Solo la Revolución hace posible desarrollar el paraíso caribeño Managua. Por Johnny Hodgson y Lumberto Campbell, Consejo de Comunicación y Ciudadanía

Solo la Revolución hace posible desarrollar el paraíso caribeño Managua. Por Johnny Hodgson y Lumberto Campbell, Consejo de Comunicación y Ciudadanía

Esta es la transcripción de las intervenciones de Johnny Hodgson y Lumberto Campbell, realizadas el sábado 17 de febrero 2024, a las 2 de la tarde, en el Complejo Policial Evaristo Vásquez. Hodgson es Secretario Político del FSLN en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur. Campbell es magistrado del Consejo Supremo Electoral y ministro de la Secretaria de Desarrollo de la Costa Caribe. Ambos son dos de los más destacados intelectuales caribeños.

La Autonomía es la Revolución en el Caribe

Por Johnny Hodgson

Comienzo con una reflexión que dice “que la incomprensión del presente nace del desconocimiento del pasado”. Si queremos entender bien nuestro presente tenemos que conocer algo de nuestra historia. La Costa Caribe es diferente al resto del país, la geografía, el clima, la historia, la cultura es bastante diferente a esta otra parte de Nicaragua.

La Costa Caribe es la región más multiétnica y pluricultural del país y nosotros los caribeños consideramos esa diversidad como una de nuestras mayores riquezas: la diversidad de los pueblos, ecológica, de ecosistemas, de tantas variedades de plantas, de animales, de peces, etc.

Lo que hoy conocemos –desde hace 500 años– como Nicaragua, era un territorio de 12 pueblos originarios, ocho en lo que llamamos Costa Caribe y cuatro pueblos en esta parte que llamamos Centro y Pacifico de Nicaragua. Invadieron los colonizadores europeos y esos colonizadores vinieron a imponer su cultura, su religión, su lengua, su forma de organización, sus valores, su forma de tenencia de la propiedad, etc.

En nuestro territorio Nicaragua tuvimos la presencia de dos de esos poderes coloniales. Desafortunadamente para nosotros, lo que hoy conocemos el Pacífico, Norte y Centro, la presencia de los españoles en estos territorios los convirtió en colonia española y en la otra parte, el Caribe, la presencia de los británicos en ese territorio lo convirtió en un protectorado británico.

Entonces, comenzamos con un país dividido por las potencias coloniales. Esos dos países colonialistas (España y el imperio británico) eran enemigos entre sí, porque ambos –al igual que los otros europeos– querían ser los dueños de todo lo que llamaban ellos el “nuevo mundo”, querían ser los dueños y vivían peleando. Los dos principales contendientes eran los españoles y los ingleses, peleando para ser los dueños de todo y ese pleito, ese odio entre ellos lo transmitieron a los nativos de estos territorios. Los ingleses enseñaron a los indígenas, a los pueblos originarios del Caribe, a luchar en contra de los indígenas que estaban en este lado y los españoles hicieron lo mismo con los indígenas de este lado le enseñaron a luchar contra los caribeños. Les dijeron: “aquellos son tus enemigos”, pero los enemigos eran ellos, los invasores, pero transmitieron ese odio, esa división, esa separación a los pueblos originarios.

Ese fue el sistema que se impuso y ese sistema es el que estaba funcionando, los europeos vinieron, hombres blancos, vinieron junto con sus esclavos negros. Vinieron juntos, la diferencia es que los europeos vinieron por su propia voluntad a buscar qué es lo que se podían llevar y los esclavos vinieron a trabajar obligados, en contra de su voluntad.

Cuando entramos a conocer la historia, entonces comenzamos a ver un poquito claro cómo es este asunto de la separación entre la Costa Caribe y el resto del país. Esa situación continúa así hasta que en 1783 sucedió algo que para tratar de poner fin, para tratar de calmar ese pleito entre los ingleses y los españoles, decidieron hacer una distribución y repartieron un montón de territorios en América.

