¿Qué está pasando en Gabón y por qué? Libreville. Agencias.
La Comisión para la Transición y el Restablecimiento de las Instituciones (CTRI) de Gabón ha anunciado el nombramiento del Comandante de la Guardia Republicana, Brice Oliguyi Nguema, como su jefe.
El general Nguema, jefe de la Guardia Republicana de élite de Gabón –la unidad encargada de la seguridad del presidente– es una figura influyente en el país y se cree que está relacionado con el presidente depuesto y, lo que es más importante, con Estados Unidos.
“El presidente de la transición insiste en la necesidad de mantener la calma y la serenidad en nuestro hermoso país. En los albores de una nueva era, garantizaremos la paz, la estabilidad y la dignidad de nuestro querido Gabón”, declaró el portavoz militar.
También los golpistas dijeron que habría toque de queda de 6 de la tarde a 6 de la mañana.
Resulta interesante que, en comparación con el caso de Níger, no haya ninguna condena del golpe en todo Occidente. Ni sanciones inmediatas, ni amenazas. Esto no hace sino confirmar las insinuaciones de que se trata de un golpe proestadounidense.
¿Golpe familiar en palacio?
La mañana del miércoles, su nombre era coreado por los Guardias inmediatamente después del éxito del golpe, y desde la tarde del mismo día un desconocido en uniforme se convierte en el líder de un país miembro de la OPEP+ que produce unos 15.000 barriles de petróleo diarios.
Existe la versión de que lo que estamos presenciando es un golpe de palacio, reporta “Young Africa” un servicio de noticias generalmente bien informado.
Para empezar, afirma el medio, Brice Oliguyi Nguema procede de la provincia de Alto Ogue, la cuna de los bongos. Debe su carrera al general Andre Oyini, que en realidad fue ayudante de campo del difunto Omar Bongo.
En las filas del “Comité para la Transición y el Restablecimiento de las Instituciones” (CTRI) también se ha visto a Aimé–Vivian Oyini, hijo del difunto general André Oyini, que ahora ejerce como Jefe del Estado Mayor del Ejército Republicano.
Llega un momento de enfriamiento de las relaciones entre Oyini hijo con el sucesor de Omar Bongo, su hijo, Ali Bongo. Este periodo coincide con la labor diplomática de Nguema en el extranjero, cuando fue enviado como diplomático a Argelia.
Consigue regresar en 2019, por iniciativa de Brice Lakkrush Alihangi, a quien conocía desde la infancia y que era entonces jefe de gabinete de Ali Bongo.
“Young Africa” asegura que todos ellos, Brice Oliguyi Nguema, Eme–Vivian Oyini y Brice Lakkrush Alihangi, son a su vez cercanos a Noureddine Bongo–Valentine y a la primera esposa de Alí Bongo, Sylvia Bongo. Se trata de la revolución palaciega de una rama de la familia contra la otra, concluye el servicio informativo africano.
EEUU, Francia y el golpe militar en Gabón
El bloguero ruso conocido por las iniciales Rybar, difundió el miércoles que según sus fuentes en Francia, el gobierno de la V República está perplejo ante la situación en Gabón. El hecho es que el líder del golpe y jefe a tiempo parcial de la Guardia Republicana, Brice Oligui Nguema, es una criatura de Estados Unidos.
Las autoridades de Estados Unidos han estado apoyando a Nguema durante varios años, preparándole para las próximas elecciones, en las que se suponía que iba a ganar y tomar el relevo de Ali Bongo.
Y no es que este apoyo estuviera muy oculto. Por ejemplo, hace tres años se filtraron a la red detalles sobre la propiedad del general de tres casas en Estados Unidos, compradas con dinero en efectivo en el estado de Maryland.
Según la Web gabonreview.com, “a diferencia de sus primos de la familia Bongo, que poseen suntuosas mansiones en Washington o Florida, el coronel Brice Clotaire Oligui Nguema ha optado por comprar sus casas fuera de la capital estadounidense. Posee tres de ellas en «barrios de clase media y trabajadora de los suburbios de Hyattsville y Silver Spring, en Maryland», según la investigación publicada el lunes 23 de noviembre por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP).
