El desafío de las medidas coercitivas unilaterales Stephen Sefton, 28 de abril 2024

El desafío de las medidas coercitivas unilaterales Stephen Sefton, 28 de abril 2024

Entre 2012 y 2018 el compañero Alfred de Zayas fue el primer experto independiente nombrado por las Naciones Unidas para la Promoción de un Orden Internacional Democrático y Equitativo. De Zayas ha escrito “a pesar de la evidente ilegalidad  de las medidas coercitivas unilaterales y su demostrada incompatibilidad  con la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Internacional de los Derechos Sociales, Económicos y Culturales, los estados poderosos siguen imponiendo las medidas coercitivas unilaterales con total impunidad.”  En los debates en las instituciones del sistema de las Naciones Unidas sobre el tema, se consta que las medidas coercitivas unilaterales violan los principios fundamentales de la Carta de la ONU, la no agresión y la no intervención.

Los informes de los dos reporteros especiales de la ONU que han reportado sobre el tema confirman en detalle el impacto destructivo de la medidas coercitivas unilaterales sobre el desarrollo en muchas naciones empobrecidas que resisten las exigencias y amenazas de los gobiernos occidentales. Son contundentes los informes que constan esta realidad. Se ha demostrado de manera categórica que estas medidas violan Artículo 2 de la Carta de la ONU que prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza agresiva de un estado contra otro. Como comenta, de Zayas “De hecho, las guerras modernas son guerras híbridas y cubren muchas formas de la fuerza y la coerción”. El caso más emblemático, entre muchos más, ha sido el genocida bloqueo de Cuba, una isla de 11 millones de personas a solo 93 millas de la costa de Estados Unidos con su población de 340 millones.

Como observó nuestro Presidente Comandante Daniel en una reunión del ALBA-TCP en 2022: “Mayoritariamente se ha votado en Naciones Unidas para que suspendan las Sanciones en contra de Cuba, el 98%, el 99% de los votos a favor. Pero no pasa nada, y más bien recrudecen las Sanciones, recrudecen el bloqueo, recrudecen las agresiones en contra del Pueblo de Cuba… ¿qué sentido tiene estar en Naciones Unidas si ahí solamente se imponen las decisiones de las Potencias Colonialistas, Neocolonialistas, Imperialistas?” Un elemento esencial del uso de las medidas coercitivas unilaterales por Estados Unidos y sus aliados es la aplicación extraterritorial de su jurisdicción. El caso de Cuba demuestra que la mayoría de los países se someten a las exigencias de la legislación interna estadounidense contra Cuba, por temor a sufrir consecuencias perjudiciales para sus propias economías.

En este contexto, vale la pena notar que las medidas coercitivas unilaterales violan de manera flagrante no solamente los derechos humanos de los pueblos sino también el orden internacional del comercio y las finanzas. Igual que las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio enfrenta preguntas fundamentales sobre su relevancia y viabilidad en un contexto internacional donde Estados Unidos y sus aliados, para avanzar su agenda geopolítica, se burlan cada vez más de las normas establecidas para el comercio internacional. En la reciente treceava Conferencia Ministerial del OMC en los Emiratos Árabes Unidos, la mayoría de los países criticaron a Estados Unidos por estorbar y obstruir el trabajo de la conferencia, especialmente en relación al tema de la resolución de disputas.

En general, Estados Unidos y la Unión Europea se han acostumbrado a aplicar acciones de proteccionismo comercial o medidas restrictivas, por ejemplo tarifas arbitrarias y la aprobación de leyes nacionales que violan sus compromisos bajo las normas de la OMC. En 2019 el gobierno de Venezuela intentó llevar a juicio en el sistema europea un caso contra las medidas coercitivas impuestas por la Unión Europea, se le negó permiso para presentar el caso. En 2021 el gobierno de Venezuela solicitó a la OMC un panel de investigación para establecer si las medidas coercitivas aplicadas por Estados Unidos fuera o no en violación de las normas comerciales internacionales. Allí, fue la representación estadounidense que logró  bloquear la solicitud de Venezuela.