En esa repartición la Costa Caribe –que se llamaba La Mosquitia– le tocó a España y a Inglaterra le entregaron Belice. Eso es lo que estableció el tratado de Versalles de 1783, pero los ingleses que estaban en la Costa Caribe no querían irse de ahí, pero los españoles tenían un documento que dice que eso les pertenecía, lo estaban reclamando: “quiero mi territorio. Yo tengo el papel que dice que la Costa Caribe es de los españoles” y presionaron hasta que se fueron en 1786 a la Convención de Londres que ratificó el tratado de Versalles. La Convención de Londres dice que los españoles tienen razón, que se les debe entregar ese territorio. Pusieron como plazo el 10 de abril de 1787 para que todos los británicos que estuvieran en la Mosquitia salieran y le dieran espacio para que entraran los españoles.

Ellos hacían sus arreglos allá sin decirnos nada a nosotros que éramos los dueños del territorio, pero aún con eso los ingleses no se querían ir. No se iban. Hay un documento, hay una ratificación, les dan un plazo pero en los documentos que escriben los ingleses ellos dicen “¿por qué nos vamos a ir de aquí, si aquí estamos felices y aquí tenemos absolutamente todo lo que necesitamos? Tenemos mucha madera de caoba para exportar, tenemos concha de tortuga carey, tenemos mucha miel para endulzar nuestras bebidas, cuando tiramos nuestras redes para pescar las redes se rompen de tantos peces que agarra”, dicen ellos ahí escrito. Entonces, dicen por qué nos vamos a ir de aquí.

Algo que siempre me ha llamado la atención cuando dan sus argumentos para no irse, dicen que tienen todas las razones para satisfacer sus apetitos sexuales. La mayoría de los que llegaban eran hombres entre 20 y 40 años. Llegaban a hacer negocios.

Los ingleses entonces esperaron hasta el último momento para irse del Caribe, casi hasta el último día, y entonces tuvieron que salir de manera intempestiva porque si no se iban y vencía el plazo se convertían en súbditos de la corona española. Es decir, si llegaba el 10 de abril y un inglés no se había ido entonces, tenía que obedecer a su enemigo, se convertía en súbdito de la corona española.

Esperaron hasta la última hora y se fueron de manera intempestiva, salieron a prisa y en esa prisa de ellos buscando cómo salir de ahí, una buena parte de sus esclavos lograron quedarse y se quedaron en el territorio de uno de los pueblos indígenas llamados “Los Ucres” y se casaron con las mujeres indígenas Ucras y comenzaron a llamarse Creoles, “yo soy un Creole”.

Los ingleses se fueron. Los españoles tenían el documento de posesión, pero nunca llegaron a tomar posesión porque tuvieron otros problemas. Llegó Napoleón al poder en Francia y conquistando gran parte de Europa, y entonces, si los españoles no podían controlar ni su propio territorio, mucho menos andar buscando como agarrar otros territorios. En esa época es que muchos países que eran colonias españolas comenzaron a alcanzar su independencia.

Esa es la situación de nosotros en la Costa Caribe después de 1787. Vivimos un periodo en donde prácticamente no habían colonizadores, los colonizadores ingleses se fueron y los españoles no logran llegar. Entonces los esclavos quedan libres, los negros ocupan las propiedades que ellos habían trabajado para levantar las plantaciones de coco, el ganado. Las haciendas las ocupan los creoles, los esclavos de esos territorios se convierten en los dueños

Diez años después de eso (estoy tratando de reflejar de donde surgieron los otros pueblos que hoy viven en la Costa Caribe, de donde vienen los Creole) en 1797, sucedió otra cosa en el mundo, en la isla de San Vicente y las Granadinas, de la cual ustedes han escuchado mucho hablar. Su Primer Ministro, Ralph Gonsalves, ha venido muchas veces aquí a Nicaragua. En esa isla vivían los Garífunas y en 1795 los ingleses logran derrotar y matar al jefe de los Garífunas, Joseph Chatoyer. Ahorita no está pero hasta el año pasado cuando usted viajaba sobre la avenida Bolívar en el monumento a los próceres del Alba, allí estaba un hombre con una pipa larga en la boca y un turbante en la cabeza: ese es Joseph Chatoyer.