Agrega: “Según el grupo de periodistas de investigación, estas propiedades se compraron al contado, sin hipoteca, por un importe total de más de un millón de dólares. Sólo la propiedad de Silver Spring, la tercera localidad más poblada de Maryland, habría costado 447,000 dólares. El jefe de la Guardia Republicana (GR) la habría adquirido dos años antes de su nombramiento para el cargo”.
“Sin embargo, la investigación indica que fue en 2015 cuando el coronel Brice Clotaire Oligui Nguema compró su primera casa en Estados Unidos. Esto despierta sospechas. Al parecer, cuando se le preguntó por sus adquisiciones, el primo de Ali Bongo se negó a responder a las preguntas de nuestros periodistas. Para él, “una vida privada es una vida privada que [debe ser] respetada”, ya sea en Francia o en Estados Unidos”.
Entonces, pregunta el bloguero ruso Rybar, ¿por qué un general proamericano derrocó a un presidente pro francés?
La agencia de inteligencia francesa DGSE lo explica por el hecho de que los norteamericanos consideran que las autoridades francesas ya no son capaces de proteger eficazmente los intereses del Occidente colectivo, incluido Estados Unidos, en el territorio bajo su control. Por ello, la Casa Blanca ha decidido tomar cartas en el asunto y arrebatar la iniciativa a los franceses.
A pesar de que la oficina de Macron vuelve a criticar a la DGSE por saltarse la preparación de otro golpe contra el presidente Bongo (que públicamente se posicionó como amigo de Macron), es poco probable que las autoridades francesas apuesten por una escalada en las relaciones con EEUU sobre Gabón.
Al menos por ahora, la inteligencia francesa sólo ha recibido el encargo de ocuparse del traslado de Ali Bongo y su familia a una prisión en Marruecos, y su posterior liberación, después de que el presidente sea condenado en Gabón.
En el contexto de esta incursión estadounidense en activos franceses, también es curioso que los ciudadanos franceses que trabajan en Gabón ya hayan empezado a evacuarse, y algunas empresas hayan anunciado la suspensión de sus operaciones, lo que no ocurrió, por ejemplo, en Níger pues allí la empresa de uranio Orano sigue operando.
Cae otro aliado de Francia
(Con información de The Wall Street Journal y agencias)
Las imágenes son ya familiares. Oficiales del Ejército con uniformes pintos aparecen en la televisión estatal declarando que han derrocado al presidente del país. Multitudes salen a las calles para apoyar a los golpistas. Los gobiernos occidentales denuncian la toma del poder por los militares e instan, sin éxito, a la liberación del presidente.
El miércoles le tocó el turno a Gabón, antaño uno de los aliados más estrechos de Francia en África y la sexta antigua colonia francesa y aliado militar de Occidente en el continente que sufre un golpe de Estado en los últimos tres años. El anuncio de los oficiales gaboneses se produjo cinco semanas después de la destitución del líder de Níger, Mohamed Bazoum, apoyado por Occidente, a unos 1,200 kilómetros al norte.
The Economist señala que los eventos en Gabón son también un recordatorio de que la política de Francia hacia África está en ruinas. Desde 1990, según datos cotejados por los politólogos Jonathan Powell y Clayton Thyne, 24 de los 40 golpes de Estado que tuvieron éxito en África se produjeron en países francófonos, pero desde 2020, la proporción es 16 de 24.
“Probablemente no sea una coincidencia”, escribe la revista, argumentando que París “ha mantenido un enfoque más intervencionista en sus antiguas colonias” que el Reino Unido, y esto “contribuye a la sensación de que el Gobierno francés apuntala a unas élites africanas dóciles y venales a expensas de la gente corriente que vive en esos países”.
Así, a primeras horas del miércoles un grupo de militares de Gabón disolvió las instituciones gubernamentales y canceló las elecciones generales tras conocerse que el presidente Ali Bongo Ondimba –miembro de la dinastía gobernante más antigua del sistema colonial francés en África– había sido reelegido en elecciones muy cuestionadas y bajo estado de sitio, para un tercer mandato con el 64.27% de los votos. Los partidos de la oposición rechazaron inmediatamente los resultados.