Igual que en el caso de las Naciones Unidas el tema de la legalidad de las medidas coercitivas unilaterales llama en cuestión la relevancia y la actuación de la OMC. El pretexto legal que Estados Unidos y sus aliados ofrecen para justificar su aplicación de medidas coercitivas unilaterales es la invocación de las normas relacionados con la seguridad nacional. Por ejemplo, el Artículo XXI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el estatuto que forma la base legal de la OMC, permite a los gobiernos eludir sus obligaciones derivadas de tratados comerciales al invocar alguna u otra excepción de seguridad. Esta es parte de la explicación del motivo detrás de los absurdos decretos emitidas por los presidentes estadounidenses de que Venezuela o Nicaragua representan “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos”.

También explica en parte la extrema distorsión y exageración de parte del ACNUR de la situación de migrantes venezolanos y nicaragüenses como refugiados, la cual se manipula para justificar los falsos decretos del gobierno estadounidense contra nuestros países. Sin embargo, es imposible demostrar en las instituciones correspondientes la ilegalidad e ilegitimidad de las medidas agresivas del Occidente contra nuestros países, porque Estados Unidos y sus aliados monopolizan o bloquean los mecanismos institucionales y jurídicos disponibles para un arbitraje equilibrado y justo. De hecho, solo hay que considerar la historia de los últimos treinta años para ver como los poderes occidentales, con la más cínica mala fe, invocan los derechos humanos para así justificar el abuso masivo de los derechos humanos de pueblos enteros.

Entre otros ejemplos, Estado Unidos y sus aliados han atacado por la vía armada los pueblos de Serbia, Irak, Libia y Siria. Por la vía económica han atacado a la República Democrática Popular de Corea y a Cuba durante más de 60 años. Más recientemente han agredido por medio de las medidas coercitivas unilaterales un total de veinticinco países, incluyendo nuestra Nicaragua. Como declaró nuestro gobierno en su reciente mensaje “Nicaragua Siempre Digna y Libre”, “Los Estados Unidos, el Imperialismo Norteamericano no es nadie para acusar a un Pueblo pequeño… Respondemos a su lista de calumnias, difamaciones e infamias, adjudicándoselas a ellos mismos… provocadores, agresores, invasores y directores de coros y orquestas conformadas por su servidumbre local. Los denunciamos nuevamente como los más bárbaros y salvajes violadores de todos los Derechos Humanos.”

Desde 2014, Estados Unidos y sus aliados han aplicado medidas coercitivas unilaterales contra la Federación Rusa en apoyo al régimen nazi de Ucrania en su agresión contra los pueblos rusoparlantes de Donetsk y Lugansk. Luego de haber aplicado medidas unilaterales contra la empresa transnacional china Huawei en base a la espuria acusación que representaba una amenaza a su ciberseguridad, desde 2019 el gobierno de Estados Unidos ha aplicado toda una serie de medidas coercitivas unilaterales contra la República Popular China. El principal objetivo de esta campaña es para frenar y atrasar su desarrollo en el campo de la alta tecnología.

Igual que en los casos de la República Popular Democrática de Corea, de Cuba, de Rusia, Irán y Venezuela, las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra China se han implementado junto con campañas de terrorismo. En el caso de la República Popular China, se lanzó el fallido intento de golpe contra las autoridades en Hong Kong. Estados Unidos y sus aliados también han impulsado acciones, tanto abiertos como encubiertos, para desestabilizar la Región Autónoma de Xinjiang.

Es acertada la observación de Alfred de Zayas que “ las guerras modernas son guerras híbridas y cubren muchas formas de la fuerza y la coerción.”