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En 1795 los ingleses matan a Joseph Chatoyer y capturan a todos los Garífunas en la Isla de San Vicente y los llevan a otra isla que se llama Baliseux, lo llevaron ahí para morir, esa isla no tiene nada, nada, nada crece allí, esa isla es como una gran piedra, a mí no me contaron como es, yo he estado allí en esa isla de Baliseux, a pocas millas de San Vicente. Ahí mandaron a todos los pobladores, a todos los Garífunas para que murieran.

Murieron un montón, pero no todos y pasaba el tiempo y pasaba el tiempo y no morían los Garífunas y los ingleses arrechos, porque no podían desaparecer a los Garífunas y, como no morían, entonces los agarraron a todos, los montaron en unos barcos y los fueron a tirar a una isla enfrente de la bahía de Honduras que se llama Roatán, la isla de Roatán. Mucha gente dice que los llevaron a una isla bonita, a una isla turística. Es una isla bonita hoy, pero cuando los llevaron ahí era una cosa difícil de sobrevivir, pero los Garífunas lo lograron.

No voy a hablarle mucho de los Garífunas. Añadir simplemente que después de 1821 los garífunas que estaban ahí en territorio hondureño se dispersaron: unos se fueron para Belice, otros para Guatemala, una parte quedó en Honduras y otra parte vino a la Costa Caribe de Nicaragua y hasta el día de hoy viven ahí en la cuenca de Laguna de Perlas y la capital de los Garífunas es la comunidad de Orinoco.

Entonces en la Costa Caribe hoy, en el Caribe Sur –donde vivo yo– tenemos seis diferentes etnias: tres pueblos originarios, dos pueblos afrodescendientes y el pueblo mestizo. Los tres pueblos originarios son Misquitos, Ulúas y Ramas o sea ustedes pueden decir Misquitos, Mayangnas y Ramas; pueblos afrodescendientes, los creoles y los Garífunas, y los mestizos. En aquél entonces en ese territorio no estaban los mestizos todavía, sólo los tres originarios y los dos afrodescendientes con distintos grados de autogobierno, de autonomía, porque no estando los colonizadores, nos mandábamos solos.

Hasta que en 1894 se da lo que algunos se llaman la incorporación de la Mosquitia, otros le llaman la anexión de la Mosquitia, hay distintos nombres y no vamos a discutir cuál es el nombre apropiado. Nosotros pasamos formalmente a ser parte de Nicaragua en 1894, pero no fue por un convencimiento, sino que fue por la vía de las armas y fue un una situación bastante compleja. El problema se hace cuando eso que nosotros decimos que es nuestra mayor riqueza, nuestra diversidad, con la incorporación se convierte en el mayor obstáculo, el mayor problema y el gobierno que llega y hace esa anexión o incorporación dice que incorpora el territorio, incorpora los recursos, pero no incorpora a la gente. Bueno, dijeron, ese oro, ese bosque, esa langosta, eso es de Nicaragua, pero la gente quién sabe de quién son. No incorpora la gente, sólo incorpora el territorio y los recursos. Dice que no se puede con esa gente porque eso es una “Torre de Babel”, un montón de gente, algunos hablando inglés, otros hablando Ulúa, otros hablando rama, eso es una Torre de Babel, no se puede alcanzar el desarrollo en esa situación, no puede haber desarrollo, decían ellos.

Y con la incorporación se pierde ese nivel o grado de autonomía que se tenía. Comienza una política de asimilación. El gobierno considera que lo que hay que hacer para lograr la unidad de Nicaragua es la uniformidad, hay que uniformar a todos, todo el mundo tiene que hablar español, todo el mundo tiene que beber pinol. Es decir, se establece una nación monoétnica, de una sola lengua, hay un desprecio por las culturas indígenas y afrodescendientes y se establece un sistema de cultura superior y cultura inferior. Eso es lo que se establece.

Comenzamos a vivir un periodo de imposiciones: se imponen gobernadores, intendentes, instituciones, un sistema de justicia, un sistema de educación, un sistema de organización en municipio, un sistema totalmente ajeno a lo que nosotros habíamos vivido o conocido.

