Señales de desaceleración de contagios por coronavirus en Panamá Ciudad Panamá. Prensa Latina

Los contagios y fallecimientos por Covid-19 en Panamá desaceleraron su pronunciada curva ascendente en los últimos días, aunque este martes se aprecia un crecimiento notable en zonas menos pobladas del interior del país.

Después del récord para una jornada el pasado 4 de enero, fecha en que ocurrieron 57 muertes y el 6 de enero cuando se reportaron cinco mil 186 infectados, el comportamiento de la pandemia pareciera mermar su escalada, y en días posteriores disminuyeron las nuevas defunciones y casos, a pesar de estar en el peor momento de la crisis sanitaria.

Las breves señales son interpretadas aquí de forma diferente por los expertos, pues mientras unos plantean esperar para apreciar si es o no una tendencia, otros señalan que son las consecuencias de las fiestas de fin de año y el traslado de capitalinos al interior del país para las celebraciones familiares.

El epidemiólogo Arturo Rebollón consideró que el repunte de casos en otras provincias es la secuela del desplazamiento masivo de personas desde los centros neurálgicos de la pandemia hacia la zona central, adonde trasladaron el virus.

La semana del 3 al 9 de enero fue la de mayor cantidad de positivos con 25 mil ocho enfermos, aunque paradójicamente desde el 7 de enero en adelante comenzó el descenso constante hasta ayer cuando se reportaron dos mil 157, mientras los fallecidos oscilaron entre 38 y 45 por jornada en esa propia etapa.

Lo que expertos califican como la segunda ola de la pandemia de Covid-19 en Panamá, llevó al menos a tres hospitales al borde del colapso, evitada por la previsión de las autoridades quienes ampliaron capacidades de ingresos en improvisadas salas creadas en gimnasios, centro de convenciones y carpas militares.

Autoridades de la principal instalación de salud de la provincia Panamá Oeste, única para una población de un millón de habitantes, llegó al tope de su capacidad de ingresos y ahora espera la habilitación de otro local con 24 camas, mientras utilizará como alternativa un hospital de campaña.

Ese propio centro agotó los espacios en su pequeña morgue e incluso en una privada que le ofreció ayuda solidaria, por lo que el Ministerio de Salud contratará un contenedor refrigerado para la conservación de los cadáveres, porque la situación económica de muchas familias impide costear un entierro en lo inmediato.

También en la capital las autoridades sanitarias informaron de la alta ocupación del centenar de camas disponibles en el Centro de Convenciones Amador y la posibilidad de habilitar la arena Roberto Durán como lugar de ingreso, ante el inusitado incremento de los pacientes de la urbe requeridos de hospitalización.