Otra excentricidad de Ali Bongo (imagen de la izquierda): Hace poco más de diez años, a cuenta del presupuesto del Estado importó nieve falsa para colocarla en el Palacio Presidencial, para que su familia pudiera pasar unas Navidades nevadas.
Los uniformados comunicaron que el derrocado mandatario se encuentra bajo arresto domiciliario y que su hijo Noureddin Bongo Valentin fue detenido. Mientras, el general Brice Oligui Nguema, quien desde abril de 2019 se desempeñaba como jefe de la Guardia Republicana de Gabón, fue nombrado como jefe de Estado para el período de transición.
“Se anulan los resultados de las elecciones legislativas del 26 de agosto de 2023. Las fronteras quedan cerradas hasta nuevo aviso”, declararon los militares en nombre del “Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones” (CTRI). “Todas las instituciones de la república han sido disueltas: el gobierno, el Senado, la Asamblea Nacional, el Tribunal Constitucional, el Consejo Económico, la Comisión Electoral. Hacemos un llamamiento a la población, a las comunidades de países hermanos que viven en Gabón, así como a la diáspora gabonesa, para que se calmen”, declaró el coronel Ulrich Manfumbi vocero de los golpistas.
Razones aparentes del golpe
Un portavoz de los militares, que se autodenominaron Comité de Transición y Restauración de las Instituciones, declaró que las elecciones no habían sido transparentes ni creíbles y que tomaban el control del gobierno para poner fin a lo que calificaron de grave crisis política, económica y social.
“Hemos decidido defender la paz poniendo fin al régimen actual”, declaró el portavoz, identificado como teniente coronel Ulrich Madoumbi.
La televisión nacional emitió imágenes de soldados vitoreando e izando en el aire al jefe de la guardia presidencial de Gabón, el general Brice Clotaire Oligui Nguema. Al igual que Bazoum en Níger, Bongo parece haber sido derrocado por el hombre encargado de protegerle.
En un video grabado desde su residencia oficial, donde los militares dijeron que lo habían confinado, Bongo hizo un llamamiento en busca de apoyo. “Quiero enviar un mensaje a todos los amigos que tenemos en todo el mundo para decirles que hagan ruido, que hagan ruido, porque la gente de aquí me ha detenido a mí y a mi familia”, dijo Bongo, hablando en inglés, mientras estaba sentado en un opulento despacho con paneles de madera. “No está pasando nada. No sé qué está pasando”.
En ese momento, cientos de gaboneses jubilosos ya se habían echado a las calles de la capital, muchos ondeando banderas de su país, haciendo sonar las bocinas de sus coches o tomándose selfies. Algunos rodeaban los convoyes militares repletos de soldados armados que patrullaban las calles.
Gobernantes ricos, pueblo pobre
Los caminos al poder de Bongo, cuya familia ha gobernado Gabón desde 1967, y Bazoum, cuya elección en 2021 fue celebrada en las capitales occidentales como la primera sucesión democrática de Níger, no podrían ser más diferentes.
Con una población de unos 2,4 millones de habitantes, Gabón cuenta con algunos de los bosques y la fauna más antiguos de África. Además, es uno de los principales productores de petróleo del continente y miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El Estado también exporta madera, manganeso y uranio.
Níger está situado en el duro semidesierto del Sahel y en plena lucha contra una mortífera insurgencia islamista. El Sahel es una región que abarca 10 países: Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria.
A pesar de sus recursos naturales, que convirtieron a Gabón en una de las naciones más ricas de África en términos de producto interior bruto per cápita, paradójicamente, es uno de los países con mayor pobreza de su población. Según datos del Banco Mundial, citados por The Economist, un tercio de la población del país vive en la pobreza.
La dinámica que impulsa las tomas militares del poder y el aparente apoyo público a líderes no elegidos es similar. Los gobiernos poscoloniales, apoyados durante mucho tiempo por Europa y Estados Unidos y que a menudo actúan como democracias sólo de nombre, no han logrado ofrecer prosperidad y oportunidades a una población joven, creciente y cada vez más urbanizada.