En ese tiempo en muchos países del mundo ser indígena era como un pecado. En Estados Unidos, uno de sus generales más importantes. el general Philip Henry Sheridan, se hizo famoso porque su frase principal fue “no hay indio bueno, el único indio bueno es el indio muerto”. Ustedes pueden buscar o leer del general Henry en cualquier lado, famoso porque esa era su frase “no hay indio bueno, el único indio bueno es el indio muerto”.

Se impuso ese sistema de cultura superior. Por ejemplo, nosotros siempre hemos tenido Palo de Mayo, y la gente decía ahí si eso es bonito, pero no es cultura, no era parte del folclor de Nicaragua, eso es vagancia, no es cultura, no se le daba ningún tipo de valor, o sea el Palo de Mayo no podía entrar al Rubén Darío porque no era cultura y el teatro Rubén Darío era para la cultura superior. Donde nosotros sí lo sentíamos bastante era allá, en el Caribe.

Les voy a compartir mi propia experiencia, no me gusta contar esto porque no me siento bien, pero se los voy a compartir. En 1972 yo vine a Managua a estudiar a la universidad. Tenía 16 años y eran pocos los caribeños que lograban venir a la universidad y entonces era como un privilegio. Yo logré venir a lo que hoy se llama a la UNA, la Universidad Nacional Agraria y fuimos dos compañeros de la Costa que logramos venir uno se llamaba Félix Cohen y yo.

Entonces, cuando teníamos algún receso yo hablaba con él en nuestra propia lengua y siempre venían otros y nos decían no se puede estar hablando esa cosa, aquí es prohibido eso. Yo era chavalo pero era pleitisto, y yo decía si soy nicaragüense, si yo tengo derechos, esa es mi lengua, entonces un día un compañero de clases que tenía dinero, era cafetalero y me enseñó sus córdobas y una copia de la Constitución de Nicaragua y me retó a que si yo le enseñaba en la Constitución dónde dice que los negros son nicaragüense o los misquitos son nicaragüenses, donde dice que vos tenés derecho de hablar eso que estás hablando, yo te voy a dar mil córdobas, y yo hice mi lista con todas las cosas que iba a comprar. Yo sentí que ya tenía los mil córdobas en la bolsa. Era fácil, iba a comprar el zapato Nike, mochila, todo iba a comprar y agarré la constitución y lo comencé a leer desde la A hasta la Z, desde el artículo uno hasta el último artículo. Por eso no me gusta contar esto, porque cuando yo llegué al final de la Constitución y vi que yo no estaba ahí, yo me sentí muy, muy triste. Pero yo pensé: “no, tal vez lo leí muy rápido. Lo voy a volver a leer”, y amanecí leyendo la Constitución. Me di cuenta que era la primera vez que yo lloraba sin que me pasara algo. Mis amigos dicen que yo no lloré porque no estaba en la Constitución, sino que lloré porque no conseguí los mil pesos.

Hay una frase que dice que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista. Entonces, en 1979 triunfó la Revolución con un compromiso. El Frente Sandinista asume la misión de construir una nueva nación, una nación multiétnica, multilingüe, pluricultural y eso hizo que nosotros pudiéramos contemplar la posibilidad de recuperar nuestra autonomía. Se identifica en los primeros años. Desde 1969 que se hizo el programa histórico de Frente había un capítulo que se refería la Costa Caribe, que decía que si el Frente lograba triunfar, iba a crear las condiciones para que la gente de la Costa pudieran participar en igualdad con el resto del pueblo nicaragüense.

En 1979 se comienza a identificar con claridad qué es lo que se requiere en la Costa Caribe, para que la gente pueda lograr el buen vivir, convertirse en verdaderos ciudadanos nicaragüenses y se identifica que la autonomía puede ser solución, que la autonomía es un sentimiento firmemente enraizado en la mente y en el corazón de la gente de la Costa Caribe de Nicaragua, en el corazón de los pueblos originarios, afrodescendiente, incluso mestizo de la Costa Caribe.

