Unidad para continuar en Revolución Managua. Radio La Primerísima.

Unidad para continuar en Revolución Managua. Radio La Primerísima.

El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, exhortó este lunes a todos los sectores del país a unirse para ser partícipes de un nuevo capítulo de la revolución y de esta manera dar continuidad con los programas y proyectos que ayudan a combatir la pobreza.

Durante un acto realizado en la Plaza de la Revolución en Managua, con motivo de celebrar el 14 aniversario de la incorporación de Nicaragua a la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA), el Presidente Ortega exhortó a construir un gran acuerdo nacional una vez que se realicen las elecciones generales previstas para el próximo 7 de noviembre.

En el acto, que también celebró 14 años del restablecimiento de la educación gratuita en Nicaragua, participaron decenas de jóvenes sandinistas, la Vicepresidenta Rosario Murillo y varios miembros del gabinete de gobierno.

El líder sandinista hizo su llamado a la unidad nacional, citando al Héroe Nacional Rubén Darío. “Como dice Darío, «¡únanse!», y tenemos que unirnos nuevamente, todos los sectores, la juventud, los trabajadores, los campesinos, los productores, los comerciantes, el sector turístico, emprendedores, los maestros, maestras, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la construcción”.

En este sentido, el Presidente citó el famoso poema de Darío «Canto de Vida y Esperanza», y describió que “ese grito que nos lanza Rubén y que nos dice, “¡Únanse, únanse! Sí, unámonos los nicaragüenses, unámonos y seremos más fuertes para derrotar la pobreza, seremos más fuertes para contar con más trabajo, con más educación, con más salud, seremos más fuertes para vivir con dignidad, y poder caminar con la frente en alto”.

Pese a las terribles circunstancias del fallido golpe de estado de 2018 y las severas consecuencias económicas para todo el país, el líder sandinista aseguró que su Gobierno ha venido trabajando con mucha paciencia para continuar progresando.

“Tenemos que unirnos todas las familias nicaragüenses, para en un nuevo capítulo, en una nueva etapa de esta Revolución de la reconciliación, del entendimiento y de la paz logremos construir en las mismas condiciones, la gran alianza, la gran unidad, que logramos construir en esa primera etapa hasta el año 2018”, invitó el Presidente.

Explicó que esa alianza se derrumbó “porque el objetivo de nuestro enemigo era derrumbar a Nicaragua, apoderarse de Nicaragua, y el pueblo dijo no, después de mucha paciencia el pueblo dijo no, y ahora se trata de ir trabajando para que después de las elecciones de este año, se pueda entablar un gran acuerdo nacional, un gran diálogo nacional para que lo que quedó aprobado en la constitución vuelva a caminar, tomando en cuenta las nuevas circunstancias lógicamente”.

“Ahora se trata de ir avanzando para que después de las elecciones de este año, las elecciones generales, se pueda entablar un acuerdo nacional, un gran diálogo nacional para que lo que quedó aprobado en la Constitución vuelva a caminar, tomando en cuenta las nuevas circunstancias lógicamente”, agregó Ortega.

El Presidente se refiere a la reforma constitucional aprobada en enero de 2014, en la cual entre otros muchos aspectos, se incorpora el concepto de alianza con responsabilidad compartida y con diálogo permanente, en la búsqueda de consensos, entre el Estado, empresarios y trabajadores.

Indicó que la prioridad del Gobierno para este 2021 está centrada en los diferentes programas económicos, sociales y de infraestructura que viene impulsando desde hace años y que a partir de este período recibirán un nuevo empuje.

“Y concluimos comprometiendo con nuestro pueblo, todo nuestro trabajo, toda nuestra dedicación, toda nuestra inteligencia para cumplir con todos estos programas y otros que van surgiendo al paso del tiempo. Y este es un año de mucha significación para los pueblos centroamericano, es el año del 200 aniversario de la Independencia de Centroamérica”, recordó.

Dijo que un desafío del FSLN es asegurar el triunfo electoral en noviembre próximo. “Aquí ya el Consejo Supremo Electoral dio a conocer, que se estaría iniciando el proceso creo que en mayo, esa es otra tarea que hay que atender indiscutiblemente para que, para garantizar la continuidad de todos estos proyectos que han venido caminando”, indicó.

En otro orden, el Presidente de Nicaragua instó al presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, a que su gobierno trabaje con una política de respeto y entendimiento hacia nuestra región, hacia América Latina y El Caribe. “Como lo decía Darío, si Estados Unidos se volcara en esa dirección, ¡cuánto beneficio y cuánto respeto ganaría “, enfatizó el dignatario.

A lo largo de su exposición, el Presidente Ortega hizo lectura de varios escritos políticos del Héroe Nacional Rubén Darío, con especial énfasis en la denuncia del comportamiento imperial de los gobiernos estadounidenses de finales del siglo 19 y de principios del siglo 20.

Concluyó insistiendo en consolidar la unión de los nicaragüenses será eficaz para derrocar la pobreza. “Siempre con nuestra fe puesta en Cristo, con nuestro compromiso puesto en nuestros héroes y mártires. Y nuestros pasos dados y que seguiremos dando con el pueblo, con los pobres para que salgan de la pobreza, con el sector medio, con todos los sectores económicos y sociales, que sepan que aquí está un gobierno que pone en práctica el principio cristiano, amar al prójimo como a ti mismo y le daremos mayor vida, mayor fortaleza a nuestro país”, cerró su intervención el Presidente Ortega.

Antes de cerrar el acto, Daniel leyó fragmentos de un famoso poema de Darío que publicamos íntegro a continuación:

Salutación del optimista

Rubén Darío (1905)

Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fratemos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte;
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña
y en la caja pandórica, de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, riente,
cual pudiera decirla en su verso Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!

Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio condenasteis al noble entusiasmo,
ya veréis al salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.

Abominad la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres,
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la Tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despiertan entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que el alma española juzgase áptera y ciega y tullida?

No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo,
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos altos, robustos y fuertes.

Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco pristino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el amor de espigas que inició la labor triptolémica.

Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.
La latina estirpe verá la gran alba futura:
en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea Esperanza la visión permanente en nosotros.
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!