Solos ante el mundo con su odio hacia los palestinos

Solos ante el mundo con su odio hacia los palestinos

Estados Unidos quedó solo ante el mundo con su odio hacia los palestinos. Solo, porque Israel es solo su apéndice en Medio Oriente.

Este jueves, en nombre del grupo árabe Argelia presentó ante el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para admitir –como corresponde por derecho natural– a Palestina como Estado independiente y por lo tanto, miembro pleno de la Organización de Naciones Unidas.

Pero Estados Unidos lo impidió. Al ser el único de los 15 miembros del Consejo que votó en contra, ejerció su derecho al veto y por lo tanto, Palestina no puede ser declarado Estado independiente.

Hubo otros dos cobardes que desoyeron el clamor mundial para que Palestina sea libre, independiente y deje de ser víctima de genocidio por parte de Israel, Estados Unidos y las potencias occidentales. Los dos yanquis disfrazados fueron Reino Unido y Suiza, que se abstuvieron en la votación. La historia también los juzgará.

Además:
EEUU impide que Palestina sea reconocido como Estado
Es un derecho natural vivir en Palestina como Estado independiente

En el debate, Rusia denunció que el veto de Estados Unidos tiene como objetivo “quebrar la voluntad de los palestinos, obligarlos a someterse incondicionalmente a la potencia ocupante”. Publicamos íntegra la exposición del Representante Permanente de Rusia, Vasili Nebenzia:

El objetivo es quebrar la voluntad de los palestinos

Este día podría pasar a la historia como el día en que, después de tres cuartos de siglo, la comunidad internacional tomó por fin la medida correcta para corregir la “injusticia histórica” de larga data contra Palestina y las aspiraciones legítimas de su heroico pueblo.

En esencia, se trata de una simple cuestión de si los palestinos merecen formar parte de la familia mundial, participar plenamente en todas las decisiones de la vida internacional. Es una pregunta a la que hemos respondido sistemáticamente “de acuerdo” tanto cuando admitimos a Israel en la ONU como cuando admitimos a docenas de naciones liberadas de la opresión colonial.

Sin embargo, nuestros colegas estadounidenses ven las cosas de otra manera. Al ejercer su derecho de veto por quinta vez desde el comienzo de la escalada en Gaza, han demostrado una vez más su verdadera actitud hacia los palestinos. Para Washington, no merecen tener su propio Estado independiente. Son sólo un obstáculo para la realización de los intereses de Israel.

Es por eso que Estados Unidos está dispuesto a hacer la vista gorda ante los crímenes de Israel contra civiles en Gaza y a ignorar la actividad ilegal de asentamientos en Jerusalén en Cisjordania. El objetivo es quebrar la voluntad de los palestinos, obligarlos a someterse incondicionalmente a la potencia ocupante, convertirlos en sirvientes y ciudadanos de segunda clase y, tal vez, eliminarlos por completo y expulsarlos de su territorio natal.

Esas políticas sólo tienen el efecto contrario. Hoy, la mayoría absoluta de la comunidad mundial apoya la solicitud de Palestina de ser admitida como miembro de pleno derecho de la Organización mundial.

El sufrimiento de los civiles palestinos retumba en los corazones y las almas de millones de personas en todo el mundo. En los países que suministran armas a Jerusalén occidental, las voces de los partidarios de una prohibición de ese tipo de suministros son cada vez más fuertes.

El uso hoy del veto por parte de la delegación estadounidense es un intento infructuoso de detener el curso inexorable de la historia. Los resultados de la votación, cuando Washington quedó prácticamente aislado, hablan por sí solos.

La complacencia ante las acciones más imprudentes de su aliado, la renuencia a buscar soluciones justas basadas en el marco jurídico internacional existente, es el camino directo a una guerra que podría extenderse a toda la región.

Si Estados Unidos e Israel se benefician de esto, será sólo a corto plazo.

Al mismo tiempo, Washington finalmente se pondrá “fuera del grupo” de los Estados respetados y amantes de la paz, compartiendo plenamente con sus aliados israelíes la responsabilidad de la muerte de decenas de miles de civiles palestinos.

Es indigno de una gran potencia, y la historia no se lo perdonará.

Hacemos un llamado a Estados Unidos para que escuche la voz de la razón, piense en las consecuencias de sus decisiones y se una urgentemente a los esfuerzos de otros miembros del Consejo de Seguridad para establecer un alto el fuego inmediato en Gaza.