Uno de los primeros pasos en los primeros años es que el Frente Sandinista hace una declaración de principios de la Revolución con relación a la Costa Caribe. Estos son los principios de la Revolución que rigen en la Costa Caribe y esos principios tenían muchos artículos pero en esencia dice que Nicaragua no hay cultura superior ni cultura inferior, lo que hay son culturas diferentes y que las culturas de los pueblos de la Costa Caribe de Nicaragua forman parte de la cultura nacional y la enriquecen. Esa es la mejor cosa que yo había podido oír en toda mi vida.

El día más triste de mi vida fue cuando yo me di cuenta que no estaba en la Constitución y por eso lloré y lloré porque yo sentía que sabía todo, un costeño en la universidad saca buenas notas y cuando me voy dando cuenta que yo ni siquiera estoy en la Constitución, entonces me puse triste pero cuando yo entendí esto, que en Nicaragua no hay cultura superior ni cultura inferior sino que culturas diferentes y que las culturas de los pueblos de la Costa Caribe forman parte de la cultura nacional y la enriquecen, eso fue música en mi oído y yo dije “yo quiero empujarlo, quiero trabajar para empujar esto”.

Entonces se comienza reconocer en todos los diferentes documentos que los pueblos originarios y los pueblos afrodescendientes en Nicaragua existen, que tienen su propia lengua, que tienen su arte, que tienen su cultura, y la Revolución asume el compromiso de restituir esos derechos históricos a los pueblos de la Costa Caribe como una solución revolucionaria.

Hay un convencimiento en ese momento de que para lograr el buen vivir en la Costa Caribe, se requiere de autonomía, pero la pregunta era cómo vamos a construir esa autonomía, cómo vamos hacer para que en la búsqueda de la solución no vayamos a meternos en un gran problema y en esa búsqueda se logró identificar los tres pilares sobre los que podíamos construir esta autonomía:

֎ El primer pilar es el reconocimiento de los derechos históricos de los pueblos de la Costa Caribe

֎ El segundo pilar es la unidad nacional

֎ El tercer pilar son los principios constitucionales.

Entonces, ya teniendo las tres bases, ya podíamos ir a buscar esa autonomía, y se formaron las comisiones de autonomía en la Costa Caribe y a mí me pusieron de coordinador de la comisión de autonomía en la Costa Caribe Sur. A mí me gusta asumir retos pero tenía miedo. Es decir, yo tenía 21 años y en la comisión de autonomía eran 30 personas, eran hombres como mi papá y yo chavalo y me daba miedo, pero esos hombres me dijeron que no tuviera miedo y que cada vez que iba hablar, que ellos iban a estar ahí a mi lado y que si cometía algún error me iban a corregir y comenzamos a trabajar en la autonomía hasta lograr suficientes elementos para poder definir con claridad que es la autonomía.

Lo definimos como el reconocimiento y ejercicio efectivo de los derechos históricos de los pueblos de la Costa Caribe de Nicaragua en el marco de la unidad nacional y los principios de la Constitución. Ya teniendo la definición y las bases, el resto era más sencillo para ir a ver cómo hacíamos todo el proceso de consulta, cómo hacíamos todo lo demás para dejar con claridad la autonomía.

El problema de la diversidad y como se supera ese problema, es algo muy bonito porque los gobiernos oligárquicos decían que la diversidad era el mayor problema y que ese era una Torre de Babel, pero la Revolución dice lo que vamos a hacer es reconocer esa diversidad, no tapar la vista sobre la diversidad, reconocer que efectivamente hay una diversidad y sobre la base de ese reconocimiento de la realidad vamos a construir la unidad nacional.

Los gobiernos anteriores decían no puede haber unidad nacional, porque hay una Torre de Babel, hay demasiada diversidad, no se puede hacer nada, lo único es buscar como uniformar a todo mundo y entonces podés ser nicaragüense, pero tenés que dejar de hablar tu idioma, tenés que dejar tu baile, tenés que dejar todo lo que te identifica y la Revolución lo que dice es vamos a reconocer la diversidad porque es una realidad y sobre la base del reconocimiento de la realidad vamos a construir la unidad y esa unidad se le llama unidad en la diversidad.