La edad media en Gabón es de 21 años, la mitad de la edad promedio en Francia, su antiguo gobernante colonial. Es incluso inferior a la de Níger, Chad, Malí, Burkina Faso y Guinea, las otras antiguas colonias francesas en las que el ejército ha aupado recientemente al poder a dirigentes no elegidos.
La incapacidad de Occidente para presionar a los golpistas es un reflejo de un cambio de guardia más amplio en África, donde economías emergentes como China, Emiratos Árabes Unidos y Turquía suelen tener más peso que Europa y Estados Unidos.
La postura internacional de Rusia también ha proporcionado a los líderes del continente una narrativa alternativa al canon occidental de democracia y derechos humanos. El miércoles, un vocero de Moscú declaró que Rusia se declara “profundamente preocupada” por los hechos en Gabón y pidió a sus ciudadanos no visitar el país hasta que no se estabilice la situación del país.
Bongo, títere de Francia
En pocos lugares la supremacía de Occidente, y en particular de Francia, ha disminuido tan precipitadamente como en Gabón, cuyo anterior presidente, Omar Bongo –padre del depuesto Ali Bongo– disfrutó durante décadas de una acogedora relación con la clase dirigente de París. Su gobierno se enriqueció sacando tajada de los ingresos del petróleo producido por la petrolera francesa Elf, predecesora de la actual TotalEnergies, y otros gigantes energéticos occidentales como Shell.
“África sin Francia es como un coche sin chófer”, declaró Omar Bongo al diario francés Liberation en 1996. “Francia sin África es como un coche sin gasolina”, sentenció.
En los días posteriores a la muerte de Omar Bongo en 2009, el ex presidente francés Valery Giscard d’Estaing declaró a una emisora de radio francesa que el mayor de los Bongo, durante sus 42 años en el poder, contribuyó a las campañas de múltiples políticos y presidentes franceses. En aquella época, Francia aún mantenía una base de unos 1,100 soldados en el país, y en las décadas anteriores sus militares intervinieron varias veces para “proteger la seguridad nacional” de Gabón y “ayudar” en la policía interna.
En el momento en que los golpistas anunciaron el miércoles en la televisión nacional el derrocamiento de Ali Bongo, China se había convertido en el principal socio comercial de Gabón, importando gran parte de su petróleo y manganeso, un mineral vital para la producción de acero utilizado en la construcción y la fabricación de vehículos.
El mismo miércoles, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró que su gobierno sigue de cerca la evolución de la situación en Gabón e instó a todas las partes a comprometerse a dialogar para “restablecer el orden normal lo antes posible”. Wang Wenbin también pidió que se garantice la seguridad personal del Presidente Bongo.
La presencia militar francesa se ha reducido a unos 350 soldados, que en su mayoría entrenan a las tropas locales gabonesas. En contraste con los países del Sahel, donde Estados Unidos y Europa han estado luchando contra ramificaciones locales de Al Qaeda y Estado Islámico que han matado a miles de personas, Gabón ha sido un aliado militar menos vital en los últimos años.
El gobierno del presidente Emmanuel Macron dijo el miércoles que estaba monitoreando la situación y subrayó su apoyo a “procesos electorales libres y transparentes”.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo el miércoles que el golpe de Gabón “es un gran asunto para Europa”.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, declaró que la situación en Gabón era “muy preocupante para nosotros”, pero que todo el personal de la embajada y el reducido número de tropas estadounidenses en el país se encontraban a salvo. Se negó a decir cuántas tropas estadounidenses están estacionadas en Gabón.
Sentimiento antifrancés
La noticia del golpe de estado provocó una venta masiva de acciones de empresas petroleras y mineras europeas que operan en Gabón, así como de bonos del país denominados en dólares. Los inversores también se retiraron de los bonos de otros gobiernos africanos, como Camerún y Senegal, en medio de la preocupación por la inestabilidad regional.
Mark Pursey, cuya empresa de relaciones públicas BTP Advisers había asesorado a Bongo en su campaña de reelección, declaró que, aunque los sondeos de su empresa apuntaban a una victoria del presidente, le sorprendió el amplio margen presentado por el organismo electoral.