Para Estados Unidos,  la más cruda y brutal extorsión contra los pueblos y países más débiles siempre ha sido un principio fundamental de sus relaciones internacionales. El General Smedley Butler fue el oficial más condecorado en la historia de los marines yanquis. Fue jefe de las fuerzas que asesinaron a nuestro héroe nacional General Benjamin Zeledón el 4 de octubre 1912. El compañero diputado Wilfredo Navarro nos recuerda que “se ha comprobado que el Comandante Butler informó al Contraalmirante W. H. Southerland, Jefe de las fuerzas interventoras, que Zeledón había sido capturado y sugería su muerte: “Personalmente yo sugeriría que sin oponer ninguna acción por nuestra parte, a alguien se le permitiera ahorcarlo”. Al final de su carrera militar, Butler escribió “Pasé 33 años y cuatro meses en el servicio militar activo… En resumen, yo era un mafioso; un gángster del capitalismo.”

En la peor tradición de los imperios occidentales, los gobiernos miembros de la OTAN, liderado por Estados Unidos, son sencillamente el emprendimiento del crimen organizado más descarada y sofisticada de toda la historia. El robo por el sistema financiero occidental de US$1.2 mil millones de oro del gobierno venezolano, o el secuestro de activos rusos con un valor de US$300 mil millones, no son nada nuevo. Ante esta realidad, para el momento, el sistema institucional multilateral de las relaciones internacionales, de las Naciones Unidas y de entidades como la OMC, no funciona.  Los gobiernos del mundo mayoritario ven que solamente un proceso de debilitamiento estratégico del dominio occidental en el mundo conducirá a unas relaciones internacionales más democráticas, justas y equitativas.

Son la República Popular China y la Federación Rusa junto con aliados estratégicos regionales como Irán y Venezuela entre otros que impulsan este histórico cambio de época. El gobierno ruso se ha dado cuenta que no necesita tener relaciones con los países del Occidente para prosperar. Su comercio con China alcanzó US$240 mil millones en 2023, más del doble del 2020. Con la India, su comercio ha crecido 600% a US$64 mil millones en 2023 contra solamente US$10mil millones en 2020. Contra China, las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos dirigido a frenar el desarrollo del sector de alta tecnología china han fracasado de manera humillante. China ha avanzado en la producción de sus propios chips de procesador de alta gama y lidera a los países occidentales en sectores como la tecnología espacial, telecomunicaciones, energía solar y vehículos eléctricos, entre otros.

Igual que la Federación Rusa, Irán ha aprovechado las medidas coercitivas unilaterales occidentales para aumentar su autosostenibilidad, especialmente en el sector de la defensa, como se evidenció en la reciente respuesta con drones y misiles al criminal ataque israelí contra el consulado iraní en Damasco. Contra Venezuela también la agresión económica y terrorista de Estados Unidos ha fracasado tanto en el ámbito económico como en el ámbito político. A pesar de haber sufrido la peor agresión económica posible contra su industria petrolera, la economía de Venezuela volvió a crecer en 2020, creció 8% en 2022 y se proyecta un crecimiento sostenida de por lo menos 5% anual en los años por venir. Todo indica que el compañero Presidente Nicolás Maduro será re-elegido en las elecciones del próximo mes de julio.

El mundo mayoritario sigue desarrollando sus propios procesos y estructuras de cooperación para el desarrollo, del comercio y de las finanzas, independientes del Occidente. La fallida guerra de la OTAN contra la Federación Rusa, el horror del genocidio del pueblo palestino facilitado por Estados Unidos y la Unión Europea junto con las crecientes, irresponsables provocaciones contra la República Popular China  probablemente marcan una gira definitiva de los gobiernos más consecuentes del mundo mayoritario contra los gobiernos occidentales. Estados Unidos y sus aliados van a encontrar cada vez más contraproducente su criminal abuso de las medidas coercitivas unilaterales contra los países del mundo mayoritario precisamente en el momento que las quieren intensificar y extender.