¿Qué significa la unidad en la diversidad? Significa que yo como negro puedo participar en pie de igualdad con el Misquito o con el mestizo en la construcción de la Costa Caribe de nuestros sueños, pero que yo no tengo que dejar de ser lo que yo soy para poder participar en pie de igualdad, yo no tengo que dejar de ser negro, yo no tengo que dejar mis bailes, yo no tengo que dejar mi afro. Yo puedo participar y preservar mi identidad y no sólo preservarla sino que se trata de crear condiciones para que cada uno se pueda sentir orgulloso de su identidad: que el Misquito se sienta orgulloso de ser Misquito, que el Garífuna se sienta orgulloso de ser Garífuna; que el Ulúa o el Mayagna o el Rama se sienta orgulloso de ser Ulúa o Mayagna o Rama. De eso es lo que estamos hablando cuando definimos nuestra autonomía.

Nicaragua comienza a llamar la atención de otros pueblos indígenas y afrodescendientes en el mundo y el proceso fue avanzando hasta que logramos en 1987 aprobar la Ley de Autonomía, el reconocimiento de los derechos históricos de los pueblos de la Costa Caribe. Pero recuerden que la definición dice que autonomía es el reconocimiento y ejercicio efectivo de esos derechos. En 1987 nosotros estamos alegres, felices porque todos los derechos de los pueblos de la Costa Caribe están reconocidos en una Ley, la Ley 27 de Autonomía.

Hay algo que sólo lo quiero mencionar –porque así decía Sheridan que el único indio bueno es el indio muerto y eso que decían ellos, eso prácticamente lo decían en todos los países de América– es que había un hombre aquí en Nicaragua que decía lo contrario pero era un hombre solo, era Sandino. Sandino decía: “Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, más que cualquiera, la sangre india americana que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincero”. Sandino decía eso, pero nadie le hacía caso, solo los 30 que estaban con él al comienzo.

Nadie quería ser indígena, pero en Nicaragua se reconoce que los indígenas y los afrodescendientes tienen derechos y la autonomía en la Costa Caribe es la Revolución, es el instrumento para los cambios. Para hacer las transformaciones en la Costa Caribe, la Ley de Autonomía es la Revolución. No hay que tenerle miedo. La Autonomía no es para separar la Costa Caribe del resto del país, sino para unir definitivamente, para siempre, a la Costa con el resto del país.

En 1987 nosotros acabamos felices, pensábamos que íbamos a lograr la autonomía, teníamos todo para lograr el buen vivir, pero cuando en 1990 elegimos los dos primeros gobiernos autónomos, llegamos a la realidad de que teníamos nuestros derechos reconocidos, pero no había ninguna voluntad para que pudiéramos ejercer lo que estaba reconocido en la Ley. Fue una situación muy difícil. Los gobiernos liberales decían que de dónde sacamos eso, que era un invento de los sandinistas. ¡Imagínese! En una asamblea como esta y alguien se para y dice que es un error esa autonomía, es un error poner casi 50 por ciento del territorio nacional en las manos de indios y negros incivilizados. Entonces nosotros teníamos la Ley de autonomía, pero sabíamos que en el ejercicio no había ni la mínima voluntad de que se pudiera implementar.

No fue una cosa tan fácil. Fue un proceso difícil, complicado, pero se logró. En 1990, como les dije, cuando elegimos el primer gobierno, el problema más difícil para nosotros era lograr tratar de sentarnos con el gobierno para ver cómo vamos a implementar esta Ley de Autonomía. Ni siquiera aceptaban eso y tuvimos que esperar hasta 2007.

En el 2007, 20 años después de haber aprobado nosotros la Ley de Autonomía, el 27 el septiembre del año 2007, las Naciones Unidas hizo una declaración donde establece que los pueblos indígenas del mundo tienen derecho a la autonomía.

En 2006, el Comandante Daniel ganó las elecciones y antes que tomara posesión de su cargo, una de las primeras cosas que hizo –y a mí me gusta decirlo porque me consta– es que invitó a todos los líderes de la Costa Caribe –no sólo a los sandinistas– a todos, los unos y los otros, a las iglesias, nos invitó para que pudiéramos definir qué es lo que se tenía que hacer para convertir la Autonomía en realidad, para lograr el buen vivir y allí definimos nosotros los caribeños lo que llamamos la “Estrategia para el Desarrollo Humano de la Costa Caribe” que define el concepto de que el desarrollo tiene que venir desde adentro.