Pursey declaró que los sondeos de sus empresas también habían detectado un creciente sentimiento antifrancés en Gabón, una tendencia que refleja la de otras antiguas colonias francesas que han sufrido golpes militares.
En Níger, los golpistas se han manifestado ante la embajada francesa y ante la base militar francesa de Niamey, la capital. Los golpistas nigerinos y algunos políticos se han indignado por lo que consideran demasiada intromisión francesa y la continua presencia militar de Francia.
“Si se pregunta a la población en general, tiene muy mala opinión de Francia”, afirma Pursey sobre los sondeos de su empresa en Gabón. “No es nada buena hacia los políticos franceses, ni tampoco hacia la geopolítica francesa”.
Otros líderes africanos apoyados por Occidente apoyaron más abiertamente a Bongo, algunos de los cuales han observado la reciente oleada de golpes de estado con creciente preocupación por la posibilidad de que sus propios ejércitos sus propios ejércitos se llenen de malas ideas.
Un portavoz del presidente nigeriano, Bola Tinubu, líder de un grupo de países de África Occidental que ha amenazado con una intervención militar para devolver a Bazoum al poder en Níger, manifestó su preocupación por lo que calificó de “contagio autocrático que parece extenderse a otras partes del continente africano”.
El portavoz añadió: “El poder pertenece a los grandes pueblos de África y no al cañón de un arma cargada”.
Los intereses económicos franceses
La familia del derrocado presidente de Gabón ha mantenido una estrecha relación con Francia, que conserva unos 350 soldados en la nación africana, principalmente para entrenar a soldados gaboneses. En marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, incluso visitó Gabón en el marco de su gira por África.
Las empresas francesas también tienen amplios intereses económicos en Gabón. Etienne Giros, presidente del Consejo Francés de Inversores en África, declaró a la agencia que unas 80 compañías francesas están registradas en Gabón, pero las pequeñas empresas, los comerciantes, los restaurantes, los abogados, las aseguradoras y las sociedades de servicios financieros suman decenas más al total.
Assala Energy, propiedad al cien por cien de Carlyle Group (empresa estadounidense), ha declarado que su producción de petróleo en Gabón no se ha visto afectada por el golpe militar en el país. “Podemos confirmar que todo nuestro personal está a salvo, que nuestras operaciones continúan con normalidad y que nuestra producción no se ha visto afectada”, declaró un portavoz de la empresa.
El brazo energético del fondo de capital riesgo invirtió por primera vez en Assala en 2017, cuando adquirió las envejecidas operaciones de Shell en Gabón por 628 millones de dólares.
Sin embargo, a mediados de agosto, Carlyle acordó vender por 730 millones de dólares el 100% de su empresa Assala al productor francés Maurel & Prom, que posee y opera activos de petróleo y gas en África, Europa y América Latina, incluidas tres licencias en Gabón.
Offshore Technology escribe que la compra también reforzó la relación de M&P con el Gobierno gabonés, que tenía previsto aumentar su participación en la filial nacional de Assala del 25 al 27,5 % como parte de la operación. Olivier de Langavant, director general de M&P, expresó que la transacción “ofrece visibilidad a largo plazo y un importante potencial de desarrollo en un país estable”.
Según datos del Ministerio de Hacienda de Francia, las empresas francesas vendieron en Gabón productos por valor de 585 millones de dólares, principalmente productos agrícolas y alimentarios, bienes de equipo, productos eléctricos y electrónicos, equipos informáticos, bienes intermedios y productos farmacéuticos.
La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, aseveró que presta “la máxima atención” a los acontecimientos en Gabón. Por su parte, el portavoz gubernamental Olivier Véran destacó que su país “condena el golpe militar en curso”.
Mientras, la minera francesa Eramet, propietaria de la unidad minera de manganeso Comilog en Gabón, comunicó que había detenido todas sus operaciones en la nación, recoge Reuters citando a un portavoz de la compañía. Posteriormente, la empresa informó que reanudará gradualmente sus operaciones en el país africano.
Asimismo, tras conocerse los acontecimientos en el país, las acciones de las empresas Maurel & Prom, Eramet y TotalEnergies que operan en Gabón cayeron entre un 15 y un 20 %, reportan medios franceses.