios de comunicación británicos.

Ben Wallace, el secretario de Defensa que firmó el acuerdo secreto con Israel en 2020, acusó el pasado diciembre a su aliado de embarcarse en una “furia asesina” en Gaza, añadiendo que sus ataques contra Hamas eran “crudos e indiscriminados”.

Cuando nuestro reportero jefe le preguntó en Twitter si su acuerdo secreto convertía a Gran Bretaña en cómplice de la matanza, respondió: “Obviamente no lo hace”.

De hecho, Gran Bretaña lleva mucho tiempo proporcionando a Israel apoyo para operaciones de combate contra palestinos, pero esto, una vez más, no ha sido advertido por toda la prensa nacional británica.