Esa estrategia está elaborada en armonía con la cultura y la naturaleza de la Costa Caribe. No es una estrategia simplemente de desarrollo. Primero, no es desarrollo de las cosas, sino que es desarrollo humano, pero no es cualquier desarrollo que queremos en la Costa. Nosotros decimos el desarrollo que nosotros queremos, por el que nosotros luchamos, se llama “desarrollo con identidad”, donde todos los pueblos se ven reflejados, son protagonistas. Nosotros queremos desarrollo con identidad donde ninguno de los pueblos se queda atrás.

Con esa estrategia nosotros estamos trabajando para convertir la Costa Caribe en el paraíso que ha de ser. Nosotros sentimos que Dios nos dio a nosotros un paraíso, que es la Costa Caribe, muy rico no sólo en las cosas materiales, sino que la misma diversidad de la gente y nosotros con esa estrategia, con esa autonomía, esperamos poder convertir la Costa en un lugar donde los indígenas, los afrodescendientes y los mestizos podamos vivir, amar y bailar con alegría y con soberanía.

Significado histórico y de futuro de la Autonomía

Por Comandante Guerrillero Lumberto Campbell

Johnny explicó básicamente todo lo que refiere a las causas y la razón de ser por la cual estamos implementando este proceso autonómico en la Costa Caribe nicaragüense, reflejado así en el documento histórico del FSLN. Siempre se estaba pensado que la Costa efectivamente tenía que ser una inclusión, seguramente en ese momento, como es lógico, no había claridad cómo, pero lo que sí el Frente estaba claro que algo injusto estaba pasando en el Caribe.

Cómo se iba a hacer, seguramente tuvimos que diseñarlo después, pero la misma conciencia revolucionaria, viendo lo que estaba pasando en el Caribe nicaragüense, porque no era justo lo que estaba pasando, hay algo que no estaba bien y que nuestro Programa Histórico vamos a tener que corregir y efectivamente por eso en 1979 a partir de ahí, al crearse las condiciones en generales en el país de transformación revolucionaria todos los ámbitos, económicos, político, cultural y social; la Costa tenía que estar reflejada.

Al darse el proceso autonómico en la Costa, como mencionaba Johnny, todas la aspiraciones de nuestros pueblos se comienzan a manifestar, la autonomía te hace sentir que sos parte de algo, como bien señalaba al reconocer nuestra identidad, nuestra diversidad, lógico eso efectivamente enriquece nuestra cultura nacional.

Esto puede sonar un poquito superficial, pero bien profundo, antes el indígena cuando venía Managua procuraba, como decía Johnny, no hablar en español, porque eran excluidos, los que viven en Bluefields, los negros no hablaban el Garífunas, porque si los negros estaban excluidos Los Ramas, Los Indígenas, Los Garífunas también no bajan.

Fue hasta con el Triunfo de la Revolución y que iniciamos la campaña de alfabetización que vinieron de Belice unos Garífunas y fueron a la comunidad e intercambiando con la comunidad se dieron cuenta que hablaba el Garífuna. Ahora a donde él va dice que es Garífunas.

Cuando ustedes ven en el Pacífico a un negro no le llamaban negro para no ofenderlo, le decían moreno a los negros porque supuestamente negro era descalificante, entonces el mestizo para tratarte bien no te decía negro, te decía “¿cómo estas moreno?”.

La Revolución cambió eso, ahora el negro quiere que se reconozca su identidad como negro, El Rama quiere que lo reconozcan como Rama, el Garífuna como Garífuna, el Misquito como Misquito, el Mayagna como Mayagna, el Ulúa como Ulúa: solo una Revolución puede hacer eso.

La Costa Caribe estaba excluida en la práctica. Todos somos sujetos de este proceso emancipador poderoso, y la nueva energía que se imprimió a partir de 2007 es increíble, como decía Johnny.

