«Que nadie nos amenace: estamos siempre en alerta» Moscú. Agencias

«Que nadie nos amenace: estamos siempre en alerta» Moscú. Agencias

Todos los años, Rusia y la mayoría de los países que fueron parte de la Unión Soviética festejan el 9 de mayo el triunfo sobre la Alemania nazi en la Gran Guerra Patria que abarca al período del 22 de junio de 1941 –el comienzo de la invasión alemana a la URSS– a la capitulación del régimen nazi.

El desfile comenzó con el traslado de la bandera rusa y la Bandera de la Victoria hasta la Plaza Roja. El desfile fue comandado por el General de Ejército Oleg Salyukov, Comandante en Jefe de las Fuerzas Terrestres, y recibido por el General de Ejército Sergei Shoigu, Ministro de Defensa en funciones.

Antes del inicio del desfile, el Presidente Vladimir Putin dio la bienvenida en la Sala de Armas del Kremlin a los dirigentes de los Estados extranjeros llegados a Moscú para participar en los actos ceremoniales.

Los veteranos de la Gran Guerra Patria Alexandra Aleshina y Evgeny Kuropatkov se sentaron junto al presidente ruso Vladimir Putin en el Desfile de la Victoria en Moscú. Durante la guerra, Alexandra Aleshina entrenó a 26 francotiradores de primera clase que brindaron apoyo de fuego en el frente. Evgeny Kuropatkov se ofreció como voluntario para el frente al comienzo de la guerra. En octubre de 1941 participó en batallas en los accesos lejanos a Moscú. También luchó en Stalingrado y Leningrado. Después de la guerra, se graduó en la academia y sirvió en el ejército soviético durante más de 30 años.

Junto con el Jefe del Estado ruso subieron a la tribuna los presidentes Bielorrusia, Alexander Lukashenko; de Kazajstán, Kassym-Jomart Tokayev; de Kirguistán, Sadyr Zhaparov; de Tayikistán, Emomali Rahmon; de Turkmenistán, Serdar Berdimuhamedov; de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev; de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; de Guinea-Bissau, Oumarou Sissokou Embalo, y de Lao Thongloun Sisoulith.

Como parte de la columna a pie desfilaron por la Plaza Roja 30 unidades, integradas por más de nueve mil militares, entre ellos más de mil soldados de la Operación Militar Especial.

La columna mecanizada estaba encabezada por el legendario “Tanque de la Victoria” T-34. Sobre los adoquines de la plaza principal pasaron vehículos blindados polivalentes “Tigre-M”, “VPK Ural”, “KAMAZ”, ambulancias protegidas “Linza”, sistema de misiles táctico-operativo “Iskander-M”, sistema de misiles antiaéreos S-400 “Triumph”, lanzadores del sistema de misiles “Yars”, vehículos blindados de transporte de tropas BTR-82A.

El Desfile de la Victoria terminó con un vuelo de la aviación: el famoso “Diamante de Kybin” –un rombo de aviones Su-30SM y MiG-29 de los grupos acrobáticos Caballeros de Rusia y Strizhi– pasó sobre la Plaza Roja, luego seis aviones de ataque Su-25 pintaron el cielo con los colores de la bandera rusa.

El desfile contó con la música de la Banda Militar Compuesta de la Guarnición de Moscú.

Posteriormente, el mandatario Putin se dirigió a la Tumba del Soldado Desconocido

Discurso del Presidente de Rusia en el desfile militar

¡Queridos ciudadanos de Rusia! ¡Queridos veteranos!

¡Camaradas soldados y marineros, sargentos y contramaestres, guardiamarinas y suboficiales!

¡Camaradas oficiales, generales y almirantes!

Combatientes, comandantes, soldados de primera línea, ¡héroes de la Operación Militar Especial!

Los felicito en el Día de la Victoria, nuestra fiesta más importante, verdaderamente nacional y sagrada.

Honramos a nuestros padres, abuelos y bisabuelos. Ellos defendieron su tierra natal y aplastaron el nazismo, liberaron a los pueblos de Europa, alcanzaron las cimas del valor militar y laboral.