Los neoliberales cuando toman el poder, el asunto de la Autonomía lo ven como cosa de los sandinistas. Era tan lógico porque ellos no son revolucionaros, nosotros sí lo somos. Ellos no entienden de Revolución, es lógico que no entiendan eso de Autonomía. Más bien para ellos era una cuestión exótica de los sandinistas y trataban por todos los medios de aniquilar esos procesos. Nosotros pasamos 17 años buscando cómo mantener esos procesos dignos, pero fue hasta que regresó el Comandante al poder que este proceso agarró nuevo aires.

La tierra es un elemento fundamental para hablar de identidad, de pertenencia a algo. El Comandante dice “esa tierra que tienen esas comunidades están antes de que Nicaragua fuera Estado”. El impulso que le ha dado el Frente Sandinista, el Comandante Daniel, en esta nueva etapa es impresionante, los gobiernos autónomos, están ahí. En el Caribe Norte, en el Caribe Sur eligen a sus autoridades, luego el gobierno regional, las autoridades a nivel territorial y las autoridades a nivel comunal, están reconocidos, restableciendo formas de organización propia.

Es importante eso: formas de organización propia. Cuando usted comienza a desarrollarse de acuerdo a su cultura, de acuerdo a su razón de ser, a su identidad, eso es una fuerza poderosa, es una fuerza que viene a fortalecer la Revolución con mucha más intensidad. Sentimos que vamos caminando con el pueblo, con fuerzas que antes no existían.

Antes para venir del Caribe a Managua era cuestión muchos días. Si venían del lado de Bilwi, 4 días; ahora estás aquí en 10 horas. Antes venir de Bluefields para Managua era cuestión de 12 o 16 horas, hoy Johnny salió en la mañana y en 4 horas estaba aquí en Managua: eso es Revolución.

Las comunicaciones, ustedes pueden agarrar este teléfono ahorita y hablar con Cabo Gracias a Dios, puedo hablar con cualquier comunidad de ahí: eso es Revolución.

Energía eléctrica en todas las comunidades sentando las bases para el desarrollo: eso es Revolución.

Y las autoridades son todas autoridades propias del territorio: eso es Revolución.

Cuando usted compara esa parte de nuestra historia con la parte que estaba diciendo Johnny antes, estamos dos viendo dos películas totalmente diferentes. ¿Cuál es más fuerte? Esta es la verdadera, esta es la fuerte, esta es la Revolución, no se puede esperar de los otros nada de eso, eran todos gobiernos oligárquicos con pensamientos racistas, excluyentes.

Esto es Revolución: inclusión, participación, desarrollo humano, pero más que todo lo que vamos haciendo desde el punto de vista material, es la parte espiritual. El ser humano cuando va a cualquier comunidad se siente parte de algo, tiene razón de ser y eso es Revolución, porque esta Revolución va apuntando en la dirección correcta. Eso es lo que venimos haciendo en esta nueva etapa que está imprimiendo el Comandante y la compañera Rosario. También va más allá.

Nosotros ahorita estamos en proceso de elecciones regionales en la Costa, donde se van a elegir a las autoridades regionales tanto del Caribe Norte, como del Caribe Sur, 45 en cada región, o sea 90 con sus suplentes. Estamos seguros que el Frente va salir muy exitoso, porque va a ser una reafirmación de la confianza de la población en este modelo que estamos impulsando. Eso va ser el 3 de marzo.

Vamos a seguir en nuestra lucha, en la ruta de alcanzar nuevos y mejores niveles de desarrollo en todo el sentido de la palabra, sobre todo desarrollar esa razón de pertenencia, esa razón de relación de las diferentes comunidades y étnicas que hay. Estamos seguros que vamos alcanzar la Nicaragua que todos soñamos, amorosa y fuerte, porque estamos basados con el elemento fundamental que es el amor.

Siento que vamos caminando bien. Tengamos fe, confianza que vamos en la dirección correcta, cada día tratando hacer las cosas mejores, siendo inclusivos, siendo observadores, siendo ejecutores, siendo protagonistas todos, comprendiendo cada vez más que el futuro depende definitivamente de todos nosotros.