Hoy vemos cómo se distorsiona la verdad sobre la Segunda Guerra Mundial. Les molesta a quienes están acostumbrados a construir su política esencialmente colonial sobre la hipocresía y la mentira. Demuelen los monumentos conmemorativos de los verdaderos luchadores contra el nazismo, ponen en pedestales a los traidores y colaboradores de los nazis, borran la memoria del heroísmo y la nobleza de los soldados-liberadores, del gran sacrificio que hicieron en nombre de la vida.

El revanchismo, la burla de la historia y el deseo de justificar a los actuales seguidores de los nazis forman parte de la política general de las élites occidentales de fomentar cada vez más los conflictos regionales, la hostilidad interétnica e interreligiosa y de contener a los centros soberanos e independientes de desarrollo mundial.

Rechazamos las pretensiones de exclusividad de cualquier Estado o alianza, y sabemos adónde conduce la desorbitada ambición de tales propósitos. Rusia hará todo lo posible para evitar un conflicto mundial, pero al mismo tiempo no permitiremos que nadie nos amenace. Nuestras fuerzas estratégicas están siempre en alerta.

A Occidente le gustaría olvidar las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, pero nosotros recordamos que el destino de la humanidad se decidió en las grandiosas batallas de Moscú y Leningrado, Rzhev, Stalingrado, Kursk y Járkov, en Minsk, Smolensk y Kiev, y en cruentas batallas desde Murmansk hasta el Cáucaso y Crimea.

Durante los tres primeros largos y difíciles años de la Gran Guerra Patria, la Unión Soviética y todas las repúblicas de la antigua Unión Soviética lucharon contra los nazis prácticamente de tú a tú, mientras que prácticamente toda Europa trabajaba para el poder militar de la Wehrmacht (Fuerzas Armadas de Alemania).

Quiero subrayar que Rusia nunca ha restado importancia al Segundo Frente y a la ayuda de los Aliados. Honramos la valentía de todos los soldados de la coalición anti hitleriana, los combatientes de la Resistencia, los combatientes clandestinos, los partisanos y el valor del pueblo de China, que luchó por su independencia contra la agresión del Japón militarista. Y siempre recordaremos, nunca, nunca olvidaremos nuestra lucha común y nuestras inspiradoras tradiciones de alianza.

Queridos amigos:

Rusia atraviesa actualmente un período difícil, que marca un hito. El destino de la Patria, su futuro, depende de cada uno de nosotros.

Hoy, en el Día de la Victoria, nos damos cuenta de ello de forma aún más aguda y clara, y admiramos invariablemente a la generación de los vencedores, valientes, nobles y sabios, por su capacidad de preservar la amistad y soportar la adversidad, de tener siempre confianza en sí mismos y en su país, de amar a la Patria sinceramente y de todo corazón.

Celebramos el Día de la Victoria en el contexto de una operación militar especial. Todos sus participantes –los que están en el Frente, en la línea de contacto– son nuestros héroes. Nos inclinamos ante su determinación, abnegación, desinterés. ¡Toda Rusia está con ustedes!

Nuestros veteranos también creen en ustedes y se preocupan por ustedes. Su implicación espiritual en sus destinos y sus hazañas, une inquebrantablemente a la generación de héroes de la Patria.

Hoy, nos inclinamos en honor de la memoria de todos aquellos a quienes la Gran Guerra Patria arrebató la vida. Ante la memoria de sus hijos, hijas, padres, madres, abuelos, bisabuelos, esposos, esposas, hermanos, hermanas, parientes y amigos.

Nos inclinamos ante los veteranos de la Gran Guerra Patria que nos han dejado. Nos inclinamos ante la memoria de los civiles muertos por los bárbaros bombardeos y atentados terroristas de los neonazis. Ante nuestros compañeros de armas caídos en la lucha contra el neonazismo, en la justa batalla por Rusia.

Guardemos un minuto de silencio. (Se guarda)

Queridos veteranos, camaradas, amigos:

El nueve de mayo es siempre un día muy emotivo, conmovedor. Cada familia honra a sus héroes, mira las fotos, los rostros queridos y entrañables, recuerda a los parientes, sus historias sobre cómo lucharon y trabajaron.

El Día de la Victoria une a todas las generaciones. Seguimos adelante, apoyándonos en nuestras tradiciones milenarias, y confiamos en que juntos garantizaremos un futuro libre y seguro para Rusia, para nuestro pueblo unido.

¡Gloria a las valerosas Fuerzas Armadas! ¡Por Rusia! ¡Por la victoria! ¡Hurra!